Tres mundos enfrentados: un pequeño Alejandro, la inocencia; su padre, la crueldad, el despotismo, de un forma u otra: la madurez. Y, por último, el mismo Jodorowsky: la sabiduría, la pérdida de la inocencia, pero el resguardo del niño interior. Metáfora, belleza visual y magistrales aforismos. Una película no sólo difícil de comprender, sino singular para ver. Pero yo, que creo entederlo y me gusta, puede calificarla de maravillosa.

¡Maravillosa película! Retrato fantástico e impactante de los Beat y de su Estados Unidos. Daniel, a mi modo de ver las cosas, hace una buenísima actuación y se aleja un poco más del famoso mago al que dio vida en su día. Dehaan, por otra parte, hace una interpretación llena de psicología propia, de matices, de locura... ¡Un magnífico Lucien Carr! Sin duda, historia de la literatura llevaba a la gran pantalla de una forma muy acertada.

Victoria, diría yo, es un film que intenta mostrarnos la magia del cine: su nivel de técnica es impresionante. Su base, por la que se sostiene, es que está ejecutada en un plano secuencia perfectamente hecho. Pero no hay mucho más: una trama secilla y no demasiado aceptable, unos actores mediocres (pese a que deben de haber vivido al personaje, pues lo hicieron todo a la primera)... En fin, no se malgasta el tiempo con ella, pero es un aprovechamiento mínimo, sinceramente,

José Sacristán nos sorprende con la interpretación del antecedente de una drac queen: nuestra querida flor de otoño. De noche hace su espectáculo, y de día lucha al lado de la revolución anarquista, tramando un plan contra Primo de Rivera. Quizá no tiene ese apunte gracioso, tan acentuado, de que sí gustan otros largometrajes de Sacristán. Aún así, salve Flor de Otoño, que nació 50 años antes de lo que debería.