Fraser está excelso, creíble en su maravillosa interpretación, de cariñosa mirada en una situación vital decrépita y decadente sin remedio. También está bien el resto del reparto, su hija y la enfermera de etnia asiática. Fraser busca un perdón y en dramáticas condiciones, busca la positividad ante todo, incluso ante los más insoportables desplantes de la persona a quien más quiere.

Es película pero tiene el aire documental-periodístico de los libros de Javi Cercas, como las "Leyes de la Frontera" o su "Anatomía de un instante". Da qué pensar que al final de su vida alguien sin futuro priorice el respeto a sus compañeros de penurias - muertos muy jóvenes - sin haber gozado siquiera de los balbuceos de sus hijos. Él pudo salvarse pero tiene esa deuda moral con aquellos chicos, compañeros suyos. Huye de la heroicidad.

Comparemos con el patético espectáculo actual de la red social Instagram, en la búsqueda de likes, en el narcisismo de los que quieren ser idolatrados aun sin merecerlo.

La película es un canto a la prevalencia del factor humano por encima de ideologías, miedos o intereses. Aquel chico joven obvió obedecer una orden que no entendía cumplible.

Cinematográficamente, es discutible el papel de Gastón y su forzado acento catalano-mexicano no está logrado. Tampoco están logradas las alocuciones franquistas en castellano (hechas con marcado acento catalán, que no pega en la voz de No-Do que se le atribuye). He visionado la cinta en catalán pero no veía lógico que Rafael Sánchez Mazas hablara en catalán, además sin acento de catalán aprendido.

Sangare pedalea y pedalea, recoge y lleva pedidos a ritmo frenético sufriendo los abusos de otros ya aposentados (y no tanto de la sociedad en general) y nos muestra el París hostil, la infra vida de los inmigrantes en situación irregular y el sufrimiento necesario para conseguir los permisos de residencia.

Nos lo muestra todo desde su perspectiva, desde el punto de vista del desposeído que cubre un servicio de suministro de unas pizzas que la sociedad urbana se ha acostumbrado a pedir por pura desidia, por pura comodidad sin pensar en lo que hay detrás de ese encargo absurdo.

Impecable interpretación de Sangare (actor novel) que se come la película él solito con una bicicleta, el tráfico infernal y los industrializados albergues de los sin papeles.

Es película emotiva, reflexiva y frenética en el ritmo y muy necesaria para concienciarnos de nuestra responsabilidad en los actos de consumo que sin darnos cuenta llevamos a cabo.

Muy bien estructurada y explicada. No hay giros de guion facilones. Estupendo trabajo de Sandra Hüller y del niño casi ciego.
Tras el suceso, tienen lugar un juicio donde son brillantes las alocuciones de testigos, técnicos, fiscales y abogado defensor. En ningún momento se pierde la atención y los 150 minutos vuelan.

La controvertida personalidad de los protagonistas, su profesión (escritores), su desigual éxito, su aislamiento en plenos Alpes y la discapacidad visual de su hijo, da pie a la paulatina deconstrucción de una pareja de enamorados.

Nada especial, película de la factoría Woody Allen. Normalmente sus guiones son más originales pero en este caso, yo he visto simplemente una telenovela de lío de faldas, ingleses ricos y un desenlace poco creíble. Scarlett Johansson le pone la pimienta a la película pero todo lo demás no reviste el más mínimo interés, ni la trama, ni el guion ni la interpretación.., normalmente Woody tiene más gracia.

Entretiene si uno está en casa relajado con amigos tomando café distraídamente y riéndose de la previsibilidad de las escenas. Es pasable.

Me ha sorprendido las excelentes críticas de los profesionales. Incluso la de Boyero.