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5
26 de abril de 2019
26 de abril de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cierre de la trilogía de Samurái me parece la más floja de todas. Lo mejor que tenían las otras dos películas de Inagaki era el apartado artístico y técnico y en esta tercera entrega baja bastante el nivel del uso del color y la fotografía.
Hablando de argumento y diálogos también es la más floja de todas dejando paso a incontables y cansinas escenas pastelosas y a una Otsu que se pasa todo el metraje llorando y gimiendo. De nuevo las mujeres persiguen al gran Musashi, que ya no viaja solo y tiene hasta séquito y es un héroe allá por donde pasa, muy lejos de lo que realmente fue la vida de Miyamoto Musashi en su juventud. El personaje de Musashi que en realidad era un vagabundo al que nada le importaba su imagen y vivía al filo de la muerte cada día de su vida, un hombre al que no le gustaba el término samurái (pues significa el que sirve y él era un hombre libre), aquí luce como un samurái auténtico de imagen pulcra que viaja acompañado y le gusta la vida en familia. Y para colmo, se hace campesino y la mitad de la película sucede en una aldea al más puro estilo Los Siete Samuráis en versión cutre. Pero no sólo Musashi queda destruido pues Sasaki Kojiro también sufre la misma suerte, pero está construido más dignamente que un Musashi que aplaza el duelo un año para irse a plantar lechugas y encontrar el sentido de la vida. Los diálogos entre personajes tienen una profundidad del 0%, dando lugar a conversaciones insustanciales porque cada personaje tiene una personalidad estúpidamente marcada, a excepción de Akemi que es bipolar y bueno, Otsu es bipolar e idiota. Inagaki invierte mucho tiempo en nutrir a personajes secundarios que no aportan nada al personaje principal, sino que más bien le restan y obstaculizan.
Inagaki a exprimido su potencial hasta el máximo y ha dado todo lo que tenía, que es esto. Inagaki nunca fue un gran director, sólo un director correcto con algunas cintas mejores que otras. En Occidente lo normal es que hayamos empezado a ver este tipo de cine por el gran Kurosawa y claro, Kurosawa hay uno y no podemos exigirle al resto que sean iguales, peor tampoco podemos obviar una crítica lógica tan sólo porque consideremos cintas raras con poca difusión como obras de culto que realmente no lo son.
Conclusión: hay películas que son temporales, películas que no están rodadas sólo para complacer al público y la productora, películas arquetípicas de la época con todos los topicazos del momento.Y luego están las películas en las que a su autor le importa un pimiento la productora y hace lo que debe de hacer, que es arriesgar y expresar lo que siente como artista. Samurái es de las primeras, y se queda obsoleta porque una vez pasada la época, los clichés de los que vive quedan obsoletos y absurdos. En cambio, Los Siete Samuráis, Trono de Sangre, Yojimbo, Harakiri, o Samurai Rebellion entre otras, pertenecen al segundo grupo y es por eso que en su día no fueron lo suficientemente valoradas pero a día de hoy si son obras de culto, lejos de todos los clichés de la época. Samurái se va desinflando y es una buena película de aventuras, disfrutable sin ningún tipo de pretensiones, pero ni es épica, ni magistral ni mucho menos atemporal.
Hablando de argumento y diálogos también es la más floja de todas dejando paso a incontables y cansinas escenas pastelosas y a una Otsu que se pasa todo el metraje llorando y gimiendo. De nuevo las mujeres persiguen al gran Musashi, que ya no viaja solo y tiene hasta séquito y es un héroe allá por donde pasa, muy lejos de lo que realmente fue la vida de Miyamoto Musashi en su juventud. El personaje de Musashi que en realidad era un vagabundo al que nada le importaba su imagen y vivía al filo de la muerte cada día de su vida, un hombre al que no le gustaba el término samurái (pues significa el que sirve y él era un hombre libre), aquí luce como un samurái auténtico de imagen pulcra que viaja acompañado y le gusta la vida en familia. Y para colmo, se hace campesino y la mitad de la película sucede en una aldea al más puro estilo Los Siete Samuráis en versión cutre. Pero no sólo Musashi queda destruido pues Sasaki Kojiro también sufre la misma suerte, pero está construido más dignamente que un Musashi que aplaza el duelo un año para irse a plantar lechugas y encontrar el sentido de la vida. Los diálogos entre personajes tienen una profundidad del 0%, dando lugar a conversaciones insustanciales porque cada personaje tiene una personalidad estúpidamente marcada, a excepción de Akemi que es bipolar y bueno, Otsu es bipolar e idiota. Inagaki invierte mucho tiempo en nutrir a personajes secundarios que no aportan nada al personaje principal, sino que más bien le restan y obstaculizan.
Inagaki a exprimido su potencial hasta el máximo y ha dado todo lo que tenía, que es esto. Inagaki nunca fue un gran director, sólo un director correcto con algunas cintas mejores que otras. En Occidente lo normal es que hayamos empezado a ver este tipo de cine por el gran Kurosawa y claro, Kurosawa hay uno y no podemos exigirle al resto que sean iguales, peor tampoco podemos obviar una crítica lógica tan sólo porque consideremos cintas raras con poca difusión como obras de culto que realmente no lo son.
Conclusión: hay películas que son temporales, películas que no están rodadas sólo para complacer al público y la productora, películas arquetípicas de la época con todos los topicazos del momento.Y luego están las películas en las que a su autor le importa un pimiento la productora y hace lo que debe de hacer, que es arriesgar y expresar lo que siente como artista. Samurái es de las primeras, y se queda obsoleta porque una vez pasada la época, los clichés de los que vive quedan obsoletos y absurdos. En cambio, Los Siete Samuráis, Trono de Sangre, Yojimbo, Harakiri, o Samurai Rebellion entre otras, pertenecen al segundo grupo y es por eso que en su día no fueron lo suficientemente valoradas pero a día de hoy si son obras de culto, lejos de todos los clichés de la época. Samurái se va desinflando y es una buena película de aventuras, disfrutable sin ningún tipo de pretensiones, pero ni es épica, ni magistral ni mucho menos atemporal.

7,2
862
6
25 de abril de 2019
25 de abril de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dividiré esta crítica en tres puntos.
Puntos positivos:
-Uso del color
-Escenas nocturnas muy bien iluminadas
-Buena fotografía
-Banda sonora adecuada
-Escenas en exteriores
Conclusión: el punto fuerte de la película se encuentra en el apartado técnico y artístico, siendo de largo lo mejor del film. A día de hoy, teniendo en cuenta que está hecha en 1955 sin ningún tipo de artificio se la ve bastante elegante.
Puntos neutrales:
-Duración de la película
-Tiene algunos momentos que enganchan, sobre todo el inicio
-Coreografía de las peleas
-Mifune
Conclusión: para el material que maneja y de la manera que lo maneja, Inagaki acierta con la duración porque no dirige una película consistente. El principio de la película es lo mejor hasta que se desmadra con la escuela de cobardes, dejando combates con una coreografía decente pero para nada deslumbrante. Estos puntos son aciertos más que errores, cada director tiene sus limitaciones. Además, Mifune no tiene el brillo que tuvo por ejemplo, el año anterior como Kikuchiyo en Los Siete Samuráis, porque quien de verdad sacaba todo el potencial de Mifune era Kurosawa.
Puntos negativos:
-Un Musashi poco interesante
-Un Sasaki Kojiro aún menos interesante
-Demasiado enfocada en que Musashi rechaza a las mujeres
-Demasiadas mujeres enamoradas de Musashi
-La trama gira en torno a la escuela y se termina haciendo cansina la escuela
-El final con Otsu es bastante infantil
Conclusión: los puntos negativos tienen nombre propio: el desarrollo de los personajes. Para quien haya leído libros sobre Musashi, entre ellos el propio escrito por el propio Musashi (El libro de los cinco anillos), seguramente haya quedado fascinado e hipnotizado por su historia y su personalidad. Musashi era un vagabundo, un ronin desaliñado al que sólo le importaba en su juventud perfeccionar su arte con la katana. En el film Musashi es un tipo bastante arreglado y en ningún momento parece un vagabundo, tan solo algunos personajes que no le conocen le describen con 4 palabras como si le conociesen de siempre. La verdad que este Musashi es muy plano. Sasaki Kojiro aparece en todos los lugares y hace de speaker, lamentablemente. Esperaba un Kojiro arrogante, pero este es un friki que parece más un personaje de Dragon Ball que aparece en momentos absurdos y de manera absurda. Si le están tendiendo una trampa a Musashi porque tienen miedo la deshonra y por eso quieren borrarlo del mapa... ¿qué sentido tiene dejar vivo a Kojiro Masaki que es testigo de todas las deshonras de la escuela?. Tampoco entiendo que sin hablar nada sobre él se le de tanta importancia a su larga espada y que vaya presumiendo de que la tiene más grande que nadie cada vez que se puede montar una trifulca. Más que un valiente y fuerte Musashi, asistimos a un espectáculo lamentable de los integrantes de la escuela, lo que hace que Musashi no parezca un gran guerrero, sino que parece que ellos son unos cobardes desgraciados. Ya el tema de las mujeres es para dar de comer aparte a Inagaki. ¿Por qué tanto metraje para demostrar que él ignora a las mujeres más bellas en pos de su camino?. Si ya tenemos claro que él es lo que quiere, Musashi es un personaje con mucho misticismo a su alrededor y nadie sabe con exactitud si lo que se habla de él o lo que él mismo cuenta es verdad o mentira, o qué partes lo son. Pero lo que está bien claro es que es un personaje muy potente que Inagaki no sabe explotar y aunque no deja de ser un buen film de aventuras, no está a la altura de las expectativas.
Conclusión final: en esta segunda entrega Inagaki destruye un poco más el personaje de Musashi para crear su propio Musashi y film de aventuras, pero no realza su leyenda. La película no está mal, pero si la ves con grandes expectativas porque su antecesora obtuvo el Oscar, te llevarás una decepción.
Puntos positivos:
-Uso del color
-Escenas nocturnas muy bien iluminadas
-Buena fotografía
-Banda sonora adecuada
-Escenas en exteriores
Conclusión: el punto fuerte de la película se encuentra en el apartado técnico y artístico, siendo de largo lo mejor del film. A día de hoy, teniendo en cuenta que está hecha en 1955 sin ningún tipo de artificio se la ve bastante elegante.
Puntos neutrales:
-Duración de la película
-Tiene algunos momentos que enganchan, sobre todo el inicio
-Coreografía de las peleas
-Mifune
Conclusión: para el material que maneja y de la manera que lo maneja, Inagaki acierta con la duración porque no dirige una película consistente. El principio de la película es lo mejor hasta que se desmadra con la escuela de cobardes, dejando combates con una coreografía decente pero para nada deslumbrante. Estos puntos son aciertos más que errores, cada director tiene sus limitaciones. Además, Mifune no tiene el brillo que tuvo por ejemplo, el año anterior como Kikuchiyo en Los Siete Samuráis, porque quien de verdad sacaba todo el potencial de Mifune era Kurosawa.
Puntos negativos:
-Un Musashi poco interesante
-Un Sasaki Kojiro aún menos interesante
-Demasiado enfocada en que Musashi rechaza a las mujeres
-Demasiadas mujeres enamoradas de Musashi
-La trama gira en torno a la escuela y se termina haciendo cansina la escuela
-El final con Otsu es bastante infantil
Conclusión: los puntos negativos tienen nombre propio: el desarrollo de los personajes. Para quien haya leído libros sobre Musashi, entre ellos el propio escrito por el propio Musashi (El libro de los cinco anillos), seguramente haya quedado fascinado e hipnotizado por su historia y su personalidad. Musashi era un vagabundo, un ronin desaliñado al que sólo le importaba en su juventud perfeccionar su arte con la katana. En el film Musashi es un tipo bastante arreglado y en ningún momento parece un vagabundo, tan solo algunos personajes que no le conocen le describen con 4 palabras como si le conociesen de siempre. La verdad que este Musashi es muy plano. Sasaki Kojiro aparece en todos los lugares y hace de speaker, lamentablemente. Esperaba un Kojiro arrogante, pero este es un friki que parece más un personaje de Dragon Ball que aparece en momentos absurdos y de manera absurda. Si le están tendiendo una trampa a Musashi porque tienen miedo la deshonra y por eso quieren borrarlo del mapa... ¿qué sentido tiene dejar vivo a Kojiro Masaki que es testigo de todas las deshonras de la escuela?. Tampoco entiendo que sin hablar nada sobre él se le de tanta importancia a su larga espada y que vaya presumiendo de que la tiene más grande que nadie cada vez que se puede montar una trifulca. Más que un valiente y fuerte Musashi, asistimos a un espectáculo lamentable de los integrantes de la escuela, lo que hace que Musashi no parezca un gran guerrero, sino que parece que ellos son unos cobardes desgraciados. Ya el tema de las mujeres es para dar de comer aparte a Inagaki. ¿Por qué tanto metraje para demostrar que él ignora a las mujeres más bellas en pos de su camino?. Si ya tenemos claro que él es lo que quiere, Musashi es un personaje con mucho misticismo a su alrededor y nadie sabe con exactitud si lo que se habla de él o lo que él mismo cuenta es verdad o mentira, o qué partes lo son. Pero lo que está bien claro es que es un personaje muy potente que Inagaki no sabe explotar y aunque no deja de ser un buen film de aventuras, no está a la altura de las expectativas.
Conclusión final: en esta segunda entrega Inagaki destruye un poco más el personaje de Musashi para crear su propio Musashi y film de aventuras, pero no realza su leyenda. La película no está mal, pero si la ves con grandes expectativas porque su antecesora obtuvo el Oscar, te llevarás una decepción.

7,4
9.912
8
26 de febrero de 2019
26 de febrero de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera película hecha al óleo no decepciona para nada. Loving Vincent convence porque visualmente es espectacular y su historia es sencilla pero interesante, tratando de meternos siempre en el universo Van Gogh.
La película se ve representada por muchas de las obras de uno de los mejores artistas de la historia, pero dándole vida y movimiento. Living Vincent es un sencillo viaje que busca abrir paso a través de la complicada psique de Vincent Van Gogh y así poder entender a este genio incomprendido (uno más) que tan sólo logró triunfar después de muerto. La historia está claramente narrada desde un punto A hasta un punto B manteniendo siempre una constante intriga que nos hace querer saber el final de la historia de Vincent Van Gogh. El relato está narrado después de la muerte del artista y el personaje encargado de desenredar el nudo es ta ignorante como cualquiera de nosotros que escuchó tan sólo los rumores sobre Van Gogh, pensando que tan sólo era un loco. Pero según transcurren los minutos el sentimiento de desprecio hacia Vincent se va transformando en duda, la duda en admiración por su magna obra y en rabia por como le trataban las personas que no lo conocían, pues al final no dejaba de ser una persona "corriente" que tan sólo quería lo que todos deberíamos de tener; amor y calor humano. Además, tiene el añadido de que la historia está narrada de manera subjetiva ya que los datos que se van sumando es a través de lo que piensan los diferentes personajes entrevistados por nuestro protagonista.
Loving Vincent es una oportunidad de conocer más a un grandísimo artista, sus dudas e inquietudes, su obra y sus ganas de ser el mejor como pintor pero uno más en la sociedad. Altamente recomendable para quien no se considere un ignorante y esté dispuesto a aprender un poquito sobre arte, pues te guste o no te guste la película es puro arte. Y si ya sabes mucho sobre Van Gogh y te gusta su obra, creo que es imprescindible. Por mi parte, pienso que Living Vincent es una pequeña joya y presenta sus respetos por el arte y el artista.
La película se ve representada por muchas de las obras de uno de los mejores artistas de la historia, pero dándole vida y movimiento. Living Vincent es un sencillo viaje que busca abrir paso a través de la complicada psique de Vincent Van Gogh y así poder entender a este genio incomprendido (uno más) que tan sólo logró triunfar después de muerto. La historia está claramente narrada desde un punto A hasta un punto B manteniendo siempre una constante intriga que nos hace querer saber el final de la historia de Vincent Van Gogh. El relato está narrado después de la muerte del artista y el personaje encargado de desenredar el nudo es ta ignorante como cualquiera de nosotros que escuchó tan sólo los rumores sobre Van Gogh, pensando que tan sólo era un loco. Pero según transcurren los minutos el sentimiento de desprecio hacia Vincent se va transformando en duda, la duda en admiración por su magna obra y en rabia por como le trataban las personas que no lo conocían, pues al final no dejaba de ser una persona "corriente" que tan sólo quería lo que todos deberíamos de tener; amor y calor humano. Además, tiene el añadido de que la historia está narrada de manera subjetiva ya que los datos que se van sumando es a través de lo que piensan los diferentes personajes entrevistados por nuestro protagonista.
Loving Vincent es una oportunidad de conocer más a un grandísimo artista, sus dudas e inquietudes, su obra y sus ganas de ser el mejor como pintor pero uno más en la sociedad. Altamente recomendable para quien no se considere un ignorante y esté dispuesto a aprender un poquito sobre arte, pues te guste o no te guste la película es puro arte. Y si ya sabes mucho sobre Van Gogh y te gusta su obra, creo que es imprescindible. Por mi parte, pienso que Living Vincent es una pequeña joya y presenta sus respetos por el arte y el artista.

7,3
1.523
9
19 de diciembre de 2017
19 de diciembre de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1948 y tras media docena de buenas películas, Akira Kurosawa rodaba el que fue su primer gran film, El ángel borracho. En 1949 nos presentaba nada más y nada menos que otras dos grandes películas, Duelo silencioso y El perro rabioso, antes de abonarse a la manufactura de obras maestras, pues en 1950 dejó boquiabierto al mundo entero con Rashomon, obra maestra, película de culto y eterna. Pero ahora centrémonos en esta delicia de película.
En la Segunda Guerra Mundial Kyoji es médico y cirujano en un hospital de campaña. En una de sus intervenciones a un soldado, sufre un corte con el bisturí con el que recientemente operó al afortunado al que acababa de salvar la vida. Pero la vida es tan puta que este soldado estaba contagiado de sífilis, transmitiéndosela a Kyoji. Al término de la guerra, Kyoji regresa "sano" y salvo a su hogar, una clínica con pocos recursos donde trabaja con su padre. Kyoji es un hombre dedicado en cuerpo y alma a sus pacientes, un gran doctor que siente devoción y pasión por su trabajo. Su otra gran pasión es Misao, su prometida, la mujer de su vida, de la que vive enamorado. a la que lleva esperando desde que se fue al frente y ahora rechaza. Misao es una mujer increíble y bondadosa que siente lo mismo por Kyoji, pero no entiende porque éste la rechaza desde que volvió de la guerra. ¿Conseguirá Misao recuperar a Kyoji?. El Maestro nos enseñará en este film que el amor verdadero empieza por uno mismo, mostrándonos el tormento que puede llegar a ser el amor verdadero y la honestidad cuando uno vive más preocupado de los demás que de sí mismo, del mismo modo que nos mostrará que tener sentimientos tan buenos hacia los demás puede salvar el alma de un ser atormentado. Ésta dualidad y su némesis serán el hilo conductor de esta obra de arte. Disfrútenla.
Duelo silencioso es una película liviana, con una duración de poco más que hora y media, pero bien cargada de sentimiento, como le gustaba al Maestro. Ya se ve a un Akira Kurosawa rodando magistral y detalladamente cada encuadre y cada secuencia, no dejando nada, absolutamente nada, al azar. El blanco y negro que nos ofrece es precioso y la fotografía es increíble, rozando la perfección. El nivel de detalle y simbolismo que tiene es tal que es facilísimo meterse en el film, siendo una película sencilla rodada casi en su totalidad en el interior del pequeño y pobre hospital y tan sólo mostrando el exterior en un par de escenas y para mostrarnos el paso del tiempo de una manera bonita, al estilo de un artista de su talla. En esta entrega, trabajan por segunda vez juntos Takashi Shimura y Toshiro Mifune, una pareja que daría mucho que hablar en posteriores films del Maestro. Takashi Shimura, en su línea, hace un muy buen trabajo, pero Toshiro Mifune se sale, se come la pantalla, demostrando porque a la larga iba a ser el actor fetiche de Akira Kurosawa. Y bueno, todo esto con el escaso presupuesto del que disponía, todo puro talento e imaginación.
Le pongo un 9 por su sencillez, porque es una película que lo tiene todo claro como el agua pero deja un sentimiento espeso como el chocolate. Le falta un poco para ser una obra maestra, pero es muy grande para sus pequeñas proporciones. ¿Me emociona?. Si. ¿Me hace reflexionar?. Si. ¿Qué no es una película perfecta?. No. ¿Qué no es una obra maestra?. No. Aún así, casi cualquier director firmaría tener una película como esta en su filmografía porque sería de largo la obra maestra de su vida.
Una vez más, ¡gracias Maestro!.
En la Segunda Guerra Mundial Kyoji es médico y cirujano en un hospital de campaña. En una de sus intervenciones a un soldado, sufre un corte con el bisturí con el que recientemente operó al afortunado al que acababa de salvar la vida. Pero la vida es tan puta que este soldado estaba contagiado de sífilis, transmitiéndosela a Kyoji. Al término de la guerra, Kyoji regresa "sano" y salvo a su hogar, una clínica con pocos recursos donde trabaja con su padre. Kyoji es un hombre dedicado en cuerpo y alma a sus pacientes, un gran doctor que siente devoción y pasión por su trabajo. Su otra gran pasión es Misao, su prometida, la mujer de su vida, de la que vive enamorado. a la que lleva esperando desde que se fue al frente y ahora rechaza. Misao es una mujer increíble y bondadosa que siente lo mismo por Kyoji, pero no entiende porque éste la rechaza desde que volvió de la guerra. ¿Conseguirá Misao recuperar a Kyoji?. El Maestro nos enseñará en este film que el amor verdadero empieza por uno mismo, mostrándonos el tormento que puede llegar a ser el amor verdadero y la honestidad cuando uno vive más preocupado de los demás que de sí mismo, del mismo modo que nos mostrará que tener sentimientos tan buenos hacia los demás puede salvar el alma de un ser atormentado. Ésta dualidad y su némesis serán el hilo conductor de esta obra de arte. Disfrútenla.
Duelo silencioso es una película liviana, con una duración de poco más que hora y media, pero bien cargada de sentimiento, como le gustaba al Maestro. Ya se ve a un Akira Kurosawa rodando magistral y detalladamente cada encuadre y cada secuencia, no dejando nada, absolutamente nada, al azar. El blanco y negro que nos ofrece es precioso y la fotografía es increíble, rozando la perfección. El nivel de detalle y simbolismo que tiene es tal que es facilísimo meterse en el film, siendo una película sencilla rodada casi en su totalidad en el interior del pequeño y pobre hospital y tan sólo mostrando el exterior en un par de escenas y para mostrarnos el paso del tiempo de una manera bonita, al estilo de un artista de su talla. En esta entrega, trabajan por segunda vez juntos Takashi Shimura y Toshiro Mifune, una pareja que daría mucho que hablar en posteriores films del Maestro. Takashi Shimura, en su línea, hace un muy buen trabajo, pero Toshiro Mifune se sale, se come la pantalla, demostrando porque a la larga iba a ser el actor fetiche de Akira Kurosawa. Y bueno, todo esto con el escaso presupuesto del que disponía, todo puro talento e imaginación.
Le pongo un 9 por su sencillez, porque es una película que lo tiene todo claro como el agua pero deja un sentimiento espeso como el chocolate. Le falta un poco para ser una obra maestra, pero es muy grande para sus pequeñas proporciones. ¿Me emociona?. Si. ¿Me hace reflexionar?. Si. ¿Qué no es una película perfecta?. No. ¿Qué no es una obra maestra?. No. Aún así, casi cualquier director firmaría tener una película como esta en su filmografía porque sería de largo la obra maestra de su vida.
Una vez más, ¡gracias Maestro!.
7
14 de agosto de 2017
14 de agosto de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Death Note me dejó estupefacto durante los primeros 15 o 16 episodios, estaba viendo una anime ESPECTACULAR. A partir de ahí empezó a perder fuelle lentamente, puede ser normal, pensé, un bajón en algunos capítulos, pero nunca volvió a coger fuerza, sino que siguió perdiendo. Tras la muerte de L, la serie deja de ser sobresaliente y sigue perdiendo fuelle, hasta el punto de terminar en un final previsible, cuando lo mejor que tenía Death Note era ser imprevisible. Me da igual que haya un final alternativo, porque al final la serie está estirada, con capítulos de más y con situaciones que son innecesarias. Hay series con muchos menos capítulos que son mejores por carecer de relleno, porque el creador tiene claro donde empieza y no donde termina y Death Note me da la sensación de ser una de esas obras en las que a mitad de camino el creador arriesga por desviarse pero en vez de ganar pierde. Y ojo, no por tener 37 capítulos me parece peor, porque Monster tiene más del doble y me gustó mucho más, pero Terror in Tokyo es un ejemplo de anime muy disfrutable en sus 11 capítulos porque va al grano.
Le doy un 7 por la animación y los sorprendente que es en la primera mitad, que de haber seguido así podría haber sido el mejor anime.
Le doy un 7 por la animación y los sorprendente que es en la primera mitad, que de haber seguido así podría haber sido el mejor anime.
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