El retorno al cine de David Lean no puede ser más afortunado. El prestigio del maestro británico vuelve a confirmarse en esta película, una obra sencilla, repleta de sensibilidad y emoción, con un ritmo cadencioso, que constrata con la mágica India. Sin lugar a dudas, se trata de una de las películas más brillantes que se han realizado en esto últimos años.

Congelado durante 200 años un hombre del presente se encuentra participando sin quererlo en un movimiento revolucionario en una sociedad totalitaria futurista. Disfrazandose de robot o negándose a aceptar los servicios de una máquina del sexo. Woody Allen trasladó sus habituales preocupaciones sobre el amor, la muerte y la neurosis a un mundo futuro ingeniosamente retratado.

En esta divertida versión de Blancanieves y los siete enanitos de Brackett y Wilder son siete profesores los que acogen a una artista de striptease en activo con la cual se hace añicos todo intento de tranquilidad en la casa. Finalmente Cooper se ve forzado a descender de su torre de marfil para ganarse a ésta.

La historia de un joven que aprende a controlar su miedo durante la Guerra de Secesión norteamericana se diferenció del habitual estilo de la Metro gracias a la dirección de Huston. Audy Murphy, el soldado más condecorado de la II Guerra Mundial, interpretó al protagonista. El conflicto entre la intenciones artísticas y los intereses comerciales a que dio lugar la película fue descrito por Lilian Ross en su libro "Picture".

Mickey, en otros tiempos actor profesional en night-clubs, se ve perseguido y amenazado por una entidad anónima. La pélicula combina la estilización y el naturalismo para lograr una original muestra de cine negro, que es al mismo tiempo una alegoría simbólica de la violencia y la incertidumbre en la vida moderna.