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Críticas ordenadas por utilidad
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6,2
14.843
6
11 de octubre de 2008
11 de octubre de 2008
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tom Hanks es un congresista playboy que, además de llevar una vida de lujo y placeres mundanos, es el responsable de que EEUU envíe ayuda a Afganistán para luchar contra la Unión Soviética a principios de los años ochenta. Es, por tanto, el responsable de que los chicos de Osama Bin Laden tengan una formación militar de calidad y las mejores armas a su disposición. Es el creador de un monstruo y, aunque no se refleje eso de manera demasiado explícita, la crítica está patente.
La película es interesante, aunque a veces se pierda demasiado en fiestas, alcohol y drogas y apenas escenas de política (quizás la política y las fiestas vayan de la mano) y la guerra se cuente únicamente de pasada.
La secuencia que más me gustó es cuando le niegan un millón de dólares para construir una escuela en Afganistán, habiendo conseguido antes 500 millones para enviar armas a ese país. Se dejan las armas, pero no se reconstruye el país. Es una de las claves del germen del terrorismo islámico.
La película es interesante, aunque a veces se pierda demasiado en fiestas, alcohol y drogas y apenas escenas de política (quizás la política y las fiestas vayan de la mano) y la guerra se cuente únicamente de pasada.
La secuencia que más me gustó es cuando le niegan un millón de dólares para construir una escuela en Afganistán, habiendo conseguido antes 500 millones para enviar armas a ese país. Se dejan las armas, pero no se reconstruye el país. Es una de las claves del germen del terrorismo islámico.

5,2
11.082
2
16 de septiembre de 2011
16 de septiembre de 2011
8 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo bueno de Colombiana es que uno puede quedarse dormido durante más de la mitad de la película que se despierta con la tranquilidad de que no se ha perdido nada. Para ello, a dormirse me refiero, es necesario que el sueño sea más fuerte que el estruendo de la ensalada de tiros en la que queda convertida esta película de principio a fin. Aún así, con siesta y todo, me pareció una película burda, repleta de tópicos y que ni siquiera resulta entretenida.
Es cierto que hay momentos pasables, como los primeros diez minutos, pero de ahí deriva hacia unas cotas tan increíbles como absurdas que pasan por hacer de la protagonista una especie de superhéroe irreductible y del resto del mundo un lugar habitado por tontos de capirote. No sé si son más tontos los narcotraficantes a los que se enfrenta o los policías que la persiguen.
La película está llena de tópicos manidos y cargantes. Colombia es un lugar en el que todos sus habitantes se ganan la vida traficando, todos tienen un arsenal en casa y los niños a los doce años quieren ser asesinos a sueldo. Incluso cuando emigran, los colombianos son unos tipos que se ganan la vida como matones. Imagino que en Colombia estarán locos de contentos con el retrato que le ha hecho a ese país el infame Luc Besson y su desconocido director, quien por cierto tiene nombre de estrella de unos famosísimos dibujos animados japoneses de temática futbolera.
En fin, que lo siento por el cine francés, al que esta basura le ha bajado bastante la nota media que llevaba en mis puntuaciones, que en los últimos tiempos era bastante alta gracias a películas tan notables como De Dioses y hombres, El escritor, El caso Farewell, Un profeta, La clase, Bienvenidos al norte, Hace mucho que te quiero o La escafandra y la mariposa, entre otras.
Es cierto que hay momentos pasables, como los primeros diez minutos, pero de ahí deriva hacia unas cotas tan increíbles como absurdas que pasan por hacer de la protagonista una especie de superhéroe irreductible y del resto del mundo un lugar habitado por tontos de capirote. No sé si son más tontos los narcotraficantes a los que se enfrenta o los policías que la persiguen.
La película está llena de tópicos manidos y cargantes. Colombia es un lugar en el que todos sus habitantes se ganan la vida traficando, todos tienen un arsenal en casa y los niños a los doce años quieren ser asesinos a sueldo. Incluso cuando emigran, los colombianos son unos tipos que se ganan la vida como matones. Imagino que en Colombia estarán locos de contentos con el retrato que le ha hecho a ese país el infame Luc Besson y su desconocido director, quien por cierto tiene nombre de estrella de unos famosísimos dibujos animados japoneses de temática futbolera.
En fin, que lo siento por el cine francés, al que esta basura le ha bajado bastante la nota media que llevaba en mis puntuaciones, que en los últimos tiempos era bastante alta gracias a películas tan notables como De Dioses y hombres, El escritor, El caso Farewell, Un profeta, La clase, Bienvenidos al norte, Hace mucho que te quiero o La escafandra y la mariposa, entre otras.

7,5
26.709
8
4 de febrero de 2010
4 de febrero de 2010
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un profeta es la historia de Malik El Djebena, un joven árabe condenado a seis años de prisión que se ve obligado a trabajar para los presos de la mafia corsa si quiere seguir viviendo. Pasa de ser un pardillo a ir ganando fuerza en la cárcel y se va transformando, se va haciendo cada vez más duro para sobrevivir. La película es dura, durísima, no tiene un sólo momento que descargue la tensión, ni una pequeña sonrisa puede esbozar el espectador en dos horas y media. Hay drogas, peleas, crímenes, luchas de poder, mafia...
Cierto es que desde el principio resulta hipnótica, nos pegamos a la pantalla para asistir a la transformación de Malik, a sus líos en la cárcel, a sus tratos con los corsos, sus peleas con los hermanos árabes, sus trapicheos, sus salidas 'terapéuticas', cómo va creciendo su posición en la prisión hasta que se hace con un frigorífico y una tele en su celda, cómo se van comprando a los funcionarios y cómo va mejorando su estatus.
Es, ya digo, una historia demoledora, que te deja cansado, abatido, en la que todo está muy bien filmado y en la que hay momentos de gran cine, con escenas sobresalientes. Apenas hay diálogos, se trata de una cinta más que nada visual en la que todo está construido gracias al horror de la prisión y a lo que rodea a ésta. No hay alternativas para un joven árabe que no pasen por el tráfico de drogas o el mundo del hampa. Aunque uno quiera salirse y encontrar un trabajo normal, vuelve a caer en las redes de la delincuencia. El mensaje es terrible.
Ahora bien, la peli se hace larga. Porque hay escenas que se repiten y que ya uno ha visto un rato antes y en las que no ocurre nada nuevo digno de destacar. Y quizás si durara media horita menos estaría mejor. Lo siento, no quería, pero me aburrí un poquitín al final. Eso no quita para que estemos ante una gran película.
Es una película carcelaria que se ha estrenado casi a la vez que nuestra Celda 211, en lo que parece un auge de este género. Pero si en la española hay momentos que pueden ser cómicos y hay una historia que te tiene en vilo durante dos horas, aquí todo es desolación y la historia es como la vida, va pasando sin que se otee un final cerrado. Malamadre y Malik El Djebena son dos de los mejores personajes del cine europeo en 2009. Esperemos que así sean reconocidos.
Cierto es que desde el principio resulta hipnótica, nos pegamos a la pantalla para asistir a la transformación de Malik, a sus líos en la cárcel, a sus tratos con los corsos, sus peleas con los hermanos árabes, sus trapicheos, sus salidas 'terapéuticas', cómo va creciendo su posición en la prisión hasta que se hace con un frigorífico y una tele en su celda, cómo se van comprando a los funcionarios y cómo va mejorando su estatus.
Es, ya digo, una historia demoledora, que te deja cansado, abatido, en la que todo está muy bien filmado y en la que hay momentos de gran cine, con escenas sobresalientes. Apenas hay diálogos, se trata de una cinta más que nada visual en la que todo está construido gracias al horror de la prisión y a lo que rodea a ésta. No hay alternativas para un joven árabe que no pasen por el tráfico de drogas o el mundo del hampa. Aunque uno quiera salirse y encontrar un trabajo normal, vuelve a caer en las redes de la delincuencia. El mensaje es terrible.
Ahora bien, la peli se hace larga. Porque hay escenas que se repiten y que ya uno ha visto un rato antes y en las que no ocurre nada nuevo digno de destacar. Y quizás si durara media horita menos estaría mejor. Lo siento, no quería, pero me aburrí un poquitín al final. Eso no quita para que estemos ante una gran película.
Es una película carcelaria que se ha estrenado casi a la vez que nuestra Celda 211, en lo que parece un auge de este género. Pero si en la española hay momentos que pueden ser cómicos y hay una historia que te tiene en vilo durante dos horas, aquí todo es desolación y la historia es como la vida, va pasando sin que se otee un final cerrado. Malamadre y Malik El Djebena son dos de los mejores personajes del cine europeo en 2009. Esperemos que así sean reconocidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El principio y el final de la película son momentos estelares. La primera media hora es de lo mejor, con Malik preparando el crimen del árabe, entrenando con su cuchilla en la boca y el crimen mismo. Tiene pulso, ritmo, nervio... Y el final, con Luciani caminando hacia el que fue su discípulo y dos matones cortándole el paso, es revelador. Ahora manda Malik.

6,4
4.039
6
17 de diciembre de 2008
17 de diciembre de 2008
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la mejor de Huston ni la mejor de Newman, pero es una película más que digna y muy entretenida. Es una buena cinta de espías, en la que el espectador tiene que ir averigüando cosas a medida que avanza la película porque no siempre se le da demasiada información. Que Rearden es un espía parece claro desde el principio, pero luego hay que ir desmadejando la trama en la cárcel, primero, en Irlanda, después, y en Malta, por último.
Para quien no lo sepa, Rearden (Newman) es un espía que trabaja al servicio de un hombre llamado Mackintosh, en la inteligencia británica. Este buen hombre descubre un complot organizado por un diputado británico que posiblemente pase información a una potencia enemiga. Y ahí está Newman para esclarecerlo todo, infiltrándose en el grupo y recibiendo más de una paliza, como de costumbre.
Para quien no lo sepa, Rearden (Newman) es un espía que trabaja al servicio de un hombre llamado Mackintosh, en la inteligencia británica. Este buen hombre descubre un complot organizado por un diputado británico que posiblemente pase información a una potencia enemiga. Y ahí está Newman para esclarecerlo todo, infiltrándose en el grupo y recibiendo más de una paliza, como de costumbre.

6,8
25.848
7
6 de marzo de 2011
6 de marzo de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me enfrento a Pan Negro con demasiados prejuicios. El primero, que es otra película española más sobre la posguerra y el tema ya está un poquito manido. El segundo, que es otra película española más protagonizada por niños y eso también me tiene un pelín harto. El tercero, que es otra película española y hace tiempo que dejé de interesarme por nuestro cine. La primera escena disipa bastante mis ganas de no ver esta película. Es un comienzo brutal y espectacular que mete al espectador en la historia.
A partir de ahí la película retrata la vida en un pueblo de la Cataluña profunda durante la posguerra. Se aprecian las diferencias entre los vencedores y los vencidos en todos los estamentos de la sociedad: la escuela, el campo, la iglesia, los homosexuales, los tísicos... Como en todas las películas españolas de la posguerra, hay estereotipos muy marcados (casi siempre ciertos, por otra parte) como ese alcalde tan cabrón, los guardias civiles torturadores, el cura que aparece poquísimo pero que se niega a realizar un funeral por un rojo, la opulencia de los ricos, etc.
Pero hay una atmósfera opresora por encima de todo y eso no es fácil de crear. La película avanza en tensión y resulta dura, muy dura, sin que apenas haya escenas de crueldad manifiesta, salvo la del principio. En ese sentido me recordó en parte a la Cinta blanca, donde el miedo estaba más patente en el ambiente que en lo que se mostraba.
Además de eso, la película tiene un guión bastante currado e inteligente que hace que ciertos detalles sean imprescindibles para resolver la historia, a veces con sorpresa. Es una película que te deja pensando, que te hace reflexionar un rato sobre lo que has visto, y eso no la consiguen todas. Y menos las españolas.
A partir de ahí la película retrata la vida en un pueblo de la Cataluña profunda durante la posguerra. Se aprecian las diferencias entre los vencedores y los vencidos en todos los estamentos de la sociedad: la escuela, el campo, la iglesia, los homosexuales, los tísicos... Como en todas las películas españolas de la posguerra, hay estereotipos muy marcados (casi siempre ciertos, por otra parte) como ese alcalde tan cabrón, los guardias civiles torturadores, el cura que aparece poquísimo pero que se niega a realizar un funeral por un rojo, la opulencia de los ricos, etc.
Pero hay una atmósfera opresora por encima de todo y eso no es fácil de crear. La película avanza en tensión y resulta dura, muy dura, sin que apenas haya escenas de crueldad manifiesta, salvo la del principio. En ese sentido me recordó en parte a la Cinta blanca, donde el miedo estaba más patente en el ambiente que en lo que se mostraba.
Además de eso, la película tiene un guión bastante currado e inteligente que hace que ciertos detalles sean imprescindibles para resolver la historia, a veces con sorpresa. Es una película que te deja pensando, que te hace reflexionar un rato sobre lo que has visto, y eso no la consiguen todas. Y menos las españolas.
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