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Críticas 223
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
28 de febrero de 2021
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que carece de reseñas hasta hoy y que merece un humilde comentario positivo que invite a descubrirla, con sus limitaciones claro, aunque es mucho mejor de lo que aparenta, disfruta de personajes con alma y bien construidos, con una excelente Lina Morgan que busca alejarse de ese encasillamiento en papeles de comedia burda y chica de revista que la persiguió constantemente. Aquí realiza un gran papel dramático encarnando a Regina, una mujer virgen acomplejada y abandonada por su novio a causa de su orondo físico, que siente la tristeza y la soledad de una mujer madura pero con la cabeza muy bien amueblada, demostrándose a sí misma que uno puede conseguir pese a las convenciones y servidumbres de la época, lo que se propone con valor y sacrificio.

Basada en la novela del mismo título escrita por Luisa María Linares, autora de 32 novelas rosas, románticas y de aventuras, muchas llevadas al cine. Su argumento encierra una reflexión sobre la estética, el cómo nos vemos y nos sentimos con nuestro físico, los gustos y modas que alientan dietas milagro, las influencias de lo presuntamente saludable en cuanto a que cada persona es diferente según su complexión y estatura. La cinta tiene unos excelentes diálogos, plenos de elocuencia y sentido común. Un drama que recuerda al mito de Pigmalión (convertir súbitamente a una chica sin educación, en una señorita elegante y distinguida), o sea, convertir en poco tiempo a una mujer triste y pusilánime en una criatura encantadora, esbelta y alegre gracias a una dieta milagro.

Luis Serra (J. L. Galliardo), es un tipo atractivo y triunfador, se considera doctor pero, dispuesto a conseguir un método milagroso para personas con sobrepeso. Utiliza sus encantos para enriquecerse sin escrúpulos, sirviéndose de las debilidades humanas y jugando con las ilusiones de seres vulnerables. El papel de Fernán Gomez, como jefe de Regina y hombre de negocios e inversiones, se sustenta en un personaje de parodia, excéntrico y estrafalario que aporta una pizca de humor para endulzar este desolador drama del tardofranquismo. Regina es una eficiente secretaria que vivirá experiencias nuevas pero cree que es pronto para decidir su futuro : "El primer hombre no es el más importante, sino el último".

Fallecido hace un año, cuando contaba casi con 94 años, Rafael Romero Marchent fue hijo y hermano de una saga cinematográfica, él comenzó como actor para luego ser director de algunos estimables films, así como series de TV. Hizo espaguetti-westerns, comedias, dramas y hasta una con Manolo Escobar, una carrera irregular pero que en esta película creo que aporta su mejor estilo alejándose de lo que podría parecer una españolada. Y es que el título puede llevar a engaño, al pensar que puede tratarse de un esperpento o una parodia grosera, en absoluto. Me parece una película digna y con valores a reivindicar.
26 de enero de 2018
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay veces que por diversas circunstancias, algunas películas nos pasan desapercibidas y cuando las recuperamos, descubrimos el tremendo error de haberlas dejado pasar, ignorándolas o incluso arrinconándolas en el olvido. Es la sensación que tengo tras revisar este excelente film español de género negro, entre el thriller, la intriga y la denuncia de una corrupción institucionalizada, donde la casualidad y el destino se confabulan para sacar a la luz un crimen abominable por sucios intereses bastardos. Urbizu me parece uno de los directores con más talento del cine español, con un puñado de películas excelentes, entre la comedia (Cuernos de mujer) y el thriller (Todo por la pasta), destacando en mi opinión, la notable “No habrá paz para los malvados”, otro nihilista thriller policíaco apasionante y otra vez sensacional José Coronado, actor fetiche para Urbizu, que aquí encarna a un ex policía corrupto y desalmado.

El cine actual, que últimamente está dominado por superhéroes y franquicias, infantil, aparatoso e inane, afortunadamente no siempre fue así, aquí se sirve de la ficción para reflejar de forma incisiva, una realidad lacerante que se ha ido trasladando a diversos municipios y regiones españolas, la corrupción que nos asola desde el poder, para el ilícito enriquecimiento de unos pocos y perjudicando a los ciudadanos de a pié, que son esquilmados con altos impuestos. La historia está recreada en la Costa del Sol, precisamente, donde algunas ciudades turísticas hace unos años crecían de forma desmedida con recalificaciones sospechosas de terrenos para construir urbanizaciones de lujo, como luego se demostraron por los escándalos y juicios de sus políticos y empleados públicos sobornados con dinero negro. Urbizu maneja con maestría los mecanismos de la narrativa con excelentes elipsis que evitan escenas e imágenes tópicas, cuida muy bien los detalles de la puesta en escena, los insertos, los planos expresivos transmitiéndonos perfectamente la tensión de los personajes. Su montaje es electrizante, no te da un respiro, no falta ni sobra nada.

La película no es para nada autocomplaciente, Modesto Pardo (magistral Antonio Resines), es el director de una sucursal bancaria que hace honor a su nombre y ama con devoción a su esposa, ambos no han logrado tras siete años superar la perdida de su adolescente hija en un incendio forestal. El robo cometido en las cajas de alquiler que custodia por unos delincuentes, le pondrá en la pista de un oscuro asunto que le afecta directamente. El empeoramiento de su mujer a causa del atraco le hará reunir fuerzas y determinación para con aguda pericia destapar una sucia y complicada trama mafiosa. Modesto se topará con ex jefes policiales corruptos, banqueros pringados hasta las cejas, paraísos fiscales, políticos pervertidos, mafiosos italianos y hasta empresas de medios de comunicación que quieren ocultar tanta basura. Como es habitual en los thrillers de Urbizu, la violencia se palpa en toda su crudeza, la degeneración moral es lasciva, que todos tenemos un precio, el ser humano es susceptible de caer en la tentación debido a sus circunstancias, buen ejemplo es el ex jefe de bomberos (grande Sancho Gracia), hasta el mismo damnificado Modesto Pardo se replanteará su vida.

Enrique Urbizu a diferencia de tantos cineastas políticamente correctos de pose posmoderna, no confunde moral con moralismo. El moralista vive instalado en la buena conciencia, vigila meticulosamente las faltas de los otros, como si estuviera exento de sufrir alguna tentación inconfesable. Nuestro Modesto es un hombre que se ve empujado por unas circunstancias que lo superan, pero desde el dolor se propone hacer una justicia que la sociedad le usurpó. Muy recomendable film para amantes del buen cine español, sin complejos ni aberrantes comparaciones.
28 de febrero de 2018
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El encabezado de esta reseña se me antoja elocuente como una de las teorías que viene a confirmar el dicho popular que alude a los genes que heredan los hijos de sus padres, que a veces pueden influir en su carácter según la forma en que es educado, como cuando pretende emular el comportamiento de su progenitor. Por otro lado se aprecia en el film, el espíritu de una época, un determinado retrato social con un genial “Saza” en el marco de una Barcelona de los años cincuenta, una radiografía un tanto sórdida con paisajes lúgubres e inquietantes. Todo ello en una amalgama de géneros que va desde el policíaco catalán que seguirían otros autores al thriller negro, desde la aventura infantil a la comedia de costumbres, desde el drama laboral y la angustia familiar hasta la intriga más desasosegante. Santillán de la la mano del inefable productor Ignacio F. Iquino en coproducción con México, crean un film estimable de una tipología reconocible en los bajos fondos de la sociedad.

Basada en el relato “A través del ojo de un muerto”, un estupendo cuento de William Irish (Cornell Woolrich), famoso escritor de “La ventana indiscreta” de Hitchcock o “La dama desconocida” de Siodmak. Trama en la que el hijo de un inspector de policía cuya carrera profesional está en peligro, se involucra en un misterioso crimen para ayudarle a resolverlo y aliviar la precaria situación paterna por no haber resuelto otros casos. A partir de un amigo cuyo padre tiene una tintorería, llegará a sus manos un ojo de cristal como indicio del caso. El resultado es un relato originalísimo, donde casi interesa más la odisea del niño metido a detective que el carácter del villano, que detrás de sus buenos modales sociales, esconde una incontenible codicia y un instinto criminal. Narrada con ritmo fluido y ameno, goza de una excelente iluminación expresionista y una fisicidad apabullante en la creación de sus personajes y los escenarios de la urbe.

El retrato doméstico de la familia del policía, el tono jocoso y peculiar del propietario de la tintorería, el de la portera y los vecinos del inmueble de la novia del sospechoso, el bar, el kiosco, los tranvías, la estudiada y minuciosa coartada, los detalles colaterales, son presentados por el director de forma muy personal engarzándolo con lo que antes he descrito, un prodigio de variedad y emociones diversas. Es también un paseo por la Barcelona menos atractiva de fábricas abandonadas y cochambrosas, de olor a humedad, de pasadizos y calles desiertas. Otra joya casi desconocida de nuestro cine español a reivindicar, ante tanta basura que nos llega desde fuera, que deslumbra a tanto incauto y advenedizo que acostumbra a deleitarse y encumbrar mediocridades, sorprendido con tanta traca de feria aparatosa e inane.
12 de julio de 2020
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La relación profesional entre Michael Powell y Emeric Pressburger, dio como fruto la Productora THE ARCHERS, un bastión del cine británico independiente entre cuyas películas encontramos obras maestras como CORONEL BLIMP, NARCISO NEGRO O LAS ZAPATILLAS ROJAS. También otras menos acertadas pero de gran interés artístico, porque su cine siempre fue muy novedoso, como es el caso de este CORAZÓN SALVAJE, que aunque no la produjeron ellos, fue Korda y Selznick, no olvidemos que Jennifer Jones era esposa del creador de LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, y buscaba historias para el lucimiento de su esposa, como ocurría con DUELO AL SOL. De cualquier modo, CORAZÓN SALVAJE está plena de hallazgos visuales y artísticos que merecen comentario, ante el escaso número de reseñas que la ilustran hasta ahora en esta web de cine, lo que me inclina a pensar que es bastante desconocida.

Powell se cuidaba más de la puesta en escena y tareas de dirección mientras que Pressburger se cuidaba del guión, aunque el segundo intervenía a veces en la filmación. Uno de los problemas de este film fue que se hicieron dos versiones, uno para Reino Unido por Powell (Gone to Earth), y otro para el mercado americano, pergeñado por Selznick que, dado la megalomanía del yanqui y su obsesión por meter más planos de su mujer, en la versión americana (The Wild Heart), en su nuevo montaje había voz en off de Joseph Cotten en su prólogo, y planos extras rodados por Robert Mamoulian. Al parecer, la edición de Cinemateca que yo he visto es la versión americana que llegó a España. Filmada en paisajes naturales de Gales, Shropshire que era la tierra de la familia Powell, al cineasta le atraía el tratamiento del Technicolor primitivo en las tierras y brumas del paisaje galés.

Jennifer Jones encarna a la exótica gitana Hazel que cuida de un padre ciego y su mascota, una zorrita, es ingenua y natural, apasionada por la vida y la naturaleza pero víctima de la sociedad que habita las tierras galesas del siglo XIX. Su amor se lo disputan dos hombres antagónicos de posición y carácter, el erotismo y la bondad, que desatará pasiones encontradas y conflictos humanos. Una lúcida reflexión entre naturaleza y civilización bajo una paleta de colores del fotógrafo Christopher Challis que recrea la pasión y la violencia de unas relaciones personales en el límite de la razón con la superstición de “El jinete negro”. Basada en una novela de Mary Webb, en la que más allá del estimulante desarrollo de una leyenda, adolece de un planteamiento serio sobre las diferencias sociales que se aprecian en su argumento, sin que se profundice en ello.

De este modo, el conflicto de clases queda a un lado para centrarse en la oposición entre pasión y espiritualidad, con dilemas puritanistas sobre el amor y el deseo que enriquece su inventiva narrativa, así como el aspecto visual pictórico y sonoro (espacios cotidianos amenazadores y fantasmagóricos), que desmiente el academicismo del cine inglés. Destacables también, la pasión volcánica de los personajes, especialmente la gitana Jennifer Jones que cumple por su exótico físico y el rudo terrateniente encarnado por un excelente David Farrar. Muy recomendable para cinéfilos inquietos e interesados en el cine singular y creativo de Michael Powell y Emeric Pressburger.
10 de octubre de 2019
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
En pocas ocasiones obviando el género musical, unas cuantas canciones han definido tan acertadamente un film, junto a la música original que describe magistralmente el caos mental de Arthur (Joker). Tres clásicos imperecederos que ilustran las reflexiones profundas y complejas que nos transmite Todd Phillips, un cineasta que me ha sorprendido después de ver su filmografía hasta ahora. Y es que Tood, renuncia a mostrar un personaje del comic estereotipado y caricaturesco como nos lo han presentado habitualmente. Ha huido de tantas versiones planas, muy convencionales, cuando no infantiles de los personajes, donde apenas tienen densidad humana, arrollados por ese marasmo de cine de banal evasión que nos invade.

Resulta curioso cómo algunos espectadores despistados acuden esperando un film de acción y comedia, para descubrir un terrorífico drama en una descarnada y aberrante metrópoli, cínica, insolidaria, violenta y despótica. Un memorable Joaquin Phoenix encarna a Joker, un ser destruido desde su infancia, víctima de la incomprensión y la violencia social, de un incierto futuro al que se aferra porque nada tiene ya que perder y que solo cuenta con la simpatía del presentador de un famoso programa de televisión, Murray Franklyn (Robert De Niro). Película pesimista y transgresora, pero no por el capricho de serlo, siempre desde una posición lúcida, heredera del mejor cine de Scorsese (Taxi driver, El rey de la Comedia, precisamente con De Niro ambas), una siniestra historia que deriva irremediablemente hacia la catarsis redentora.

Destaca junto a la soberbia puesta en escena, el interesante guión, que se desliza sobre la delgada línea que separa la razón de la demencia. Todo ello elaborado sobre la figura del payaso (con un rendido homenaje a “Tiempos Modernos” de Chaplin, Clown por excelencia), que como todos sabemos esconde su pena y su angustia personal bajo la máscara y el maquillaje junta a su sonrisa, a veces irónica, otras macabra y estridente, fruto de su patética existencia. Su ridícula carcajada a destiempo, la de Joker, denota su tragedia humana, su mirada perdida, su vida socavada por la frustración y el absoluto desamparo. Pese a que se presta a interpretaciones ideológicas, el planteamiento no me parece político, pero sí que la encuentro muy humana y realista. Una película adulta en su forma de abordar a un personaje ficticio que nunca se profundizó como aquí sucede. Sin duda fascinante en el terreno artístico y poético, donde la violencia nunca es gratuita, para mí es la mejor película del año.
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