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8
12 de septiembre de 2024
12 de septiembre de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuatro hombres y una plegaria es una película es una obra menor dentro de la filmografía de John Ford, se nota que Ford la hizo por encargo, y aún así, una película menor, un thriller por encargo, de John Ford, resulta ser mejor que el 90 o inocuo 95% de los thrillers que se hacen.
Cuatro hombres y una plegaria es un thriller en el que cuatro hermanos intentarán limpiar el nombre de su padre, un militar condenado por un consejo de guerra injustamente. Eso les llevará a a investigación por todo el mundo en el que el interés romántico de uno de ellos les ayudará, y es Loretta Young, y es uno de los problemas. Se supone que los protagonistas son los cuatro hermanos, todos los personajes son fantásticos, pero, hay algunos que son más protagonistas que otros; el personaje de Richard Greene, Geoffrey, es el hermano más protagonista, pero, es más, el personaje de Loretta Young llega a ser más protagonista; sobretodo esto ocurre a mitad de película cuando están en Buenos Aires, donde los otros dos hermanos se olvidan de ellos; el resto funciona, funciona porque son personajes carismáticos y porque Loretta Young está maravillosa. Y funciona porque Ford construye este thriller con su habitual maestría visual, ósea, pocos directores tienen el nivel de Ford, aquí vuelve a demostrar porque es, para muchos, el mejor director de la historia; bueno, tiene dos escenas de ejecución, sencillamente increíbles.
Pero, claro, al ser una película por encargo se nota, falta esa temática autora de Ford; el momento más Ford es el del cuadro de la madre; y evidentemente el personaje de Barry Fitzgerald, porque es el personaje zumbado y borrachín que siempre mete Ford
También, como tema de fondo, hay una crítica al negocio de la guerra, en como las empresas armamentiscas se enriquecen en países tercero mundista, hay un diálogo que recuerda un montón a la película El señor de la guerra, con Nicolas Cage (una de las buenas películas de Cage), prácticamente es casi el mismo.
Thriller cojonudo de Ford.
Cuatro hombres y una plegaria es un thriller en el que cuatro hermanos intentarán limpiar el nombre de su padre, un militar condenado por un consejo de guerra injustamente. Eso les llevará a a investigación por todo el mundo en el que el interés romántico de uno de ellos les ayudará, y es Loretta Young, y es uno de los problemas. Se supone que los protagonistas son los cuatro hermanos, todos los personajes son fantásticos, pero, hay algunos que son más protagonistas que otros; el personaje de Richard Greene, Geoffrey, es el hermano más protagonista, pero, es más, el personaje de Loretta Young llega a ser más protagonista; sobretodo esto ocurre a mitad de película cuando están en Buenos Aires, donde los otros dos hermanos se olvidan de ellos; el resto funciona, funciona porque son personajes carismáticos y porque Loretta Young está maravillosa. Y funciona porque Ford construye este thriller con su habitual maestría visual, ósea, pocos directores tienen el nivel de Ford, aquí vuelve a demostrar porque es, para muchos, el mejor director de la historia; bueno, tiene dos escenas de ejecución, sencillamente increíbles.
Pero, claro, al ser una película por encargo se nota, falta esa temática autora de Ford; el momento más Ford es el del cuadro de la madre; y evidentemente el personaje de Barry Fitzgerald, porque es el personaje zumbado y borrachín que siempre mete Ford
También, como tema de fondo, hay una crítica al negocio de la guerra, en como las empresas armamentiscas se enriquecen en países tercero mundista, hay un diálogo que recuerda un montón a la película El señor de la guerra, con Nicolas Cage (una de las buenas películas de Cage), prácticamente es casi el mismo.
Thriller cojonudo de Ford.

8,0
28.902
10
12 de septiembre de 2024
12 de septiembre de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Orson Welles se metió a hacer Ciudadano Kane, un tipo que venía de la radio, que como él mismo afirmó no sabía nada de cine antes de meterse en proyecto, se proyectó esta película, La diligencia de John Ford, porque consideraba que no había mejor escuela de cine.
Y es que La diligencia de John Ford es una de las grandes obras maestras de la historia del cine, perfectamente podría estar en un top 20 o incluso top 15 de las mejores películas de la historia. Por su magistral dirección, su guión de dinámica de grupo y estudio de personajes, el uso del paisaje, lo que implicó para el género wenstern, y para el cine acción, porque el cine de acción tal como lo conocemos hoy día no existe sin La diligencia, y es tan sencillo como verse esta película y acto seguido verse una de las películas más queridas del último siglo, Mad Max Fury Road, y descubrir que todo ya estaba aquí.
Se puede usar Mad Max Fury Road para otros paralelismos con La diligencia, pues hay que recordar que desde hacía tiempo el cine de acción de Hollywood llevaba varias décadas en capa caída, el género estaba monopolizado por el cgi, películas de superhéroes, Transformers, etc… entonces en 2015 llegó Fury Road y supuso un sople de aire fresco para el cine de acción palomitero, porque con una historia simplona a más no poder, ir del punto A al B, sorprendía en su narrativa, en su montaje, su dirección y sus escenas de acción. Eso mismo fue La diligencia, el género wenstern estaba de capa caída en la década de los 30 debido a grandes fracasos en taquilla que lo redujeron a cine de serie b con temas muy infantiles, vaqueros cantarines, animalitos; dentro del propio John Ford pasan más de 10 años hasta que vuelve a hacer un wenstern, su anterior Wenstern es de 1926, Tres hombres malos (me refiero a fracaso en taquilla, porque como película es un peliculon); que por cierto, en mí repaso anual a la filmografía de Ford da rabia ver que lo que tardo en hacer otro wenstern, aunque dejó algunas obras maestras como Cuatro hijos o El delator, y joyas como El huracán de la isla, El arado y las estrellas o Air Mail (por decir algunos de los muchos títulos), se echaba de menos que el maestro del wenstern recuperase este género del que prácticamente no es padre. Entonces, con La diligencia rescata el género y le da una madurez, por ese componente psicológico de personajes que son estereotipos, y las situaciones dramáticas y violentas que viven, en La diligencia hay una violencia que no era lo común en la época; al igual que visualmente no es una película común para su época; no es porque sea la primera vez que Ford enfoca el maravilloso paisaje del mítico Monument Valley, es por el uso de ese paisaje, como un personaje más, un lugar amenazador que esconde peligros, donde no hay civilización; algo que como digo hereda Mad Max, toda la saga, pero en particular Fury Road es que a parte de la historia prácticamente idéntica, y las escenas de acción, tiene planos de gran paisaje que uno dice “si John Ford se levanta de su tumba te denuncia por plagio George Miller”, y no pasa nada, el propio Miller siempre ha citado La diligencia como uno de sus referentes. Volviendo a la película, como digo es una de las mejores y más influyentes, ya he citado esa anécdota de Orson Welles, y hay que fijarse en un detalle que parece una tontería pero es muy importante, los techos, no era común en el cine enseñar los techos en espacios cerrados, porque el lenguaje cinematográfico aún se estaba creando y muchas películas tenían un tono de teatro, teatralidad, y esta película rompe con esos, hay que fijarse en ese tipo de planos.
Por eso y más cosas, pues está en una película de la que se han escrito libros, que se estudia en las escuelas de cine, el montaje de esa increíble escena de acción final, la presentación de John Wayne que ya ha pasado a la historia, es que se podrían hablar horas y horas de La diligencia; obra maestra, y aún así su director tiene películas mejores, concretamente dos que los más fans las reconocerán al instante.
Y es que La diligencia de John Ford es una de las grandes obras maestras de la historia del cine, perfectamente podría estar en un top 20 o incluso top 15 de las mejores películas de la historia. Por su magistral dirección, su guión de dinámica de grupo y estudio de personajes, el uso del paisaje, lo que implicó para el género wenstern, y para el cine acción, porque el cine de acción tal como lo conocemos hoy día no existe sin La diligencia, y es tan sencillo como verse esta película y acto seguido verse una de las películas más queridas del último siglo, Mad Max Fury Road, y descubrir que todo ya estaba aquí.
Se puede usar Mad Max Fury Road para otros paralelismos con La diligencia, pues hay que recordar que desde hacía tiempo el cine de acción de Hollywood llevaba varias décadas en capa caída, el género estaba monopolizado por el cgi, películas de superhéroes, Transformers, etc… entonces en 2015 llegó Fury Road y supuso un sople de aire fresco para el cine de acción palomitero, porque con una historia simplona a más no poder, ir del punto A al B, sorprendía en su narrativa, en su montaje, su dirección y sus escenas de acción. Eso mismo fue La diligencia, el género wenstern estaba de capa caída en la década de los 30 debido a grandes fracasos en taquilla que lo redujeron a cine de serie b con temas muy infantiles, vaqueros cantarines, animalitos; dentro del propio John Ford pasan más de 10 años hasta que vuelve a hacer un wenstern, su anterior Wenstern es de 1926, Tres hombres malos (me refiero a fracaso en taquilla, porque como película es un peliculon); que por cierto, en mí repaso anual a la filmografía de Ford da rabia ver que lo que tardo en hacer otro wenstern, aunque dejó algunas obras maestras como Cuatro hijos o El delator, y joyas como El huracán de la isla, El arado y las estrellas o Air Mail (por decir algunos de los muchos títulos), se echaba de menos que el maestro del wenstern recuperase este género del que prácticamente no es padre. Entonces, con La diligencia rescata el género y le da una madurez, por ese componente psicológico de personajes que son estereotipos, y las situaciones dramáticas y violentas que viven, en La diligencia hay una violencia que no era lo común en la época; al igual que visualmente no es una película común para su época; no es porque sea la primera vez que Ford enfoca el maravilloso paisaje del mítico Monument Valley, es por el uso de ese paisaje, como un personaje más, un lugar amenazador que esconde peligros, donde no hay civilización; algo que como digo hereda Mad Max, toda la saga, pero en particular Fury Road es que a parte de la historia prácticamente idéntica, y las escenas de acción, tiene planos de gran paisaje que uno dice “si John Ford se levanta de su tumba te denuncia por plagio George Miller”, y no pasa nada, el propio Miller siempre ha citado La diligencia como uno de sus referentes. Volviendo a la película, como digo es una de las mejores y más influyentes, ya he citado esa anécdota de Orson Welles, y hay que fijarse en un detalle que parece una tontería pero es muy importante, los techos, no era común en el cine enseñar los techos en espacios cerrados, porque el lenguaje cinematográfico aún se estaba creando y muchas películas tenían un tono de teatro, teatralidad, y esta película rompe con esos, hay que fijarse en ese tipo de planos.
Por eso y más cosas, pues está en una película de la que se han escrito libros, que se estudia en las escuelas de cine, el montaje de esa increíble escena de acción final, la presentación de John Wayne que ya ha pasado a la historia, es que se podrían hablar horas y horas de La diligencia; obra maestra, y aún así su director tiene películas mejores, concretamente dos que los más fans las reconocerán al instante.
Mediometraje

6,3
202
8
10 de septiembre de 2024
10 de septiembre de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A prueba de balas (Straight Shooting), la ópera prima de John Ford, antes había hecho cuatro cortometrajes, todos perdidos, y este es su primer largometraje, que no podía ser otra cosa que un wenstern, el inicio de el mejor director de la historia.
Bajo una premisa sencilla, una historia sobre las célebres luchas por la tierra entre ganaderos y granjeros, el protagonista (interpretado por Harrey Carey) es el prototipo del vaquero, un hombre solitario, parco en palabras, maña con la pistola, que en este caso debe elegir posicionarse en un bando u otro y al final seguir su camino.
Lo sorprendente es como John Ford, siendo su primer largometraje, en 1917, ya manejaba con maestría todas las claves narrativas de este arte incipiente, algo que se ve no solo en esos grandes paisajes (marca de la casa Ford) o las composiciones de plano (este hombre componía el plano de una forma que no es ni medio normal), véase la escena de acción final, que son como 20 minutos de tiroteo rodado y montado como Dios, o la escena del duelo, en la que adelanta cosas que décadas después recogería Sergio Leone para el spaguetti wenstern.
Maravilloso inicio de una carrera sin parangón en la historia del cine.
Bajo una premisa sencilla, una historia sobre las célebres luchas por la tierra entre ganaderos y granjeros, el protagonista (interpretado por Harrey Carey) es el prototipo del vaquero, un hombre solitario, parco en palabras, maña con la pistola, que en este caso debe elegir posicionarse en un bando u otro y al final seguir su camino.
Lo sorprendente es como John Ford, siendo su primer largometraje, en 1917, ya manejaba con maestría todas las claves narrativas de este arte incipiente, algo que se ve no solo en esos grandes paisajes (marca de la casa Ford) o las composiciones de plano (este hombre componía el plano de una forma que no es ni medio normal), véase la escena de acción final, que son como 20 minutos de tiroteo rodado y montado como Dios, o la escena del duelo, en la que adelanta cosas que décadas después recogería Sergio Leone para el spaguetti wenstern.
Maravilloso inicio de una carrera sin parangón en la historia del cine.
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