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7
3 de septiembre de 2014
3 de septiembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro de esos oscuros thrillers de los 90 que surgieron al rebufo de "Seven" y que, de una u otra manera, estaban influidos por la peli de David Fincher. En este caso hasta el slogan presumía de ello ("Al más puro estilo de Seven"). Pero lo cierto es que son películas muy distintas, tanto en intenciones como en resultados. Aquí no tenemos un guión comparable al de Andrew Kevin Walker ni, por supuesto, una dirección como la de Fincher. Pero si nos olvidamos de influencias y nos dejamos llevar por la historia, podemos degustar una entretenida y disfrutable cinta que cuenta además con un interesante reparto y un inesperado y hasta divertido final.
El guión es algo rutinario, pero tiene algún que otro elemento de interés y, sobre todo, un par de giros no esperados -especialmente el segundo- que hacen subir puntos a la película. La dirección de Mark Allen Michaels no pasa de discreta. En cuanto a las escenas de los asesinatos, son ligeramente inquietantes, aunque al killer apenas se le vislumbra y la muertes no son muy gráficas. Tampoco hay demasiados sospechosos ni pistas falsas, aunque el director logra mantener el interés en todo momento y conducirnos a ese final que deja muy buen sabor de boca.
Entre los interpretes, además de un apagado Michael Rogue como protagonista, destaca Charles Hallahan ("La cosa") en la que fue su última película, pues el actor falleció en ese mismo 1997. Del resto del reparto podemos mencionar a un irreconocible Dennis Christopher en un papel que pedía más protagonismo, al siempre eficiente Max Gail ("Pánico en San Francisco") y a una inesperada Tippi Hedren que tiene una pequeña intervención como psicóloga.
En modo alguno estamos ante una gran película, pero sí ante un thriller que se deja ver, que tiene sus momentos, y que guarda lo mejor para el final.
PD La fecha de producción del film es 1997 (año de su estreno en vídeo en Alemania)
El guión es algo rutinario, pero tiene algún que otro elemento de interés y, sobre todo, un par de giros no esperados -especialmente el segundo- que hacen subir puntos a la película. La dirección de Mark Allen Michaels no pasa de discreta. En cuanto a las escenas de los asesinatos, son ligeramente inquietantes, aunque al killer apenas se le vislumbra y la muertes no son muy gráficas. Tampoco hay demasiados sospechosos ni pistas falsas, aunque el director logra mantener el interés en todo momento y conducirnos a ese final que deja muy buen sabor de boca.
Entre los interpretes, además de un apagado Michael Rogue como protagonista, destaca Charles Hallahan ("La cosa") en la que fue su última película, pues el actor falleció en ese mismo 1997. Del resto del reparto podemos mencionar a un irreconocible Dennis Christopher en un papel que pedía más protagonismo, al siempre eficiente Max Gail ("Pánico en San Francisco") y a una inesperada Tippi Hedren que tiene una pequeña intervención como psicóloga.
En modo alguno estamos ante una gran película, pero sí ante un thriller que se deja ver, que tiene sus momentos, y que guarda lo mejor para el final.
PD La fecha de producción del film es 1997 (año de su estreno en vídeo en Alemania)

5,2
122
7
15 de septiembre de 2017
15 de septiembre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante los años 40 la Fox realizó un buen puñado de musicales coloridos y llenos de ritmo, principalmente interpretados por sus estrellas Betty Grable o Alice Faye. Y en la mayoría de ellos no solía faltar tampoco la presencia de Carmen Miranda “La bomba brasileña” quien en más de una ocasión eclipsaba -al menos en el apartado musical- con sus exóticos bailes y canciones o con su llamativo vestuario a las teóricas protagonistas. En esta ocasión y quizás porque la película iba a tener menor presupuesto (fue rodada en blanco y negro) se eligió en principio como protagonista a Carole Landis, actriz de trágico destino que nunca tuvo el rango de gran estrella, pero que era un rostro muy popular en esos años. Sin embargo y posiblemente debido a su turbulenta y problemática vida personal -que acabaría llevando a la Fox a cancelar su contrato a mediados de la década- fue sustituida al final por Vivian Blaine, otra estrella menor del estudio mucho menos conocida en aquellos momentos, pero con un físico que recordaba al de Alice Faye. Y aunque la cinta nunca obtuvo el beneplácito de la crítica, nadie pudo culpar de ello a la Blaine ya que tanto a nivel dramático como con sus canciones cumplió con creces y dejo muy buenas impresiones. Años después, ya con la Metro Goldwyn Mayer, Vivian hizo sus dos películas más recordadas: “Faldas a bordo” y “Ellos y ellas”.
Por su parte, Carmen Miranda tiene aquí solamente un número musical (el mejor del film para mi gusto) ya que el otro que estaba previsto no pudo incluirse por problemas legales con la Paramount que poseía los derechos.
A destacar también al cantante Perry Como que ya había trabajado antes con Vivian Blaine. Aquí interpreta varios temas, incluidos dos junto a Martha Stewart, la tercera de las féminas en discordia. Mientras que Dennis O’Keeffe, que no interviene en ninguno de los números musicales, es de largo el mejor actor del reparto y su interpretación está un peldaño por encima del resto. No se puede decir lo mismo de Stephen Dunne, algo soso y diluido como rival amoroso de O’Keefe. El director Lewis Seiler volvería a dirigir el año siguiente a Blaine, Como y Miranda en otro músical: “If I’m Lucky”.
La película está basada en la obra teatral de Louise Havick y entre los números musicales se incluyen: “Walking in my Dreams”, “Dig You Later”, “Here Comes Heaveb Again” y “Chico Chico”. Todos ellos de Jimmy McHugh y Harold Adamson.
Aunque no es un musical demasiado conocido resulta agradable y está lleno de encanto siendo muy disfrutable para cualquier seguidor del género.
Por su parte, Carmen Miranda tiene aquí solamente un número musical (el mejor del film para mi gusto) ya que el otro que estaba previsto no pudo incluirse por problemas legales con la Paramount que poseía los derechos.
A destacar también al cantante Perry Como que ya había trabajado antes con Vivian Blaine. Aquí interpreta varios temas, incluidos dos junto a Martha Stewart, la tercera de las féminas en discordia. Mientras que Dennis O’Keeffe, que no interviene en ninguno de los números musicales, es de largo el mejor actor del reparto y su interpretación está un peldaño por encima del resto. No se puede decir lo mismo de Stephen Dunne, algo soso y diluido como rival amoroso de O’Keefe. El director Lewis Seiler volvería a dirigir el año siguiente a Blaine, Como y Miranda en otro músical: “If I’m Lucky”.
La película está basada en la obra teatral de Louise Havick y entre los números musicales se incluyen: “Walking in my Dreams”, “Dig You Later”, “Here Comes Heaveb Again” y “Chico Chico”. Todos ellos de Jimmy McHugh y Harold Adamson.
Aunque no es un musical demasiado conocido resulta agradable y está lleno de encanto siendo muy disfrutable para cualquier seguidor del género.

5,8
92
8
24 de agosto de 2013
24 de agosto de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro atractivo film de terror psicológico de procedencia inglesa que cuenta con un brillante reparto: Cliff Robertson ("Fascinación"), Jean Simmons "(Pasos en la niebla"), Jenny Agutter ("Un hombre lobo americano en Londres"), Simon Ward ("Encuentro mortal"), Judy Jeeson ("Miedo en la noche"); y tiene una correcta dirección de Michael Anderson ("Orca, la ballena asesina"; " Bells, llamada mortal"...)
Como tantas cintas de este estilo, bebe también de "Las diabólicas" (esa influencia eterna) y aunque el guión no es de Jimmy Sangster, bien podría haber sido firmado por el conocido guionista de la Hammer ya que la historia es muy sangsteriana. Lo que significa: misterio, suspense, sustos y giros.
La película tiene una buena factura técnica, cierto estilo visual y, por supuesto, el inconfundible toque british. Por lo demás, es un film sobrio, comedido y dotado de una buena atmósfera.
Muy recomendable para el fan.
Como tantas cintas de este estilo, bebe también de "Las diabólicas" (esa influencia eterna) y aunque el guión no es de Jimmy Sangster, bien podría haber sido firmado por el conocido guionista de la Hammer ya que la historia es muy sangsteriana. Lo que significa: misterio, suspense, sustos y giros.
La película tiene una buena factura técnica, cierto estilo visual y, por supuesto, el inconfundible toque british. Por lo demás, es un film sobrio, comedido y dotado de una buena atmósfera.
Muy recomendable para el fan.
22 de agosto de 2013
22 de agosto de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una estimable película que recrea de forma fidedigna la figura de "The Pied Piper of Tucson". Destaca por su tono realista y serio al afrontar la figura de Skipper y la psicología del personaje. Esa frialdad y naturalidad en su forma de actuar está muy bien retratada y resulta de lo más inquietante.
También es destacable el rigor y la solidez con los que están tratados los hechos y el pequeño mundo en el que se mueve el protagonista. Esto último se aprecia sobre todo en el buen uso que hace el director del escenario, un pequeño pueblo de Arizona (paradójicamente cambiado en la película por uno californiano), y la manera en la que se desenvuelven en él los protagonistas dentro de una atmósfera depresiva que, al igual que el desierto, rodea la pequeña ciudad.
Todo está resaltado con una luminosa fotografía, que contrasta con el tono oscuro del relato, y una acertadísima banda sonora.
Igualmente buenas son las interpretaciones de prácticamente todo el reparto, empezando por un Robert F. Lyons ("La oscura noche del espantapájaros") seguro y convincente en su papel de joven psicópata, continuando con todos los grandes nombres de veteranos que aparecen en breves pero significativos papeles, y terminando por los entonces jóvenes Richard Thomas ("Pesadilla en la nieve") y Belinda Montgomery ("Silent Madness").
Aunque el comienzo del film es formidable y nos predispone a algo grande, a medida que la narración avanza va perdiendo algo de fuelle, viéndose perjudicada la acción en ocasiones por el excesivo diálogo. Sin embargo, el resultado global es notable y la película es totalmente recomendable.
También es destacable el rigor y la solidez con los que están tratados los hechos y el pequeño mundo en el que se mueve el protagonista. Esto último se aprecia sobre todo en el buen uso que hace el director del escenario, un pequeño pueblo de Arizona (paradójicamente cambiado en la película por uno californiano), y la manera en la que se desenvuelven en él los protagonistas dentro de una atmósfera depresiva que, al igual que el desierto, rodea la pequeña ciudad.
Todo está resaltado con una luminosa fotografía, que contrasta con el tono oscuro del relato, y una acertadísima banda sonora.
Igualmente buenas son las interpretaciones de prácticamente todo el reparto, empezando por un Robert F. Lyons ("La oscura noche del espantapájaros") seguro y convincente en su papel de joven psicópata, continuando con todos los grandes nombres de veteranos que aparecen en breves pero significativos papeles, y terminando por los entonces jóvenes Richard Thomas ("Pesadilla en la nieve") y Belinda Montgomery ("Silent Madness").
Aunque el comienzo del film es formidable y nos predispone a algo grande, a medida que la narración avanza va perdiendo algo de fuelle, viéndose perjudicada la acción en ocasiones por el excesivo diálogo. Sin embargo, el resultado global es notable y la película es totalmente recomendable.
6
16 de agosto de 2013
16 de agosto de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los clásicos de Herschell Gordon Lewis y la tercera y última de sus colaboraciones con el productor David F. Friedman.
Nos cuenta la historia de un pintor demente que vive a orillas del mar y cuyo "hobby" consiste en asesinar, tras largos suplicios, a los adolescentes que acuden a bañarse en las cercanías. Después utiliza su sangre para pintar cuadros dantescos que reflejan la propia agonía de sus víctimas, destripadas o descuartizadas para inspirar y dar tonos rojizos a sus macabras pinturas.
Se trata de un slasher algo atípico ya que cuenta con escasas muertes y además la sangre tampoco abunda demasiado, al menos para una película del "director gore" por excelencia.
La interpretación de Don Joseph (Gordon Oas-Heim) es su rol de pintor desquiciado es de las mejores en el cine de Lewis, aunque el film, en líneas generales, no tiene el carisma de las dos primeras obras de su autor. Aún así, esta cinta queda por encima de otros títulos más famosos del padrino del gore, como "The Gore Gore Girls"
Nos cuenta la historia de un pintor demente que vive a orillas del mar y cuyo "hobby" consiste en asesinar, tras largos suplicios, a los adolescentes que acuden a bañarse en las cercanías. Después utiliza su sangre para pintar cuadros dantescos que reflejan la propia agonía de sus víctimas, destripadas o descuartizadas para inspirar y dar tonos rojizos a sus macabras pinturas.
Se trata de un slasher algo atípico ya que cuenta con escasas muertes y además la sangre tampoco abunda demasiado, al menos para una película del "director gore" por excelencia.
La interpretación de Don Joseph (Gordon Oas-Heim) es su rol de pintor desquiciado es de las mejores en el cine de Lewis, aunque el film, en líneas generales, no tiene el carisma de las dos primeras obras de su autor. Aún así, esta cinta queda por encima de otros títulos más famosos del padrino del gore, como "The Gore Gore Girls"
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