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Críticas 2.202
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
El terror (Miniserie de TV)
Miniserie
Estados Unidos2018
6,9
8.281
Dave Kajganich (Creador), Max Borenstein (Creador) ...
3
17 de junio de 2018
51 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas tenemos que tener claro que siempre van a intentar engañarte con bonitos reclamos. En este caso, el buen nombre del productor Ridley Scott, el «basado en hechos reales», una historia de época, la marina británica, el Ártico y lo que parece un toque sobrenatural son los reclamos que me han hecho sentarme a ver, sin precedente por mi parte, una serie de la actualidad. Quizá por las expectativas, la decepción ha sido enorme.

«The Terror» comete lo que considero un tremendo error de concepto. De nuevo, la mezcla de géneros es un lastre para una serie de diez episodios en los que es imposible identificar cuál es el verdadero argumento. Los conflictos abiertos son tantos que la serie se desenvuelve totalmente desubicada, sin concentración, tocando muchos temas desagradables para crear una historia que se caracteriza por lo fea que es; que no desasosegante, que no tensa, que no dura, que no fascinante. La historia real, con solo un mínimo de información, resulta mucho más aterradora y maravillosa que toda esta amalgama de males y calamidades que lo único que produce es cansancio e impaciencia para que termine cuanto antes.

Así, como los contratiempos de una expedición en 1847 al Ártico parece que no son suficientes, lo que podría servir para una historia de aventuras y supervivencia, se añade un psicópata a la tripulación (un psicópata soluciona muchos problemas de guion...) con intenciones de hacer un thriller psicológico; y como esto tampoco es bastante para rellenar minutos, se suma a todo el embolado un monstruo que los va matando y, por supuesto, enfermedades imprevistas. Todo junto se agita y se sirve con CGI de un oso dopado, unas pinceladas de nativos que aportan bien poco y muchos personajes que realmente pasan muy desapercibidos.

Y todo esto sin que dé, repito, ni un mísero repullo, nada de miedo, ni que genere ninguna otra emoción más allá del asco ante determinadas operaciones quirúrgicas o desprecio hacia determinados personajes solo están para hacer las puñetas.

No me ha gustado.
5 de octubre de 2012
39 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que hay que ver, oír y, en este caso, leer. Algunos usuarios se ponen rojos de ira y hasta recurren al gatillo del insulto ante las críticas negativas hacia «Titanic». ¿Es que a todos nos tiene que gustar por narices? Pues a mí no me ha gustado. Y muchos se creerán, proyectando sus propias fantasías y complejos, que no me ha gustado porque se llevó once oscars, invirtió mucho dinero o cualquier otra cosa; todo menos la verdad: que la película es bastante mediocre.

«Titanic» se presenta como una cinta épica donde la tragedia y el romance se dan la mano. El primero se desarrolla a través del segundo, y la historia funciona a medias, en tanto hecho histórico y verídico. Nada puedo criticar a Cameron respecto a la recreación de la catástrofe y la buena realización técnica; el barco en picado, por ejemplo, es impresionante.

Ahora bien, dejando el drama histórico, la película en sí, como producto cinematográfico con planteamiento, desarrollo, nudo y desenlace; con personajes, diálogos y emociones; con un mensaje, una ideología y una estética; como obra cinematográfico, digo, no es nada. Por eso no me ha gustado. Qué le voy a hacer.

Para empezar, he de decir que la pareja Winslet - DiCaprio no pega ni con cola. Lo siento mucho, pero ella, que es potente y maciza, no encaja con el fino y aniñado Leonardo. Véase si no, esa secuencia en la que Jack tiene que sostener a Rose por la barandilla, acto tan imposible para sus humildes músculos que se requiere de doble. Y así, todo. Mucho mejor Cal (Billy Zane), personaje al que hay que hundir y degradar a toda costa porque si no, ¿de qué una chica iba a fijarse en Jack? Vamos, a un tipo rico, elegante, culto, educado, con sensibilidad para el arte, emprendedor, con don de gentes, agradable sin ser un payaso, seguro de sí mismo y galante, ¿cómo se le iba a rechazar? ¿Dónde estaría el problema? Pero, claro, hay que insistir, a parte de lo dicho, en lo maltratador que es, en lo elitista y poco caritativo, en su soberbia y egoísmo, compendio de todo lo malo que supuestamente tiene la alta y rica sociedad, para que así nos solidaricemos con la pobrecilla de Rose y queramos salir corriendo de esa cárcel terrible en la que vive. De verdad, en serio: ¿esto se lo cree alguien?

La historia de amor es más que cursi: es plomiza y desagradable. Qué romántico, oye, eso de ponerse a escupir al mar. Lo nunca visto. Pero qué bien que se lo pasan ellos, riendo como chicuelos tras una travesura, bebiendo cerveza y posando desnudos... Bueno, desnuda y con un diamante regalo de ese prometido que tanto odia. Hija de mi vida: ¿cómo se puede ser tan, pero tan baja? Que precisamente Rose se queje de su posición social es lo que ya me repatea el estómago.

A ver, puedes protestar porque tu madre no te quiere, por el prometido que te han elegido o incluso por frustraciones que una sienta, implícitos en la naturaleza humana, pero ¿rechazar de raíz la clase a la que perteneces, y toda tu forma y estilo de vida privilegiados? Ahora se ve que la educación, la urbanidad, la galantería, la dignidad, la autoestima, la elegancia, los perfumes, las sedas o los viajes de lujo son cosas dignas de lástima, motivos de amargura. No, no, Rose quiere montar a caballo a horcajadas y viajar por el mundo... pero no piensa ni por un instante que puede cumplir todos esos deseos (caprichos) gracias al dinero, a esa posición social y, sobre todo, a ese poder que su estatus le otorga. Afortunada ella, que puede elegir. ¿O qué se cree? ¿Que las prostitutas de París, esas de los dibujos de Jack, pueden permitirse esos caprichos? Esas mujeres sí que son esclavas y viven en cárceles, no ya siquiera de oro, sino de sufrimiento y humillaciones. Insisto: ¿pero qué se cree Rose?

Si el romance no te gusta, ya poco se puede aprovechar. De Jack decir que me cae bien (sin ser ni mucho menos atractivo) y me da hasta penita el desenlace, aunque coincido plenamente en que está forzadísimo, así como otras situaciones que, a la postre, se ven que, lejos de ser románticas, son decisiones estúpidas. El momento me subo o me bajo de la barca es una de ellas. Otras escenas producen, directamente, vergüenza ajena, como la de la anciana con las uñas de los pies pintadas (cosa que hace daño a los ojos) asomándose desde el barco, y lo que lleva en la mano, y lo que hace con él... Ojú.

A un paso de ser inaguantable. Lo bueno es que, poco a poco, el tiempo parece estar poniéndola en su lugar: el lugar del cine superfluo y sin atributos. Y es verdad: «Titanic» fue un antes y un después en el Cine, y ya sabemos todos lo que después fue el cine. No es para agradecérselo.
22 de abril de 2018
31 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vista la multitud de comentarios y rayadas mentales que los espectadores tienen tras ver «Aniquilación», humildemente recomendaría que dejéis de darle tantas vueltas, todo es mucho más sencillo de lo que creemos.

Para empezar, distinguiría entre la trama y la interpretación de la trama. Sobre lo primero, «Aniquilación» nos plantea la posibilidad de que el ADN de los seres vivos se vea alterado y modificado de una manera jamás imaginada. Creo que sobre esto no hay dudas. Lo que parece desconcertar es lo que hay detrás de esta historia, el significado. Los muy listos pueden buscarle interpretaciones muy interesantes y oníricas como el de unos nuevos Adán y Eva del futuro o ver en el desenlace un giro de guion inesperado que crea aún más dudas...

Yo no comparto esas interpretaciones raras, quizá porque soy menos lista que el resto, pero mi opinión es que Alex Garland no se preocupa por cuestiones tan elevadas. Lo más parecido a una idea que le encuentro a su película es la lucha entre el cambio y la conservación. «Aniquilar» la vida tal y como la conocemos no es más que otra forma de autodestrucción que, sin embargo, da lugar a otro yo, a otras existencias, a otras experiencias. De ahí la importancia de la voluntad individual por sobrevivir, por regresar al hogar, por conservarse intacto. Sin embargo, ¿es posible evitar esa transformación? ¿Debemos evitarla? ¿Es positivo ese cambio al que Lena tanto se resiste? Puede que la película trate de ser esperanzadora al respecto, pero eso de fusionarte a un árbol no es lo que yo llamaría un cambio a mejor, entre otras cosas porque nunca nos explican en qué consiste, para qué se hace esa transformación o qué consecuencias reales tiene.

Continuando el legado de la ciencia ficción moderna, nos encontramos con una historia en la que el drama es más importante que la ficción. Así que tengo que repetir que estoy hasta las narices de los personajes depresivos y del protagonista aún más depresivo, triste, amargado y gris, en consonancia con el mismo diseño de producción y el tono alicaído y metálico de siempre. Todo para darle dimensión de película seria y añadirle una supuesta profundidad a los personajes, porque solo eres profundo y serio si arrastras un gran dramón. A esto ya mil veces visto se añade la cuota de latinos, negros y homosexuales y se acompaña todo de unos diálogos de pena y una acción ridícula que, además, rompe por completo con el clima; porque si esto es terror psicológico y ciencia ficción filosófica, ¿a qué viene poner animales gigantes como peligros a los que enfrentarse? No tiene sentido.

De esta manera, Lena (Natalie Portman), para saber qué le ha pasado a su marido enfermo, decide formar parte de una expedición (bueno..., expedición es decir mucho) a «el resplandor», un nombre muy original. Nos aseguran que todo lo que entra en esa zona no vuelve a salir... pero el responsable, una psicóloga (¿?), sigue enviando a personas. Total, si al parecer hay gente la mar de dispuesta a sacrificarse, a autodestruirse simplemente porque no tenían nada mejor que hacer en sus vidas… Así, conocemos al grupo expedicionario formado por cinco mujeres científicas, todas ellas chaladas perdidas, lo que se supone que es muy feminista.

Por lo demás, hay mil cuestiones que no tienen fundamento y que quedan en el aire. Así es más cool y la gente se rompe la cabeza pensando que todo debe tener una explicación que no tiene o que hay más detrás de lo evidente, cuando no lo hay.

Aniquilando en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
-¿Cómo se sale del resplandor? No por qué, sino cómo.

-¿Durante tres años no han conseguido ningún puñetero dato sobre el resplandor? ¡Tres años con toda clase de tecnologías y medios! Y al final la única alternativa es enviar a cinco señoras, a pie y sin ningún preparo más allá de un arma y unas mochilas. Es una zona desconocida y peligrosa, y ni siquiera llevan trajes especiales, ni nada que las proteja. Perfectamente podía haber una atmósfera contaminante que a ellas les da igual.

-Si esta expedición es científica, ¿las anteriores qué eran...? ¿Qué iban, a pasearse?

-¿Por qué estas científicas no graban nada? Deberían grabarlo todo, desde el principio. ¿No van a investigar? ¿Qué investigan realmente? Nada. A una de ellas se le ocurre una hipótesis al ver unas plantas con forma humana y ya está, tenía razón, sin pruebas ni comprobaciones.

-La pérdida de memoria que ocurre cuando entran al resplandor, ¿a qué se debe? Es que ni vuelve a aparecer ni lo justifican.

-El grupo militar anterior, ¿no pueden dejar una grabación con más datos? ¿Algo escrito? ¿Tampoco han grabado el viaje? ¿No pueden aportar más información?

-¿Por qué era tan importante vigilar ese fuerte? ¿Por qué hacían los militares tantas guardias ahí?

-¿Por qué se suicida Kane? ¿Eso es autodestruirse o sobrevivir a través de su copia? No parece un plan predeterminado del resplandor, ¿o sí? Recordemos que Kane le dice a su copia «si sales de aquí, busca a Lena». Vamos, que su misión no es ni salir ni ir a buscarla. ¿Cuál es, entonces?

-¿Por qué la copia de Lena quema todo? ¿Porque también busca la autodestrucción? ¿Para eso lleva tres años extendiéndose, para a la primera de cambio eliminarse a sí mismo? ¿Lo hace porque ya ha conseguido su objetivo de transformar a Lena? ¿Era el objetivo? ¿Con qué fin? ¿Cuál es esa transformación? ¿O es solo un accidente que todo se prenda fuego?

-Los científicos del final le preguntan mucho a Lena, ¿para qué? Si lo único que deben hacer es un análisis de sangre y descubrirán cosas muy raritas…

-Las copias, ¿también refractan el ADN? Si sí, las personas de alrededor deberían notar algo… Si no, el resplandor se ha lucido, porque entonces no ha hecho absolutamente nada…

-La copia de Kane, ¿por qué se pone enferma? ¿Por qué se cura al destruirse el resplandor? ¿No debería ser al revés? ¿Cómo se enteran tan rápido de que Kane ha regresado? ¿De dónde saca la copia esa ropa nueva que lleva, tan limpio y bien peinado además...?

-¿Hay más duplicados? ¿Dónde están? O, de lo contrario, ¿por qué no hay más?

-Los esqueletos frente al faro... lo dejamos a tu libre imaginación, ¿no?

-¿Por qué la psicóloga se separa del grupo y va sola al faro? Perdona, es que el guion tiene que avanzar, claro.

-¿Por qué explota en colores la psicóloga? ¿Eso es el resplandor? ¿Ha pasado eso con todas las duplicaciones? Si la doctora del final es una copia, ¿dónde está la verdadera? Si es la verdadera, ¿por qué el resplandor se mete dentro de ella? ¿Por qué le pasa eso?

-El resplandor se destruye con una granada de fósforo… Es decir, que si bombardean el faro se acaba todo. Guay.

-¿Por qué la copia de Lena no copia…?

-La escena del cocodrilo es una chapuza: ni un rasguño tiene la chavala. La del oso igual: aparece de repente delante de ellas y ninguna lo ve.

-Los animales gigantes no las matan para comer… Las atacan ¿porque sí? O sea, que el peligro del resplandor no es psicológico, sino muy físico. Decepcionante.
11 de mayo de 2014
29 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decir que Buñuel es raro es decir una evidencia, pero vaya por delante que ese ocultamiento no es bueno ni malo en sí mismo. En realidad, apostaría por que perjudica las obras, ya que el autor corre el riesgo de no elegir bien la forma de encriptar el mensaje para que se comprenda. Sea como sea, yo necesito dividir la película en piezas pequeñas y a ver si así llego al todo.

En «Viridiana» encontramos dos temas principales: el sexo y la religión, que se unen con un tercero de corte social, o político. Sobre el sexo, me cansa que otra vez se saque la pancarta de la represión sexual, que, ojo, siempre es femenina. En contraposición, imagino que la mayoría verá estupendamente la promiscuidad descarada de don Jorge, que, ojo, es hombre y, por supuesto, muy macho; hasta me atrevería a decir que también se ven con gusto las intenciones y los actos del tío Jaime, que son para salir corriendo sin que haga falta ser monja ni beata, digo yo. Supongo que a Luis Buñuel, que era hombre, le encantaba la idea, como os encanta a vosotros, de que la mujer sea mero instrumento placentero, mera sierva sexual del varón, dispuesta en todo momento a jugar a las cartas con él... porque si no se la tacha de reprimida, que es algo muy, muy malo. He ahí la visión progresista en todo su esplendor ya en los años sesenta. La Historia no miente.

La religión es otro caballo de batalla de la película, y en serio que me sorprende que una buena parte de espectadores, algunos creyentes, tomen como útil y sana esta crítica tan superflua y panfletaria. Es que, si me apuras, no es ni crítica. ¿Cual es la denuncia real y concreta? ¿Acaso la moral cristiana? Este punto es interesantísimo. Primero, porque atribuye a la religión el patrimonio de la caridad y ayuda al prójimo, algo que no siempre se reconoce. Segundo, y más importante, porque rechaza esta ética, se mofa de ella, hace escarnio generalizado del amor, humano y divino, y alaba y glorifica el simple y natural instinto, representado en los trece pobres recogidos por Viridiana, reconvertidos en dioses, en objetos único de adoración durante su particular última cena. No somos hijos de Dios, sino de los Hombres. Nuestras aspiraciones no son espirituales, sino materiales. Nuestra vida no la rigen unos valores, unos principios que llamamos moral, sino nuestros propios deseos desatados. Ni bien ni mal, en todo caso poder. Jorge, por ejemplo, es una figura poderosísima en todos los sentidos. Él representa el mando de una nueva clase social que ya no es aristocrática, que además nació fuera del conservador matrimonio, que no comparte las costumbres de otros tiempos y trae la modernidad desde todos los puntos de vista.

Realmente no sé qué mensaje es el que predomina en la película, en parte por culpa de un guión que no concreta y que se ofusca en nimiedades o extravagancias. La historia del tío Jaime te desconecta de la historia, y eso que es el principio, y en cambio nos cortan demasiado de la relación entre Viridiana y Jorge, que directamente no sale. Las metáforas y alegorías, algunas más acertadas que otras, no llaman demasiado la atención. Silvia Pinal está fantástica, la voz de Fernando Rey acaricia y Paco Rabal... Rabal es el hombre.

Tras ver «Viridiana», lejos de quemar la corona de espinas, con más fuerza deberíamos abrazarla. Si Dios no existe, todo está permitido... por fortuna, parece añadir Buñuel. Pues vaya mundo sería.
13 de octubre de 2010
23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alterada estoy aún por la maravillosa pareja que forman Ford y McGillis. Qué manera de mirarse, de estar el uno frente al otro, qué atractivo uno y otra, aun en sus trajes de Amish. Mi valoración es prácticamente gracias a ellos, que me han enamorado, me han emocionado y me han hecho reír.

Y cómo no, Peter Weir, que realmente no sé cómo lo hace, pero tiene una forma de crear cine que es pura estética y delicadeza. Maravillosa la parte de la convalecencia de Book, por ejemplo, y pura tensión sexual en el baile que se marcan en el granero.

En definitiva, muy entretenida, bien hecha, buena banda sonora, pesonajes muy bien construidos y con la dosis justa de sensualidad, amor y acción; además de plantear ideas interesantes relacionadas con el deber, la violencia o la tolerancia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Frustrada con el final. Siempre pensaré que Book vuelve a por ella y son felices para siempre.
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