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Críticas ordenadas por utilidad
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4,0
227
4
23 de agosto de 2013
23 de agosto de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ramón (Tony Leblanc) es un pícaro limpiador de barcos, que decide pasarse por un campeón sueco de esquí para intentar conquistar el amor de Nuria Berenguer (Concha Velasco), una guapa esquiadora catalana. Lo que no supone es que el novio de la chica es el millonario Joaquín, el dueño del barco en donde trabaja.
Comedia romántica que se queda a medio gas a pesar de contar con el personaje cínico de Tony Leblanc. El protagonismo recae en la pareja Leblanc-Velasco, aunque paralelamente se nos van contando otros encuentros románticos de menor interés y, a la vez, aburridos.
Película fallida y aburrida de la que tal vez salvaría la maravillosa fotografía que nos muestra a la Barcelona de la época y La Molina (Girona). Por lo demás, prescindible completamente.
Comedia romántica que se queda a medio gas a pesar de contar con el personaje cínico de Tony Leblanc. El protagonismo recae en la pareja Leblanc-Velasco, aunque paralelamente se nos van contando otros encuentros románticos de menor interés y, a la vez, aburridos.
Película fallida y aburrida de la que tal vez salvaría la maravillosa fotografía que nos muestra a la Barcelona de la época y La Molina (Girona). Por lo demás, prescindible completamente.

4,5
1.165
4
24 de julio de 2013
24 de julio de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una entrevista en Cinemanía, el actor Ignacio Mateos (el Picasso de la película) está de acuerdo con algunos críticos e historiadores de arte en que su parecido con el Picasso joven es bastante llamativo (incluso miden lo mismo) pero que nadie se lo había dicho porque la gente no suele conocer esta etapa del pintor. Bien; esta película no trata del robo de la Gioconda en el Louvre de París, ni siquiera trata de París. Ahonda en las amistades del joven pintor en un París que es Budapest de principios de siglo, de la troupé que le seguía y con quienes inició aquel estilo llamado "Cubismo" (junto a Georges Braque) y, tal vez como postre, del comentario que se hace muy por encima de esa anécdota de que fue detenido junto a Apollinaire por el robo de dicho cuadro.
Colomo lo avisa al empezar la película: la familia de Picasso nos recomienda advertir que todo en esta película es una ficción basada en personajes reales. Nos recomiendan o nos obligan. Porque tras verla, sabemos que el director ha jugado con nosotros al despiste. Nos cuela una banda por una troupé y una peli de robos y atracos por un biopic sencillito y saludable de un pintor con mucho más carácter que el que se nos muestra. Y empieza con el robo, y en blanco y negro, para retrotraerse en color hacia unos años atrás en un París bohemio y de mentes privilegiadas. Y ahí surge la pregunta: ¿de qué nos quiere hablar Fernando Colomo? A los cuarenta y cinco minutos uno ya quiere cambiarle el título por "La banda Apollinaire", auténtico protagonista de la historia.
Colomo lo avisa al empezar la película: la familia de Picasso nos recomienda advertir que todo en esta película es una ficción basada en personajes reales. Nos recomiendan o nos obligan. Porque tras verla, sabemos que el director ha jugado con nosotros al despiste. Nos cuela una banda por una troupé y una peli de robos y atracos por un biopic sencillito y saludable de un pintor con mucho más carácter que el que se nos muestra. Y empieza con el robo, y en blanco y negro, para retrotraerse en color hacia unos años atrás en un París bohemio y de mentes privilegiadas. Y ahí surge la pregunta: ¿de qué nos quiere hablar Fernando Colomo? A los cuarenta y cinco minutos uno ya quiere cambiarle el título por "La banda Apollinaire", auténtico protagonista de la historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Dejando a un lado toda la mezcla que hace Colomo de personajes y situaciones sin contar nada concreto, hay que decir que el doblaje es pésimo (aunque sean sus propias voces).

7,0
1.550
8
24 de julio de 2013
24 de julio de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Auténtico cine negro, de ese repleto de cigarrillos humeantes, gabardinas, sombreros, mafiosos, mujeres fatales... Auténtico cine negro con gran mérito, ya que teniendo en cuenta su bajo presupuesto, no merece una nota menor que un ocho. Auténtico cine negro con una gran interpretación de Charles McGraw en el papel de policía incorruptible y con la magistral dirección de Richard Fleischer, capaz de llevar con orgullo una película humilde pero a la vez llena de potencia.
Acompañar a la viuda de un mafioso cruzando el país en tren para que testifique contra la mafia se va a convertir en la peligrosa misión del policía, que tendrá que ingeniarse la manera de que no la descubran aquellos que la quieren asesinar. Pero no todo es lo que parece, y a medida que la película avanza, se nos van presentando personajes que a primera vista no tienen más relevancia pero que ocuparán una parte importante en el desenlace de la historia: la rubia, el gordo, el niño... La integridad moral del policía también se verá afectada por la tentación del dinero, aquello a lo que siempre tememos decidir porque, según algunos, todos los hombres tenemos un precio. Al final, o casi al final, el guion mete un giro inesperado que nos hará comprender muchas cosas acerca de la trama. Y todo en poco más de una hora. ¿Qué más se puede pedir?
Recomendable y desgraciadamente olvidada cinta que provocó ya en los años 90 un remake que nunca llegaría a la altura del que nos ocupa, por lo menos a mi forma de ver. Llámenme romántico.
Acompañar a la viuda de un mafioso cruzando el país en tren para que testifique contra la mafia se va a convertir en la peligrosa misión del policía, que tendrá que ingeniarse la manera de que no la descubran aquellos que la quieren asesinar. Pero no todo es lo que parece, y a medida que la película avanza, se nos van presentando personajes que a primera vista no tienen más relevancia pero que ocuparán una parte importante en el desenlace de la historia: la rubia, el gordo, el niño... La integridad moral del policía también se verá afectada por la tentación del dinero, aquello a lo que siempre tememos decidir porque, según algunos, todos los hombres tenemos un precio. Al final, o casi al final, el guion mete un giro inesperado que nos hará comprender muchas cosas acerca de la trama. Y todo en poco más de una hora. ¿Qué más se puede pedir?
Recomendable y desgraciadamente olvidada cinta que provocó ya en los años 90 un remake que nunca llegaría a la altura del que nos ocupa, por lo menos a mi forma de ver. Llámenme romántico.

6,7
5.041
5
22 de febrero de 2013
22 de febrero de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mitificación servil de delincuentes tiene estas cosas. Los códigos de honor y lealtad se nos muestran en esta película a través de una banda de atracadores/asesinos llamados "Los lioneses", que durante la década de los setenta se dedicaron a delinquir todo lo que pudieron para vivir como auténticos reyes en su senectud. Es lo que pasa, que tendemos a glorificar a asesinos y ladrones y a demonizar a las fuerzas del orden en historias como estas. Sorprendente que en cierto momento hasta el mismo policía confiese que admiraba al jefe de la banda más que al propio cuerpo al que él pertenecía. Alabanza rastrera y manipuladora donde las haya.
La acción queda limitada por el continuo maremoto de flashbacks que hacen que el espectador se pierda y se confunda por no seguir una cronología ni una coherencia justas. Hay que reconocer que medianamente puede aprobarse (de ahí mi 5 final) pero no llegar a cuajar en ningún momentoni como película de mafia ni como película de acción. Aquí se aborda la amistad en su más alto sentido junto a la lealtad como código dentro de la banda.
En resumen, se trata de la evolución de una amistad forjada por los años materializada en pantalla por un presente y por un pasado mostrado en un puzzle de flashbacks y regresiones, de la decepción posterior y, finalmente, del cierre del círculo. No es lo que esperaba, pero tampoco es una decepción absoluta.
La acción queda limitada por el continuo maremoto de flashbacks que hacen que el espectador se pierda y se confunda por no seguir una cronología ni una coherencia justas. Hay que reconocer que medianamente puede aprobarse (de ahí mi 5 final) pero no llegar a cuajar en ningún momentoni como película de mafia ni como película de acción. Aquí se aborda la amistad en su más alto sentido junto a la lealtad como código dentro de la banda.
En resumen, se trata de la evolución de una amistad forjada por los años materializada en pantalla por un presente y por un pasado mostrado en un puzzle de flashbacks y regresiones, de la decepción posterior y, finalmente, del cierre del círculo. No es lo que esperaba, pero tampoco es una decepción absoluta.

4,2
1.159
3
22 de diciembre de 2016
22 de diciembre de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una cinta para el videoclub, así, de primeras. "Yo soy la venganza" (o la ira, según se mire) es el embarque de un John Travolta sin papeles mayores que no quiere descolgarse de este mundillo del cine, aunque sea a pesar de papeles como este. Detrás de la pantalla regresa un Chuck Russel que no había vuelto a dirigir nada desde "El rey escorpión" y que navega con esta historia manida de venganza irreprimible a través de la muerte de la mujer de nuestro protagonista. Y es que todo resulta mascado y repetitivo, hasta con un cartel tipo película de Steven Seagal.
Pero el hecho es que a pesar de sus innumerables carencias, de unas torceduras de guion inexplicables y de unas incoherencias supinas, la película no resulta del todo mala. La pareja formada por Travolta y Christopher Meloni (aquel Keller de la serie "Oz") hace un trabajo digno y mejora con suficiencia ese aroma de serie B barato que perfuma la película.
Quizá para una tarde en que no haya que ver nada mejor, en que no haya que preguntarse por qué suceden las cosas en la película de Chuck Russell, en que no haya que pensar en por qué John Travolta ha acabado en semejantes berenjenales.
Pero el hecho es que a pesar de sus innumerables carencias, de unas torceduras de guion inexplicables y de unas incoherencias supinas, la película no resulta del todo mala. La pareja formada por Travolta y Christopher Meloni (aquel Keller de la serie "Oz") hace un trabajo digno y mejora con suficiencia ese aroma de serie B barato que perfuma la película.
Quizá para una tarde en que no haya que ver nada mejor, en que no haya que preguntarse por qué suceden las cosas en la película de Chuck Russell, en que no haya que pensar en por qué John Travolta ha acabado en semejantes berenjenales.
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