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Críticas ordenadas por utilidad
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7,6
1.220
10
31 de diciembre de 2017
31 de diciembre de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corría el año 2000 y muchos quedaban impactados por la aparición de "Memento", segunda producción del director británico Christopher Nolan, que contó con la ayuda en el guión de su hermano Jonathan. La misma era, una película contada al revés, con un complejo trabajo de montaje, pero que tenía un atractivo por ir narrando los hechos en secuencias, comenzando por el final y terminando por el principio. Si bien la producción en sí de esta cinta es curiosa y la historia tiene sus vueltas, gran parte de la originalidad que gira en torno a este film, en realidad fue tomada de una idea bastante vieja, realizada unos 33 o 34 años antes…
Filmada inicialmente en 1966, a Oldrich Lipsky le llevó alrededor de un año poder presentar "Stastky Konec" ante los ojos del mundo. Los motivos no eran pocos, tanto Lipsky, como gran parte de los directores de la nueva ola checoslovaca no dejaban de impresionar con su multiplicidad de historias y recursos a lo larga de una brillante década de los 60′, que había dado frutos como la excepcional "Holubice", de Frantisek Vlácil, la espléndida "Trenes Rigurosamente Vigilados" de Jirí Menzel, la obligatoria "Locas Magaritas", de Vera Chytilova, la multipremiada "La Tienda de la Calle Mayor", de Jan Kadar y Elmar Klos, la por lo menos curiosa "Un Día, un Gato" de Vojtech Jasny, y una de las primeras películas que llevarían a Milos Forman luego a la fama; "Los Amores de una Rubia". Oldrich Lipsky, por su parte, venía de filmar "Joe Limonada", un curioso Western colorido, en el que parodiaba la temática, aproximándose más al género de Spaghetti Western, que al tradicional. Poca relación tendría este film con "Stastny Konec", o Happy End, la cinta que en 1967 le valió el reconocimiento mundial y la aclamación de la crítica especializada, primero que nada por su innovador recurso: la película estaba íntegramente rodada al revés, comenzando por el final y terminando por el principio, aún con los diálogos originales reproducidos a la inversa.
La historia en si es simple: Un hombre (interpretado por Vladimir Mensik), deja a una primera novia, para casarse con otra mujer, quien tiempo después le termina siendo infiel. Esto lleva al protagonista a la locura, que por venganza decide asesinarla, así como a su amante, lo que lo lleva a ser condenado a muerte. El recurso de exponer la cinta totalmente a la inversa es lo que le dio relevancia en su momento, aún con los diálogos originales, si bien a la par Lipsky opta por poner la voz de Mensik intentando explicar los hechos, lo cual hace más curioso e hilarante la historia, puesto que pocas cosas son más difíciles de justificar que algo que sucede al revés.
El director checo no recae en la mera circunstancia de narrar la historia al revés, si bien este es el punto fuerte, sino que realiza una sátira sobre el amor, las relaciones y las formas de sobrellevarlo, así como en ocasiones expone al protagonista a la toma de determinaciones poco coherentes, dando como resultado una producción absolutamente particular. También trabaja sobre las tonalidades, dándole ciertos retoques sepia, que la hacen parecer aún más añeja. Lipsky tampoco extiende demasiado el metraje; en 70 minutos compacta todos los sucesos, dando al film una intensidad que no deja espacios, manteniendo al espectador atento a los acontecimientos, sin lugar para la distracción, más teniendo en cuenta que al ser una narración a la inversa es más fácil el perderse en la trama.
Por todas estas cuestiones, a "Happy End" el tiempo no le ha jugado en contra: sigue siendo una cinta fresca, original, de ritmo sostenido, y a la par con un trabajo y retoque que la hacen ser tanto una pieza de culto, como una auténtica película de autor.
Filmada inicialmente en 1966, a Oldrich Lipsky le llevó alrededor de un año poder presentar "Stastky Konec" ante los ojos del mundo. Los motivos no eran pocos, tanto Lipsky, como gran parte de los directores de la nueva ola checoslovaca no dejaban de impresionar con su multiplicidad de historias y recursos a lo larga de una brillante década de los 60′, que había dado frutos como la excepcional "Holubice", de Frantisek Vlácil, la espléndida "Trenes Rigurosamente Vigilados" de Jirí Menzel, la obligatoria "Locas Magaritas", de Vera Chytilova, la multipremiada "La Tienda de la Calle Mayor", de Jan Kadar y Elmar Klos, la por lo menos curiosa "Un Día, un Gato" de Vojtech Jasny, y una de las primeras películas que llevarían a Milos Forman luego a la fama; "Los Amores de una Rubia". Oldrich Lipsky, por su parte, venía de filmar "Joe Limonada", un curioso Western colorido, en el que parodiaba la temática, aproximándose más al género de Spaghetti Western, que al tradicional. Poca relación tendría este film con "Stastny Konec", o Happy End, la cinta que en 1967 le valió el reconocimiento mundial y la aclamación de la crítica especializada, primero que nada por su innovador recurso: la película estaba íntegramente rodada al revés, comenzando por el final y terminando por el principio, aún con los diálogos originales reproducidos a la inversa.
La historia en si es simple: Un hombre (interpretado por Vladimir Mensik), deja a una primera novia, para casarse con otra mujer, quien tiempo después le termina siendo infiel. Esto lleva al protagonista a la locura, que por venganza decide asesinarla, así como a su amante, lo que lo lleva a ser condenado a muerte. El recurso de exponer la cinta totalmente a la inversa es lo que le dio relevancia en su momento, aún con los diálogos originales, si bien a la par Lipsky opta por poner la voz de Mensik intentando explicar los hechos, lo cual hace más curioso e hilarante la historia, puesto que pocas cosas son más difíciles de justificar que algo que sucede al revés.
El director checo no recae en la mera circunstancia de narrar la historia al revés, si bien este es el punto fuerte, sino que realiza una sátira sobre el amor, las relaciones y las formas de sobrellevarlo, así como en ocasiones expone al protagonista a la toma de determinaciones poco coherentes, dando como resultado una producción absolutamente particular. También trabaja sobre las tonalidades, dándole ciertos retoques sepia, que la hacen parecer aún más añeja. Lipsky tampoco extiende demasiado el metraje; en 70 minutos compacta todos los sucesos, dando al film una intensidad que no deja espacios, manteniendo al espectador atento a los acontecimientos, sin lugar para la distracción, más teniendo en cuenta que al ser una narración a la inversa es más fácil el perderse en la trama.
Por todas estas cuestiones, a "Happy End" el tiempo no le ha jugado en contra: sigue siendo una cinta fresca, original, de ritmo sostenido, y a la par con un trabajo y retoque que la hacen ser tanto una pieza de culto, como una auténtica película de autor.

6,6
3.522
8
3 de agosto de 2012
3 de agosto de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente producción nacional, con poco por criticar. Una grán historia, y una serie de actores como Leonardo Sbaraglia o Federico Luppi, que siempre dan cátedra y responden al papel en cuestión. Miguel Cohan mueve los hilos de la historia con mesura, desarrollando una gran tarea, que muestra una agradable mejora en cuanto a producciones argentinas de cine refiere. Notable.

6,7
870
7
25 de enero de 2018
25 de enero de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El Día Después" es la nueva cinta del prestigioso director sur-coreano Hong Sang-Soo, quien en el mismo año filmó "En la Playa Sola de Noche" y "La Cámara de Claire". Si bien no ha obtenido muchos premios a lo largo de sus poco más de 20 años de trayectoria (debutó en la dirección con "El Día que un Cerdo Cayó al Pozo", en 1996), Hong Sang-Soo, tanto en esta ocasión, como en muchísimas otras, ha entrado en consideración de las selecciones de Cannes, obteniendo incluso en 2010 el galardón Un Certain Regard, por su cinta "Hahaha", así como ha sido reconocido en múltiples ocasiones por su labor como director; en 2016 en El Festival de San Sebastián, por su película "Vos y los Tuyos", en 2013 en Locarno, por "Our Sunhi", y El Astor de Plata a Mejor Dirección en 2006, por "Mujer en la Playa".
Mediante un clima pausado, y la presencia de un blanco y negro nítido, relajante, Hong Sang-Soo nos induce en su nueva cinta, pidiendo al minuto cero la atención del espectador, que no debe pasar por alto, ni obviar, no sólo acciones, sino hacia donde llevan los diálogos, que por momentos son de vital importancia, y en otros danzan en la intrascendencia, dejando en claro que el nivel de atención no puede decaer, en ningún momento. La historia trata sobre un hombre que comienza una relación amorosa con una empleada de su editorial, e intenta ocultarlo a su mujer. Tras una situación que parece insostenible, contrata a una nueva chica, sumamente agradable, y que parece la indicada para el empleo. No obstante, apenas pasadas unas horas, la mujer del jefe irrumpe en la editorial, y agrede a la chica nueva, pensando que ella es la amante de su marido, sin siquiera percatarse de su falsa conclusión.
Tras las aclaraciones, pareciera que las cosas retoman su rumbo original, pero el clima laboral cambió tras la brusca aparición de la mujer, y lo que en un principio se presentaba como una relación laboral sana y satisfactoria de ambas partes, a partir de allí toma una nueva dirección, y el retorno será difícil, mas ante la aparición póstuma de la amante, que a la larga exigirá su viejo empleo.
Sin duda el foco que infiere Hong Sang-Soo esta puesto en el entramado de las relaciones, en el desgaste que pueden sufrir las mismas, y en como ante alguna decisión errónea, todo puede llevar a lugares inesperados, más si uno no tiene total consciencia en el accionar. Los diálogos cumplen una función esencial, generando momentos de reflexión, que invitan un poco al espectador a ser parte de los mismos. No obstante, en otros momentos desvarían, y pueden llegar a desviar la atención, y ese es sin dudas el punto más flojo de la película, que pese a algún exceso en lo mencionado, nunca llega a aburrir, puesto que de alguna forma, Hong remonta la historia, y se acomoda de inmediato. No obstante, aclaran un poco el pensamiento de cada uno de los protagonistas, cuestiones que hablan de creencias religiosas, sentido de moralidad, y razonamientos acerca de por que razones vale la pena vivir. Si bien hay momentos de tensión, generado por algunos diálogos fuertes, eso también ayuda a interpretar la historia y sus laberintos. Los enfoques de cámara a veces también ayudan a la incomodidad, y ese aumento de tensión, desviándose por momentos directamente al rostro de los protagonistas, y remarcando sus gestos, facciones y sensaciones.
Sin ser una obra magistral, "El Día Después", es una cinta amena, con momentos de sumo interés, y una historia simple, pero con dosis breves que la dotan de cierta emotividad, e invitan al espectador a ser parte de ella, siempre y cuando uno se deje llevar, y tenga alerta esa capacidad perceptiva.
Mediante un clima pausado, y la presencia de un blanco y negro nítido, relajante, Hong Sang-Soo nos induce en su nueva cinta, pidiendo al minuto cero la atención del espectador, que no debe pasar por alto, ni obviar, no sólo acciones, sino hacia donde llevan los diálogos, que por momentos son de vital importancia, y en otros danzan en la intrascendencia, dejando en claro que el nivel de atención no puede decaer, en ningún momento. La historia trata sobre un hombre que comienza una relación amorosa con una empleada de su editorial, e intenta ocultarlo a su mujer. Tras una situación que parece insostenible, contrata a una nueva chica, sumamente agradable, y que parece la indicada para el empleo. No obstante, apenas pasadas unas horas, la mujer del jefe irrumpe en la editorial, y agrede a la chica nueva, pensando que ella es la amante de su marido, sin siquiera percatarse de su falsa conclusión.
Tras las aclaraciones, pareciera que las cosas retoman su rumbo original, pero el clima laboral cambió tras la brusca aparición de la mujer, y lo que en un principio se presentaba como una relación laboral sana y satisfactoria de ambas partes, a partir de allí toma una nueva dirección, y el retorno será difícil, mas ante la aparición póstuma de la amante, que a la larga exigirá su viejo empleo.
Sin duda el foco que infiere Hong Sang-Soo esta puesto en el entramado de las relaciones, en el desgaste que pueden sufrir las mismas, y en como ante alguna decisión errónea, todo puede llevar a lugares inesperados, más si uno no tiene total consciencia en el accionar. Los diálogos cumplen una función esencial, generando momentos de reflexión, que invitan un poco al espectador a ser parte de los mismos. No obstante, en otros momentos desvarían, y pueden llegar a desviar la atención, y ese es sin dudas el punto más flojo de la película, que pese a algún exceso en lo mencionado, nunca llega a aburrir, puesto que de alguna forma, Hong remonta la historia, y se acomoda de inmediato. No obstante, aclaran un poco el pensamiento de cada uno de los protagonistas, cuestiones que hablan de creencias religiosas, sentido de moralidad, y razonamientos acerca de por que razones vale la pena vivir. Si bien hay momentos de tensión, generado por algunos diálogos fuertes, eso también ayuda a interpretar la historia y sus laberintos. Los enfoques de cámara a veces también ayudan a la incomodidad, y ese aumento de tensión, desviándose por momentos directamente al rostro de los protagonistas, y remarcando sus gestos, facciones y sensaciones.
Sin ser una obra magistral, "El Día Después", es una cinta amena, con momentos de sumo interés, y una historia simple, pero con dosis breves que la dotan de cierta emotividad, e invitan al espectador a ser parte de ella, siempre y cuando uno se deje llevar, y tenga alerta esa capacidad perceptiva.
20 de marzo de 2015
20 de marzo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tenemos en cuenta otros films nacionales de la época y de tintes similares, "Camarero Nocturno en Mar del Plata" no solo no es una mala película, sino que hasta podemos clasificarla como "entretenida". El problema central de la misma, es que las diversas conductas de los personajes deja mal parado al argentino en si, por ejemplo en escenas como la inicial, en donde el sujeto interpretado por Guillermo Francella deja abandonado a su amigo, o la parte de las parejas, y la forma en que sobrellevan una relación, basada en mentiras e infidelidades. Tampoco es que quiera elevar el concepto de los argentinos, pero quizás esto lo rebaje demasiado. En cuanto a la película en si, creo que está acorde, exceptuando el final que está hecho "a las patadas".
8
3 de agosto de 2012
3 de agosto de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un film sensible y sincero a la vez, retrato de un encuentro entre dos seres humanos solitarios, uno cargado de malas experiencias en sus primeros años y con una madre que nunca lo trato como corresponde, y una mujer mayor, que pasa sus tardes sentadas dándole de comer a las palomas, y que ama la lectura. La unión entre ambos personajes me parece correctamente trazada, y la película sin ser excelente, tiene un par de momentos que son ciertamente logrados. Gran actuación de Depardieu, como era de esperarse.
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