You must be a loged user to know your affinity with javi_crm
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

5,9
171
7
18 de enero de 2023
18 de enero de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Han pasado unos cuantos años desde que vi esta película. De vez en cuando la pienso, siempre en positivo, pero nunca me he atrevido a recomendársela a nadie. Culpo de ello a su desconcertante tercer acto, que sigo sin saber si entendí y que, desde luego, me sacó de lo que yo creía que era el tono de la película.
Dicho esto, Glassland es un trabajo excepcional. Es sobre todo un detallado retrato de sus personajes, pero también una mirada a las familias desestructuradas, a los estragos del alcohol y a las relaciones materno-filiales que se alejan del tópico. John es un joven taxista dublinés que vive con su madre alcohólica y tiene que compaginar su cuidado con el intento de sacar su propia vida adelante.
Barrett presenta una madre y un hijo con los roles invertidos y un drama sosegado que va creciendo para explorar los límites del amor familiar. Los protagonistas arrastran heridas profundas que donde mejor salen a la luz es en las escenas sin diálogos, sin duda las más intensas y elocuentes del filme.
Quizás uno de los puntos más fuertes de Glassland sea la presentación de John, que en apenas un par de secuencias ha sumido al espectador en su rutina. Está filmada con calma, prestando atención a cada detalle y sin planos gratuitos que no tengan algo que contar. Cobran mucha importancia también los simbolismos y abundan las metáforas: semáforos, ventanillas empañadas, botellas, gorras,…todo tiene significado en Glassland. Barrett no lo explica de forma explícita, pero tampoco lo esconde al espectador dispuesto a apreciarlo.
Ésta es una película tan pequeña que a pesar de contar con dos actores de altísimo nivel y reconocimiento, ha pasado totalmente desapercibida. Por cierto, maravilloso el dúo Collete-Reynor, óptimos los dos a pesar de manejarse en registros tan dispares dentro de su tóxica relación. Glassland es una melodía triste, un grito sordo y desesperanzador tras el que se esconden sacrificios, anhelos, frustraciones, nostalgia y las piezas para recomponer un poderoso mensaje no exento de ética. O dicho de otro modo, una demostración de amor incondicional.
Dicho esto, Glassland es un trabajo excepcional. Es sobre todo un detallado retrato de sus personajes, pero también una mirada a las familias desestructuradas, a los estragos del alcohol y a las relaciones materno-filiales que se alejan del tópico. John es un joven taxista dublinés que vive con su madre alcohólica y tiene que compaginar su cuidado con el intento de sacar su propia vida adelante.
Barrett presenta una madre y un hijo con los roles invertidos y un drama sosegado que va creciendo para explorar los límites del amor familiar. Los protagonistas arrastran heridas profundas que donde mejor salen a la luz es en las escenas sin diálogos, sin duda las más intensas y elocuentes del filme.
Quizás uno de los puntos más fuertes de Glassland sea la presentación de John, que en apenas un par de secuencias ha sumido al espectador en su rutina. Está filmada con calma, prestando atención a cada detalle y sin planos gratuitos que no tengan algo que contar. Cobran mucha importancia también los simbolismos y abundan las metáforas: semáforos, ventanillas empañadas, botellas, gorras,…todo tiene significado en Glassland. Barrett no lo explica de forma explícita, pero tampoco lo esconde al espectador dispuesto a apreciarlo.
Ésta es una película tan pequeña que a pesar de contar con dos actores de altísimo nivel y reconocimiento, ha pasado totalmente desapercibida. Por cierto, maravilloso el dúo Collete-Reynor, óptimos los dos a pesar de manejarse en registros tan dispares dentro de su tóxica relación. Glassland es una melodía triste, un grito sordo y desesperanzador tras el que se esconden sacrificios, anhelos, frustraciones, nostalgia y las piezas para recomponer un poderoso mensaje no exento de ética. O dicho de otro modo, una demostración de amor incondicional.

6,7
6.170
7
18 de enero de 2023
18 de enero de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Ésta es la historia del hábito y el monje, en la que el espectador asiste perplejo a la transformación en monstruo de un joven alemán. Willi Herold es un desertor que huye del campo de combate y encuentra el uniforme de un capitán de la Luftwaffe que utiliza para protegerse del frío y favorecer su huida. Es mágico el proceso por el que comienza a darse cuenta de que todo aquel que se cruza asume automáticamente que es un oficial de alto rango. La pantalla refleja cómo el ser humano llega a ser capaz, no sólo de cometer, sino también de justificar los actos más terribles. Y al mismo tiempo, denuncia cómo puede contemplarlos sin intervenir.
El estilo narrativo bordea en ocasiones el absurdo, consiguiendo reforzar la fuerza e impacto de su mensaje. La fotografía, por su parte, es bella y sobria, en contraste con las macabras imágenes que muestra. Es difícil de entender el uso del blanco y negro, que parece más un capricho y que un recurso estilístico, pero tampoco desluce el producto final. Aunque no siempre es capaz de mantener una fuerza constante durante todo el metraje, el resultado es sobrecogedor.
El Capitán es una película rotunda, delicada y terrorífica al mismo tiempo. Es una mirada al origen del mal en la que la cercanía de la cámara la convierte en un cuento de miedo susurrado al oido. Para el recuerdo queda, cuando uno cree que ya no puede sufrir más impacto que el plasmado en la cinta, el regalo final de los títulos de crédito: un asombroso epílogo y colofón al dilema moral planteado, que trasciende las salas de cine y acompaña al espectador allá donde vaya.
El estilo narrativo bordea en ocasiones el absurdo, consiguiendo reforzar la fuerza e impacto de su mensaje. La fotografía, por su parte, es bella y sobria, en contraste con las macabras imágenes que muestra. Es difícil de entender el uso del blanco y negro, que parece más un capricho y que un recurso estilístico, pero tampoco desluce el producto final. Aunque no siempre es capaz de mantener una fuerza constante durante todo el metraje, el resultado es sobrecogedor.
El Capitán es una película rotunda, delicada y terrorífica al mismo tiempo. Es una mirada al origen del mal en la que la cercanía de la cámara la convierte en un cuento de miedo susurrado al oido. Para el recuerdo queda, cuando uno cree que ya no puede sufrir más impacto que el plasmado en la cinta, el regalo final de los títulos de crédito: un asombroso epílogo y colofón al dilema moral planteado, que trasciende las salas de cine y acompaña al espectador allá donde vaya.

6,9
6.617
7
18 de enero de 2023
18 de enero de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
The Rider es una de esas pequeñas joyas que se dan de vez en cuando, películas que hay que ver porque son únicas en su concepción. Western clásico, con todas sus letras, del que la crítica está destacando su sensibilidad aunque yo creo en realidad se trata de un respeto reverencial por la cultura que retrata.
Es una película sobre la identidad, individual y colectiva. Es una película sobre el sentido, los sueños y aquello que nos define. Es una película de límites existenciales, de reinventarse, de volver a empezar, de confrontar expectativas, presiones sociales y realidad. Es una película sobre vivir.
Es delicada, está construida a base de momentos en vez de diálogos, prima siempre el detalle y carece totalmente de emoción. Perdón, de intención de emocionar. Es fría, distante en su cercanía, se limita a contemplar la intimidad de la historia de Brady, que no es más que el vehículo para contar la otra historia, la gran historia. Chloé Zhao ha optado por sursurrarnos esa historia, descarnada sí, pero vestida con una fotografía melancólica de magnético resultado.
No quiero hablar de las interpretaciones por el hecho de que los propios protagonistas sean los que se interpretan a sí mismos. Ello no quiere decir que no estén impresionantes o que transmitir verdad y naturalidad sea menos difícil por esta circunstancia, pero provisionalmente le voy a atribuir el mérito al trabajo de dirección de actores porque el resultado es ciertamente convincente, especialmente en el caso de Brady, quien nos acompaña durante toda la cinta.
En el retrato de un mundo en el que la única diferencia entre el hombre y el animal es la vida o la muerte y donde las irreprimibles ganas de montar del protagonista persiguen dar respuesta a la razón de la existencia y el propósito en el mundo, Zhao se ha encargado de no incluir ningún elemento de juicio. Por ello, el espectador es libre de disfrutar cabalgando durante 104 minutos por las llanuras de Dakota del Sur, que se quedan pequeñas ante la inmensidad del relato de The Rider.
Es una película sobre la identidad, individual y colectiva. Es una película sobre el sentido, los sueños y aquello que nos define. Es una película de límites existenciales, de reinventarse, de volver a empezar, de confrontar expectativas, presiones sociales y realidad. Es una película sobre vivir.
Es delicada, está construida a base de momentos en vez de diálogos, prima siempre el detalle y carece totalmente de emoción. Perdón, de intención de emocionar. Es fría, distante en su cercanía, se limita a contemplar la intimidad de la historia de Brady, que no es más que el vehículo para contar la otra historia, la gran historia. Chloé Zhao ha optado por sursurrarnos esa historia, descarnada sí, pero vestida con una fotografía melancólica de magnético resultado.
No quiero hablar de las interpretaciones por el hecho de que los propios protagonistas sean los que se interpretan a sí mismos. Ello no quiere decir que no estén impresionantes o que transmitir verdad y naturalidad sea menos difícil por esta circunstancia, pero provisionalmente le voy a atribuir el mérito al trabajo de dirección de actores porque el resultado es ciertamente convincente, especialmente en el caso de Brady, quien nos acompaña durante toda la cinta.
En el retrato de un mundo en el que la única diferencia entre el hombre y el animal es la vida o la muerte y donde las irreprimibles ganas de montar del protagonista persiguen dar respuesta a la razón de la existencia y el propósito en el mundo, Zhao se ha encargado de no incluir ningún elemento de juicio. Por ello, el espectador es libre de disfrutar cabalgando durante 104 minutos por las llanuras de Dakota del Sur, que se quedan pequeñas ante la inmensidad del relato de The Rider.

7,5
10.388
7
18 de enero de 2023
18 de enero de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Es difícil imaginar esta película de un modo aún más sencillo. Con el objetivo claro de transmitir un mensaje firme contra la guerra, pero sin que ese mensaje condicione la trama, la certeza del guión y unas sólidas interpretaciones hacen todo el trabajo. El director deja que se desarrolle la historia siguiendo un principio de intervención mínima pero sin descuidar ninguno de sus encuadres.
A todo ello asiste el espectador de un modo casi costumbrista, como desde cualquier rincón de la casa de Ivo. Zaza Urushadze consigue humanizar los conflictos bélicos, cuestionar sus razones tantas veces desconocidas y, con la certeza de la muerte de fondo, priorizar la vida. Y siempre aderezado con un inteligente sentido del humor que subyace en muchos de los diálogos y ayudan a la obtención de un resultado llevadero.
Aunque transcurre en un apartado y hermoso paisaje rural de Georgia, el éxito de la película es que puede trasladarse sin esfuerzo a cualquier lugar del mundo y no te exige vivir una guerra para entender cómo puede afectar a la población civil. Se agradece el pulcro trabajo llevado a cabo por el director y la honestidad de un rodaje neutral, pero sobre todo el poso conciliador que deja la cinta.
A todo ello asiste el espectador de un modo casi costumbrista, como desde cualquier rincón de la casa de Ivo. Zaza Urushadze consigue humanizar los conflictos bélicos, cuestionar sus razones tantas veces desconocidas y, con la certeza de la muerte de fondo, priorizar la vida. Y siempre aderezado con un inteligente sentido del humor que subyace en muchos de los diálogos y ayudan a la obtención de un resultado llevadero.
Aunque transcurre en un apartado y hermoso paisaje rural de Georgia, el éxito de la película es que puede trasladarse sin esfuerzo a cualquier lugar del mundo y no te exige vivir una guerra para entender cómo puede afectar a la población civil. Se agradece el pulcro trabajo llevado a cabo por el director y la honestidad de un rodaje neutral, pero sobre todo el poso conciliador que deja la cinta.

6,6
2.687
7
18 de enero de 2023
18 de enero de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Aunque no hay duda de que toda la película gira en torno a la familia y los conflictos que surgen dentro de ella, la cinta tiene mucha más amplitud. El protagonista, por distintos motivos, vive atrapado en el pasado y eso le impide construir el futuro. La incapacidad para aceptar ese pasado le obliga a destruir el presente una y otra vez contra su propia voluntad. En el fondo, Koreeda lo que plantea es el contraste entre la vida que cada hombre imagina o desea para sí y la que las circunstancias le acaban obligando a vivir. Poder tomar las riendas de esta situación exige una profunda introspección.
Precisamente hasta lo más profundo de uno mismo nos arrastra la película con elegante maestría. No tiene giros de guión, pero los diálogos más cotidianos que uno puede imaginar van penetrando en el espectador, haciendo poso con sutiliza para generar una respuesta emocional de gran calado.
Muy interesante desde el punto de vista de conocer la intimidad familiar de una cultura tan distinta como la japonesa, se trata de un trabajo sencillo pero honesto. Y lo segundo siempre es garantía de calidad.
Precisamente hasta lo más profundo de uno mismo nos arrastra la película con elegante maestría. No tiene giros de guión, pero los diálogos más cotidianos que uno puede imaginar van penetrando en el espectador, haciendo poso con sutiliza para generar una respuesta emocional de gran calado.
Muy interesante desde el punto de vista de conocer la intimidad familiar de una cultura tan distinta como la japonesa, se trata de un trabajo sencillo pero honesto. Y lo segundo siempre es garantía de calidad.
Más sobre javi_crm
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here