You must be a loged user to know your affinity with Palomitasconchoco
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

6,6
871
8
6 de noviembre de 2015
6 de noviembre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay una palabra que define a Japón es brutal. Y es que la película debut con la que Carlos Raygadas quiso darse a conocer al mundo es una suerte de complejísima estructura de inspiraciones freudianas, exploraciones existencialistas, sobriedad formal y simbólica e inteligente aplicación de la música clásica a la narratividad.
Muchas de las ideas que se reflejan en esta película están basadas en la obra de su apreciado maestro, el gran Andrei Tarkovsky, un cineasta tan duro y personal que incluso imitarlo resulta complejo. Aquí ¡, Carlos Raygadas, está a la altura de ser un Tarkovsky mexicano.
Definitivamente Japón no es una película para todos los públicos, su complejidad temática, en contradicción con una simplicidad argumental, pero que deja boquiabierto al espectador al poner en jaque un gran número de valores (la religión, el sexo y la muerte cruzan la frontera del tabú en esta película) con un taciturno protagonista que sufre por momentos las pulsiones de vivir y de morir que se enfrenta a su propia existencia y que zigzagea entre ambos extremos convirtiendo la obra en una película de contrastes.
Es un tópico en las críticas de cine decir que una cinta no te dejará indeferente aunque no te guste y que será difícil de olvidar, pero en este caso las líneas rojas que cruza el argumento y que despiertan cierta abyección en el espectador, combinado con unos personajes enigmáticos, una fotografía salvaje y cruda, unos planos que rompen los moldes de la narrativa tradicional y una música tenebrista, no dejan lugar al duda. Toma el tópico y hazlo certeza porque realmente no te dejará indiferente. Japón te atrapa en una atmósfera abigarrada, congestionada de ideas pero límpida de elementos formales
Para las que no hayan visto jamás una película del genio soviético Tarkovsky se encontrarán con un argumento difícil de digerir, para nada creíble si no hay una lectura simbólica de lo que ocurre, planos exasperantemente largos y escasas dosis de acción y diálogos. Aburrirá por momentos y te removerá con bofetones de conciencia en otros cortes del metraje. Para los que simplemente se dejen arrastrar y puedan entrever algunas complejidades de la cinta, disfrutarán de algo original, conmovedor, sorprendente y lleno de consciencia y por supuesto, de algo que no podrán ver jamás en otra película. Japón es otra cosa.
En el aspecto formal no cabe más que destacar sobre todo lo demás un excepcional plano secuencia que dura exactamente lo que la canción 'cantus in memorian of Benjamin Britten'. Son cinco minutos y siete segundos de cine superlativo para un final soberbio y latente a través de las vías del tren con una cámara giratoria que recoge escenas sobrecogedoras. Uno de los mejores planos secuencia que se hayan hecho en este siglo.
Por todo ello, y aunque es una película que se puede atragantar y difícil de digerir (no es intención del director la de agradar si no la de generar sentimientos crudos y fríos) merece la pena intentar darle una oportunidad a este Tarkovsky mexicano, a este Freud del celuloide que le ha dado al cine mexicano una nueva dimensión.
Crítica para www.viveiberoamerica.com
http://www.viveiberoamerica.com/going-beyond-amazon-a-new-model-for-authors-retailers-and-publishers/
@iberoamericavi
Muchas de las ideas que se reflejan en esta película están basadas en la obra de su apreciado maestro, el gran Andrei Tarkovsky, un cineasta tan duro y personal que incluso imitarlo resulta complejo. Aquí ¡, Carlos Raygadas, está a la altura de ser un Tarkovsky mexicano.
Definitivamente Japón no es una película para todos los públicos, su complejidad temática, en contradicción con una simplicidad argumental, pero que deja boquiabierto al espectador al poner en jaque un gran número de valores (la religión, el sexo y la muerte cruzan la frontera del tabú en esta película) con un taciturno protagonista que sufre por momentos las pulsiones de vivir y de morir que se enfrenta a su propia existencia y que zigzagea entre ambos extremos convirtiendo la obra en una película de contrastes.
Es un tópico en las críticas de cine decir que una cinta no te dejará indeferente aunque no te guste y que será difícil de olvidar, pero en este caso las líneas rojas que cruza el argumento y que despiertan cierta abyección en el espectador, combinado con unos personajes enigmáticos, una fotografía salvaje y cruda, unos planos que rompen los moldes de la narrativa tradicional y una música tenebrista, no dejan lugar al duda. Toma el tópico y hazlo certeza porque realmente no te dejará indiferente. Japón te atrapa en una atmósfera abigarrada, congestionada de ideas pero límpida de elementos formales
Para las que no hayan visto jamás una película del genio soviético Tarkovsky se encontrarán con un argumento difícil de digerir, para nada creíble si no hay una lectura simbólica de lo que ocurre, planos exasperantemente largos y escasas dosis de acción y diálogos. Aburrirá por momentos y te removerá con bofetones de conciencia en otros cortes del metraje. Para los que simplemente se dejen arrastrar y puedan entrever algunas complejidades de la cinta, disfrutarán de algo original, conmovedor, sorprendente y lleno de consciencia y por supuesto, de algo que no podrán ver jamás en otra película. Japón es otra cosa.
En el aspecto formal no cabe más que destacar sobre todo lo demás un excepcional plano secuencia que dura exactamente lo que la canción 'cantus in memorian of Benjamin Britten'. Son cinco minutos y siete segundos de cine superlativo para un final soberbio y latente a través de las vías del tren con una cámara giratoria que recoge escenas sobrecogedoras. Uno de los mejores planos secuencia que se hayan hecho en este siglo.
Por todo ello, y aunque es una película que se puede atragantar y difícil de digerir (no es intención del director la de agradar si no la de generar sentimientos crudos y fríos) merece la pena intentar darle una oportunidad a este Tarkovsky mexicano, a este Freud del celuloide que le ha dado al cine mexicano una nueva dimensión.
Crítica para www.viveiberoamerica.com
http://www.viveiberoamerica.com/going-beyond-amazon-a-new-model-for-authors-retailers-and-publishers/
@iberoamericavi
6
20 de noviembre de 2012
20 de noviembre de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Nos vemos papá' es una película con cierta valentía, con un argumento un tanto sórdido, que despierta interés y hasta aversión, pero que desarrolla un tema con coherencia interna y fluidez pese al complejo sistema narrativo que propone, en el que una mujer, tras el fallecimiento de su padre, establece una relación corrosiva con el fantasma imaginario del mismo. El comienzo de este filme mexicano es un tanto lento y muchas de las proposiciones argumentales son previsibles... pero el acierto del filme es que el boom argumental, el giro de guión decisivo que cualquier mirada cinéfila aviesa habría deducido con antelación, se produce en un momento temprano del metraje. Esto da lugar a una nueva mirada sobre la película (hasta ese momento la habría suspendido) donde son más importantes las implicaciones sobre el hecho central de la película que el propio acto en sí.
Para mantener el pulso narrativo es importante la actuación decisiva de la actriz protagonista, Cecilia Suárez, que perfila y da sentido a un personaje enervado, complejo, ambicioso y con varias caras. Su personaje despierta pasiones y fobias, es sentimental y abyecto, y la actriz mantiene el tipo para hacer creíble a tan contradictorio perfil.
Del mismo modo, a partir de ese momento la directora también se pone las pilas. Sin dejar de lado el necesario transcurrir tranquilo del filme, la dosificación de la historia y el discurrir de la trama, comienzan a crear un clima de cierta tensión en el espectador y despierta el interés en cuanto a lo que va ocurriendo.
Sin ser brillante, la película logra crear su propio clima en la ambientación, logra dotar a las paredes de una casa de su propia textura fantasmagórica, e incluso en ciertas escenas, consigue trasvasar el lugar de lo onírico, para sumergir al espectador en la idiosincrasia que pretende crear.
Es a grandes rasgos, una película interesante, transgresora, pero tampoco fascinante y en realidad, consigue agradar al público o sorprender más por su temática que por sus propios valores cinematográficos, lo cual, no es óbice para que no merezca un vistazo.
Para mantener el pulso narrativo es importante la actuación decisiva de la actriz protagonista, Cecilia Suárez, que perfila y da sentido a un personaje enervado, complejo, ambicioso y con varias caras. Su personaje despierta pasiones y fobias, es sentimental y abyecto, y la actriz mantiene el tipo para hacer creíble a tan contradictorio perfil.
Del mismo modo, a partir de ese momento la directora también se pone las pilas. Sin dejar de lado el necesario transcurrir tranquilo del filme, la dosificación de la historia y el discurrir de la trama, comienzan a crear un clima de cierta tensión en el espectador y despierta el interés en cuanto a lo que va ocurriendo.
Sin ser brillante, la película logra crear su propio clima en la ambientación, logra dotar a las paredes de una casa de su propia textura fantasmagórica, e incluso en ciertas escenas, consigue trasvasar el lugar de lo onírico, para sumergir al espectador en la idiosincrasia que pretende crear.
Es a grandes rasgos, una película interesante, transgresora, pero tampoco fascinante y en realidad, consigue agradar al público o sorprender más por su temática que por sus propios valores cinematográficos, lo cual, no es óbice para que no merezca un vistazo.

8,4
83.828
8
1 de agosto de 2012
1 de agosto de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para llegar a ser un clásico imperecedero hay que tener un guión magistral, lleno de matices, ese mismo guión debe estar dotado de ritmo, de vida y tener giros argumentales sorprendentes que desconcierten un poco y un clásico debe también estar magistralmente interpretado. Estas son las puntas del iceberg que han hecho que el apartamento pase a la historia, porque, sólo así una comedia de enredo, muy convencional y de final previsible puede perdurar. Y es que en la historia del apartamento, el enredo amoroso en el que nos sumerge, aunque tengas ciertas características recurrentes del cine de su época, parecen abrazar un punto más, le dan un giro más a la historia que la hace ser más cómica y un tanto menos absurdas (no confundir con una madeja argumental al estilo hermanos Max) y la forma en la que zigzaguea el argumento, aunque en el fondo sepamos siempre donde va a terminar por el trilladísimo ‘Happy End’ impuesto por Hollywood, nos deja K.O por unos segundos nos hace intentar adelantarnos en futuras repercusiones que luego no son tales porque siempre aparece un nuevo elemento que añade emoción a la cinta. Luego está la magistral configuración de los personajes, los tres principales son deliciosos, enternecedores (incluso el que hace de malo que sólo queda como briboncillo). Shirley McLane es dulce, encantadora pero muy torpe en el amor, demasiado enamoradiza y confiada, Jack Lemmon es un pobre incauto, bondadoso hasta el extremo, generoso y de gustos sencillos pero que no le importa ganarse una mala reputación a favor de los demás, de los que se aprovechan de él y Fred McMurray aunque sea el jefazo rico que engaña a su mujer y se aprovecha de sus empleados también llega a producir cierta dosis de ternura. Los tres bordan su papel y te llevan al sueño, pero es que además de todo esto tenemos que hacernos cargos de unos diálogos fabulosos, que conectan durante toda la película y crean flashforwards dialécticos, frases con dobles sentidos, sentencias que dan contenido a la película de por sí, que narran con contundencia. Genial también en los detalles visuales con sentido narrativo, (el espejo roto, el sonido de la botella de champán, el médico que pide hielo). Natural, sencilla, sensible y divertida, peca de sobriedad en su puesta en escena (aunque a veces una raqueta es fundamental para explicarlo todo) y en los convencionalismos de sus personajes, actuaciones y las situaciones en general, pero pese a todo, es y será una obra maestra de todos los tiempos.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
http://palomitasconchoco.wordpress.com
31 de julio de 2012
31 de julio de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La fórmula sigue funcionando. Un guión sencillo pero intenso cargado de denuncia social y de alegorías, rodaje en exteriores con paisajes naturales sorprendentes que encajan perfectamente con la historia, actores no profesionales insuflando de realismo a la narración y pequeñas historias que salpican la película para conocer más profundamente la realidad social en la que se ven inmerso los personajes, un tanto planos en la medida en la que los diálogos repetitivos no dejan hurgar en los sentimientos de los personajes, porque lo que importa en La pizarra, al igual que en la mayoría de las películas iraníes, es el concepto social en el que se desenvuelve la trama, se trata de hurgar en las miserias de un país, de la guerra, de la religión, no en las de una sola persona.
Tiene la película como escenario las montañas del Kurdistán, terrenos áridos y pedregosos, eriales como las vidas del pueblo que vaga subiendo y bajando por las laderas polvorientas y neblinosas, los únicos rasgos que pueden difuminar la dura realidad del hambre, el miedo, la enfermedad, el éxodo…
La pizarra que los maestros cargan a sus espaldas como tortugas, tratando de buscar alumnos desesperadamente, es el elemento visual fundamental del filme, y el que representa las alegorías en un pueblo que carece de educación básica y que tiene cosas más importantes que solucionar antes que aprender a leer y escribir, asegurar su propia supervivencia, por ello, la pizarra se utiliza para casi excepto para escribir y a lo largo de la película tiene utilidades como la de camilla de emergencia, de puerta, tablas para entablillar y hasta de escudo anti-balas, la necesidad es mucho más poderosa que la progresión de un pueblo que debe pensar en el presente mucho antes que en su futuro.
Las actuaciones de no-profesionales, que en otras películas iraníes han funcionado bastante bien, especialmente con los niños, en ‘La pizarra’ no terminan de cuajar y algunos diálogos parecen recitados, muy poco creíbles.
La película pone de manifiesto el escaso valor de la educación en algunas sociedades y de la necesidad de realizar malabares para poder sobrevivir en algunas circunstancias. Es muy buena también la utilización de la guerra, omnipresente en toda la película, sin que se vea una sola bala o rifle, solo el temor que genera en los personajes, por otro lado acostumbrados a vivir en tales circunstancias. El sentimiento de dificultad y sufrimiento es intenso y palpable, tratando el tema de forma astuta y sensiblemente crítica al mismo tiempo. Esta valiente apuesta mereció el premio especial del jurado en el festival de Cannes del año 2000.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
Tiene la película como escenario las montañas del Kurdistán, terrenos áridos y pedregosos, eriales como las vidas del pueblo que vaga subiendo y bajando por las laderas polvorientas y neblinosas, los únicos rasgos que pueden difuminar la dura realidad del hambre, el miedo, la enfermedad, el éxodo…
La pizarra que los maestros cargan a sus espaldas como tortugas, tratando de buscar alumnos desesperadamente, es el elemento visual fundamental del filme, y el que representa las alegorías en un pueblo que carece de educación básica y que tiene cosas más importantes que solucionar antes que aprender a leer y escribir, asegurar su propia supervivencia, por ello, la pizarra se utiliza para casi excepto para escribir y a lo largo de la película tiene utilidades como la de camilla de emergencia, de puerta, tablas para entablillar y hasta de escudo anti-balas, la necesidad es mucho más poderosa que la progresión de un pueblo que debe pensar en el presente mucho antes que en su futuro.
Las actuaciones de no-profesionales, que en otras películas iraníes han funcionado bastante bien, especialmente con los niños, en ‘La pizarra’ no terminan de cuajar y algunos diálogos parecen recitados, muy poco creíbles.
La película pone de manifiesto el escaso valor de la educación en algunas sociedades y de la necesidad de realizar malabares para poder sobrevivir en algunas circunstancias. Es muy buena también la utilización de la guerra, omnipresente en toda la película, sin que se vea una sola bala o rifle, solo el temor que genera en los personajes, por otro lado acostumbrados a vivir en tales circunstancias. El sentimiento de dificultad y sufrimiento es intenso y palpable, tratando el tema de forma astuta y sensiblemente crítica al mismo tiempo. Esta valiente apuesta mereció el premio especial del jurado en el festival de Cannes del año 2000.
http://palomitasconchoco.wordpress.com
31 de julio de 2012
31 de julio de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta comedia romántica a la argentina, tiene algo más que un argumento empalagoso y tonto, un error en la que suelen abundar las de su género. ‘Todas las azafatas van al cielo’ tiene un encanto impreciso, una fotografía preciosa en los paisajes montañosos y nevados de Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, y un cierto halo lírico que la convierte en una película, ligera, muy digerible y entretenida sin caer en los pecados de la acción meliflua, la música empalagosa, o sin que los personajes tengan que recurrir a una falsa heroicidad para llevar a cabo su amor. El secreto está quizá en que esta película es más humana y menos épica. Que el amor se desarrolle en el “culo del mundo” y no en una urbe de ensueño o en jardines esplendorosos o que la música de la película sea tan llana como la horterada de Raffaella Carrá, le dan un tono con los pies en la tierra, por más que el cartel del filme aluda a lo contrario.
Estos hechos, sumados a unos personajes bien confeccionados e interesantes, permite que el espectador se pueda introducir en la trama sin demasiadas dificultades e incluso identificarse.
Y eso que el guión no es para tirar cohetes, de hecho es bastante deficiente. La historia cuenta el viaje de un viudo a esta región de la tierra de fuego para tirar las cenizas de su ex esposa, donde conoce a una azafata en el vuelo que lo llevaba. Allí pasarán diferentes vicisitudes de tipo romántico, una tontería sí, pero al menos no es tan insulsa como otras de su estilo, y es que el cine argentino parece haberse especializado en darle un toque de interés a este género ya depauperado por décadas de bodrios, pero pese esto la concatenaciones de encuentros y desencuentros fortuitos típicas en el género se dan en demasía y le resta gran parte de la originalidad que consigue en otros ámbitos.
Espectacular Ingrid Rubio tanto en su belleza natural que exhibe en este filme como en su interpretación igual de natural que en su hermosura desmaquillada, no tan acertado su compañero de reparto, Alfredo Casero, que simplemente cumple el papel.
Todas las azafatas van al cielo se convierte así en una película agradable, un tanto irregular, pero eficaz al fin y al cabo y con un buen sabor de boca, con buenas dosis de ternura, diálogos muy bien fraguados y una fotografía preciosa.
Estos hechos, sumados a unos personajes bien confeccionados e interesantes, permite que el espectador se pueda introducir en la trama sin demasiadas dificultades e incluso identificarse.
Y eso que el guión no es para tirar cohetes, de hecho es bastante deficiente. La historia cuenta el viaje de un viudo a esta región de la tierra de fuego para tirar las cenizas de su ex esposa, donde conoce a una azafata en el vuelo que lo llevaba. Allí pasarán diferentes vicisitudes de tipo romántico, una tontería sí, pero al menos no es tan insulsa como otras de su estilo, y es que el cine argentino parece haberse especializado en darle un toque de interés a este género ya depauperado por décadas de bodrios, pero pese esto la concatenaciones de encuentros y desencuentros fortuitos típicas en el género se dan en demasía y le resta gran parte de la originalidad que consigue en otros ámbitos.
Espectacular Ingrid Rubio tanto en su belleza natural que exhibe en este filme como en su interpretación igual de natural que en su hermosura desmaquillada, no tan acertado su compañero de reparto, Alfredo Casero, que simplemente cumple el papel.
Todas las azafatas van al cielo se convierte así en una película agradable, un tanto irregular, pero eficaz al fin y al cabo y con un buen sabor de boca, con buenas dosis de ternura, diálogos muy bien fraguados y una fotografía preciosa.
Más sobre Palomitasconchoco
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here