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Críticas 2.203
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
16 de febrero de 2013
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuatro Oscar se llevó allá por 1934 «Sucedió una noche», buena muestra de su valía cinematográfica. Sin embargo, el hecho de que Clark Gable y sus zanahorias sirvieran como inspiración para el mítico Bugs Bunny me parece un motivo aún mayor para condecorar esta película con todos los honores. Antológico.

Entre esas estatuillas, Clark Gable consiguió la del mejor actor. Y qué puedo decir de Gable, de mi adorado Gable. Se le apodó «El Rey» con todo mérito, ya que tenía enamorada a media población femenina y encandilada a la otra mitad masculina. Igual seguimos. Su porte y su actitud son magníficas, pero lo que remata y arrebata es esa mirada de cejas arqueadas y esa sonrisa, o no sonrisa según su deseo, que le hace muy capaz de derribar las mismísimas murallas de Jericó sin trompeta y sin atributos angélicos. Es la sonrisa de Hollywood, no tengo duda. Su Peter Warne, encima, es un galán de los que no se olvidan, y así la Elle de Claudette Colbert sólo puede y debe enamorarse perdidamente de este periodista que no para de reñir con aire de autosuficiencia mientras se desvive por y se esclaviza a una dulce señorita recién caída del nido.

El guión plantea una trama en apariencia sencilla, pero contada con verdadera inspiración, dinamismo y coherencia. En esta simpática comedia romántica el amor sí triunfa y el humor también, o si no a ver quién no se ríe de lo lindo con el teatrito que se montan para salir del paso en el motel. Aunque para escenita, la del desnudo de Peter ante la inocente Elle y ante los ojos de los espectadores, a esas alturas totalmente erotizados por lo que supone una manta dividiendo el espacio y culminando en la susurrante voz de Gable cantándole a su compañera de cuarto. Se respira el sexo en el ambiente y ellos ni se tocan. Eso es estilo.

Memorable por cada diálogo y por cada situación en la que se ve envuelta esta pareja de chica rica y chico pobre nunca tan carismática ni cómplice. Clásica y vigente a pesar de los ochenta años transcurridos.

I’m afraid of the big bad wolf...
29 de junio de 2012
20 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que hemos perdido el verdadero sentido de lo erótico. Observemos a Clint Eastwood. Sólo Eastwood tumbado en una cama irradia más magnetismo que cualquier escena de desnudos o sexo explícito. Clint Eastwood medio chamuscado, o con barba de varios días, o con un camisón horrible, con muletas, despeinado, casi muerto; de cualquier forma, desde el primer minuto, Clint Eastwood es el seductor, el conquistador consumado, amante experto por intuición del espectador.

Ello se debe en parte a la magnífica escena del beso al principio de la película, de una carga erótica demasiado fuerte para los días que corren; peliaguda hasta el extremo, rozando la pederastia, chocante, inesperada. Luego viene la música, inocentemente perturbadora, y más tarde la ambientación aislada y el grupo femenino que se nos va mostrando con absoluta cadencia. Podría haber sido mucho más, desde luego, pero quedándose donde se queda, consigue la seducción y, por supuesto, la intriga.

«El seductor» sería impensable hoy en día entre otras cosas por el retrato que se hace de la mujer. Fogosa y reprimida a un tiempo, excitada, excitable y excitante; envidiosa, celosa y cruel; amable, angelical, tímida por momentos, pero totalmente sexuada, lasciva, perversa en el más amplio sentido de la palabra. Monumental el trío a cargo de una Geraldine Page que se sale de la pantalla.

Original y morboso planteamiento para un thriller que yo calificaría de auténtico terror; de verdad que hay secuencias que ponen los pelos de punta, en especial en la recta final, con un desenlace que te deja sin palabras.
Neon Genesis Evangelion (Serie de TV)
SerieAnimación
Japón1995
7,9
18.146
Animación
3
31 de mayo de 2011
49 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aún no entiendo por qué. Por qué esta serie se considera de culto; ni por qué tiene un 7,8 en la página, ni por qué para algunos es el mejor anime de la historia. No lo entiendo.

Si se hubiera quedado en una serie para adolescentes (y no lo digo en tono despreciativo, todo lo contrario), de acción, aventura y con sus respectivas dosis de amor y humor (cambiando gran parte del planteamiento...), sería pasable, seguramente entretenida. Pero no. Quiere convertirse, quiere ser, un anime intelectual, profundo, con grandes reflexiones... ¿y lo consigue? Evidentemente, no.

26 capítulos de pura fachada, con pretensiones que nunca se realizan. 26 capítulos de pura paranoia mental sin pies ni cabeza, conexión o algo de lógica; lo que pasa por una de sus grandes virtudes, en realidad es la incompetencia para crear una historia asentada y coherente. Las referencias bíblicas y/o mitológica son tan superficiales y de tan poca trascendencia, que no puedes más que preguntarte qué tienen que ver en la trama. Véase si no, el tema de la Lanza de Longinos. Incomprensible. El resultado es un caos de ideas y géneros que nunca llegan a ordenarse.

Los personajes son para echar de comer a parte. He leído en alguna crítica que son “realistas”. Hombre... ¿quién no ha conocido a un Shinji en su vida...? (entiéndase la ironía, por favor.) No es que tengan traumas, no; no es que uno sea tímido, la otra autista y la última orgullosa; no, señores, no: es que tienen graves problemas psicológicos. Y lo peor es que la anormalidad de sus personalidades se toma como normal, cotidiano, comprensible. El remate es ir viendo el desarrollo de la historia y darse cuenta de que también los adultos tienen un estado mental más que desequilibrado. Es posible que haya una razón para que los personajes sean como son, pero ¿se explica? Es más: ¿tiene sentido esa explicación? ¿Importa una vez llegas al capítulo 26 después de 25 capítulos de batalla tras batalla a cuál menos emocionante, de diálogos y comportamientos a cuál más absurdo?

Eso sí, como anime experimental, tiene su mérito. Para quien le guste el estilo, supongo que será su delicia. Original como arte experimental, pero no excesivamente creativa o brillante en cuanto se mete en otros géneros. Así pues, a mi me deja indiferente. O más bien me deja con cara de idiota ante tanto sin sentido. Aun así, merece la pena verla aunque sólo sea para poder opinar con criterio de un anime que (no lo entiendo) se ha convertido en clásico.

Lo mejor: Touji. Que grande es...
5 de junio de 2019
38 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero me gustaría pedir que, por favor, no empecemos a obnubilarnos por el plano secuencia de un capítulo, que ya nos vamos conociendo y veo claro que un tecnicismo de moda infla cualquier obra hasta lo insospechado.

«La maldición de Hill House» nos plantea el argumento mil millones de veces visto de: casa gótica encantada a la que va a vivir una familia. En la vida real hay personas que han abandonado viviendas por mucho menos de lo que ocurre en Hill House, posiblemente una de las casas con más fenomenología paranormal, y encima maligna, de la ficción. Aun así, la familia protagonista está como si no pasara nada. Los Crane no se mueven de su sitio aunque desaparezcan su hijos delante de sus ojos, te estés volviendo loco o veas espectros en cada esquina. ¿Esto es razonable? La incredulidad humana es creíble, valga la redundacia, hasta cierto punto y que de una familia de siete miembros ninguno tenga predisposición a creer, sospechar, tan siquiera dudar, sobre las vivencias y testimonios propios y ajenos es en mi opinión forzar el argumento hasta hacerlo ridículo.

Porque es que toda la historia se basa en esto: en que nadie cree, pero no creen en contra de todo sentido común y a pesar de que se acepten otros fenómenos como ser vidente o «sensible» a otras realidades. Así, lo que se consigue es construir personajes incoherentes, comportamientos absurdos y una trama en la que los hechos no guardan relación lógica, cohesionada con el desarrollo. Vamos, que se me aparece el espectro de un muerto y yo paso olímpicamente del tema; no hablaré de ello, no lo recordaré, ni siquiera me influirá a lo largo de la serie. En fin, que así es lógico que los probres Luke, mi favorito, y Nell estén drogados y desequilibrados con una familia que los han tratado y tratan como locos cuando, repito, muchos de ellos saben perfectamente que sí, que lo que veían de niños y de adultos es cierto y de que hay misterios en este mundo sin explicación.

De partida «La maldición de Hill House» ya está muerta, pero la cosa se alarga durante diez capítulos en los que se sigue la técnica del cuanto más mejor. ¿Que lo de una casa encantada ya está muy visto y esto tiene que parecer una cosa serie? Pues mete drama familiar, que eso siempre da caché; con gente neurótica y muchos diálogos y monólogos, total, nadie se va a dar cuenta de los muchos cabos sueltos y la poca, repito, credibilidad del relato; y añadimos visiones varias, premoniciones, ensoñaciones, apariciones, fantasmas de todos los colores: de los que se arrastran por el suelo, de los que flotan, de los decrépitos, de los lozanos…; y amigos imaginarios, videntes con poderes extraordinarios, alucinaciones muy corpóreas, una casa con ¿vida propia?, una habitación misteriosa, porltergeists, pesadillas, locura… y más. Los siete guionistas querrían meter cada uno su rollo y estas son las consecuencias: un caos.

Y miedo ninguno. Su éxito no lo entiendo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
-¿En qué consiste exactamente la «sensibilidad» de Olivia? Nunca se explica.

-Olivia no se sorprende de tener una hija vidente… pero no le parece digno de consideración que sus hijos vean fantasmas… Siendo tan «sensible», tampoco percibe nada raro en la casa, de hecho nunca se planteará qué está pasando en ese sitio ni siquiera cuando empiece a dar síntomas de locura. Nadie se lo plantea. El padre se mantiene impasible vea lo que vea y escuche lo que escuche. Ha fotografiado un ente y hasta ha presenciado cómo su mujer se bilocaba. Pero, repito, sigamos a lo nuestro que si no, no hay serie.

-Theo tiene desde pequeña unos poderes extraordinarios: toca las cosas y a las personas y ve su vida y su pasado. Pero luego afirma que sus hermanos están locos porque han visto cosas. No, esto no es negar la realidad: esto es ser una basura de persona.

-Theo no quiere tocar a sus hermanos, ni usa su poder para averiguar si sus testimonios son ciertos o para saber qué pasó con su madre… Eso no, pero tener abundantes relaciones sexuales, sí (ojo a que se pone los guantes después del sexo…), y usar su videncia en su consulta para ganar dinero, también. Lo que he dicho, una basura.

-El padre, ¿por qué sabe tanto de la casa? ¿Cómo se entera de lo de la habitación roja? Es más, ¿por qué no les cuenta a sus hijos la verdad? Es sencilla: su madre perdió la cabeza por influencia de la casa y, sí, se suicidó. ¿Es peor esto a hacerles creer que él la mató o la dejó morir? ¿A qué negarlo y no hablar del tema? Veinte años fingiendo para luego al final reconocerle a Luke que sí, que lo que veía de niño era real… Muérete.

-¿En esa familia no se hablaba? Es decir, ¿no comentaban lo chula que estaba la casa en el árbol o qué bonita era la habitación de lectura de mamá, por ejemplo…? Eran sitios imaginarios, ficticios, así que hubiera sido todo muy sospechoso. ¿No estaban nunca a la vez allí? ¿Cómo funciona esa habitación roja? ¿Para qué? Nos dicen que para que estuvieran a gusto en la casa. Ajá, y para que se sientan cómodos voy a darles algún sustillo con entes que asustan niños, mujeres que se vuelven locas y tormentas personalizadas. Claro que sí.

-Si los fantasmas están anclados a la casa, ¿cómo se aparece la madre en el tanatorio y en la calle? Incluso a Luke se le aparece el hombre del bombín en plena calle… O la Nell muerta, sin ir más lejos, que no para de ir de un lado a otro.

-Resulta que el fantasma más maligno de la casa se llama Poppy y… no sabemos qué puñetas quiere.

-Recordemos que es la propia Olivia quien mata a Nell y hace que el padre se suicide para que salve a los hijos…, pero aquí todos nos reunimos en plan happy ending como familia fanstasmal unida…

-A una niña de carne y hueso no la ve nadie excepto Luke, no sé por qué no se la presenta a todos, Shirley ve a su examante en plan alucinación total y el padre se pregunta y se responde a sí mismo como si fuera la madre muerta que da gusto. Nos engañan durante la serie para que creamos que son fantasmas pero da igual que no lo sean porque a fin de cuentas hay fenómenos paranormales en abundacia en esta historia, así que no entiendo a qué viene este engaño en la línea de la absoluta incredulidad.

-Que el fantasma de Nell se le aparezca a Luke en la tumba y lo agarre en plan «te voy a matar» es una forma de decirle que le quiere ayudar, ¿no?

-¿Quién ataca la casa de Shirley la noche de Halloween? ¿Por qué?
5 de octubre de 2013
30 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las obras clásicas de Hitchcock y otra decepción de las grandes, de esas que te dejan en shock, y nunca mejor dicho, ante el despropósito de su estilo y argumentos. A este señor sí que es para psicoanalizarle, que a lo mejor encontrábamos en su psique el germen de su mediocridad.

Lo siento, he dicho «mediocridad» en relación a Hitchcock y esto puede que sea, lo admito, síntoma de locura por mi parte, pero reconoced vosotros al menos que «Recuerda» nos cuenta una historia trasnochadísima y, lo que es peor, mal planteada. Escudarse en la psicología, el subconsciente humanos y Freud para meter una patología psiquiátrica improbable (no diré imposible) y nada fundamentada, no es propio de gente inteligente y aficionada al suspense, como se supone que era Hitchcok y sois vosotros, amigos y enemigos cinéfilos.

Así, la doctora Constance Petersen, con una Ingrid Bergman que más guapa no puede ser ni estar, conocerá, se enamorará y tratará a un misterioso hombre con una curiosa y simpática amnesia de la que él mismo no es consciente (¡!) y que no le impide recordar, sin embargo, el psiquiátrico al que debe acudir. La película tuvo asesoramiento de expertos, pero dudo mucho que estos señores hayan ideado algo semejante. En serio: repasad la secuencia de hechos y os daréis cuenta de lo incoherente y fantástico que es todo. Para rematar la ida de olla, Gregory Peck sobreactúa, cosa que nunca me hubiera imaginado, y se desmaya cada dos por tres, todavía no comprendo la causa. Eso sí: nos cuenta un bonito sueño que Dalí visualizó, consiguiendo una verdadera escena onírica que es todo un orgullo.

El desenlace sigue la tónica de Hitchcock, estirando los acontecimiento hasta lo risible y saltándose a la torera ese mínimo de lógica que el crimen necesita. Pues no, ten por seguro que el culpable se delatará solo, a parte de tener un comportamiento incomprensible desde el principio de la historia. Del enamoramiento tan extravagante y grandilocuente mejor no decir nada.

Aún con todo, hay un misterio que resolver, así que entre eso, y las gracietas de Alfred, pasas las horas, aunque sea con risas a costa de sus tonterías.
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