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Críticas 93
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
18 de diciembre de 2020
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Le sorelle Macaluso es un viaje sentimental, una historia sobre el tiempo, sobre un tema universal como es la vida y la muerte. Una película que habla de un nido en una casa donde viven cinco hermanas en tres momentos de la vida. Katia, Lia, Pinuccia, María y Antonella, todas entre nueve y dieciocho años, son huérfanas que viven en el último piso de un bloque de apartamentos en las afueras de Palermo. Se dedican a criar palomas, que “alquilan” de vez en cuando para bodas, sabiendo que las aves siempre encuentran el camino de vuelta a casa. Su casa juega un papel fundamental en la película, ya que sus habitaciones representan el mundo entero para las cinco hermanas, y por eso la directora les dedica planos largos cuando están vacías.

En lo alto de la casa, donde está el palomar las aves seguirán volviendo a lo largo de su vida, por ser el lugar donde han nacido. La propia casa es un laberinto existencial repleto de habitaciones y cajones, que se convierte en una hermana más, la sexta. Quizás lo más emocionante son las paredes desgarradas y las grietas que permanecen al final de la historia.

Emma Dante crea un mundo femenino autosuficiente, un microcosmos donde no hay lugar para los niños, y que está lleno de primeros planos de labios a punto de cubrirse con carmín, de juegos, ternura, discusiones feroces y esperanzas. La película sigue a las hermanas desde la adolescencia hasta la edad adulta y finalmente la vejez, gracias al trabajo de doce actrices diferentes.

Son chicas normales, como cualquiera de su edad. La más pequeña, Antonella, baña a sus muñecas en la bañera y alimenta a sus amadas palomas con semillas, utilizando los mejores platos de la familia, antes de animarlas con una caja de música que reproduce la Gymnopédie No.1 de Erik Satie. A Pinuccia le gusta que los chicos se fijen en ella, mientras que a María le gusta una chica de su edad y le encanta bailar. A Lia le entusiasma leer, mientras que a Katia le gustan los paninis con jamón.

La película nos muestra cómo avanza la vida de estas hermanas, que se convierten en cuatro, después en tres y, más tarde, en dos, rodeadas por los recuerdos de las que ya no están con ellas. De anciana, Pinuccia todavía ve a la pequeña Antonella frente al espejo, exclamando con admiración: "eres tan hermosa".
Cuando Lia muere, Pinuccia se queda sola cuidando de la casa. Su mente acaba sucumbiendo a los sentimientos de culpa, mientras las paredes parecen derrumbarse sin la hermandad que las mantenía unidas; el amor se ha desintegrado con el tiempo. Solo quedan las palomas, revoloteando por el aire, blancas e inocentes.

La película lleva algunos aspectos demasiado lejos, y la directora tiende a poner el pie en el acelerador emocional, como en la escena en la que María, que lucha contra el cáncer, se pone el tutú que usaba de niña cuando quería convertirse en bailarina de ballet. A pesar de que su perspectiva es la de una dramaturga que no está condicionada por las limitaciones técnicas de los fotogramas, Emma Dante logra separarse con éxito de su obra de teatro homónima, en la que se basa la película, y parece haber adquirido una experiencia aún mayor en la organización espacial y la búsqueda de elementos visuales maravillosos, gracias en parte a su director de fotografía, Gherardo Gossi, y su editor Benni Atria.

No se trata de una pieza de teatro llevada a la gran pantalla, sino de una película para la gran pantalla. Una verdadera joya cinematográfica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sin embargo, un agradable día en la playa pronto acaba de forma trágica. La muerte de una de las hermanas se convierte en una experiencia demasiado dolorosa y difícil de soportar. Las supervivientes se sentirán abrumadas por la culpa durante el resto de sus vidas.
1 de abril de 2020 2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arranca La pacifista y, con ella, la habitual danza de los complejos y largos plano-secuencia del húngaro Miklós Jancsó: un continuo ir y venir en el que cámara y actores se buscan y se rehuyen como si de un juego infantil se tratase. Del mismo modo que era asimismo previsible que un cineasta tal que Jancsó, procedente de la gélida burocracia estalinista, pudiese permitirse rematar esta coproducción europea con consignas del tipo: "Ma liberté c'est celle des autres" o "Le socialisme sans liberté c'est l'esclavage".

Puestas en boca de esos jóvenes melenudos de principios de los setenta, proclamas del tipo "Potere operaio!" adquieren una nota entre lo nostálgico y lo romántico, probablemente muy alejada del extremismo izquierdista que las alumbró.

En cualquier caso, un filme de las características de La pacifista no deja de tener su interés en tanto que documento histórico, potenciado, por otra parte, gracias a ese atractivo reparto de actores en que vemos a un Pierre Clémenti más greñudo que nunca, una elegante y bellisima Monica Vitti y József Madaras (actor preferido por Miklós Jancsó).

Una nota particular se merece la banda sonora compuesta por Giorgio Gaslini, rica ademas de cantos y estribillos de la época de la contestación juvenil pacifista de la primavera del 68.
3 de abril de 2020 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alberto Bevilacqua, eminente escritor del '900 italiano, intentó su mano en la dirección cinematográfica, por un período corto pero muy intenso, dando vida a obras muy significativas, aunque para entendedores, con una fuerte impronta literaria y con un enfoque filosófico y psicoanalítico.

Attenti al buffone, este el titulo en original se inspira en Le chant de Oyseaux de Clement Janequin, que cuenta los acontecimientos basados en el amor y la traición. La pareja y todo lo relacionado con ellos era uno de los temas favoritos del escritor/director. El protagonista es Marcello, (un espléndido y brillante Nino Manfredi, que también colaboró en el guión) un músico de alma noble, puro y casado con Giulia (Mariangela Melato) una mujer codiciosa y corrupta, de alma sombría, dispuesta a venderse a un odioso y pomposo sátrapa que sufre delirio de omnipotencia, interpretado por un polifacético Eli Wallach.

Así que Marcello se encontrará solo y decepcionado en la víspera de nochebuena, mientras que su familia, incluyendo sus hijos, están en el feudo del no noble señor. Se queda con su amigo felino Wolfango y los que lo criaron de niño, Salomón y su compañera que lo instruirán para llevar a cabo la venganza. Marcello irá al sátrapa rico y arrogante, se someterá solo aparentemente a toda clase de humillaciones, fingirá poner su familia en venta, será etiquetado como impotente por la Santa Rota (el diálogo entre él y los sacerdotes que se ocupan de la separación, son una lección de teología, enseñada por la mente de un ateo, como el difunto Bevilacqua), conocerá todas las figuras sombrías de las que se rodea, incluyendo a sus antiguos camaradas del Décimo Mas, violentos y arrogantes bandidos, dedicados al alcohol y otros vicios.

Todo esto con un solo propósito; traer desorden, sembrar incertidumbre y derribar el coloso de pies de barro y todas las falsas certezas. Para dar ansiedad a los que están demasiado seguros de sí mismos. Y así será, aunque el proceso no sea indoloro para nadie.todas las falsas certezas. Para dar ansiedad a los que están demasiado seguros de sí mismos. Y así será, aunque el proceso no sea indoloro para nadie.

Curiosidad para los entendedores: en el reparto aparece, en un pequeño papel Loredana Bertè.
14 de noviembre de 2018 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La función del arte es comunicar y la función de la música es emocionar. Si sumamos comunicación y emoción obtenemos como resultado la función del cine. Y eso es Bohemian Rhapsody, una oda a la comunicación y a la emoción a través de las melodías creadas por una de las mejores bandas de todos los tiempos: Queen. El grupo formado por el cantante Freddie Mercury (considerado el mejor vocalista de la historia), el guitarrista Brian May (astrofísico), el baterista Roger Taylor (dentista) y el bajista John Deacon (ingeniero electrónico), quienes generaron auténticas obras maestras en los más de quince discos que se publicaron entre 1973 y 1995.

La importancia de la película va más allá del entretenimiento que supone acudir a una sala de cine. Queen es cultura, porque su música forma parte de la memoria colectiva para miles de personas y su proyección en el cine actualiza este patrimonio artístico para que las nuevas generaciones puedan interesarse por su música. La película es memoria histórica. La lucha contra el sida de Freddie Mercury visibilizó un problema que afectaba (y afecta) a millones de enfermos, particularmente en aquellos años ochenta, cuando todavía no existía una vacuna certera, socializando y normalizando un problema mundial. Con su ejemplo, comenzaron a realizarse campañas de prevención que salvaron millones de vidas, además de avanzar en la investigación científica para su tratamiento.

El mítico concierto Live Aid del 13 julio 1985 que tuvo lugar en el estadio de Wembley y en el cual Freddie Mercury impartió magistralmente clases de ópera y canto para millones de personas que lo estaban presenciando en el estadio y vía satélite en los cinco continentes supuso un antes y un después en el concepto "concierto multitudinario" en estadios de fútbol. El objetivo de Live Aid era alcanzar ayuda humanitaria para el continente africano que sufría tremendas hambrunas con millones de muertos por desnutrición, en particular en el cuerno de Africa: Eritrea y Etiopía. La actuación de Queen en ese concierto, la energía que desbordó, la conexión con el público y la fuerza de su música hizo vibrar al planeta entero, consiguiendo sensibilizar a toda la sociedad sobre la problemática del hambre. A partir de entonces, los países comenzaron a invertir en ayuda al desarrollo, se multiplicaron las organizaciones no gubernamentales y se concienció sobre la injusticia a nivel mundial.

La vida de Freddie Mercury supuso un liderazgo en la lucha por la igualdad de derechos entre todas las personas al enarbolar con orgullo su condición sexual en una época profundamente discriminatoria. Contemplar la película Bohemian Rhapsody es rememorar aquellas canciones que forman parte de los mejores momentos de nuestra vida y constituye una oportunidad para que miles de niños, adolescentes y jóvenes que nunca antes habían oído hablar de Queen, comiencen a conocer su música. Porque la música de Queen es única e inclasificable. Genios que mezclaron todos los estilos, desde el rock a la ópera, del pop al flamenco, de la balada al punk, ingredientes combinados en la misma composición, como en la canción Innuendo. Es una película conmovedora para quienes conozcan la banda, pero lo importante es que los más jóvenes la vean, para que vuelvan a escuchar buena música en estos tiempos de reguetón y canciones comerciales.

Freddie Mercury, como todos los poetas y genios, era hipersensible. De esa extrema sensibilidad, materia prima de su creatividad, nacía el miedo a la soledad. Para suplirla, la rellenaba con excesos, fiestas, alcohol, drogas, caos y "amigos" que desaparecían cuando las luces de la fiesta se apagaban y se quedaba solo en su derrumbe. La película y la vida de Mercury nos enseña que por muy bajo que caigas siempre puedes volver a levantarte y continuar. Nos enseña que solo tú, eres el dueño de tu destino y solo tú, decides en quien te quieres convertir. Nos enseña que hay que seguir hacia delante siempre porque: "We are the champions, my friend, and we'll keep on fighting till the end".
12 de noviembre de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
En 1945, tras su cautiverio en Russia vuelve a sus montañas, Gianni que tiene grandes dificultades para encontrar trabajo. El anciano Du le pide entonces ayuda para encontrar los restos de munición de la Primera Guerra Mundial (bombas sin explotar).

Se trata de una película de arte poco común, que nace de una experiencia común y tiene sus raíces en el altiplano de Asiago, que no solo representa la dimensión aventurera (y la libertad que da la aventura), sino también un momento de reflexión sobre la trágica estupidez de la guerra.

La película está hecha a medida del maravilloso personaje del anciano Du (Toni Lunardi), en torno al cual se desarrolla la trama y que representa el alma de la historia. Este gran anciano no actuó como un actor ocasional: se apoderó tanto de su papel que se convirtió en la película.

Rodada íntegramente en la meseta de Asiago, "I recuperanti" reflexiona sobre la trágica demencia de la guerra y está interpretada en gran medida por actores locales no profesionales. Esta película para televisión está dirigida por Ermanno Olmi, que creó y escribió el guión junto con Tullio Kezich y Mario Rigoni Stern.

Temáticamente, I recuperanti es la suma de la obra del grande maestro Ermanno Olmi y sus complejos análisis sobre el hombre, el trabajo, el medio ambiente y la responsabilidad individual con respecto a estos temas.

El distanciamiento mental y físico del protagonista y su aislamiento están presentes como en los primeros films, y suministran la alienación necesaria para que el hombre alcance una comprensión nueva y vital de la propia existencia.
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