La religión, una vez más, llevada a cabo por este director tan alejado de las normas de su tiempo. Contada en voz en off, el misticismo de su puesta en escena es tan frío como siempre:pocos elementos en escena, sólo uno o dos protagonistas en plano que apenas se mueven, cámara a la altura de sus protagonistas (nunca ni más arriba ni más abajo), esa sensación de despojo de elementos accesorios, música sólo en pocos momentos,...En definitiva, una clase magistral del mejor Bresson.Muy recomendable.

No sé si será por ese amaneramiento de cine independiente, con sus peores tics, por los altibajos de su guión, mezclando el drama con la chulería, el descaro adolescente y todos esos personajes salidos de un mundo de "frikismo", o su conjunto en general, pero me parece una película aburrida y sin alma. ¿ Es fresca por abordar un tema dramático desde otro punto de vista?. ¿ Es original por distanciarse de la lágrima fácil a costa de cansar, con esos personajes que parecen reflejar quién es el más listo de todos?.

Absoluta obra maestra del cine mundial, con una última secuencia que recuerda la crudeza de todas las guerras y que se queda pegada en la retina por años. A Rossellini no le hicieron falta ni actores profesionales ni grandes escenarios para realizar esta película cuando la guerra aún no había terminado para narrar con un realismo atroz, seco y contundente una película imprescindible.No discuto que Ana Magnani esté muy bien, pero la película es tan grande, tan bien dirigida y narrada, que todo lo demás queda en segundo plano.

Extraña mezcla de cine negro y un final extraño, extraído de una película de serie B, incongruente, más cuanto el resto de la historia ha tenido la capacidad de sugestión necesaria para ver cómo llevarlo a un final que no tiene sentido. Aparece una caja en mitad de la historia, sin comerlo ni beberlo, que nadie sabe de dónde sale ni porqué, y a partir de ahí la historia decae estrepitosamente. Una pena desperdiciada. Se ha querido mezclar varias cosas y ha salido algo tremendamente inaudito. A todo esto, el protagonista reparte mamporros sin ton ni son, y la pareja protagonista carece de química. Un desastre.

Es cierto que puede ser que tenga varios puntos de interés esta película pero en su contra juegan varios puntos que la hacen verdaderamente pesada. Por un lado, sus dos horas y media de metraje que se hacen insufribles. Le falta ritmo y el director no sabe extraer la idea que va desarrollando. La película no arranca y se queda estancada, aunque bien es cierto que posee varias escenas con un toque atrayente. Por ejemplo, el detalle de las manzanas o la escena de la hija del alcalde...
Por otro lado, deja que el poso de su historia se diluya hacia la última media hora final, donde se consigue crear cierto magnetismo al largometraje; pero ya es demasiado tarde y la sensación que queda es de agotamiento.
Del par de películas que he visto de este realizador ningunan me acaba de convencer. Quiere hacer su obra mayor y se queda en un "quiero y no puedo". Lo primero que debería hacer es comprimir sus ideas en menos minutos. A partir de ahí, iremos pensando en otras cosas.