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Críticas 160
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
29 de junio de 2012
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy madridista pero voy a ser bastante claro con mi crítica a esta película. Dejando los sentimientos a un lado, la película es bastante mala y aburrida. Realmente el único interés que tiene es poder ver y escuchar a Don Alfredo Di Stéfano (el mejor jugador de la historia) cuando era joven, ya que la mayoría de nosotros tan solo lo hemos podido ver ya bastante mayor (personalmente no llegué a disfrutarlo ni en su época de entrenador). La peli como trabajo cinematográfico no es tan floja como su predecesora de 1956 (con Alfredo como protagonista en su mejor época), en aquella película hasta se podían ver imágenes más interesantes que en ésta, en la que solo se repiten los típicos "highlights" que siempre ponen de la época, los goles más importantes de la época narrados por Don Matías Prats padre y poco más. Eso sí, Don Alfredo es genial. Recomendada por lo tanto exclusivamente a los madridistas de corazón. Bueno, una cosa que sí hay que destacar de la peli son sus dos actrices protagonistas (Isabel Garcés y Mary Santpere) y, por supuesto, a Manolo Gómez Bur (cuyo nombre está repetido en la ficha de filmaffinitty), muy buenos actores todos ellos. También hace una cameo la mujer de Di Stéfano, que en paz descanse, lo mismo que había hecho en la película de 1956. Mi sueño como madridista es poder ver algún día a un Madrid tan grande como el Madrid de Don Alfredo, creo que es el sueño de todo madridista, que siempre ha oído hablar de aquellas gestas pero que nunca ha podido vivir (aún así nos seguirían llamando el equipo del pasado, aunque con menos ganas creo yo).
11 de julio de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
De todas las películas de Frankenstein producidas por la Hammer (aquí en filmaffinity vienen listadas unas cinco) ésta es la más floja con diferencia. No deja de ser una película de la Hammer con sus virtudes, tanto la ambientación con los decorados de cartón piedra y la atmósfera barroca como la original aparición de nuevos personajes que siempre aportan algo particular en cada una de sus películas. Uno de los factores que hacen esta cinta inferior a sus dos predecesoras es que el argumento ya no es lineal con respecto a las anteriores, a pesar de que se mantiene el personaje de Hans, ayudante del barón (interpretado por otro actor, todo hay que decirlo). El monstruo que se crea en esta ocasión tampoco es Christopher Lee, al igual que en la segunda parte, pero la historia y la maldad que desprende la nueva criatura creada por el doctor son un tanto insulsas. El mayor aliciente es el regreso de Frankenstein a su ciudad y castillo natales, aunque como he dicho, no sigue la estela de la primera película. Personalmente la he visto porque no hay dos sin tres, ni tres sin cuatro, ni cuatro sin cinco, por eso hay que ver todas; y porque soy fan de Peter Cushing y de la Hammer clásica.
3 de abril de 2007
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda película para todos los públicos, clásico entre clásicos del cine infantil. La nota de filmaffinity se queda corta. Al nivel de las demás películas de Errol Flynn de la época, lo que pasa es que esta vez Errol Flynn actúa como secundario, eso sí, de lujo. Pero si alguien quiere ver la versión cinematográfica del clásicazo "El principe y el mendigo", esta es la primera a la que tiene que acudir.
20 de marzo de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre que una película fracasa en taquilla la crítica de cine dice lo mismo, "lastrada por las mutilaciones a que fue sometida por la productora", pongamos como ejemplo emblemático a Cleopatra (1963), la obra maestra de Mankiewicz.

Sinceramente, yo creo que cuando una película fracasa en taquilla no es porque se le hayan cortado unos minutos, aunque sean muchos. Cuando una película cuenta una buena historia y está bien dirigida, aunque le corten algunos minutos, la película gusta igual. También es cierto que si la productora decide cortar tantos minutos, es porque ha visto algo que no le convence y, sientiéndolo mucho, los productores, algo de cine saben (a ver si ahora genios de la industria como Darryl F. Zanuck no entendían de cine...). Obviamente, producción siempre tiene la taquilla en mente, y cuando revisan el montaje antes de dar luz verde para su proyección en cines, lo primero en lo que piensan es en que la gente no se quede dormida en la butaca (de ahí los cortes, para disminuir la duración del "largometraje").

Pues bien, en el caso que nos toca, más allá de si "La puerta del cielo" pueda ser más o menos entretenida o aburrida para el espectador (a mí me ha parecido, cuando menos, visualmente atractiva). El verdadero problema que yo le encuentro a la película es su transgresión o ataque al sistema de valores yanqui. Efectivamente, se sabe que Michael Cimino se ahogó en su propio ego. Un gran director que pensaba que podía contar lo que le diese la gana puesto que, con el talento que tenía, cualquier historia que quisiera contar, triunfaría. Estaba tremendamente equivocado. El público norteamericano no ocultó su disgusto al ver como se les retrataba como racistas y xenófobos, nacionalistas, conservadores o de derechas que, con tal de preservar su sociedad, podían tolerar el fascismo preventivo como fórmula autoreguladora dentro de su propio sistema. Quizá si Cimino hubiera hecho el mismo ejercicio, o uno parecido, sin la saña o la agresividad de la que abusa en esta cinta, el público americano lo hubiera entendido. Para hablar claro y sin rodeos, los americanos lo que quieren ver es a John wayne pegando tiros a los indios, que son los malos, y no ver a John Wayne retratado como un "fascista" asesino de indios (que es un punto de vista, pero no el que gusta a la taquilla). Y no es porque no se hayan hecho películas en las que se refleja el punto de vista de los indios o en las que los indios son los protagonistas o, al menos, que no son tan malos (Flecha rota, Un hombre llamado caballo, Bailando con lobos), se trata más bien de no poner a toda la sociedad estadounidense como malos y a los emigrantes extranjeros como buenos (al fin y al cabo, los indios son también americanos y, todos los americanos, tienen su origen en la emigración).

En "La puerta del cielo" ganan los malos y los malos son los americanos (y, además, muy violentos), en Flecha rota, ganan los americanos, nativos incluidos.

La gente quiere ver a un héroe derrotando a los malos, o una historia edificante y no al héroe haciendo de malo, dando una reprimenda al espectador. El público no acude a una sala de cine para recibir una regañina.

Y Cimino no aprendió la lección y se ahogó en su ego (lamentablemente). Eso sí, la escena final es espectacular y recuerda mucho a la de Grupo Salvaje (1969) aunque, ésta última, con un argumento más prudente y menos aleccionador que el de "La puerta del cielo".

Al final, los números son lapidarios, no se puede dirigir un proyecto megalómano (esto es, una película cuyo presupuesto se te vaya de las manos), y que luego genere unos ingresos 15 veces por debajo de los gastos realizados, con el agravante de que nos encontramos ante un caso paradigmático, puesto que "La puerta del cielo" llevó a su productora (la United Artists) a la bancarrota.
6 de diciembre de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha parecido espectacular. Primero, la fotografía es maravillosa, el rodaje se llevó a cabo en parques naturales de Sudáfrica y te mete complemente en la historia. Es una película naturalista, se ven escenas típicas de documentales pero de un realismo que no es habitual en el cine clásico. Me explico, no son las clásicas escenas que se meten con calzador en post producción y que cantan un montón entremezcladas con el resto del metraje (como en Las minas del rey Salomón, 1950; o en las pelis de Tarzán) aquí, o fueron rodadas expresamente para la peli o, al menos, tienen una calidad impropia del cine comercial clásico, además ni sobran ni aburren, encajan a la perfección. Por lo demás, la historia puede resultar un poco inverosímil, pero dentro de los límites aceptables, Cornel Wilde estaba en estado de gracia cuando rodó esta película, tanto física, como intelectualmente. Prácticamente no hay diálogos y no hacen falta y el final, en mi opinión es un acierto total.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El director podía haber decidido matar al protagonista justo en esa escena final tirando de ironía, después de todo el sufrimiento hasta llegar al fuerte, perecer cuando estás a tan solo 300 metros de meta, el clásico remar para ahogarse en la orilla. En el cine actual no me hubiera sorprendido ver un final así, de hecho, yo ya me lo temía, así que me llevé una grata sorpresa con el final. Chapeau Cornel Wilde.
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