"Reflejos" tuvo el honor de inaugurar la edición de 2008 del Festival de Sitges. Pero el honor también fue del festival por tener esta soberbia película.
Alexandre Aja, especialista en remakes, se mete ahora con los espejos y lo que ocultan. Un temor más que conocido, pero que con el toque de Aja se convierte en una joya del cine de terror. No contento con brindarnos un simple remake, Aja hace uso de su inconfundible estilo (un guión simple, una fotografía espléndida, unas escenas impactantes y un final inesperado) para deleitar nuestros más terroríficos deseos.
Así pues, moviéndose entre la delgada línea entre el terror y el suspense, y regalándonos momentos "gore" inolvidables, "Reflejos" utiliza el misterio que esconden sus espejos para atraparnos en ellos y no dejarnos escapar.

Palomitas en mano, me adentraba en el cine dispuesto a ver una comedia gamberra, divertida, y disfrutar de su dúo protagonista hacer tonterías. Mis expectativas no eran muy altas, solo iba a pasar un buen rato. Acaba el film y, ¡qué grata sorpresa! Los Becarios no es nada de eso.

Los señores Vaughn y Wilson tienen la capacidad de hacerme sonreír aunque no hagan nada. Pero esta película no va de eso. Sí que hay algunos momentos cómicos y una grandiosa escena "Harrypottiense" (ojo con la Snitch Dorada), pero el mensaje de esta película es otro. Los Becarios quieren transmitirnos que uno no debe tirar la toalla nunca, nunca darse por vencido, ver el lado bueno de las cosas, ser positivos y emprendedores, fomentar la importancia del trabajo en equipo, ver y apreciar las cualidades de cada uno, mejorar y erradicar los defectos...

Así pues, el dúo becario y google son meros pretextos que quedan en un segundo plano junto con muchas otras cosas del film que no acaban de quedar del todo claras. Pero no importa. El mensaje que respira la película es tan positivo, y uno sale tan contento del cine, que todo lo demás es irrelevante. Y si a alguien le interesa atar cabos sueltos, que lo busque en Google.

Cortos se quedan los adjetivos para describir tal magnífica película de impresionantes magnitudes. Ang Lee ha vuelto a superarse. Ha superado el reto de adaptar a la gran pantalla la novela del mismo nombre y lo ha conseguido sin problemas. Con reminiscencias a "Big Fish", unos actores (humanos y animales) increíbles, una fotografía espléndida, unos efectos especiales impactantes y un dual final se encargan de hacernos vibrar y emocionar de principio a fin. Consejo (aunque no sea bueno): vayan sin haber leído el libro.