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España España · SAN LORENZO DEL ESCORIAL
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Críticas 59
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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22 de febrero de 2021 Sé el primero en valorar esta crítica
¿Amor frustrado en Deseando amar frente amor imposible en Camila? ¿planos subjetivos frente a la estética fotográfica de Hamilton? Quizás ambas cosas. En Camila subyace una cuestión política de fondo, y aunque en ningún momento se cita a Juan Manuel de la Rosa, caudillo que gobernó para la élite, con estilo autoritario y apoyando a los grupos de terratenientes, su presencia queda patente en la película.

Camila que, fue rodada en tiempos de Alfonsín, quiere poner al espectador frente el espejo de la dictadura, sobre todo con las imágenes del final trágico, en una estética que nos quiere hacer recordar los crímenes de la época Videla. La restauración de la ley y el orden, frente a la democracia sería uno de los trasfondos. Rosas no puede permitir un escándalo y lo resuelve a la manera de los dictadores, frente el acoso de los opositores internos.

Jugar al juego de la gallinita ciega con un jesuita guapo como Ladislao (le doblan la voz a Imanol para parecer más creíble) era jugar con fuego. Y en una de las mejores secuencias Camila se le queda mirando fijamente. Demuestra ser una mujer libre, que es capaz de enfrentarse a las teorías casposas de su padre, y pone el deseo por encima de las consideraciones tradicionales de la época, y el curita, ya en el confesionario queda obnubilado, capaz de perdonar todos los pecados. LADISLAO ESTAS AHÍ, A TU LADO CAMILA.
10 de enero de 2021
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La reedición del libro de Antonio Drove, “Tiempo de vivir, tiempo de revivir” me ha hecho volver a Douglas Sirk. Ahora que tenemos seis pelis en la plataforma filmin, es un buen momento para recordar su cine. Propuse a un grupo de amigos visionar Shockproof, (a prueba de choques) y que aquí se la tituló: “Más fuerte que la Ley”. No encontramos una versión subtitulada en español y nos tuvimos que conformar con verla con las “letras” en portugués. Me ayudó mucho las lecturas de Miguel Torga y José Cardoso Pires. Sobre los subtítulos, Drove nos cuenta en su libro las dificultades que tuvo para que la entrevista con Douglas en la serie de TVE fuera vista en el idioma original, frente a los que preferían la voz de un locutor. La llegada de Clara Isabel Francia a la dirección de la 2 de TV en el año 82 facilitó las cosas. Por cierto, que bueno sería que nos repusieran la serie “Directed by Douglas Sirk”.
La peli va de una mujer, Jeni, interpretada por Patric Knigth, con aires de Laurem Bacall, que sale de la cárcel tras cumplir cinco años de condena para someterse a la libertad condicional que dirige el oficial interpretado por Corne Wilde. Terminan casándose incumpliendo la Ley, y al ser amenazado por Wesson, su antiguo amante, ella le dispara accidentalmente por lo que tienen que huir y vivir malamente, terminando por entregarse en un falso final que no era el apetecido por Sirk. No hemos conseguido el guión de Helen Deustsch y Samuel Fuller.En la entrevista con Drove no se le hace esa pregunta, así que nos quedamos con las ganas de conocer el final alternativo. Sería un buen trabajo de cinéfilos analizar todos los finales de las películas de Douglas Sirk, nos pondremos a ello si TVE se presta a revivir la serie.
El arranque de la película, que pasa de la privación de libertad a “la vida”, es fundamental en el desarrollo del film, que plantea dos alternativas: la primera la reaccionaria, si ha cometido un crimen (sin analizar nada de las causas) que se pudra en la cárcel, no tiene derecho a sólo cumplir cinco años, y la segunda que se puede cumplir la sentencia en una situación de libertad cumpliendo, como es lógico, una serie de requisitos, entre los que no parece lógico el impedimento a enamorarse.
El oficial de vigilancia, que nos cae bien ya que interpretó al poeta persa Omar kHAYYAM en una película del 56, tiene todo el derecho en saltarse una ley injusta, y enamorarse de Jeni, las leyes americanas del 49 no deberían haber impedido que se pudieran traspasar las barreras del amor.
He conocido a Lourdes Ibáñez, de la Asociación Semilla, que desde Hondarribia se instaló en Villaverde Alto donde se comprometió intensamente con los marginados, algunos devenidos en delincuentes y que se les debería llamar “jóvenes desviados”. Lourdes, con un amor cristiano, les visitaba en la cárcel, les ayudaba a “salir del pozo” en que muchas veces les introducía una Justicia impersonal. En su libro “Desde un balcón se ve un patio” hace un interrogante en lo concreto, terminando así: “…No es verdad, más bien es una contradicción, que aquellas personas que ostentan el poder, los que ejercen el poder, los que ejercen la Justicia la conviertan en su “leit motiv”, pero al mismo tiempo, la incluyen en el discurso político como condición “sine qua nom” para mantener el “status” del PODER. Más que nunca, creo que si no se tiene en cuenta la subjetividad, las personas, las naciones, el mundo puede temer a la Justicia pero perder la confianza en ella.
Gracias Lourdes por tu trabajo y el amor mostrado, por haber llegado a tiempo a acariciar a una persona, para sacar a flote sus valores, por hacerles personas. No pudo ser con Jose, que le encontraste en las vallas del cementerio con una aguja en el brazo.
26 de octubre de 2018 1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de Don Camilo tiene paralelismos en mi pueblo respecto al cura, “Don Teodosio” se llamaba nuestro párroco, pero no respecto al alcalde rojo. Desgraciadamente no había votaciones. Don Teodosio campaba a sus anchas, organizaba romerías, procesiones y todos le besaban la mano al pasar. Mi madre me contaba la anécdota de que me preguntó cuántos años tenía, y como yo llevaba manoplas le hizo mucha gracia que no pudiera mostrar los tres dedos que correspondía a los tres años.
Don Camilo hoy nos hace gracia, y sus diálogos con la cruz nos recuerda a Marcelino Pan y Vino, pero al mismo tiempo, la preponderancia del Nacional Catolicismo que llega a nuestros días en forma de “acogida en la Almudena” hace que no podamos imaginarnos en ningún pueblo de España que se pudiera despedir a un cura cantando la Internacional. Aquí sigue el besamanos.
21 de noviembre de 2011 1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película nos recuerda inmediatamente el estilo de Lisardo Alonso y Albert Serra, o sea que estamos hablando de un director a tener en cuenta. Pero lo que me interesa destacar es el concepto de toreo interior, y ponerlo en analogía con la escuela más sobria de vida, al modo en que lo hace Víctor Gómez Pin, catedrático de Filosofía de la Universidad de Barcelona, y defensor de la tauromaquia. Y la pregunta que nos hacemos es lo que pasaría si justamente en el momento en que el protagonista está toreando de salón en el coso que previamente se ha construido y que es igual de redondo que la plaza Monumental de Barcelona, de pronto, aparece un toro de verdad, un animal de 500 kilos haciendo “el avión”. ¿Sería capaz de seguir embelesándose nuestro admirador de José Tomás acometiendo las embestidas? Ahí está la esencia. En la exposición de la vida de un hombre a exponerse a voluntariamente a morir residiría el concepto fundamental de la tauromaquia, y no en el maltrato como algunos piensan.
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