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Críticas 353
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
4 de junio de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante film hecho para la televisión -producida por Canal 7, Encuentro y 100 Bares (Juan José Campanella)- en donde la narración se centra en la parte más “humana” del creador de la bandera, poniendo énfasis en una supuesta visión de la revolución que era compartida por él y por San Martín (que aparece en un par de escenas, lamentablemente interpretado por Pablo Echarri), según diálogos que se dan en Tucumán y Salta, y que se alejaba de una visión de “negocios” que tenían los que tomaban las decisiones en Buenos Aires.
Es un film sobre la “persona” de Belgrano y como se articulan sus sentimientos con los acontecimientos históricos ya conocidos. En esto radica su interés, en acercarlo al público de una manera más simétrica, bajándolo de ese pedestal de prócer. En este sentido lo logra de una muy buena manera, más allá de lo comprobable o no de tales diálogos o visiones.
Es emotiva y la composición del personaje, interpretado -bastante bien- por Pablo Rago, es lo suficientemente diferente de la construcción enciclopédica que resulta en asombro y entretenimiento que caminan juntos hasta el final. Las construcciones de Lamadrid y Dorrego son también llamativas, casi inéditas, sustancialmente diferentes de las pocas líneas que podamos leer en libros de historia.
Los “chismes” (como “hijos de” que en realidad son “hijos de”) y ciertas lecturas que deja a entrever son igualmente destacables, en el sentido de ese entretenimiento antes mencionado.
El diseño narrativo también apunta a diferenciarse de una película con fines netamente históricos, sobre todo en las escenas que vemos a un Belgrano sano (y un poco más joven) discutir, reprochar y recibir reproches de un Belgrano viejo y muy enfermo. Poner en evidencia la mano de Pivotto con esos fondos negros es, quizás, la parte más desprolija y menos “estética” del film.
10 de marzo de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Woooow! Esto es lo primero que pienso (si es que se puede considerar un pensar) luego de ver el primer capítulo de 'True Detective'. Me cuesta asimilarlo, son muchas cosas juntas. Es demasiado buena, aún para el nivel que acostumbra HBO. Desde el vamos, la temática de detectives que investigan asesinatos en serie es siempre atractiva, pero mucho más cuando estos son Rust Cohle y Martin Hart, dos personajes como pocos; e infinitamente mucho más cuando Rust es Matthew McConaughey (reciente ganador del Oscar a Mejor Actor por 'Dallas Buyers Club') y "Marty" es Woody Harrelson. Esta serie creada por Nic Pizzolatto, en su primera temporada, narra la historia de dos detectives que ya no forman parte de la policía pero son llamados a cooperar, recordando detalles de uno de los casos criminales más emblemáticos en la siempre atemporal Louisiana. El director Cary Joji Fukunaga ('Jane Eyre' y 'Sin nombre') construye el relato desde el presente utilizando flashbacks para, como quien dice, "ir y venir" permanentemente, sin confusión, separando eficazmente el pasado de la actualidad pero jugando con el solapamiento y la no sincronización de los diálogos. Esto último tiene que con ver el propio título de la serie, "True..." (Verdad), ya que hay una constante oposición entre lo que se dice que ocurrió (sonido), y lo que ocurrió realmente (imagen); un juego con las falsas verdades, con la doble cara. Pero además, 'True Detective' tiene como principal atractivo su aspecto netamente cinéfilo, casi como un "hiperlargometraje" de ocho horas, dividido en ocho partes iguales. Su género es una mezcla de buddy movies ("películas de compañeros"), policial negro, psychothriller y, si le sumamos el aspecto religioso-ritual, seguramente nos vendrá a la cabeza la inolvidable 'Se7en' ('Pecados Capitales'), con la cual guarda ciertas similitudes. Su "tono", muy particular, le es dado por un estilo visual basado en el realismo de las imágenes, entre crudo y preocupado por cierta "poeticidad" fotográfica (a través de Adam Arkapaw, conocido por su trabajo en los potentes films australianos 'Animal Kingdom' y 'Snowtown', de tonalidad algo parecida), y por la "tenebrosidad" (y un cierto gore) que le da, precisamente, ese grado de realidad. La música (el tema de cabecera se llama 'Far From Any Road' de The Handsome Family), a cargo de T Bone Burnett (ganador de un Oscar por 'Crazy Heart'), refuerza otra idea fuerte de la serie, la de los efectos del medio geográfico sobre el comportamiento y las emociones de los individuos (el estudio de estos efectos se denomina "psicogeografía", término acuñado por el francés Guy Debord en 1955). Así, la "atemporalidad" de Louisiana, la crudeza de las imágenes, lo inhóspito de ambientes abandonados y anclados en el olvido, se complementan con el estado de ánimo entre nostálgico y vencido del country (que quiere decir "música de raíces"), que sabe de dónde viene y sabe aceptar su destino.

¿Qué tiene 'True Detective'? En primer lugar, tiene a Rust y Marty, dos personajes que nos imantan a la pantalla por, entre otras cosas, lo antagónico de la dupla: uno hiper inteligente, el otro no tanto; uno sumamente complejo, el otro relativamente simple; uno mental, el otro físico; uno macabramente oscuro, el otro levemente turbio (casi "normal"). Uno quiere lo que tiene el otro: Marty la inteligencia de Rust, Rust la posibilidad de Marty de tener una familia. Esa envidia, casi odio permanente (en Marty, Rust significa la presencia de alguien superior que le golpea el ego; en Rust, Marty representa la ceguera de una sociedad que aborrece) es, en parte, la causa de que las escenas que los contiene estén casi siempre al borde del colapso y que, aún así, en muchas de ellas, exista cierto humor irónico, sarcástico, malicioso. Pero, sin duda, Rust es el personaje más atractivo de los dos. Es su pésimo humor, su inteligencia desproporcionada, su pesimismo, su capacidad analítica-reflexiva, su racionalismo, su discurso pedante, su soberbia, su desprecio por la estupidez humana, su pasado. ¿Por qué siempre nos atraen este tipo de personajes y no los "Marty"? ¿Por qué nos atraen "los Rust", "los Dexter", "los Dr. House"?

Pizzolatto es un manipulador eficaz, un tejedor quirúrgico de esta telaraña que es 'True Detective'; entre él y Fukunaga nos llevan hacia donde ellos quieren, nos hacen creer y descreer de la trama, de Rust, de Marty. Sobre todo de Rust: sobre lo que hay detrás de su obsesión, la sanidad de su cabeza; o si la oscuridad de sus pensamientos y una personalidad casi psicopática no oculta algo tan criminal (o peor) que lo que están investigando. En gran medida, la dependencia de cada capítulo para con Rust hace que la "atmósfera", el tono o el estado de ánimo (o como quieran llamar a "eso", intangible, pero presente en cada capítulo) de la serie sea similar al de dicho personaje: sombrío, pesimista, desesperanzador; sin embargo, a la vez atractivo, intenso, insondable.

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13 de agosto de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo que tienen en común la mayoría de los films que ha dirigido Robert Redford es la incorrección política. Podría decirse que él mismo es así. Recordemos su protesta ante la Academia por no haber participado a Jorge Drexler (por ser poco conocido) en la entrega de los Oscar, donde una canción de su autoría fue galardonada ("Al otro lado del río", soundtrack de "Diarios de motocicleta", producida por Redford).

El director es inteligente, y arriesgado. A costa de unos primeros minutos un tanto densos (considerar que hoy uno puede simplemente detener el reproductor con la velocidad de un click, en la comodidad del hogar y sin lamentar el costo de una entrada), Redford gana la posibilidad de plantear un tema sensible como no muchos se atreverían hoy en USA. En estos primeros minutos se nos muestra a dos terroristas en el seno familiar, como amos de casa y padres de familia, lo que prepara el terreno y predispone al espectador, desde la empatía, para la reflexión antes que el juzgamiento. Es decir, evita (como hoy se acostumbra) incomodar al espectador de entrada empatándolo con el "malo", dándole la posibilidad de evaluar. Por esto es un film de alta carga ideológica y política, no solo por las discusiones que se dan en el interior de la película, a veces demasiado "monumentales" para dos horas de duración (de las que rescato, sin embargo, la idea de oponer permanentemente discurso y realidad, de complejizar el lugar común al que casi siempre se llega cuando se habla de revolución, de izquierdas y derechas, de capitalismo, de "cambiar el mundo"). Además, toma una postura respecto del lugar que debe ocupar el periodismo, a la vez que lo utiliza como lógica de desenvolvimiento de la trama.

Los extremistas en cuestión fueron estudiantes que protestaban pacíficamente contra la guerra de Vietnam y, al no ser escuchados por el gobierno, decidieron traer la guerra "a casa". O fueron terroristas despiadados que detonaron edificios públicos hiriendo a cientos de personas. El terrorista justifica el terrorismo. O la violencia real es la de las personas sentadas en su casa mientras el gobierno comete genocidio. Mientras el film nos plantea estas cuestiones en el subtexto, en la superficie se nos cuenta una cuestión clave para la historia: los tres personajes buscados por el FBI están acusados del homicidio de un guardia de seguridad en un asalto a un banco. Nos hace ruido porque parece algo descolgado, pero es el interrogante clave que se ira desentrañando durante mas de media película.

Lo más importante, al margen de toda lectura, es la capacidad del cine que propone Redford en esta ocasión para generar emociones y sensaciones, para atraer, entretener y hacer que el espectador se enfoque solo en el relato. Y para esto, 'The Company You Keep' se hace multidisciplinaria, multigénero, una caja de herramientas a ser seleccionadas en función de un "atenciometro". Luego de unos primeros minutos de drama familiar se da lugar a la vorágine del periodismo de investigación donde se mezclan el thriller y la intriga, donde nos entretienen la caza de uno de los prófugos y el descubrimiento del otro. Entre medio, la entrevista de Ben al personaje que interpreta Susan Sarandon es esencial, es la escena que siembra la semilla de lo que serán los motores del film: la búsqueda de la verdad y de lo correcto. Llegando al final, cuando parece que un romance tirado de los pelos nos va a decepcionar, Redford nos engaña y nos ofrece una vuelta de tuerca imprevista y de buen gusto. Salvo por todas las escenas de huida de Nick Sloan, mal hechas, poco creíbles, mal interpretadas y llenas de clisés, 'Causas y Consecuencias' es una muy buena opción. Hay que bancarla los primeros diez minutos, que después no para.

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6 de agosto de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya sabemos que Dwayne Johnson no es un gran actor, que sus interpretaciones pueden ser tan duras como su apodo y que un protagónico suyo, indefectiblemente, implica al menos una escena donde el héroe imbatible se muestre en acción narcisista (“La Roca” es, además, uno de los productores del film). Sin embargo, contra todo pronóstico de berretada “inspirada en hechos reales”, Ric Roman Waugh (‘Felon’, 2008) escapa al facilismo e, incluso, dialoga con él (sino ver cómo termina John Matthews cuando pretende convertirse en narcotraficante con información sacada de Google).

Una película que habla sobre la confianza como gran tema, no sólo en el interior de la película (entre padre-hijo, jefe-empleado, vendedor-comprador, etc.) sino en el subtexto, poniendo el foco en el manejo de los procuradores y las agencias federales respecto a la lucha contra el narcotráfico, con condenas superiores, por ejemplo, a las de los delitos por violación. Polemiza con el sistema de reducción de sentencia para los convictos que entreguen a otros narcotraficantes quienes, a veces son delincuentes genuinos, otras veces son sólo jóvenes ingenuos fáciles de caer en una trampa (como el caso de Jason, el hijo de John), todos, sin embargo, útiles para engrandecer las estadísticas de gestión previo a elecciones.

“La película cumple con dos misiones: a) entretenernos; y b) poner sobre el tapete un par de mensajes acerca de ciertas leyes de drogas en este país que necesitan una amplia reevaluación” (Richard Roeper: Chicago Sun-Times).

‘Snitch’ escapa al facilismo, a la acción berreta, al “Deus ex machina” tan común en el cine de hoy. Pese a que muchos de sus diálogos son tan naturales como el jugo concentrado en polvo, se esfuerza (y lo logra por momentos) por hacer un cine de contrastes (generacional, de valores, de condiciones socioeconómicas) que tiene como trasfondo un drama familiar/social sincero y que, no por esto, reniega de la tradición del cine de acción americano de los noventa ni del “happy ending”.

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21 de diciembre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarta película dirigida por el exitoso actor George Clooney. Luego de un muy buen debut con “Confesiones de una mente peligrosa” en 2002, en 2005 “Buenas noches, y buena suerte” fue aún mejor, con 6 nominaciones a los Oscar, 4 para los Globos de Oro y otros galardones. En 2008 “Leatherheads” paso desapercibido y, tres años más tarde, aparece “The ides of March”, apostando nuevamente a la política y a la prensa, entre otras cosas. Más en www.criticasdecine2010.blogspot.com
Un film con muchísimas cualidades, aunque se hace rogar un poco. Hasta pasados un poco más de treinta minutos “Los idus de marzo” solo ofrece una puesta en contexto, adornado con algunos diálogos y frases del tipo “discurso político”, y algunos (falsos) indicios de que será una película sobre la lucha por el bien de la democracia, el proceso electoral, el manejo de la campaña, el “detrás de escena” del mundo de la política. Además, esta primera parte, nos presenta los distintos actores y las primeras cartas: los candidatos, sus asesores de campaña, la prensa, una “traición” y un romance. Hasta aquí, nada demasiado solemne.
Sin embargo, la historia gira 360º y se embarca en un frenesí de causas y consecuencias excelentemente imbricadas que resultan en una situación totalmente fuera de control, representado en un drama intenso que involucra varios pares de opuestos: lealtad/traición, integridad/corrupción, moral/inmoral, verdad/mentira, correcto/incorrecto, victoria/fracaso, venganza/olvido. Mientras la historia, imprevista, se vuelve cada vez más interesante, el film apabulla, tensiona y termina atrapando al que la daba por muerta en la primera media hora.
Por si le faltaba algo, el reparto es excelente. Ryan Gosling parece superarse tras cada película y, si bien no descubrimos nada al hablar sobre las aptitudes de Clooney frente a las cámaras, como director, podríamos decir que el manejo del suspenso a través del sonido y de los fuera de cuadro es estupendo y denota mucho talento.
“The ides of March” desnuda la política sin “pelos en la lengua” y concluye con una visión casi siniestra, sin dejar ninguna esperanza para algún espectador optimista en este terreno.
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