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5,2
12.329
7
21 de octubre de 2022
21 de octubre de 2022
31 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escuchando las declaraciones de The Rock durante la promoción de esta película todo parece indicar que está mucho más involucrado en el futuro del DCU de lo que cabría esperar de un actor. No sé hasta qué punto influye -o influirá- en decisiones creativas o si tendrá más o menos poder de decisión en general sobre algunos temas, pero el esperado regreso anunciado a bombo y platillo (y que no revelaré en estas líneas por si alguien no lo sabe, no estropearle la sorpresa cuando lo vea en el cine, cosa que bien podrían haber hecho desde la propia compañía) está claro que ha sido, en gran parte, gracias a su trabajo fuera de los focos.
Lo que si que está claro es que Black Adam, que llegará a nuestros cines este 21 de octubre, es un producto “Made in The rock”. Muchísimo más que un producto “Made in DCU”. Y digo esto porque -y supongo que en Warner eran conscientes al hacer la película- un actor como la roca monopoliza mucho tanto el tono como la puesta en escena en sus películas. Ya sea porque, como decía antes, él haya conseguido control creativo o porque el director español Jaume Collet-Serra se haya querido adaptar al actor estadounidense buscando sacarle el máximo partido a su faceta de absoluta estrella. La cuestión es que Black Adam es más bien The Rock siendo un superhéroe. Y esto no es ni bueno ni malo perse. Sino que tiene aspectos positivos y otros que no lo son tanto.
Creo que al actor le viene fenomenal este rol de antihéroe que tiene el personaje de los cómics. Que no deja de ser un superhéroe despertado 5000 años después del inicio de su letargo y que sigue anclado en su particular idea de justicia marcada por vivir en un régimen tiránico y que tiene que ver mucho más con la venganza que con cualquier otra cosa.
Y también pienso que el carisma del actor y su capacidad para conocer sus propios límites actorales ayudan mucho a que su interpretación se mantenga siempre en la justa medida entre resultar imponente cuando debe y divertido/acido cuando la película lo requiere. Esto es lo positivo de un fichaje que, desde luego, va a dar mucho que hablar entre los fans del universo cinematográfico de DC. El hándicap, prácticamente diría que autoimpuesto, viene cuando toda la película la noto como una especie de puesta en escena perpetua para hacernos admirar a La roca. El abuso hasta la extenuación de la cámara lenta -incluso más que en las películas de Snyder, que ya abusaba en exceso de ella- o el encadenamiento de batallas sin ton ni son para que le vamos destrozar cosas creo que son el peaje que debemos pagar por alejarse de un estilo más DC y meterse más en uno del estilo de “The rock brillando en pantalla”.
Esto, obviamente, a los fans acérrimos del actor no les molestará. Pero yo, intentando ser un poco objetivo y a pesar de que suele gustarme la Roca casi siempre, lo he notado muy excesivo en varios momentos de la cinta.
En cualquier caso, la cinta no deja de ser un buen entretenimiento de acción muy desenfrenada, muertes -sin sangre eso sí- y destrucción masiva. Pero uno echa en falta algo más de desarrollo de personajes y algo menos de tortazos. Soy el primero que celebra en este tipo de cine buenas escenas de acción, pero en la película que nos atañe hay un exceso de ellas, prácticamente encadenándolas unas con otras, sin apenas transiciones narrativas que las conecten entre sí. Además, cuando tienes a un actor como Pierce Brosnan interpretando a un superhéroe tan molón como el que interpreta aquí, yo habría agradecido que le hubiesen dado algo más de cancha para desarrollarlo.
Para mí, el principal problema de Black Adam es su tendencia al exceso en casi todo lo que plantea y en las formas en que suele resolverlo todo. Por el contrario, creo que visualmente está francamente cuidada y que, aunque abusa del CGI, este no “canta” como si lo ha hecho en algunos productos Marvel que hemos tenido últimamente. La música, además, acompaña muy bien a esas escenas de acción y le dan un extra importante a las mismas. Aunque, en ocasiones, caiga en algún momento muy videoclipero que era evitable.
En definitiva: Creo que Black Adam es una película muy entretenida, con dos horas de acción prácticamente frenética que se pasan volando y con un actor protagonista que está sumamente cómodo en su rol. En mi caso, es una película que se me queda a medio gas por la falta de un guion que este tan cuidado como lo están las escenas tan sumamente espectaculares que van regando todo el metraje. No creo que sea un problema para echarse a llorar, ni mucho menos, pero es un problema que existe y que debo señalar.
Por cierto, tiene una escena postcreditos al final de los créditos animados (unos dos minutos después de acabar la cinta). Merece mucho la pena verla.
Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Lo que si que está claro es que Black Adam, que llegará a nuestros cines este 21 de octubre, es un producto “Made in The rock”. Muchísimo más que un producto “Made in DCU”. Y digo esto porque -y supongo que en Warner eran conscientes al hacer la película- un actor como la roca monopoliza mucho tanto el tono como la puesta en escena en sus películas. Ya sea porque, como decía antes, él haya conseguido control creativo o porque el director español Jaume Collet-Serra se haya querido adaptar al actor estadounidense buscando sacarle el máximo partido a su faceta de absoluta estrella. La cuestión es que Black Adam es más bien The Rock siendo un superhéroe. Y esto no es ni bueno ni malo perse. Sino que tiene aspectos positivos y otros que no lo son tanto.
Creo que al actor le viene fenomenal este rol de antihéroe que tiene el personaje de los cómics. Que no deja de ser un superhéroe despertado 5000 años después del inicio de su letargo y que sigue anclado en su particular idea de justicia marcada por vivir en un régimen tiránico y que tiene que ver mucho más con la venganza que con cualquier otra cosa.
Y también pienso que el carisma del actor y su capacidad para conocer sus propios límites actorales ayudan mucho a que su interpretación se mantenga siempre en la justa medida entre resultar imponente cuando debe y divertido/acido cuando la película lo requiere. Esto es lo positivo de un fichaje que, desde luego, va a dar mucho que hablar entre los fans del universo cinematográfico de DC. El hándicap, prácticamente diría que autoimpuesto, viene cuando toda la película la noto como una especie de puesta en escena perpetua para hacernos admirar a La roca. El abuso hasta la extenuación de la cámara lenta -incluso más que en las películas de Snyder, que ya abusaba en exceso de ella- o el encadenamiento de batallas sin ton ni son para que le vamos destrozar cosas creo que son el peaje que debemos pagar por alejarse de un estilo más DC y meterse más en uno del estilo de “The rock brillando en pantalla”.
Esto, obviamente, a los fans acérrimos del actor no les molestará. Pero yo, intentando ser un poco objetivo y a pesar de que suele gustarme la Roca casi siempre, lo he notado muy excesivo en varios momentos de la cinta.
En cualquier caso, la cinta no deja de ser un buen entretenimiento de acción muy desenfrenada, muertes -sin sangre eso sí- y destrucción masiva. Pero uno echa en falta algo más de desarrollo de personajes y algo menos de tortazos. Soy el primero que celebra en este tipo de cine buenas escenas de acción, pero en la película que nos atañe hay un exceso de ellas, prácticamente encadenándolas unas con otras, sin apenas transiciones narrativas que las conecten entre sí. Además, cuando tienes a un actor como Pierce Brosnan interpretando a un superhéroe tan molón como el que interpreta aquí, yo habría agradecido que le hubiesen dado algo más de cancha para desarrollarlo.
Para mí, el principal problema de Black Adam es su tendencia al exceso en casi todo lo que plantea y en las formas en que suele resolverlo todo. Por el contrario, creo que visualmente está francamente cuidada y que, aunque abusa del CGI, este no “canta” como si lo ha hecho en algunos productos Marvel que hemos tenido últimamente. La música, además, acompaña muy bien a esas escenas de acción y le dan un extra importante a las mismas. Aunque, en ocasiones, caiga en algún momento muy videoclipero que era evitable.
En definitiva: Creo que Black Adam es una película muy entretenida, con dos horas de acción prácticamente frenética que se pasan volando y con un actor protagonista que está sumamente cómodo en su rol. En mi caso, es una película que se me queda a medio gas por la falta de un guion que este tan cuidado como lo están las escenas tan sumamente espectaculares que van regando todo el metraje. No creo que sea un problema para echarse a llorar, ni mucho menos, pero es un problema que existe y que debo señalar.
Por cierto, tiene una escena postcreditos al final de los créditos animados (unos dos minutos después de acabar la cinta). Merece mucho la pena verla.
Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
9
25 de julio de 2021
25 de julio de 2021
16 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Loki es un nuevo escalón (y muy sólido) en la escalera que está construyendo Marvel Studios hacia si siguiente evento TOP post Endgame (Seguramente lo veremos a finales de fase 5). Eso de que las series no iban a influir mucho en las películas se acaba aquí.
Una vez aclarado este punto, la serie me ha parecido una maravilla. En esta fase cuatro, de momento, gobernada por las series, estamos viendo que Marvel se está preocupando del desarrollo psicológico de sus personajes, de realmente darles una vuelta de tuerca más para que sean más personas y menos "deidades" y Loki sigue esa línea a pies juntillas. Cuando creíamos que no iban a poder hacer demasiado con Loki que no hubiesen hecho ya (o por lo menos, así lo creía yo) se han sacado de la chistera una evolución de personaje tremenda y que coloca a Loki en una posición tremendamente interesante para lo que pueda venir tanto en la segunda temporada como en posibles apariciones en alguna película. Los personajes nuevos que introducen a mí me han encantado y creo que van a dar muchísimo juego en el futuro. Veremos por qué caminos nos llevan próximamente, pero desde luego, si es como este que acabamos de transitar en estos seis capítulos, yo compro.
Una vez aclarado este punto, la serie me ha parecido una maravilla. En esta fase cuatro, de momento, gobernada por las series, estamos viendo que Marvel se está preocupando del desarrollo psicológico de sus personajes, de realmente darles una vuelta de tuerca más para que sean más personas y menos "deidades" y Loki sigue esa línea a pies juntillas. Cuando creíamos que no iban a poder hacer demasiado con Loki que no hubiesen hecho ya (o por lo menos, así lo creía yo) se han sacado de la chistera una evolución de personaje tremenda y que coloca a Loki en una posición tremendamente interesante para lo que pueda venir tanto en la segunda temporada como en posibles apariciones en alguna película. Los personajes nuevos que introducen a mí me han encantado y creo que van a dar muchísimo juego en el futuro. Veremos por qué caminos nos llevan próximamente, pero desde luego, si es como este que acabamos de transitar en estos seis capítulos, yo compro.

4,2
472
4
2 de junio de 2022
2 de junio de 2022
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una máxima que para mí es básica en este tipo de propuestas que están buscando el suspense y sorprender al espectador, que no es ni más ni menos que ser coherentes consigo mismas. Que una vez nos entregan toda la información y colocan la última pieza del puzle que han ido construyendo, poco a poco y durante todo el metraje, esa pieza encaje correctamente en su lugar y no parezca que está metida a presión en un sitio donde no cabe.
En esta ocasión, lamento decir que creo que la cinta que nos ocupa no sólo no cumple ese requisito básico sino que, además, se las apaña para ser preocupantemente previsible desde el inicio. Hecho que podría parecer contradictorio pero que luego explicaré con más detalle.
La película, que llegará a los cines españoles el 3 de junio de 2022, trata sobre la vida de un joven llamado David que vive muy cómodamente (y lujosamente) con su pareja, Alex y cuyo pasado ya se nos muestra desde el inicio esconde una serie de enigmas e historias oscuras que se van a ir desgranando durante el metraje. Y se irán desvelando gracias a la irrupción en la vida de David de su hermana, Blanca, que aparece después de muchos años de distanciamiento por un suceso traumático.
La premisa, a priori, es bastante interesante. Y debo decir que, desde la dirección (Chus Gutiérrez), hay un muy buen saber hacer para generar esa sensación de intriga y suspense que enganche al espectador desde el comienzo (la elección de la música y los planos que generan inquietud, cámara al hombro, etc.) llevándole a hacerse toda una serie de preguntas sobre qué pudo ocurrir realmente para que ambos hermanos estén tan distanciados y reñidos.
El problema es que, a pesar del buen hacer del director, el guion empieza a hacer aguas al pasar ese primer tercio introductorio para ir cayendo, poco a poco, en el terreno de lo surrealista e increíble. Como comentaba al inicio, van intentando rizar el rizo en busca de una sorpresa más, pero al trazarlo de forma tan exagerada, acaban apañándoselas para que no nos creamos los giros y, aparte, estos sean previsibles porque acabamos esperando esa vuelta de tuerca forzada de más.
El uso de los flashbacks me parece que está mal aprovechado y ejecutado. Hasta el punto de que parece que los personajes tengan todos algún tipo de amnesia (cosa que no ocurre, salvo uno de ellos que no tiene toda la información) y vayan recordando a medida que nosotros, como espectadores, vemos los hechos. Algo que podría ser efectivo en una película sobre estrés postraumático pero que no es el caso que nos atañe. Por otra parte, esa sensación de que recuerdan sobre la marcha acaba afectándote como espectador porque estás viendo que la forma de actuar de los personajes es poco coherente en muchísimos momentos con lo que se supone que deberían saber.
El reparto está muy bien en sus secundarios donde destacan Elena Irureta, Pedro Casablanc y Rubén Ochandiano. Pero las interpretaciones del trio principal formado por Maite Perroni, Mauricio Ochmann y Alfonso Bassave creo que no da el nivel requerido. Hay una clara descompensación o de talento o de implicación a favor de los primeros y es más evidente conforme pasan los minutos.
En definitiva, creo que nos encontramos ante una película que tenía buenas ideas en su concepción pero que no han sabido plasmarlas bien en un guion solido y funcional. Y cuya dirección salva los muebles todo lo que puede en muchos tramos de la película pero que, al final, ya no puede solventar los problemas acumulados que tiene el guion. Pienso, eso sí, que si no sois de esos espectadores que analizan la coherencia de todos los giros (entre los que me encuentro yo) y simplemente queréis entreteneros sin darle más vueltas, sí que es posible que acabéis por disfrutar con esta película. Tiene un metraje muy medido (menos de noventa minutos) y un ritmo muy elevado donde todo el rato van ocurriendo cosas.
@QuiqueMartin27, colaborador de mundoplustv
En esta ocasión, lamento decir que creo que la cinta que nos ocupa no sólo no cumple ese requisito básico sino que, además, se las apaña para ser preocupantemente previsible desde el inicio. Hecho que podría parecer contradictorio pero que luego explicaré con más detalle.
La película, que llegará a los cines españoles el 3 de junio de 2022, trata sobre la vida de un joven llamado David que vive muy cómodamente (y lujosamente) con su pareja, Alex y cuyo pasado ya se nos muestra desde el inicio esconde una serie de enigmas e historias oscuras que se van a ir desgranando durante el metraje. Y se irán desvelando gracias a la irrupción en la vida de David de su hermana, Blanca, que aparece después de muchos años de distanciamiento por un suceso traumático.
La premisa, a priori, es bastante interesante. Y debo decir que, desde la dirección (Chus Gutiérrez), hay un muy buen saber hacer para generar esa sensación de intriga y suspense que enganche al espectador desde el comienzo (la elección de la música y los planos que generan inquietud, cámara al hombro, etc.) llevándole a hacerse toda una serie de preguntas sobre qué pudo ocurrir realmente para que ambos hermanos estén tan distanciados y reñidos.
El problema es que, a pesar del buen hacer del director, el guion empieza a hacer aguas al pasar ese primer tercio introductorio para ir cayendo, poco a poco, en el terreno de lo surrealista e increíble. Como comentaba al inicio, van intentando rizar el rizo en busca de una sorpresa más, pero al trazarlo de forma tan exagerada, acaban apañándoselas para que no nos creamos los giros y, aparte, estos sean previsibles porque acabamos esperando esa vuelta de tuerca forzada de más.
El uso de los flashbacks me parece que está mal aprovechado y ejecutado. Hasta el punto de que parece que los personajes tengan todos algún tipo de amnesia (cosa que no ocurre, salvo uno de ellos que no tiene toda la información) y vayan recordando a medida que nosotros, como espectadores, vemos los hechos. Algo que podría ser efectivo en una película sobre estrés postraumático pero que no es el caso que nos atañe. Por otra parte, esa sensación de que recuerdan sobre la marcha acaba afectándote como espectador porque estás viendo que la forma de actuar de los personajes es poco coherente en muchísimos momentos con lo que se supone que deberían saber.
El reparto está muy bien en sus secundarios donde destacan Elena Irureta, Pedro Casablanc y Rubén Ochandiano. Pero las interpretaciones del trio principal formado por Maite Perroni, Mauricio Ochmann y Alfonso Bassave creo que no da el nivel requerido. Hay una clara descompensación o de talento o de implicación a favor de los primeros y es más evidente conforme pasan los minutos.
En definitiva, creo que nos encontramos ante una película que tenía buenas ideas en su concepción pero que no han sabido plasmarlas bien en un guion solido y funcional. Y cuya dirección salva los muebles todo lo que puede en muchos tramos de la película pero que, al final, ya no puede solventar los problemas acumulados que tiene el guion. Pienso, eso sí, que si no sois de esos espectadores que analizan la coherencia de todos los giros (entre los que me encuentro yo) y simplemente queréis entreteneros sin darle más vueltas, sí que es posible que acabéis por disfrutar con esta película. Tiene un metraje muy medido (menos de noventa minutos) y un ritmo muy elevado donde todo el rato van ocurriendo cosas.
@QuiqueMartin27, colaborador de mundoplustv
9
5 de noviembre de 2021
5 de noviembre de 2021
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El tiempo que te doy” es una alegoría. Es un canto crudo al viaje que todos debemos hacer, cuando recibimos un duro golpe y algo se acaba, para dejar de vivir anclados en el pasado, cuál barco anclado en el puerto, para comenzar de nuevo a caminar, a explorar, a sentir, a vivir.
Partiendo de un formato que es parte del viaje de su protagonista (Y bastante innovador y original, dicho sea de paso), la miniserie va jugando con los minutos que dedica cada capítulo al presente vs los que dedica al pasado (En el primero 1 al presente - 10 al pasado, en el último a la inversa) para que acompañemos y asistamos a la evolución de Lina, la protagonista de esta historia, en el proceso de duelo-recuperación de su ruptura después de nueve años de relación.
La serie no se anda con zarandajas y se sumerge en el barro, haciéndonos ver lo peor y lo mejor que tiene el amor. Permitiendo al espectador asistir, desde su butaca, a las luces y las sombras. A la felicidad y la pasión de los días que siempre recordaremos y al dolor de la pérdida del que sabe qué todo ha acabado. Al poder evocador que tienen los recuerdos de un pasado que sabemos que ya no volverá pero al que podemos transportarnos únicamente abriendo la puerta de nuestra mente a recordar.
Todo esto lo hacemos acompañados de una omnipresente Nadia de Santiago (Que también dirige en esta ocasión) que es la luz que más brilla de esta función demostrando, una vez más, el talento que tiene.
Cómo punto negativo relacionado con el talento de Nadia podríamos hablar de la actuación de Álvaro Cervantes. Aunque ambos demuestran una genial química, y gran parte de los flashbacks se sustentan en eso, creo que dramáticamente hablando no llega a la altura de su compañera y eso hace que, en algunos puntos, las escenas se resientan ligeramente.
Por otro lado, quiero añadir lo importante que me parece que existan este tipo de propuestas (Y lo que aplaudo que se hagan en nuestro país) que rompen con la norma y se acercan más al ámbito de las relaciones amorosas desde otra perspectiva y no terminar cayendo siempre en los mismos esquemas repetidos hasta la saciedad. Creo que esta propuesta es algo fresco, innovador y dramáticamente muy potente. Con calidad tanto delante como detrás de las cámaras.
Poco más que añadir, pienso que este producto es de esos que pueden gustar tanto a los fans de las historias románticas cómo a los fans de los dramas más desangelados. Ya que, en ambos géneros, la miniserie se mueve con una enorme soltura y un saber hacer que ya me gustaría encontrarme más a menudo. Recomendadísima.
Partiendo de un formato que es parte del viaje de su protagonista (Y bastante innovador y original, dicho sea de paso), la miniserie va jugando con los minutos que dedica cada capítulo al presente vs los que dedica al pasado (En el primero 1 al presente - 10 al pasado, en el último a la inversa) para que acompañemos y asistamos a la evolución de Lina, la protagonista de esta historia, en el proceso de duelo-recuperación de su ruptura después de nueve años de relación.
La serie no se anda con zarandajas y se sumerge en el barro, haciéndonos ver lo peor y lo mejor que tiene el amor. Permitiendo al espectador asistir, desde su butaca, a las luces y las sombras. A la felicidad y la pasión de los días que siempre recordaremos y al dolor de la pérdida del que sabe qué todo ha acabado. Al poder evocador que tienen los recuerdos de un pasado que sabemos que ya no volverá pero al que podemos transportarnos únicamente abriendo la puerta de nuestra mente a recordar.
Todo esto lo hacemos acompañados de una omnipresente Nadia de Santiago (Que también dirige en esta ocasión) que es la luz que más brilla de esta función demostrando, una vez más, el talento que tiene.
Cómo punto negativo relacionado con el talento de Nadia podríamos hablar de la actuación de Álvaro Cervantes. Aunque ambos demuestran una genial química, y gran parte de los flashbacks se sustentan en eso, creo que dramáticamente hablando no llega a la altura de su compañera y eso hace que, en algunos puntos, las escenas se resientan ligeramente.
Por otro lado, quiero añadir lo importante que me parece que existan este tipo de propuestas (Y lo que aplaudo que se hagan en nuestro país) que rompen con la norma y se acercan más al ámbito de las relaciones amorosas desde otra perspectiva y no terminar cayendo siempre en los mismos esquemas repetidos hasta la saciedad. Creo que esta propuesta es algo fresco, innovador y dramáticamente muy potente. Con calidad tanto delante como detrás de las cámaras.
Poco más que añadir, pienso que este producto es de esos que pueden gustar tanto a los fans de las historias románticas cómo a los fans de los dramas más desangelados. Ya que, en ambos géneros, la miniserie se mueve con una enorme soltura y un saber hacer que ya me gustaría encontrarme más a menudo. Recomendadísima.
Vídeo musical

7,0
498
9
21 de noviembre de 2021
21 de noviembre de 2021
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente trabajo de Taylor Swift (Que dirige, guioniza e incluso actúa) que consigue mezclar, en un equilibrio casi perfecto, un cortometraje y un videoclip consiguiendo un resultado, sinceramente, excelente.
Arrancando con una cita de Pablo Neruda sobre el amor y el olvido y que ya nos empieza a señalar por dónde van a ir los tiros, este cortometraje nos enseña los mejores y peores momentos de una relación. Esas disputas, esos comentarios hirientes, esos momentos felices y aquéllos recuerdos que suelen quedarse con nosotros muchísimo tiempo después del final de la relación y que dificultan seguir adelante.
Mientras lo veía tenía la sensación todo el rato de estar ante un producto muy intimo. Como si estuviera viendo, a través de una ventana, la intimidad de una pareja.
La actuación de Sadie Sink es, cuanto menos, impactante. Transmite muchísimo con la cara, las miradas y los gestos que va haciendo durante todo el metraje. Introduciendo al espectador, de forma sutil, la evolución de su personaje y cómo va creciendo y madurando conforme avanza la historia.
Todo esto, obviamente, lo vemos "adornado" con la música de Taylor Swift de la que no hay mucho que decir a estas alturas. Su reputación la precede y nada de lo que pueda yo decir aportará mucho más en ese aspecto.
En definitiva, creo que este "All too well" es un muy buen producto que ha conseguido aunar las mejores partes de un cortometraje y de un videoclip, creando un producto único y muy potente en todo lo que intenta. Sinceramente, creo que es muy recomendable su visionado. Además, hay un subtexto con una crítica bastante mordaz que, creo, le da un punto extra a todo el asunto.
Arrancando con una cita de Pablo Neruda sobre el amor y el olvido y que ya nos empieza a señalar por dónde van a ir los tiros, este cortometraje nos enseña los mejores y peores momentos de una relación. Esas disputas, esos comentarios hirientes, esos momentos felices y aquéllos recuerdos que suelen quedarse con nosotros muchísimo tiempo después del final de la relación y que dificultan seguir adelante.
Mientras lo veía tenía la sensación todo el rato de estar ante un producto muy intimo. Como si estuviera viendo, a través de una ventana, la intimidad de una pareja.
La actuación de Sadie Sink es, cuanto menos, impactante. Transmite muchísimo con la cara, las miradas y los gestos que va haciendo durante todo el metraje. Introduciendo al espectador, de forma sutil, la evolución de su personaje y cómo va creciendo y madurando conforme avanza la historia.
Todo esto, obviamente, lo vemos "adornado" con la música de Taylor Swift de la que no hay mucho que decir a estas alturas. Su reputación la precede y nada de lo que pueda yo decir aportará mucho más en ese aspecto.
En definitiva, creo que este "All too well" es un muy buen producto que ha conseguido aunar las mejores partes de un cortometraje y de un videoclip, creando un producto único y muy potente en todo lo que intenta. Sinceramente, creo que es muy recomendable su visionado. Además, hay un subtexto con una crítica bastante mordaz que, creo, le da un punto extra a todo el asunto.
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