Otra decepción que no me esperaba. Al igual que con Brave, los estudios de animación han olvidado, súbitamente, a los adultos que acompañan a los críos a ver las películas. Guión plano y lineal, previsible hasta el hartazgo, personajes cliché. El único guiño a los adultos en esta película es el intento de reconocer a todos los secundarios de los videojuegos de nuestra infancia. Espero que no se convierta en costumbre, y recuperen esa complicidad que tanto éxito les ha dado desde los 90.

"Scusa Ma Ti Chiamo Amore" (Perdona Si Te Llamo Amor), basada en el libro homónimo y éxito de ventas de Federico Moccia. O cómo rodar Crepúsculo cambiando un vampiro por un ""madurito"" cercano a los cuarenta y una diecisieteañera que sigue la máxima utópica de "querer es poder".

No he leído las novelas que han cosechado tanta popularidad, de modo que no puedo comparar si es una buena o mala proyección de la obra literaria, aunque estoy segura de que por razones de tiempo tuvieron que comprimir mucho el desarrollo de la relación entre Nikki y el treinteañero Alessandro, muy apropiadamente interpretado por Raoul Bova, (al que dan ganas de arrancar la ropa a mordiscos). Y digo que estoy segura porque el personaje de Nikki no puede ser más asesinable, pijoso, caprichoso, irresponsable, liante e inmaduro. Cuesta mucho comprender cómo puede enamorarse un hombre como él de una niñata tan insensata, que carece, al menos en la versión de cine, de cualquier rasgo seductor "de mujer" salvo ese aspecto de ángel caído a la tierra sin querer. Supongo que en el libro tiene más espacio para desarrollar el roce entre ambos y las peculiaridades de la chica que acaban por conquistarle.

La Banda Sonora, sin embargo, es una delicia. El grupo Zero Assoluto, (entre otros, temas de Robbie Williams, Villenueve, Vasco Rossi), consigue con sus canciones dar una calidad aceptable a muchas de las situaciones, y las interpretaciones, así en general, son bastante flojas, por no decir que las adolescentes son, directamente, mediocres. Incluso la fotografía está poco explotada, tratándose de la siempre favorecida Italia, que ayuda mucho a embellecer cualquier fotograma con la perspectiva y la luz apropiada. Es apreciable, por decir algo, el uso de citas célebres que inician cada giro de "situación", y que nos previene (por si no era ya fácil sin pistas) de lo que sucederá a continuación.

En definitiva, totalmente prescindible, sin ninguna sorpresa de guión, ni siquiera es lo suficientemente ñoña como para aprovecharse de esos momentos en los que nos apetece meternos un dramón emocional para descargar lagrimitas.

Primer largometraje de Scott Leberecht, conocido en su casa a la hora de comer, (y que debería seguir siendo así).
Trigésima octava vuelta de tuerca al vampirismo desde el cine independiente de bajo presupuesto, con una... en fin, "interpretación" asombrosamente anodina de Zak Kilberg como protagonista y la fémina que no podía faltar a su lado Maya Parish.

Me ha resultado forzada, llena de insalvables incoherencias y agobiante sin necesidad.
Para pasar el rato si te mueres del aburrimiento.

Lineal.
Absoluta incoherencia argumentativa.
Mark Tonderai debe ser insensible a las críticas. (Quien haya visto "Hush" lo entiende.)
Elisabeth Shue, ¿qué ha sido de ti? ¿por qué? ¿cómo has acabado haciendo esto?
No resulta ni siquiera atrapante.
Tentación de pasar la película a trocitos. Excesivo metraje.
Actuaciones miserables.
Buen uso de la fotografía (salvemos algo).
Lawrence, la maravillosa Jennifer Lawrence, pasa absolutamente desapercibida.
Eclosión del suspense rayando lo ridículo, (lo absurdo ya hace rato que lo traspasó)