Vuelve a la gran pantalla el bebé más cañero del cine de animación, capaz de hacerle competencia al mismísimo Jack-Jack de Los Increíbles. Tras una serie bastante buena, el Bebé Jefazo tiene ahora nueva película, y se une a la fiesta una familiar.
Estamos ante una decente, sorprendentemente sólida secuela que aunque no es tan buena como la anterior, cumple en entretener a la audiencia a la que está enfocada y consigue que los adultos presten atención, o por lo menos que no se duerman. Es inevitable que caiga en algunos de los típicos clichés de estas cintas, por ejemplo, en la estructura o el arco de los personajes. A pesar de eso, triunfa en la relación de los hermanos Templeton; en la dinámica entre ambos y en cómo evoluciona su relación como hermanos. Es un buen mensaje el que consigue mandar.
La pequeña Tina es un personaje divertido, pero el Ted Templeton sigue siendo el mejor de lejos.
Y por último un pequeño apunte; no habría estado mal haberla estrenado por lo menos a mediados de noviembre. Probablemente estuviera originalmente planeada para estrenarse en Navidad y tuvo que retrasarse, y seguro que la distribuidora tendrá sus motivos para haberla estrenado ahora, pero no deja de ser raro ver una película de Navidad en agosto.
El Bebé Jefazo: Negocios de Familia triunfa como película de animación infantil. Los niños y niñas apenas le encontrarán pegas y la disfrutarán; eso es lo que realmente importa. Aunque bueno, un servidor la crítica tenía que hacerla.

Jeanne du Barry, mujer que robaba las miradas de todo el mundo para bien y para mal, incluyendo la de un Luis XV que cayó rendido a sus pies, parecía una figura histórica digna de plasmar en la gran pantalla. Con los primeros avances, esperaba que esta cinta tirase más por lo salvaje y alocado, con fiestas en la corte a lo Babylon. Y tal vez le habría venido bien seguir por ese camino. No obstante, el proyecto que hemos recibido sigue siendo un sólido drama de época.
En este (espectacular) Versalles todo gira en torno a las miradas y las formas, y Maïwenn sabe transmitirlo sin caer en lo tedioso. Además, su Jeanne du Barry es carismática para el rey y también un personaje con el que puedes conectar a nivel emocional.
Y por supuesto, está Johnny Depp es un retorno a la primera plana cinematográfica. Siempre ha sido uno de mis actores favoritos y tenía muchas ganas de verle aquí. Me he llevado una sorpresa al verle en un papel tan relativamente discreto y con poco diálogo (pero el poco que tiene lo maneja bien, siendo en francés encima). Sin embargo no por ello deja de ofrecer una actuación magnífica: de hecho, enfatizando en los gestos y miradas demuestra lo versátil que es y lo bien que se le puede dar también un drama como este.
Aunque con Maïwenn como la estrella de la función, ambos lideran esta película exquisita para la que yo tenía muchas ganas y que no ha decepcionado.

Un corto perfecto para concluir una de las mejores eras de Mickey Mouse. Una aventura en sí misma divertidísima, pero que además celebra al personaje y su legado, incalculables. Teniendo en cuenta que esto se estrena en pleno Disney 100, resulta ser un proyecto redondo para la ocasión.
Gran trabajo Disney.

Esta es la primera crítica que escribo en FilmAffinity, y aunque en cuanto salí del cine sabía que iba a escribirla, al ver varias críticas negativas me siento más motivado para hacerlo. Porque para mí Tenet es una obra maestra. Una película que tiene todo lo que se le puede pedir a una película. CINE con mayúsculas.

Para empezar, la trama. Resulta que no es tan complicada como auguraban los avances; es lo suficientemente enrevesada para considerarla compleja, pero no te será muy difícil pillar el hilo.
En mi opinión, el concepto de la inversión es (igual que lo relacionado con sueños y subconsciente en Origen) una de las ideas más originales e interesantes que he visto en una película. Nos entrega además secuencias de acción verdaderamente espectaculares y por las que recordaremos Tenet durante mucho tiempo.

El reparto es fantástico: John David Washington encaja muy bien en el rol del protagonista, pero la verdad es que el personaje de Robert Pattinson es más carismático e interesante, sobre su actuación hay que decir que además le sirve para desmarcarse de la imagen que se tiene de él. En cuanto a Elizabeth Debicki, he encontrado su papel bastante similar al que tiene en El Infiltrado (miniserie basada en un libro de John Le Carré y protagonizada por Tom Hiddleston), pero hace un gran trabajo igualmente.
Kenneth Brannagh es el mejor para mí aquí. Puede que su personaje sea un cliché, pero Brannagh ofrece una actuación impecable, digna de nominación al Oscar.

Y por supuesto, la ambientación. Yo pensaba que iba a echar de menos a Zimmer, especialmente después de Dunkerque, pero no ha sido así porque el trabajo de Ludwig Göransson es magnífico, y combinado con los efectos sonoros consigue meterte en la película y hace las escenas de acción aún más disfrutables.

Por lo tanto, creo que está muy claro que Tenet es una obra maestra. Tiene todo lo que nos hace amar tanto el cine, además de ser la cinta ideal para volver a las salas; y es que Christopher Nolan es un director innovador que nunca te deja indiferente. En mi caso, ver Tenet ha sido toda una experiencia. Y a los que tal vez crean que es demasiado liosa o compleja, les digo, no tratéis de entenderla: sentirla.

Es verdaderamente complicado y complejo adaptar historias como esta a la gran pantalla. ¿Cómo alcanzas un nivel de espectacularidad sin parangón manteniendo el respeto a las víctimas? ¿Cómo abordas la parte más humana? J.A. Bayona ya demostró que esto de hecho se le da más que bien en Lo Imposible, y lo ha vuelto a hacer en La Sociedad de la Nieve. Estamos ante un hito cinematográfico enorme por su parte, con más de una escena de esas que te cortan la respiración y un manejo de la escala y la producción colosales: fotografía, diseño de producción, gran banda sonora de Giacchino…todo contribuye. Y la excelente dirección de Bayona también se aprecia en cómo cuenta la parte más humana de la historia, incluyendo las partes más delicadas. Al principio conectamos con los pasajeros del trágico vuelo como grupo, para después profundizar en cada uno de ellos. Una jugada arriesgada, sobre todo porque al principio puede dar la sensación de que falta contexto previo al accidente para meterse en la historia, pero en última instancia todo sale redondo.
Son dos horas y cuarto de película que no agotan pero sin duda dejan huella. Nos sumergimos en una historia difícil de contar con palabras, pero que Bayona ha logrado traer a nosotros de una manera imponente a través del lenguaje del cine.