Ya estoy harto de la magia de Kurosawa; porque hay quienes dicen que te llegan a lo más hondo del corazón.
No nos engañemos. Este maldito director sabe sacar provecho de su cultura incomprendida. Una raza bélica por excelencia. Usando kimonos y lagrimas te “cautiva” por eso Hollywood lo usó y lo exprimió. Y lamentablemente la medicina es un burdo pretexto.
Le di siete, porque alguien que aborda la salvación de una vida, no puede ser masacrado.

La verdad es que a mi, no me cuadra el dibujo de la “bestia”. Más bien parece un gran perro lanudo que lame la mano de una princesa. Sin embargo la película resulta un éxito, por la gran novedad tecnológica para hacer una historia clásica con dibujos animados. Pero justo es destacar que el fondo de la historia es un gran mensaje hacia la belleza espiritual de todo ser humano. Pero entonces me decepcionan los personajes que no son ajustados a mi mente. A mi manera de ver el cine. Y me entra una melancolía al recordar historias verdaderas de mi cine mexicano en donde una dia brillarlo y bailaron una bella y una bestia:
María Félix y Agustín Lara. Mega estrellas del cine de oro del cine mexicano que brillan a lo lejos, en el firmamento de los recuerdos de todos los cinéfilos aztecas. Rostros que no volverán y por eso siento nostalgia.