Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con una película española.
Derrocha inteligencia y buen gusto, cosas que no deben gustar mucho a la critica oficial, acostumbrada al cine plasta de autor o a la morralla USA.
La producción es muy sencilla, realista, en interiores y exteriores, pero tremendamente cuidada y resulta agradable. Y no como otros que terminan reproduciendo un catálogo de revistas de decoración barata.
Me ha recordado al estilo del cine francés.
La dirección hace un notable ejercicio de dirección de actores y de ritmo. De lo mejorcito que he visto últimamente, me he quedado asombrado al ver las brillantes actuaciones de actores a los que estoy harto de ver siempre en papeles chuscos, exagerados y amanerados.
Probablemente es lo mejor de la película. Ha sacado petróleo.
Además ha tenido un gran sentido del montaje y la película pasa en un "pis pas". No ha lugar para el aburrimiento.
Las cinco historias son ingeniosas, interesantes y con unos diálogos vibrantes y atractivos. Todas basadas en la mentira y el equívoco; con finales muy abiertos. Muy sensibles y elegantes. Plagadas de humor negro, nada que ver con la chabacanería chillona, vulgar y grosera que nos lleva al "borde del ataque de nervios".
Los protagonistas están más que bien. Excelentes interpretaciones, emotivas y naturales. Y destaco la calidad de los diálogos desde el punto de vista sonoro. He llegado a dudar de si están doblados.
¡Milagro, milagro...! hablan, entonan, pronuncian, frasean,...que da gusto, algo que no suele ocurrir en el cine español, en el que suelen hablar como si tuvieran una sordina en el culo.

Un corto elegante, ingenioso y entretenido. ¿Quién da más?
Una producción sencilla, minimalista y cuidada. La elegancia de la sencillez.
Una dirección ágil, sabia en la dirección de actores. El tiempo no daba para más.
Una historia brillante, original y paradójica. Te engancha y te atrapa hasta el final. Genial el dilema.
Unos actores comprometidos con la historia, que se nota que se lo han pasado muy bien, al igual que yo.

Aunque es un tema más que visto, hay que agradecer el interés que han puesto en hacer un producto digno, que ofrece un buen entretenimento. No se parece en nada a lo que actualmente es el cine empalagoso francés; es más, la producción está tan cuidada que cualquiera diria que la película está hecha en Norteamérica.
Lo dicho, no es que hayan inventado la pólvora pero la producción es muy agradable.
La dirección sin un gran alarde de originalidad, pero sin ser vulgar, se aplica a contar la historia con buena técnica y ritmo. Aspira a entretener. El montaje es discutible y la duración de la película también. Le sobran 30 minutos, por lo menos, de secuencias irrelevantes o reiterativas. Se repite demasiado.
La historia es la enésima del investigador de accidentes de aviación, solitario e incomprendido, luchando contra todo el mundo para destapar la corrupción en el mundo empresarial. Vamos, que es lo de siempre y no aporta ni novedades ni sorpresas. Poco suspense y una intriga montada a base de desviar la trama de un lado a otro, de forma algo absurda y alocada en algunos casos. Es lo que le hace ser entretenida.
Con respecto a los protagonistas, simplemente correctos, convincentes, en unos papeles típicos que no requieren grandes esfuerzos de interpretación ni diálogos medianamente complicados.
Resumiendo: un producto decente para el entretenimiento.

Hacer una crítica después de casi 60 años tiene el riesgo de pecar de injusto; no obstante creo que un 5(cinco), de aprobado/suficiente, era y es más que adecuado.
Estamos ante una obra de teatro que se filma tal cual es. Presenciamos en la pantalla prácticamente lo mismo que si hubiéramos asistido a la representación de la obra en un teatro.
La producción, por tanto, es muy sencilla, correcta y aséptica. La acción transcurre en un espacio de poco más de 20 m2, con los muebles que se llevaban en aquellos tiempos.
Puesto que estamos en una comedia, que es una obra de teatro del género astracán, donde priman el disparate y los comportamientos extremadamentes rídículos, la dirección se centra en los personajes y en destacar la comicidad extravagante de las diferente situaciones. Y Fernán Gómez lo hace realmente bien. Dirige con un buen pulso y excelente ritmo.
La historia, el jefe que maquina un plan porque está arruinado y necesita un empleado servil, que haga de cabeza turco, para que asesine a su tía y poder heredar, etc., está desarrollada con mucha comicidad y a base de exageraciónes. Pero qué le vamos a hacer, este tipo de comedias son así. Hoy tanta situación absurda resulta algo cansina por mucha comicidad que pretenda.
Lo mejor con diferencia son las interpretaciones, para quitarse el sombrero. Yo destacaría la ingenuidad infantil de Manuel Alexander y la dulzura, en su torpeza y analfabetismo, de Gracita Morales. José Luis López Vázquez está en el mismo papel de siempre, al que nos tiene acostumbrados.
No puedo de dejar de señalar que la forma en la que todos hablan; es algo que se ha perdido en el cine español, en el que no se entiende a la mayoría de los protagonistas y especialmente a las mujeres.
En este caso, la dicción, la pronunciación, el fraseo, la entonación, la naturalidad, etc., son impresionantes; resultando unos diálogos tan agradables como la música..

No hay por donde cogerla de lo mala que es. Es una perfecta estafa porque no hay derecho a que hoy en día se haga una "película" como esta. Tanto canal de TV da lugar a producir este tipo de basura en cantidades ingentes. Mierda y más mierda para los espectadores; a ver si les explota el cerebro.
La producción es de lo más cutre que he visto últimamente, ni recursos ni ideas. Con cuatro macetas de invernadero, dos o tres muñecos, una cuantas luces de colores y cartón piedra por todas partes han hecho todo.
La dirección brilla por su ausencia. Ni sabe ni quiere. Se hace tan extremadamente pesada que no tuve más remedio que pasarla, una y otra vez, a ver si sucedía algo. ¡Insoportable! menos mal que tomé esa sabia decisión.
La historia, otra vez un bucle en el tiempo, se quedó ahí, en el bucle. Sin trama alguna es extremadamente aburrida, sin interés.
Sobre los protagonistas mejor no hablar. Mi canario actúa mejor.