No es para nada un remake de la aventura del poseidón. Los personajes no son los mismos, son fríos, huecos, y se les ve en la cara que quieren cobrar cuanto antes. Ni siquiera los efectos especiales logran salvar esta lamentable película de verano. Sobre todo las interpretaciones de Russell y Dreyfus son patéticas, sin sentimientos, sin sufrimiento. Hacen que la tragedia del barco sea un paseo por un parque de atracciones y todo lo que tenía de interesante la antigua, lo tiene de cutre la moderna.
Una lástima tratándose de un buen director como Petersen.