Pues tendré que partir una lanza para esta película. Una película altamente vacía, pues no profundiza en nada, pero es exactamente en este vacío donde se puede encontrar la belleza de este film, que, independientemente del erotismo, las relaciones familiares o el amor, es una historia sobre la comedia romántica teatral.

Suena pretencioso, y desde luego la película no le llega a la suela de los zapatos, pero está muy relacionada con El Sueño de una Noche de Verano del que intenta buscar cierta similitud en la comedia vacía, en las situaciones irreales y en el amor espontáneo, pero de manera diferente. Puede que sólo apta para los grandes amantes de los cuentos o las comedias teatrales vacías, sin argumentos ni tramas, pues eso es realmente esta película, un cuento, una fantasía, un sueño, un verso y, como tal, no es una obra de arte, pero desde luego no merece tal lapidación por parte de la crítica profesional y aficionada.

No le tengan miedo, no es tan mala como la pintan, tiene cierta belleza y, desde luego, para la hora y veinte escasa que dura el film, no es ningún tostón.

La verdad es que la peli es algo floja, está completamente justificado que haya pasado desapercibida, algunas tramas son irreales, otras se han introducido de manera muy forzada y las interpretaciones están muy sobreactuadas, la de todos, de hecho, el mejor que lo hace es Pepo Oliva, así que ya se pueden hacer una idea.

Sin embargo, la escasa hora y media que dura la película se pasa volando, pues en conjunto hay que llegar a la conclusión de que se trata de una película entretenida pese a sus defectos.

No es indispensable en absoluto, pero tampoco perderán el tiempo si deciden verla.

Es una película para televisión más cercana al SyFy que a la BBC, esto es, vestuarios cutres con joyería de plástico, decorados de cartón piedra, efectos especiales hechos con Windows 95 y actores que demuestran por qué han acabado haciendo telefilmes.

Eso es lo que verá cualquier televidente común y de ahí su baja calificación y merecida además. Sin embargo, para el aficionado D&D encontrará una muy grata película superior incluso a su nefasta primera parte (del que bebe muy poco excepto el papel de Bruce Payne) por sus enormes referencias al famoso juego de rol del que debe su nombre.

Así es, en D&D: Wrath of the Dragon God sí vemos una representación de lo que es una partida de Dragones y Mazmorras. Una quest, con un variopinto grupo de personajes (todos clasicazos, el Guerrero, la Bárbara, el Clérigo, el Ladrón, la Hechicera..), que luchan contra enemigos de campo y se adentran en profundas mazmorras, donde todos y cada uno de ellos debe usar sus habilidades específicas de clase para llevar a cabo la quest. Sin contar las numerosas referencias a los objetos del juego, como el nombre de las armas, los conjuros o items como la Piedra de Visión Verdadera.

En definitiva, sólo apta para aficionados a D&D, que lo encontrarán más buena que la primera parte. Para todos los demás, lo encontrarán aún más mala que la primera parte. Están avisados.

Salvo de la quema a Max Von Sydow y Geraldine Chaplin, únicos convincentes en sus papeles. El resto no tiene chispa ninguna y no producen que tengamos sentimiento alguno hacia ellos. Puede que sea por lo forzado de algunas escenas, queriendo rematar hechos trascendentales de la historia en pocos segundos, eso no ayuda a que las actuaciones sean creíbles.

Si acaso, en hora y media, hubiera sido mejor adaptar una de las dos partes de la historia, en vez de todo en la misma película, eso haría que no todo esté demasiado forzado o que se nos quite la sensación de que los personales consiguen una evolución tan grande en tan sólo pocas horas.

28 Hotel Rooms es la típica película de alcoba, que narra la convivencia de dos amantes en la cama, que se citan en varios hoteles diferentes para dar rienda suelta a su pasión (imagino que hasta 28 veces por el título, pero admito que no las he contado).

Sin embargo, este trabajo del desconocido Matt Ross nuestra bastante más humanidad respecto a este tema, no sólo el típico sentimiento de culpa por lo que hacen sino también entre ellos: a dónde va su relación, cuáles son sus sentimientos y mil cosas más.

Personalmente este tipo de películas me aburren soberanamente, pero con 28 Hotel Rooms no fue así. No es sólo una película para amantes o infieles o que hayan vivido alguna vez algo parecido. Su convivencia, sus conversaciones y sus sentimientos te resultarán muy familiares seas cual sea tu experiencia en el amor.