Un requisito para no defraudar es no ser pretencioso; y ya triunfas si, además, cuidas el reparto, escribes buenos diálogos y tratas de adulto al espectador, como hace Diego San José en la estupenda CELESTE, dirigida por Elena Trapé. Y si tienes ingenio en desarrollar una historia que ha salido en los periódicos —los problemas con Hacienda de Shakira— entonces consigues el aplauso. Carmen Machi “es” es la serie, con enorme riqueza de matices interpretativos. Pero el resto de los personajes no le andan a la zaga, sobre todo el “paparazzo” que interpreta Manolo Solo. Muy disfrutable.

Realmente me parece fascinante el documental ANSELM (Wim Wenders, 2023) sobre el artista alemán Anselm Kiefer. Sus intervenciones para que el nazismo no caiga en el olvido, la vinculación con la naturaleza de todo su trabajo y las cualidades matéricas de sus obras lo convierten en un autor sobresaliente. En su inmenso estudio (una nave de cientos de metros cuadrados) no hay caballete ni óleo, sino grúas, crisoles, lanzallamas y otros objetos con que crear cuadros inmensos. No son obras para mirar, sino en las que sumergirse. Wenders recopila entrevistas de televisión de tiempo atrás y da cuenta del proceso de creación con filmaciones recientes.

Con motivo de la muerte de Stalin en 1953, una delegación militar llega a una aldea rumana exigiendo el luto más riguroso durante siete días, lo que impide a los campesinos celebrar el banquete de esponsales que en ese momento se inicia. Se burlan de la prohibición optando por una BODA MUDA (Horatiu Malaele, 2008) en la que se envuelven las copas en servilletas para que no suenen en los brindis, se recogen los cubiertos, los músicos simulan tocar y hasta se amordaza a los niños. Toda una metáfora de la resistencia pasiva a la sinrazón comunista —basada en hechos reales— en una muy curiosa película con una estupenda última media hora de pura pantomima de cine mudo y un epílogo que hace memoria de la represión con el pueblo borrado del mapa.

El inmenso Óscar Martínez interpreta a un director de museo en BELLAS ARTES, que viene avalada por el dúo de solventes guionistas y cineastas formado por Mariano Cohn y Gastón Duprat, de quienes hemos visto recientemente “Nada” y tres temporadas de “El encargado”. Se plantean algunas paradojas del arte contemporáneo, las ambigüedades de la obra de arte y las posibilidades de la impostura; el postureo de (supuestos) artistas, la gestión de un museo público, el timo de la donación de un árabe, la “performance” alocada y peligrosa, la exhibición de un belén como obra de arte… en fin, toda una sabrosa combinación de sainete y esperpento. No es redonda, pero hay que aplaudir la originalidad de la propuesta. Se ve del tirón.

La vida diaria y las contradicciones de la sociedad alemana dividida por el Muro de Berlín son la base de los seis episodios de EL MISMO CIELO, un recomendable panorama de los diferentes modos de vida, las ansias de libertad, el obsoleto régimen del Este, las artes del espionaje… en los años setenta. Se ve muy bien y hasta sabe a poco.
J.L. Sánchez Noriega