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Críticas 215
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
6
28 de febrero de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Manuel Martín Cuenca nos presenta una película gélida y rígida ambientada en una ciudad con encanto propio. Carlos es un reconocido sastre que vive en Granada, todos sus clientes están contentos y son fieles a sus servicios, es un hombre reservado, pulcro y atento. Pero como todos, esconde una cara que pocas veces deja ver. Su mayor afición dejaría bastante que desear a todos aquellos que la conocieran; le gusta comer mujeres. Con los años ha creado cierta impotencia ante la figura femenina y ha comenzado a satisfacer sus necesidades carnales con eso precisamente, con carne.

Puede que una de las mejores cosas de la película sea lo mismo que me enganchó una vez me puse a verla. La primera escena es una maravilla y no requiere más que una gasolinera, un par de coches y una pequeña cabaña en la montaña. El ambiente inicial es electrizante, huele a suspense desde las primeras imágenes y extiende ese rastro a cada kilómetro que avanzan los coches. Un momento en el que el director da rienda suelta a su perspicacia y desarrolla su potencial, siendo capaz de presentar a un personaje de tal manera que esa escena marcará el resto de la película. Nos muestra su carácter escrupuloso pero también su bestia interior. La suavidad y sensualidad de las bellas curvas de una mujer tendidas sobre la mesa, chocan con ira descontrolada de las primeras gotas de sangre que recorren la mesa para caer a un cubo...

Después llega un fundido a negro -uno de tantos- y la marcha de todo decrementa de manera considerable y se avalanza sin demasiada preocupación hacia el lucimiento de los artistas que participan en ella más que hacia la propia razón de la película. Lo que antes sorprendía se transforma en una sucesión monótona de imágenes que no terminan de conectar con la historia. La sensación de no contar nada pero hacerlo con calidad sorprende tanto que al final ni la propia película mantiene las ideas claras sobre cuál era su leitmotiv o su propósito. La indecisión crea bifurcaciones con posibles desenlaces que nos permiten demostrar cuánto creemos conocer al protagonista, pero su propia condición vaga simplifica aquello que podría maravillar.

El resultado es una creación con imágenes de una calidad brutal y una demostración de maestría con la cámara en algunas escenas -como aquellas en las que los reflejos juegan a mostrar varios focos de atención simultáneamente- que resulta hueco cuando el trasfondo no acompaña, la trama en insulsa y el conjunto aburre. Otro gran punto a favor es saber que cuenta con una magnífica disposición a dejarse la piel en sus papeles por parte de los protagonistas. Antonio de la Torre puede que parezca un cansino de nuestro cine (sus películas en poco tiempo serán incontables) pero es un actor enorme, más si cabe cuando trabaja con alguien como Olimpia Melinte (Encantado de conocerte, espero volver a verte pronto). Surge así la idea de saber contar las cosas aunque éstas quizá no sean tan importantes. La película no aporta demasiado, pero se gusta y hace que nos guste cómo lo cuentan. Una de cal y otra de arena, tú decides qué te gusta más.

CarlosDL - http://odiseaenelcine.blogspot.com.es/
8 de mayo de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Que somos? ¿Que se espera de nosotros? ¿Por que somos nosotros, es decir, somos así, aquí y ahora?...Si la idea de un Dios que nos avale y establezca nuestro destino quedó atrás y, según la ciencia las leyes físicas rigen el universo y nosotros no somos más que un resplandor evolutivo, insignificante en la totalidad del universo, formado de materia encadenada a dichos principios, ¿aún nos queda espacio para la libertad? Y si es así, ¿que significa eso? ¿cómo somos libres o como podías llegar a serlo?
Lo que está claro es que nuestra mente si lo es, o al menos si puede gozar de esa libertad ansiada, aunque no sepamos como llegar a ella, definirla o expresarla, actuando como seres racionales y críticos, además de darle rienda suelta en esos momentos de cada día, los sueños.
De todo esto y de nada de lo anterior trata: Waking Life, espero que os animéis a verla y saquéis vuestras propias conclusiones.
28 de octubre de 2014 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se podrían decir mil y una cosas sobre esta película, o composición de relatos, pero creo estar seguro de que en esto estaremos todos de acuerdo, sin excepción alguna; no podían haber escogido un mejor nombre para esta película, han dado en el clavo, y el clavo nos torturará de remordimientos y placer cinematográfico. 'Relatos Salvajes' se convierte en poco más de cinco minutos en una de los juegos en pantalla más divertidos y perversos que podamos disfrutar actualmente. Un vuelo que cae en picado nos parece lo más brutal que podamos ver para iniciar la película pero, lejos de desviar nuestra voz de alarma, prefieren continuar escandalizándonos y provocando una extravagante sorpresa al aunar brutalidad, violencia y crueldad con un humor ácido que calará hasta los huesos y nos hará sentirnos realmente mal por reír a carcajadas de salvajadas tales como las que se cuentan en la película. Salvajadas que funcionan perfectamente como cortometrajes inconexos pero que en una película actúan como ejemplos de originalidad y descomposición de los personajes.

Aunque la verdadera conexión entre los relatos sea cuestionable, está claro que la venganza nutre la semilla que implosiona en cada uno de ellos. Ese deseo que puede crecer en nosotros tras las injusticias o las situaciones que no alcancemos a controlar se convierte en un narrador omnisciente que desata la locura en unos personajes dispuestos a desatar su ira. Lo divertido surge en el momento en que uno es consciente de que, a pesar de convertirse en relatos con personajes desfigurados y trastornados, prácticamente nada en ellos es inimaginable, si no que todo está al alcance de un razonamiento definido por la frustración y la rabia (aunque los desenlaces suelan alejarse de los razonamientos y prefieran dar rienda suelta al desenfreno). Con esto no se justifican los comportamientos, pero sí las limitaciones de la paciencia humana y la fragilidad que demuestra la línea entre la cordura y la demencia en muchas ocasiones.

Entretenimiento nato y precisión en la ejecución son la firma que Damián Szifrón deja al finalizar la película. Su dirección juega con planos muy logrados dentro de escenarios reducidos para aumentar la acción en historias que normalmente se sustentan en conversaciones detonantes de la histeria. A su vez, las actuaciones consiguen que los personajes se forjen y muten en cuestión de minutos, que sean creíbles y nos den sus claves para entenderlos, destacando sobre otras las historias protagonizadas por Leonardo Sbaraglia y Ricardo Darín, en las cuales las carcajadas dominaban la sala en un halo de confusión, más si cabe que en el resto de situaciones.

Todo en ella es fatalidad y genialidad, humor negro para los paladares más exquisitos, diversión obscena para quien busque reacciones retorcidas, calidad narrativa que sirve como ejemplos de serenidad y control a la hora de crear cortometrajes... Todo es una auténtica broma pesada, muchos podrían decir incluso que de mal gusto, pero nos encanta, nos divierte, nos hace buscar el nexo entre cada punto y seguido que va marcando la película, y nos recuerda que el humor tiene muchas variantes, porque la violencia si es divertida sabe mejor, ¿o es que no te gusta ninguna película de Tarantino?

CarlosDL - http://odiseaenelcine.blogspot.com.es/
21 de abril de 2014 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amigo Darren, tú siempre has sido un buen colega. 'Requiem for a Dream' fue para mí tu carta de recomendación, mientras que 'Pi: Fe en el Caos' confirmó mi asistencia a las salas a todas tus nuevas películas. Pasando por la ruda 'The Wrestler', la ilusoria 'The Fountain' y la maravillosa 'Black Swan', llegamos a tu sexta apuesta en el cine, llegamos a lo que es -según tus propias palabras- tu obra más personal y trabajada, esa que lleva comiéndote la cabeza desde que eras un niño, la que justifica todas y cada una de las obras anteriores. Obsesionado con esta historia bíblica, que apenas dura unos párrafos en el sagrado libro, nos planteas un viaje junto a Noé en el que requieres de un gran esfuerzo tanto físico como mental. Esto será el toque que inquieta tanto durante toda la película; el hecho de necesitar por igual tanto escenas de acción como planteamientos metafísicos entorno a los inicios de las religiones. Ese contraste es el principal problema de la película, o su principal reclamo, dado que el balance de los polos opuestos es lo que mantiene la armonía y logra dejar a flote este arca.

Dejaré de hablar como si alguna vez él fuera a leer esto para decir que 'Noé' representa por igual las virtudes y los defectos de Aronofsky. Las virtudes que ya conocíamos plantean viajes hacia la controversia en crítica y espectadores, paseos por los límites del gusto y la desagradable sensación que aporta un cine visceral y rompedor en planteamientos psicológicos, retornos a los sentimientos más impíos y primitivos de sus personajes, así como fragmentos de auténtica maravilla bañados en la tenue música de Clint Mansell. Sus películas se caracterizan por llevar al límite obsesiones y esta vez le ha tocado a la religión. Pero ya no sólo la fe como tal, sino lo que ella conlleva; lucha del bien y el mal, el deber, la razón o el propio sentido de los dictados. La controversia se plantea esta vez en los propios dilemas morales de Noé como partícipe de la destrucción total del mundo y su posterior repoblación. Si hablamos de polos opuestos, lo primero que podemos diferenciar en la película es la propia naturaleza del hombre. Creado a imagen y semejanza, decidió vivir en pecado, naciendo por ello fuerzas como el terror, la venganza, el deseo, el poder o la ira, que hacen del propio hombre la semilla del mal. Pero el elegido por el ser divino debe erradicarlo, entrando así en un dilema continuo en el que su familia planteará los principales temores.

Llegados a este punto -y por lo escrito hasta ahora- parece que todo es maravilla; la vuelta de Aronofsky como director con aspiraciones a cargar un culto innato con el paso de los años, pero aquí es donde surgen sus propios defectos para nutrir un posible 'ego' de director que busca una consagración con más miramientos hacia su propio ombligo que hacia su público... Aun así, y a pesar de que la película no me pareció redonda al abandonar mi butaca, si es cierto que me ha dejado pensando durante largo tiempo, algo que pocas consiguen. Eso hace plantearse mirar más allá de lo que nos muestra la propia película, pero también mirar más hacia cómo nos da a entender las cosas. Aquí es donde el director pierde el norte el parábolas de creación personal sin percatarse en la pérdida del propio entretenimiento de un espectador que puede descolgarse de la historia en más de un punto. He ahí su gran desligez.

Siguiendo con contrastes, claroscuros y alegorías, alcanzamos un punto clave en el film, donde el blockbuster épico tan trabajado -pero sin un cierre totalmente reforzado- abandona a su suerte a un arca en el que todo está medido al detalle; desde la posición de cada animal hasta la jerarquía familiar encabezada por Noé. Aquí aparece el otro gran contraste que intenta equilibrar el arca, la acción del cine épico con la carga metafísica del dilema entre familia y creación, empatía y deber o razón y fe. Surge así la necesidad de crear un entretenimiento con elementos fantásticos con el deber del director con su cine tan personal. No determina ningún extremo pero el balance de ambos no desentona y, en lo que a mí respecta, termina convenciendo.

Convence aún más si Clint Mansell acompaña con su música este viaje, continuando un sendero de sosiego y energía que ya creó con la banda sonora de 'The Fountain', otra genialidad. Además, el director eligió a otra conocida para la historia, Jennifer Connelly es la pareja perfecta de un Russell Crowe en estado de gracia. Todos y cada uno de los personajes son interpretados con una calidad plausible, consiguiendo aportar mayor eficacia al conjunto. El halo de espiritualidad que rodea al film logra su máximo esplendor hacia la segunda mitad de la película, donde la dirección de actores cobra gran importancia y escenas como la historia de la creación nos dejan con la boca abierta, siendo ésta un película en sí misma, que bien podría funcionar como cortometraje en el que Aronofsky y Mansell dan rienda suelta a todo su potencial.

Si es verdad que, a fin de cuentas, no ha sido lo que me esperaba. Ésta vez no ha logrado entusiasmarme como lo había hecho hasta ahora, pero no me ha dejado indiferente, sino que ha logrado hacer que plantee cada minucia de la película y eso es algo magnífico en esta industria. Si al final consigue el equilibrio no quiere decir que el arca no esté cerca de volcar en algún punto. Aún así, el viaje tan épico y espiritual, e incluso reflexivo, que nos plantean logra extrañar e impresionar por igual por su análisis de planteamientos dispares y su calidad visual inigualable. El paso de los días ha hecho que la balanza se decante hacia la defensa de esta controvertida e inspiradora película, aunque no con la fuerza que lo había conseguido otras veces.

CarlosDL - http://odiseaenelcine.blogspot.com.es/
23 de marzo de 2014 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jack Black siempre me había parecido una especie de heavy infiltrado entre las estrellas de Hollywood, un descarado haciendo de las suyas en cada peli en la que actuaba, y esta comedia-musical lo confirmó aún más. Canalla, gamberra, grosera, divertida y, sobretodo, heavy. Muy Heavy.

Jack black y Kyle Gass defienden que es una autobiografía sobre cómo se formó su banda; Tenacious D, algo que se puede poner bastante en duda, pero que deja momentos alucinantes en una mezcla de situaciones controvertidas, adrenalina metalera, chistes absurdos, drogas y una cantidad de rock desmesurada. Es una película que junta todas las locuras que se les pudieron pasar por la cabeza en el momento de escribir el guión entre unas canciones tremendas, muy trabajadas y con letras que cuentan toda la fantasía de su historia. Además los cameos que van apareciendo no defraudarán a nadie; Ronnie James Dio, Tim Robins, Ben Stiller, Meat Loaf o David Grohl (Foo Fighters) acompañan a esta pareja de descerebrados en su búsqueda de la 'púa del destino', la cual les hará famosos en el mundo entero.

Es muy recomendable para todos aquellos que disfruten del rock como críos (si aún no la habéis visto). No se las veces que me he sentado a verla, pero no me cansaré. Buena música y buen humor de la mano de estos granujas del Metal. Si tengo que quedarme con una frase, me quedaré con:
" YOU CAN'T KILL THE METAL. METAL WILL LIVE ON"

CarlosDL - http://odiseaenelcine.blogspot.com.es/
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