Haz click aquí para copiar la URL
España España · OVIEDO
Críticas de ALESNAKE
<< 1 10 11 12 20 41 >>
Críticas 201
Críticas ordenadas por utilidad
4
24 de octubre de 2019
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quién diría que ya han pasado diez años desde que pisamos Zombieland por primera vez. Por entonces Emma Stone aún no había conquistado Hollywood y el nombre de Jesse Eisenberg tan solo empezaba a sonar en el cine independiente gracias a “Adventureland”. Fue una sorpresa en toda regla, otra película de zombies en un momento en el que el género ya estaba bastante sobrecargado que por arte de magia funcionó a las mil maravillas. Su falta de pretensiones heredada de la mejor serie B, la palpable química del excelente reparto y su oportuna mezcla de mala leche, contagiosa irreverencia y accesible corazoncito conquistó a más espectadores de los que desencantó. Se trataba de un placer culpable muy bien planteado y ejecutado, con una fantástica coreografía que derrochaba estilo mientras equilibraba las dosis de comedia con la carnicería “romeresca”. Fue, sencilla y llanamente, un gratificante soplo de aire fresco. También fue la ópera prima de Ruben Fleischer, encargado de perpetrar la peor comedia romántico-sadomasoquista del año pasado (“Venom”). Es más, no ha hecho ninguna buena película desde aquel apocalipsis zombie, y tal vez por eso regresa con esta secuela tardía. Un “double tap” que llega con el género más agotado y moribundo que nunca. Y lamento decirles que no es un regreso en plena forma.
Era de esperar que el efecto sorpresa se desvaneciera por razones obvias, especialmente si tenemos en cuenta que el género se ha diversificado mucho desde 2009, por instinto de supervivencia. Desde las películas que mantienen un carácter más clásico, cercano al cine de Romero, como “Train to Busan”, hasta melodramas indie con Schwarzenegger llorando (“Maggie”) pasando por propuestas más existenciales (“La nuit a dévoré le monde”), pedagógicas (“The Girl with All the Gifts”) y “jarmuschianas” (“The Dead Don't Die”). Ante este panorama zombificado en busca de una identidad propia y distintiva que logre atraer al público, decepciona enormemente la absoluta carencia de frescura de esta secuela, que prácticamente comienza dando las gracias por habernos dejado el dinero en un zombi innecesario de segunda fila. El guion, muy previsible y poco original, tan solo ofrece una repetición perezosa de lo que vimos en la primera parte, con la diferencia de que todo luce menos. No negaré que se puede disfrutar de lo que vuelve a ofrecernos “Zombieland”, con el piloto automático y un nivel de resignación digno del fin del mundo, pero aún así la comedia es cómoda y poco inspirada, mientras que la acción nunca logra funcionar, no digamos ya compararse con la eufórica brillantez de sus grandes éxitos. Otro problema es el intento del guion de introducir unos conflictos dramáticos que en última instancia quedan desaprovechados, dejando el libreto anclado cómodamente en los homenajes torpes y un uso del recurso de plantar y recoger (planting/pay off) que parece de principiantes. Tampoco convencen los nuevos personajes.
Queda por lo tanto disfrutar de un cuarteto de grandes actores que se divierte parodiándose sin esfuerzo alguno por levantar la cinta de su agonizante condición; y también una escena post-créditos que es de largo lo mejor de la película. Es una pena que se esté hablando ya de una posible tercera entrega, de crossovers con Deadpool y otras ideas descabelladas que mantengan la sangre fluyendo por un organismo que ya no funciona, empeñado en repetir una fórmula agotada. No hay nada de malo en dejar morir una franquicia incapaz de adaptarse a su entorno, ni tampoco en obligar a Ruben Fleischer a tomar una necesaria jornada de meditación. Esta secuela es como un chicle que se ha quedado sin sabor, y que empieza a asemejarse más a un plástico artificial que a la apetecible golosina que una vez nos encandiló.
ALESNAKE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
22 de octubre de 2016
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Verhoeven ha vuelto, y eso es una gran noticia para el cine. “Elle” es cine desgarrador, inquietante, polémico, subversivo y terriblemente divertido. Las bromas cósmicas -y amorales- pueden ser relevantes.
-En contra de toda norma, de toda fórmula y todo cliché; Paul Verhoeven vuelve a contar lo que le da la real gana. Y por eso estamos antes una de las mejores películas del año.

Si no echabais de menos a este insólito director, podéis dejar de leer esta crítica, sois gente con la que no me interesa hablar. O mejor dicho, para la que no me interesa escribir. Estamos en una época donde todo se analiza con minuciosidad para juzgarlo con odiosa superioridad moral. Todos debemos ser políticamente correctos porque prácticamente cualquier cosa es políticamente incorrecta, es inmoral, es indecente. Todo es machismo, racismo, opresión, lujuria, maltrato y básicamente todo lo que hacemos debe ser corregido porque es ofensivo para alguien. Por eso la vuelta de un Paul Verhoeven tan provocativo como siempre, es lo que necesita la sociedad. También el cine, porque ya no hay ambigüedad, novedad, riesgo u otros factores que sí existían -por ejemplo- en diversos ambientes del cine ochentero. Y puede que el nuevo proyecto de Verhoeven ofenda a muchas personas estiradas que no sepan ni aceptar las variables, ni captar un sentido de burla que el cineasta holandés ha impreso en su cine desde el principio. Pero tampoco importa mucho, porque los que vean “Elle” con la mente abierta y dispuestos a ser provocados por este maestro, van a pasar un rato tan desagradable como delicioso e irónicamente divertido. No voy a dar muchas pistas sobre esta obra que merece ser vista y estudiada libre de todo prejuicio existente, aunque sea tarea difícil debido a la sociedad que ha creado nuestra forma de ser. Pero sí voy a decir una cosa, os pasaréis las noches posteriores a su visionado reflexionando sobre lo que habéis visto. Eso es algo que no pueden hacer muchas películas.
Hipnótica desde la primera escena hasta la última. Y la primera es una de las más estremecedoras que el cine ha brindado en los últimos años. Desde ahí el director destroza cualquier cliché, dejando al espectador tan perplejo como incómodo por todo lo que ocurre. Es una película en la que siempre vas tres pasos por detrás, que te sorprende constantemente. Verhoeven encuentra una historia con la que ser más provocativo que nunca y se desenvuelve con una suavidad y un impacto impresionantes. Mezclando con total habilidad la sátira social en contra del cinismo y las apariencias de las clases altas, el melodrama familiar, la vuelta de tuerca al sex-thriller y un admirable estudio de personajes, en especial retrato de un personaje femenino muy complejo, ambiguo, frío, controlador, en constante transmutación y con el que es imposible empatizar. Incluso a pesar de que el director se vaya al análisis Freudiano para construir, tal vez excusar, al mismo. Sea como fuere, Verhoeven nos pone delante de un brutal, atrevido y pionero retrato femenino como ninguno puede verse actualmente en el cine, que hace parecer a todos los demás un aburrido juego de niños. Todo ésto imbuido por una retorcida comedia negra que consigue sacarnos la carcajada de situaciones terribles e inmorales, y que al mismo tiempo logra que Verhoeven narre y muestre, precisamente, sin juzgar ni aleccionar; ganándole otro asalto a la moral. En cuanto a dirección, el cineasta hace maravillas con la cámara a pesar de haber dejado sus florituras en el cajón. Estructura una narración sencilla y sutil, da forma a una atmósfera muy potente y mantiene al espectador incómodo, dubitativo y en tensión en casi todas las escenas. Pero la película no sería tan condenadamente magnífica de no ser por el trabajo de Isabelle Huppert, que con cada mirada y cada mueca grosera ayuda a construir un personaje repleto de aristas y contradicciones. Y al final, uno sigue pensando y pensando sobre si ha visto una dilatada y planeada venganza, un acercamiento a la psique humana con los traumas, los deseos, el placer y el dominio como elementos principales o quizás el anómalo despertar sexual de una mujer de mediana edad que encuentra precisamente en esos actos la salida a los factores que han condicionado su vida.
Lo que tengo claro es que he visto una película monumental, de esas que no vas a encontrar por mucho que busques. “Elle” me ha quitado el sueño pensando en su primer visionado y en mis ganas de visionarla de nuevo, y me ha entusiasmado que Verhoeven haya vuelto tan provocador y burlón como le recordaba. Puede que no sea una película digerible por todo el mundo, pero a mí eso no me importa en absoluto. “Elle” es una de las mejores películas del año, y esperemos que Verhoeven haya vuelto para quedarse.
ALESNAKE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2
12 de octubre de 2018
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Entra directamente al cajón del olvido en el que se encuentran “Elektra” y “Suicide Squad”.
-La primera mala decisión de Tom Hardy desde “This Means War”.

Sony llevaba tiempo esperando dar salida a los más de 600 personajes de Marvel de los que posee los derechos. Tras el acuerdo con Disney que permitió que viéramos a nuestro vecino lanzatelarañas favorito luchar codo a codo con los Vengadores, la productora ha decidido dar forma a una especie de universo alrededor de Spiderman, pero sin Spiderman; o más bien sin Peter Parker. El debut de ese universo lo protagoniza uno de los villanos más icónicos y despiadados del superhéroe arácnido: Venom. Creado a mediados de los 80 por Todd Macfarlane (Spawn), este gigantesco alienígena solo ha aparecido en pantalla en la olvidable “Spiderman 3”, y en versión de bolsillo. Su segunda oportunidad llega con esta aventura en solitario dirigida por el irregular Ruben Fleischer y protagonizada por Tom Hardy. La polémica ha rodeado la cinta durante los últimos meses debido a su clasificación por edades (finalmente +13) y las declaraciones del director sobre el personaje. Es el momento, pueden abrir sus brazos y fusionarse con el simbionte.
Pero mejor no lo hagan, porque esta es una de las peores películas de la historia del género superheroico. Así de simple. Es como un parásito que solo deseamos expulsar durante dos interminables horas. Un deslavazado intento de hacer una cinta de los orígenes que nunca sabe hacia donde dirigirse ni entiende en absoluto el carácter de su personaje. Comienza entre lamentables presagios fatalistas y un trivial retrato periodístico para luego convertirse en una mierda borrosa repleta de diálogos sonrojantes dirigidos a adolescentes mentecatos (“Caminando por la calle como un zurullo al viento”) donde el argumento pasa de excusa a excrecencia. Fleischer y sus guionistas se saltan la lógica, el desarrollo de personajes y la propia narración con una alegría que casi parece osado, aunque jamás entretenido. En su lugar ofrecen una especie de turbia comedia romántica (Kelly Marcel viene de escribir “50 sombras de Grey”) sobre un tipo de indefinida personalidad con cara de Tom Hardy que se convierte en Bruce Willis mientras se hace amigo de un alienígena devorador de personas que decide salvar el mundo por su recién descubierto amor por el chocolate y las bolas de pollo congeladas. Durante la madurez de esa bonita relación sin sentido, barnizada con un aspecto visual desechable y unos efectos de la década pasada, asistimos a una de las persecuciones por carretera peor grabadas del cine reciente y a un enfrentamiento final entre simbiontes que espero olvidar cuanto antes.
“Venom” es inconsistente, absurda y mortalmente aburrida. Las dudas carcomen el poco ADN que tiene la cinta, en la que ni los guionistas ni el director ni por supuesto los ejecutivos de Sony han llegado a comprender al personaje. Puedes mostrar a Venom como un villano o jugar con su faceta de antihéroe extremo y las interesantes ambigüedades que plantea, pero descuartizarlo para crear un ser tan pobre y mal definido no le hace justicia por muy grande que lo hagas en pantalla. A este importante problema hay que sumarle todo lo dicho anteriormente (guion, dirección, montaje, ritmo, efectos, cambios de tono, etc) y lo fuera de su elemento que se encuentran Michelle Williams (pasó a recoger el cheque) y un Tom Hardy que se esfuerza mucho pero en vano. Una pena que el nuevo universo de Sony comience así, con dudas, errores y demasiadas sombras; y en mi lista de peores del 2018.
ALESNAKE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
2 de noviembre de 2016
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Thriller incómodo, sofocante, sudoroso, frenético y correoso. Rodrigo Sorogoyen entrega una película soberbia, de esas que dejan marca.
-Guión muy hábil, puesta en escena magnífica y unos intérpretes que te clavan en el sillón.

De nuevo una película reafirma lo que llevamos tiempo diciendo, en este país tenemos un dominio del thriller que no lo ves prácticamente en ninguna otra parte. Por diversos motivos no he visto la última película de Alberto Rodríguez, pero sí pude visionar “Tarde para la ira”, esa ruda y áspera ópera prima de Raúl Arévalo que dejaba resonancias de Peckinpah, Mann y Saura. Y si la nueva apuesta del género la dirige un joven muy prometedor que nos sorprendió a muchos con “Stockholm” hace tres años; pues firmo y me tiro de cabeza. En esta ocasión el retrato de los personajes vuelve a ser lo más importante, pero ahora se desarrolla dentro de un thriller cruel y mórbido que muchos catalogarán de copia de “True Detective” o del cine de Fincher, a falta de una visión analítica más amplia y profunda, puede que directamente desconocimiento de los elementos del género y la evolución de sus características. Aquí no tenemos a Fincher ni la serie de Pizzolatto, aunque puedan existir paralelismos en cuanto al tipo de “buddy movie” y lo que pretende extraer de sus personajes, pero eso lo dejo para líneas posteriores. El guion corre a cargo del propio director e Isabel Peña, que se encargó del sorprendente libreto de “Stockholm”. El reparto lo protagonizan Antonio de la Torre y Roberto Álamo, entre los secundarios encontramos también a: Javier Pereira, Luis Zahera, José Luis García Pérez, Mónica López y María Ballesteros -entre otros-.
El contexto es inmejorable pero en este juego no es más que eso. Madrid, año 2011, al asfixiante calor se suma la muchedumbre, entre la que no se diferencian las manifestaciones de un incipiente movimiento 15-M con las aglomeraciones de jóvenes que van a ver al Papa Benedicto XVI. De repente aparece un violador/asesino de ancianas y como espectadores debemos acompañar a una pareja de policías que en su búsqueda del criminal, acabarán siendo más importantes que su caso. El caso policial está desarrollado con máxima competencia, pero donde la película de Sorogoyen va más allá es en el retrato de una sociedad descreída, solitaria, pesimista y miserable. Ahí están esos dos policías, personas diferentes, uno introvertido, el otro vehemente y violento; ambos antisociales a su modo, no le gustan a nadie pero tampoco se gustan a si mismos. Son seres complejos y contradictorios que por cinismo o quizás por vergüenza nos parecen raros, pero están muy cerca de la realidad. Mucho de ésto se lo debemos al impresionante trabajo del dúo protagonista, Antonio de la Torre ofrece una interpretación brillante con broche de oro en la escena final y Álamo está sencillamente espectacular.
Sorogoyen realiza una puesta en escena excelente, te atrapa en todo momento y te sofoca, pero además logra crear un fascinante “microcosmos madrileño”. Y todo lo raído, chorreante y mugriento de este Madrid no es sino radiografía de una sociedad, tal vez del alma podrida de la misma, donde la moral se ha visto corrompida en todas las capas y ámbitos. Se complementa perfectamente el guión de Isabel Peña y el propio director, inteligente y muy rico en matices (tal vez le sobran algunas explicaciones), aunque es el subtexto de todo lo que se narra lo que realmente hace mella en uno. El ritmo es impecable, la intensidad se equilibra perfectamente con las pausas, el caso policial avanza sin entorpecer ni verse entorpecido por el resto de facetas de la cinta y el momento del “descubrimiento” se aleja totalmente del habitual efectismo para llegar a un cambio de punto de vista en un último tramo en el que me sobran algunas cosillas. No obstante el único verdadero problema que tengo con la película son sus personajes femeninos, no es que no aporten nada, es que el retrato -quizás por superficial- es bastante negativo, por no decir terrible.
Un thriller “noir” patrio que marca muy alto en los estándares de calidad del género. Sorogoyen e Isabel Peñas entregan una película brutal, dolorosamente real y bastante necesaria, que pierde por algunos errores en el último tramo. Salgo del cine abatido, no creo que Dios nos perdone, si existe hace tiempo que perdió la fe en nosotros.
ALESNAKE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2
19 de agosto de 2017
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crítica de “Rey Arturo: La leyenda de Excalibur”

-Ritchie va un paso más allá en su rompedora modernez realizando una película tan desechable que ha sido capaz de arrancar cualquier rastro de épica o interés de la leyenda artúrica.
-Puestos a quemar 160 millones podían haber contratado a un equipo de animadores profesionales. Para que no dar semejante vergüenza ajena.

Había leído algo sobre un proyecto en desarrollo relacionado con una pentalogía de películas del Rey Arturo. Cinco películas dirigidas por Guy Ritchie y protagonizadas por Charlie Hunnam que desarrollarían una vez más la multireversionada leyenda artúrica. En los últimos años todos los intentos de hacer una buena película centrada en Arturo han fracasado, de hecho hace unos días volvieron a emitir en televisión esa especie de copia barata de “Gladiator” que hizo Antoine Fuqua. Este nuevo proyecto de Warner tampoco ofrecía toda la seguridad del mundo, directamente porque Guy Ritchie es un señor muy suyo y el primer trailer de esta primera entrega era el videoclip más avergonzante que uno podía llegar a esperar. Finalmente la crítica internacional se ha cebado con la película del británico y el público ha permitido que sea uno de los fracasos más estrepitosos del verano. Su presupuesto de 160 millones le ha salido muy caro a Warner hasta el punto de que se ve muy negro el futuro de las secuelas. Sea como fuere, ahora toca hablar de la película en cartelera. Una espada en una piedra, un rey loco en el trono y una torre en construcción; de momento se parece a la leyenda artúrica.
Deja de hacerlo a poco que uno se acerque a mirar, incluso si la observación es más o menos pobre. Es una de las peores películas de caballeros y una de las peores versiones sobre Arturo que he visto en años. En algunos momentos da gusto ver como Ritchie se acerca a Camelot y a los personajes como si no hubiera salido de los barrios bajos de Londres. Sin embargo todo lo que podría ser interesante queda lapidado bajo el ruido y la furia, bajo las capas de infame -y grueso- CGI, bajo una incompetente narración y una mezcla de tonos del todo inaceptable. Tras una introducción en la que ya prima la exageración y las imágenes generadas por ordenador a brochetazos, llegamos a un desarrollo de la infancia de Arturo que a Ritchie le parece correcto, puede que incluso provocativo, mostrar a modo de videoclip. Aunque cuando el crío rubio llega a parecerse a Charlie Hunnam el montaje deja de centellear por unos instantes, debemos hacernos a la idea de que el filme no va a abandonar sus rasgos de videoclip-videojuego.
Un videojuego más cercano al cine de superhéroes que a la la leyenda artúrica, que da la impresión de ser una versión esquizofrénica de un Robin Hood karateka rodeado de chutes de fantasía digital y que ni siquiera nos ofrece una puñetera coreografía de pelea -a la vieja usanza- con Excalibur. Pues cada vez que “Art” (Hunnam) coge su espada, el tiempo se detiene y él simplemente se dedica a batear para derrocar ejércitos enteros de un solo golpe; eso sí, bajo una fea y deslavazada puesta en escena saturada de lamentable CGI. Pero lo verdaderamente cómico de todo el asunto es que Ritchie lo apueste todo a ese genérico apartado formal y deje a un lado antiguallas tales que el argumento o el desarrollo de personajes. Por tanto se nos presenta una historia llena de problemas y anacronismos, un guion plano, indolente e incoherente y una de las narraciones más deficientes a soportar en este 2017. Aún así Hunnam puede alegrarse de haber elegido este despropósito antes que la adaptación de eso que “escribió” E.L. James.
Nunca había notado el ego tan desmesurado de Guy Ritchie, que hasta ahora siempre me había logrado vender su estilo sobrecargado. Aquí el cineasta se gusta tantísimo y se cree tan moderno que es incapaz de ver lo horrendo que es su trabajo tras las cámaras, lo infame que es el montaje, lo insulso que es el guion y lo tediosa que es en general toda esa mezcolanza de géneros y florituras mal ensambladas. Esta nueva versión de la historia de Arturo Pendragon tiene muy poco que ofrecer aparte del carisma tonto de un reparto sin nada con lo que trabajar. Esta vulgar leyenda de la espada demuestra que desde que el CGI inunda Hollywood la magia ha desaparecido.
ALESNAKE
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 11 12 20 41 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow