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7
4 de mayo de 2015
4 de mayo de 2015
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dentro del poco cine italiano que nos llega a España al menos podemos disfrutar de sus propuestas más interesantes aunque sea con algún año de retraso. Ejemplo de ello es la interesantísima película ‘El capital humano’ de Paolo Virzi, una película sobre la miseria humana y la decadencia del país durante la actual crisis económica. Un film que nadie debería perderse y que obtuvo 7 David di Donatello –incluido el de mejor película y mejor guion– y 19 nominaciones en 2013.
Paolo Virzi (Livorno, 1964) es un guionista y director de cine italiano algo irregular, pero considerado en Italia como uno de los mejores guionista y narradores de la comedia clásica italiana. Ganador del David di Donatello a mejor director revelación por ‘La bella vita’ en 1994 destaca por sacar lo mejor alrededor de las actrices a su cargo, especialmente a las intérpretes de reparto de sus films (Nicoletta Braschi, Margherita Buy, Sabrina Impacciatore, Sabrina Ferilli, Micaela Ramazzotti, Federica Votoria Caiozoo y ahora Valeria Bruni Tedeschi y Valeria Golino), quienes suelen ser nominadas o premiadas.
‘El capital humano’, además de un término de la casuística del mundo de las aseguradoras, es un notabilísimo film y uno de los mejores films de la cartelera actual, algo que no debería pasar desapercibida por aquellos que busquen algo más allá del mero entretenimiento. En ella y con guion del propio Paolo Virzi junto a Francesco Bruni (su guionista de cabecera y amigo) y Francesco Piccolo, adaptan la novela homónima del autor norteamericano Stephen Amidon (Human capital). El film comienza con un fatal accidente de un ciclista para a continuación volver días atrás y contar la historia desde los tres puntos de vista de los tres personajes más importantes de la trama, para finalizar con un último capítulo sobre la resolución del caso. Recordando el formato que realizó el maestro Akira Kurosawa en su ‘Rashomon’ vamos conociendo la historia en tres capítulos y un capítulo desenlace. El capítulo primero es a través de los ojos de Dino Ossola (Fabrizio Bentivoglio), un ambicioso agente inmobiliario y padre de familia de clase media, charlatán y aprovechado, que tratará de beneficiarse de la relación que mantiene su hija con el hijo de un millonario con el fin de entrar en el fondo de capital privado de grandes rentabilidades que gestiona Giovanni Bernaschi (Fabrizio Gifuni), sólo al alcance de la clase alta italiana. El segundo capítulo se centra en el gran personaje de Carla Bernaschi (Valeria Bruni Tedeschi), mujer florero con inquietudes filantrópicas que tratará de salvar de la demolición un antiguo teatro de la localidad donde residen. El tercer capítulo se centra en Serena Ossola (interpretado por la lolita italiana Matilde Gioli), hija de Dino y novia del egocéntrico y caprichoso Massimiliano Bernaschi (Guglielmo Pinelli), una joven arrastrada por un mundo capitalista pero con buen corazón y quién tratará de ayudar a un joven con problemas de integración en la sociedad. Toda la historia convergirá en el desgraciado accidente inicial dando lugar al capítulo final: El capital humano.
La película, originalmente desarrollaba en Conneticut, busca a través de la comedia y del drama mostrar la valía de las personas y su ambición. Un retrato oscuro pero sincero y categórico sobre una sociedad liderada por la especulación. Un mundo donde las apariencias, los negocios oscuros y las falsedades han regido su devenir hasta alcanzar la situación conocida por todos de catarsis del sistema capitalista. Una criminalidad financiera de la que muchos hicieron gala para fines propios a costa de países, bancos y empresas públicas. Fascinante la interpretación de muchos de ellos, sobre todo la de Valeria Bruni Tedeschi y Fabrizio Bentivoglio, premiada la primera junto a Valeria Golino (interpretando a la mujer de Dino) y Fabrizio Gifuni. Un film que dará que pensar sin centrarse en la crisis financiera como tal, sino en la crisis ética de la clases altas y sus valores inmundos. La música –a cargo de Carlo Virzi- es francamente interesante aportando junto a un guion excelente y un montaje igual de efectivo un triunvirato que aporta al film la clase que implementan los actores. Quizás uno de los capítulos pierde algo de interés, el tercero concretamente, pero en conjunto forman un muy notable film con secuencias muy llamativas. Brillante.
Lo mejor: Valeria Bruni Tedeschi y el excelente guion donde se muestra la podredumbre humana.
Lo peor: La interpretación de Guglielmo Pinelli.
Valoración:
Banda sonora: 7
Fotografía: 7
Interpretación: 8
Dirección: 7
Guion: 8,5
Satisfacción: 7
NOTA FINAL: 7,4
@hilodeseda - www.habladecine.com
Paolo Virzi (Livorno, 1964) es un guionista y director de cine italiano algo irregular, pero considerado en Italia como uno de los mejores guionista y narradores de la comedia clásica italiana. Ganador del David di Donatello a mejor director revelación por ‘La bella vita’ en 1994 destaca por sacar lo mejor alrededor de las actrices a su cargo, especialmente a las intérpretes de reparto de sus films (Nicoletta Braschi, Margherita Buy, Sabrina Impacciatore, Sabrina Ferilli, Micaela Ramazzotti, Federica Votoria Caiozoo y ahora Valeria Bruni Tedeschi y Valeria Golino), quienes suelen ser nominadas o premiadas.
‘El capital humano’, además de un término de la casuística del mundo de las aseguradoras, es un notabilísimo film y uno de los mejores films de la cartelera actual, algo que no debería pasar desapercibida por aquellos que busquen algo más allá del mero entretenimiento. En ella y con guion del propio Paolo Virzi junto a Francesco Bruni (su guionista de cabecera y amigo) y Francesco Piccolo, adaptan la novela homónima del autor norteamericano Stephen Amidon (Human capital). El film comienza con un fatal accidente de un ciclista para a continuación volver días atrás y contar la historia desde los tres puntos de vista de los tres personajes más importantes de la trama, para finalizar con un último capítulo sobre la resolución del caso. Recordando el formato que realizó el maestro Akira Kurosawa en su ‘Rashomon’ vamos conociendo la historia en tres capítulos y un capítulo desenlace. El capítulo primero es a través de los ojos de Dino Ossola (Fabrizio Bentivoglio), un ambicioso agente inmobiliario y padre de familia de clase media, charlatán y aprovechado, que tratará de beneficiarse de la relación que mantiene su hija con el hijo de un millonario con el fin de entrar en el fondo de capital privado de grandes rentabilidades que gestiona Giovanni Bernaschi (Fabrizio Gifuni), sólo al alcance de la clase alta italiana. El segundo capítulo se centra en el gran personaje de Carla Bernaschi (Valeria Bruni Tedeschi), mujer florero con inquietudes filantrópicas que tratará de salvar de la demolición un antiguo teatro de la localidad donde residen. El tercer capítulo se centra en Serena Ossola (interpretado por la lolita italiana Matilde Gioli), hija de Dino y novia del egocéntrico y caprichoso Massimiliano Bernaschi (Guglielmo Pinelli), una joven arrastrada por un mundo capitalista pero con buen corazón y quién tratará de ayudar a un joven con problemas de integración en la sociedad. Toda la historia convergirá en el desgraciado accidente inicial dando lugar al capítulo final: El capital humano.
La película, originalmente desarrollaba en Conneticut, busca a través de la comedia y del drama mostrar la valía de las personas y su ambición. Un retrato oscuro pero sincero y categórico sobre una sociedad liderada por la especulación. Un mundo donde las apariencias, los negocios oscuros y las falsedades han regido su devenir hasta alcanzar la situación conocida por todos de catarsis del sistema capitalista. Una criminalidad financiera de la que muchos hicieron gala para fines propios a costa de países, bancos y empresas públicas. Fascinante la interpretación de muchos de ellos, sobre todo la de Valeria Bruni Tedeschi y Fabrizio Bentivoglio, premiada la primera junto a Valeria Golino (interpretando a la mujer de Dino) y Fabrizio Gifuni. Un film que dará que pensar sin centrarse en la crisis financiera como tal, sino en la crisis ética de la clases altas y sus valores inmundos. La música –a cargo de Carlo Virzi- es francamente interesante aportando junto a un guion excelente y un montaje igual de efectivo un triunvirato que aporta al film la clase que implementan los actores. Quizás uno de los capítulos pierde algo de interés, el tercero concretamente, pero en conjunto forman un muy notable film con secuencias muy llamativas. Brillante.
Lo mejor: Valeria Bruni Tedeschi y el excelente guion donde se muestra la podredumbre humana.
Lo peor: La interpretación de Guglielmo Pinelli.
Valoración:
Banda sonora: 7
Fotografía: 7
Interpretación: 8
Dirección: 7
Guion: 8,5
Satisfacción: 7
NOTA FINAL: 7,4
@hilodeseda - www.habladecine.com

6,2
26.761
7
22 de octubre de 2014
22 de octubre de 2014
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La violencia por norma general nos da pánico; genera un estado de nerviosismo e inestabilidad propia de quien no está habituado a actuaciones más comunes de la selva que de una sociedad civilizada y dialogante. Por eso, los espectadores, mayoritariamente masculinos aunque también femeninos, disfrutamos en ocasiones introduciéndonos en la piel de un héroe del celuloide que imparta justicia callejera, salvaje e impasible. Eso sí, siempre desde la confortabilidad que aporta una cómoda butaca de cine.
"The equalizer (El protector)" es un thriller de acción con estilo; una película que toma de referencia la exitosa serie de los 80 llamada "El justiciero", con una realización pulcra y calculada que trata de huir de los clichés propios del género y en el que la potencia del duelo Denzel Washington vs. Marton Csokas recuerda a otras obras notabilísimas del género. Además de la presencia del carismático protagonista, la película tiene otro valor añadido: La dirección de probablemente uno de los mejores directores del cine de acción de los últimos 15 años; el norteamericano Antoine fuqua, quién ya tuvo a Washington a sus órdenes en la brillante "Training day" y por la que el estupendo actor obtuvo su segundo Oscar tras “Tiempos de gloria”.
El film desarrolla la trama cual reloj suizo. Puntual e inalterable. En ella descubrimos a Robert McCall, un meticuloso e introspectivo empleado de una gran tienda de material de construcción al estilo Leroy Merlin, quién a través de una vida prácticamente monacal no duda en ayudar a las personas cercanas que le rodean junto a su cronómetro y sus libros (“El viejo y el mar” de Ernest Hemingway ocupa un lugar estelar). Un ángel de la guarda de orígenes desconocidos sobre el que vamos descubriendo su meticuloso protocolo diario; un protocolo que se verá alterado al conocer a Teri (Chlöe Grace Moretz ), una joven prostituta con la que comparte nocturnidad y cafetería y a la que tratará de librar de la opresión del proxeneta ruso Slavi. McCall volverá a un mundo que había abandonado pero que las injusticias que le rodean le obligan a retomar.
Denzel Washington realiza una interpretación a medida. Se convertirá en una especia de alma redentora en apoyo de los más débiles, algo que sorprende en un Denzel cercano a los 60, pero que suple Fuqua con una excelente dirección de escenas de acción además de con la presencia de diálogos face to face muy ricos en matices y tensión. También es notoria la atmósfera de violencia y perfección con las que sobrecarga ciertas secuencias: Precisión de cirujano, y en las que colabora la notabilísima presencia de un Marton Csokas magnético y temible. El personaje de Chlöe Moretz es más bien simbólico sirviendo de catalizador de la ira contenida del protagonista y no aporta nada nuevo. Destacar también la breve presencia de Bill Pullman y de Melissa Leo en una secuencia que hará entender lo que nos deparará la última media hora.
La fotografía y la música no desentonan en absoluto sirviendo de instrumento para la finalización de este buen thriller de cocción lenta, que si bien no es novedoso, produce una satisfacción en el espectador que suele ser garantía de éxito.
Lo mejor: Que olvides la inverosimilitud de varias situaciones dado el interés de la trama.
Lo peor: La poca aparición de una actriz como la copa de un pino, Melissa Leo.
Valoración:
Banda sonora: 6
Fotografía: 6,5
Interpretaciones: 7,5
Guion: 7,25
Dirección: 8
Satisfacción: 7,5
NOTA FINAL: 7,1
@hilodeseda -- www.habladecine.com
"The equalizer (El protector)" es un thriller de acción con estilo; una película que toma de referencia la exitosa serie de los 80 llamada "El justiciero", con una realización pulcra y calculada que trata de huir de los clichés propios del género y en el que la potencia del duelo Denzel Washington vs. Marton Csokas recuerda a otras obras notabilísimas del género. Además de la presencia del carismático protagonista, la película tiene otro valor añadido: La dirección de probablemente uno de los mejores directores del cine de acción de los últimos 15 años; el norteamericano Antoine fuqua, quién ya tuvo a Washington a sus órdenes en la brillante "Training day" y por la que el estupendo actor obtuvo su segundo Oscar tras “Tiempos de gloria”.
El film desarrolla la trama cual reloj suizo. Puntual e inalterable. En ella descubrimos a Robert McCall, un meticuloso e introspectivo empleado de una gran tienda de material de construcción al estilo Leroy Merlin, quién a través de una vida prácticamente monacal no duda en ayudar a las personas cercanas que le rodean junto a su cronómetro y sus libros (“El viejo y el mar” de Ernest Hemingway ocupa un lugar estelar). Un ángel de la guarda de orígenes desconocidos sobre el que vamos descubriendo su meticuloso protocolo diario; un protocolo que se verá alterado al conocer a Teri (Chlöe Grace Moretz ), una joven prostituta con la que comparte nocturnidad y cafetería y a la que tratará de librar de la opresión del proxeneta ruso Slavi. McCall volverá a un mundo que había abandonado pero que las injusticias que le rodean le obligan a retomar.
Denzel Washington realiza una interpretación a medida. Se convertirá en una especia de alma redentora en apoyo de los más débiles, algo que sorprende en un Denzel cercano a los 60, pero que suple Fuqua con una excelente dirección de escenas de acción además de con la presencia de diálogos face to face muy ricos en matices y tensión. También es notoria la atmósfera de violencia y perfección con las que sobrecarga ciertas secuencias: Precisión de cirujano, y en las que colabora la notabilísima presencia de un Marton Csokas magnético y temible. El personaje de Chlöe Moretz es más bien simbólico sirviendo de catalizador de la ira contenida del protagonista y no aporta nada nuevo. Destacar también la breve presencia de Bill Pullman y de Melissa Leo en una secuencia que hará entender lo que nos deparará la última media hora.
La fotografía y la música no desentonan en absoluto sirviendo de instrumento para la finalización de este buen thriller de cocción lenta, que si bien no es novedoso, produce una satisfacción en el espectador que suele ser garantía de éxito.
Lo mejor: Que olvides la inverosimilitud de varias situaciones dado el interés de la trama.
Lo peor: La poca aparición de una actriz como la copa de un pino, Melissa Leo.
Valoración:
Banda sonora: 6
Fotografía: 6,5
Interpretaciones: 7,5
Guion: 7,25
Dirección: 8
Satisfacción: 7,5
NOTA FINAL: 7,1
@hilodeseda -- www.habladecine.com

6,2
377
6
21 de noviembre de 2016
21 de noviembre de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La carrera como cineasta de la realizadora holandesa Mijke de Jong ha estado siempre muy marcada por su gran implicación en aspectos sociales. Fruto de ello llegaron las galardonadas en Locarno (Premio especial del Jurado) y en Berlín (Oso de cristal) 'Love hurts' y 'Bluebird', films que le abrieron al panorama europeo cinematográfico. De Jong llega ahora a la sección oficial del FICX con su noveno largometraje: Layla M.
En ella contemplamos a Layla (Nora el Koussour), una holandesa de origen marroquí que vive en Amsterdam. Apasionada por el fútbol y con fuertes convicciones desliza su idealismo sobre una sociedad en la que se siente cada vez más excluida. Ni los consejos de sus padres -magrebíes de mentalidad más liberal- ayudan a saciar sus ansiedades, algo que muestra de manera cada vez más beligerante con la gente que le rodea. Layla irá radicalizándose rápidamente gracias a una cédula yihadista de Amsterdam integrada por -entre otros- el joven Abdel (Lias Addab), un joven carismático de poderoso influjo que hará que Layla, junto a su creciente frustración dentro del entorno familiar y de amistad, abandone paulatinamente todo su cosmos.
'Layla M.' es una película que interesa. Ciertamente necesaria hoy día y que ayuda a comprender de alguna manera el sentir de muchos jóvenes -musulmanes o no- que viven en Centroeuropa y que deben enfrentarse a esta problemática tan tristemente actual. La narración se focaliza casi exclusivamente en la figura de Layla, algo que en ocasiones supone un lastre, pero que resulta efectiva en sus primeros dos tercios gracias a la notable interpretación de Nora el Koussour. Sin embargo el film cae en ciertas incongruencias sobre el comportamiento de la idealista pero no olvidemos convencida musulmana protagonista. La ignorancia mostrada a posteriori chocan con las ideologías que esgrime desde casi un primer momento y que hacen bajar la película.
A pesar de lo mencionado posee unos valores de denuncia interesantes y que rebelan la preocupación existente en la Europa actual (máxime en Francia y el Benelux). Film que ya participó en la Sección Oficial en Toronto y que podría optar a premio interpretativo en Gijón, aunque no le veo opciones más allá de su protagonista al competir en la propia sección oficial con la superior 'Le ciel attendra', película de temática semejante pero con mejor desarrollo y mejor factura.
Lo mejor: Nora el Koussour. El realismo de sus dos primeros tercios.
Lo peor: El guión empeora conforme avanza la narración.
VALORACIÓN:
Banda sonora: 6
Fotografía: 5
Interpretación: 7
Guión: 5
Dirección: 5
Satisfacción: 6
NOTA FINAL: 5,6
@hilodeseda - www.habladecine.com
En ella contemplamos a Layla (Nora el Koussour), una holandesa de origen marroquí que vive en Amsterdam. Apasionada por el fútbol y con fuertes convicciones desliza su idealismo sobre una sociedad en la que se siente cada vez más excluida. Ni los consejos de sus padres -magrebíes de mentalidad más liberal- ayudan a saciar sus ansiedades, algo que muestra de manera cada vez más beligerante con la gente que le rodea. Layla irá radicalizándose rápidamente gracias a una cédula yihadista de Amsterdam integrada por -entre otros- el joven Abdel (Lias Addab), un joven carismático de poderoso influjo que hará que Layla, junto a su creciente frustración dentro del entorno familiar y de amistad, abandone paulatinamente todo su cosmos.
'Layla M.' es una película que interesa. Ciertamente necesaria hoy día y que ayuda a comprender de alguna manera el sentir de muchos jóvenes -musulmanes o no- que viven en Centroeuropa y que deben enfrentarse a esta problemática tan tristemente actual. La narración se focaliza casi exclusivamente en la figura de Layla, algo que en ocasiones supone un lastre, pero que resulta efectiva en sus primeros dos tercios gracias a la notable interpretación de Nora el Koussour. Sin embargo el film cae en ciertas incongruencias sobre el comportamiento de la idealista pero no olvidemos convencida musulmana protagonista. La ignorancia mostrada a posteriori chocan con las ideologías que esgrime desde casi un primer momento y que hacen bajar la película.
A pesar de lo mencionado posee unos valores de denuncia interesantes y que rebelan la preocupación existente en la Europa actual (máxime en Francia y el Benelux). Film que ya participó en la Sección Oficial en Toronto y que podría optar a premio interpretativo en Gijón, aunque no le veo opciones más allá de su protagonista al competir en la propia sección oficial con la superior 'Le ciel attendra', película de temática semejante pero con mejor desarrollo y mejor factura.
Lo mejor: Nora el Koussour. El realismo de sus dos primeros tercios.
Lo peor: El guión empeora conforme avanza la narración.
VALORACIÓN:
Banda sonora: 6
Fotografía: 5
Interpretación: 7
Guión: 5
Dirección: 5
Satisfacción: 6
NOTA FINAL: 5,6
@hilodeseda - www.habladecine.com

7,4
32.227
9
6 de febrero de 2014
6 de febrero de 2014
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre es una delicia asistir a una sala de cine. El aroma de las salas, lo cómodo de sus butacas, e incluso el sabor asociativo de las palomitas recién hechas. Además, cuando la película a presenciar esta dirigida por Alexander Payne todo adquiere tintes de clase suburbana, sencilla e inteligente, de rico texto y soberana fotografía, así como de enfrentamiento generacional, asfalto y comedia satírica.
El golpe de realidad que imprimen sus películas, por miserable o dolorosa que ésta sea, impregna al espectador de una ternura y condescendencia hacia los personajes pocas veces vista. Con “Nebraska”, presenciamos una historia cruda y dura, en ocasiones hasta molesta, donde un anciano con un pasado de bebedor y no muy buen padre ni marido, decide emprender camino hacia Nebraska para cobrar un supuesto premio de 1 millón de dólares que le había otorgado un papel publicitario. En ella encontraremos lecciones de dignidad, presenciaremos el difícil camino de un perdedor en la profunda américa, del amor de un hijo hacia el padre que le dio la vida, saltarán conflictos y se producirán reencuentros entrañables y otros no tanto (fantástico Stacy Keach). Veremos hasta qué punto el dinero puede cambiarlo todo, de la cantidad de interesados que pueden salir al olor del “gran verde” y del sentido de la familia tradicional. Todo ello desde el más profundo respeto y pasión por lo que nos cuenta. La historia por sorprendente es enternecedora y maravillosa, contada en un blanco y negro de asfalto y vaho en las frías tardes de Arizona y Nebraska, pero también contada desde la mala leche de la ironía que tanto acompaña al fantástico cine que crea el Sr. Payne.
Bruce Dern (Payne ya dirigió a su hija, Laura Dern en su debut en el 96 en “Ruth, una chica sorprendente”) vuelve para quedarse. En “Nebraska” encarna a la perfección –en una actuación que le concedió el premio en Cannes a mejor actor, y la nominación actual en los próximos Oscars– a un testarudo anciano, frágil y sencillo, peleado eternamente con su malhumorada y malhablada esposa –fantástica la nominada al Oscar June Squibb–, un anciano completamente atorado en su rutina que decide casi abandonar su realidad, hacer su último esfuerzo por obtener la gloria inalcanzable de sentir orgullo en el rostro de sus hijos cuando éstos le miran, de volver a tiempos mejores en su pueblo natal, de un decrépito Dern que es acogido por la bondad de su hijo pequeño (un sorprendente Will Forte) a pesar de la fría relación que les une. Un vástago con ciertas semejanzas, perdedor, sin objetivos en la vida y con el futuro negro que busca su sitio en la sociedad.
La música recorre y acompaña al espectador a la par que contemplamos las andanzas de éste par de perdedores en su particular lucha por encontrar sentido a la vida, por comprender ciertos comportamientos y tratar de sobrellevarlos. Una road movie embelesadora de almas, que trasmite los mejores valores del cine de autor norteamericano. Una joya contemporánea que nos brinda la cartelera y que nadie en su sano juicio, amante o no del cine alejado de los focos, debería perderse. Déjense arrastrar por éste retrato artístico de la imperfección más mundana, de la búsqueda de la esencia del ser, de la dignidad humana y de la relación padre/hijo.
“Nebraska” sin lugar a dudas ha logrado dejar múltiples escenas agarradas en mi memoria, cogidas de la mano a los maravillosos acordes de las composiciones de Mark Orton para ella. Una pareja que caminará junta hacia la eternidad de la historia del cine.
habladecine.com
El golpe de realidad que imprimen sus películas, por miserable o dolorosa que ésta sea, impregna al espectador de una ternura y condescendencia hacia los personajes pocas veces vista. Con “Nebraska”, presenciamos una historia cruda y dura, en ocasiones hasta molesta, donde un anciano con un pasado de bebedor y no muy buen padre ni marido, decide emprender camino hacia Nebraska para cobrar un supuesto premio de 1 millón de dólares que le había otorgado un papel publicitario. En ella encontraremos lecciones de dignidad, presenciaremos el difícil camino de un perdedor en la profunda américa, del amor de un hijo hacia el padre que le dio la vida, saltarán conflictos y se producirán reencuentros entrañables y otros no tanto (fantástico Stacy Keach). Veremos hasta qué punto el dinero puede cambiarlo todo, de la cantidad de interesados que pueden salir al olor del “gran verde” y del sentido de la familia tradicional. Todo ello desde el más profundo respeto y pasión por lo que nos cuenta. La historia por sorprendente es enternecedora y maravillosa, contada en un blanco y negro de asfalto y vaho en las frías tardes de Arizona y Nebraska, pero también contada desde la mala leche de la ironía que tanto acompaña al fantástico cine que crea el Sr. Payne.
Bruce Dern (Payne ya dirigió a su hija, Laura Dern en su debut en el 96 en “Ruth, una chica sorprendente”) vuelve para quedarse. En “Nebraska” encarna a la perfección –en una actuación que le concedió el premio en Cannes a mejor actor, y la nominación actual en los próximos Oscars– a un testarudo anciano, frágil y sencillo, peleado eternamente con su malhumorada y malhablada esposa –fantástica la nominada al Oscar June Squibb–, un anciano completamente atorado en su rutina que decide casi abandonar su realidad, hacer su último esfuerzo por obtener la gloria inalcanzable de sentir orgullo en el rostro de sus hijos cuando éstos le miran, de volver a tiempos mejores en su pueblo natal, de un decrépito Dern que es acogido por la bondad de su hijo pequeño (un sorprendente Will Forte) a pesar de la fría relación que les une. Un vástago con ciertas semejanzas, perdedor, sin objetivos en la vida y con el futuro negro que busca su sitio en la sociedad.
La música recorre y acompaña al espectador a la par que contemplamos las andanzas de éste par de perdedores en su particular lucha por encontrar sentido a la vida, por comprender ciertos comportamientos y tratar de sobrellevarlos. Una road movie embelesadora de almas, que trasmite los mejores valores del cine de autor norteamericano. Una joya contemporánea que nos brinda la cartelera y que nadie en su sano juicio, amante o no del cine alejado de los focos, debería perderse. Déjense arrastrar por éste retrato artístico de la imperfección más mundana, de la búsqueda de la esencia del ser, de la dignidad humana y de la relación padre/hijo.
“Nebraska” sin lugar a dudas ha logrado dejar múltiples escenas agarradas en mi memoria, cogidas de la mano a los maravillosos acordes de las composiciones de Mark Orton para ella. Una pareja que caminará junta hacia la eternidad de la historia del cine.
habladecine.com

4,6
9.442
5
22 de marzo de 2016
22 de marzo de 2016
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
A través de la poderosa productora El terrat, los cómicos televisivos Andreu Buenafuente y Berto Romero han realizado -por fin- su película soñada. Esa película con guión diseñado exclusivamente para el protagonismo y lucimiento de una pareja de amigos que se forjó hace muchos años en la caja catódica y que se ha fortalecido con el paso de los años. La productora catalana ofreció el proyecto a uno de los más jóvenes y prometedores directores salidos de la ESCAC (Escuela de cine de Cataluña), Dani de la Orden, un director con mimbres pero todavía maleable a las peticiones de quienes al fin y al cabo han puesto el dinero para su realización. Una simbiosis por la cual el director se curtía en la comedia (después de su díptico sobre la noche barcelonesa) y los cómicos y actores se lucían con un papel protagonista hecho a medida del dúo protagonista.
El guion está realizado por los notables Diego San José (guionista de 'Ocho apellidos vascos' y su secuela, así como 'Pagafantas' junto a Borja Cobeaga) y David Serrano (director y guionista de 'Días de fútbol'), quienes culminan un trabajo de encargo con un texto limitado, irregular, con dotes cómicas irónicas que analiza diversos asuntos como las tradiciones rurales, lo efímero del éxito, los conflictos familiares, la crisis o la malversación política.
'El pregón' no es una buena película. Dejémoslo claro. Aunque es cierto que tampoco trata de serlo y quizás ahí radique parte de su encanto. Bueno aquí y en Berto, un cómico con cierta carrera ya en la gran pantalla ('Cuatro bodas de más' le abrió las puertas a papeles más amplios en 'Anacleto, agente secreto' y la más reciente 'Ocho apellidos catalanes') y que es alma y cuerpo del show sobre el que gira esta limitada pero honesta en cuanto a sus pretensiones.
La historia narra cómo dos hermanos, ex componentes de un grupo techno ochentero de éxito años atrás malviven separados y con poco o nada éxito. Toda cambiará cuando el alcalde de la pequeña población natal de los hermanos les ofrece una importante suma de dinero a cambio de leer el pregón en la fiestas del pueblo y así poder reconquistar a su ex-novia, gran fan del grupo. Los hermanos, muy diferentes entre sí, tendrán que aprender a dejar sus diferencias aparte con el fin de poder ayudar a su hijo en uno de los casos, o tratar de levantar un nuevo disco en el otro.
La película resulta un remedo de otras película vistas, desde 'Primos' o 'Las ovejas no pierden el tren' en cuanto a la vuelta de la vida rural de quienes la abandonaron hace mucho, hasta -sobre todo- la divertida comedia romántica 'Tú la letra, yo la música'-, aquella protagonizada por Hugh Grant donde un componente de un grupo de música ochentero vive tratando de recuperar el efímero éxito ya perdido. El film resulta previsible en gran medida, las interpretaciones son en algún caso olvidables, los personajes resultan muy estereotipados, el guion es deficiente y posee un humor muy irregular. Sin embargo esa sencillez, torpeza y sobre todo la habilidad cómica de Berto Romero hacen que misteriosamente el film funcione, resulte moderadamente eficaz y genere sonrisas en más de una ocasión: Misterios del cine.
'El pregón' alterna aciertos como los diálogos de Berto Romero, las pinceladas de crítica a políticos, el plagio musical de los ochenta (quien no recordará a los Milli Vanilli) o la aparición de un divertido Jorge Sanz o Belén Cuesta; pero por contra se enreda en dejar tramas del guion inconclusas o personajes que van y vienen según interesa en cada momento pero sin nungún rigor argumental, una realización precaria y un montaje en ocasiones acelerado o inapropiado, con especial mención a toda la parte de Buenafuente y la cabra.
En definitiva una película deficiente pero que subsiste gracias al desparpajo de Berto y a lo breve de un metraje liviano que ayuda a ser eficiente: Distraída y de retención limitada en la memoria.
Lo mejor: Berto Romero y Jorge Sanz. El montaje musical inicial ochentero francamente divertido.
Lo peor: El guión. El montaje. EL horrible póster de la película.
VALORACIÓN:
Banda sonora: 5
Fotografía: 4
Interpretaciones: 5,5
Guión: 3
Dirección: 4
Satisfacción: 6
NOTA FINAL: 4,6
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El guion está realizado por los notables Diego San José (guionista de 'Ocho apellidos vascos' y su secuela, así como 'Pagafantas' junto a Borja Cobeaga) y David Serrano (director y guionista de 'Días de fútbol'), quienes culminan un trabajo de encargo con un texto limitado, irregular, con dotes cómicas irónicas que analiza diversos asuntos como las tradiciones rurales, lo efímero del éxito, los conflictos familiares, la crisis o la malversación política.
'El pregón' no es una buena película. Dejémoslo claro. Aunque es cierto que tampoco trata de serlo y quizás ahí radique parte de su encanto. Bueno aquí y en Berto, un cómico con cierta carrera ya en la gran pantalla ('Cuatro bodas de más' le abrió las puertas a papeles más amplios en 'Anacleto, agente secreto' y la más reciente 'Ocho apellidos catalanes') y que es alma y cuerpo del show sobre el que gira esta limitada pero honesta en cuanto a sus pretensiones.
La historia narra cómo dos hermanos, ex componentes de un grupo techno ochentero de éxito años atrás malviven separados y con poco o nada éxito. Toda cambiará cuando el alcalde de la pequeña población natal de los hermanos les ofrece una importante suma de dinero a cambio de leer el pregón en la fiestas del pueblo y así poder reconquistar a su ex-novia, gran fan del grupo. Los hermanos, muy diferentes entre sí, tendrán que aprender a dejar sus diferencias aparte con el fin de poder ayudar a su hijo en uno de los casos, o tratar de levantar un nuevo disco en el otro.
La película resulta un remedo de otras película vistas, desde 'Primos' o 'Las ovejas no pierden el tren' en cuanto a la vuelta de la vida rural de quienes la abandonaron hace mucho, hasta -sobre todo- la divertida comedia romántica 'Tú la letra, yo la música'-, aquella protagonizada por Hugh Grant donde un componente de un grupo de música ochentero vive tratando de recuperar el efímero éxito ya perdido. El film resulta previsible en gran medida, las interpretaciones son en algún caso olvidables, los personajes resultan muy estereotipados, el guion es deficiente y posee un humor muy irregular. Sin embargo esa sencillez, torpeza y sobre todo la habilidad cómica de Berto Romero hacen que misteriosamente el film funcione, resulte moderadamente eficaz y genere sonrisas en más de una ocasión: Misterios del cine.
'El pregón' alterna aciertos como los diálogos de Berto Romero, las pinceladas de crítica a políticos, el plagio musical de los ochenta (quien no recordará a los Milli Vanilli) o la aparición de un divertido Jorge Sanz o Belén Cuesta; pero por contra se enreda en dejar tramas del guion inconclusas o personajes que van y vienen según interesa en cada momento pero sin nungún rigor argumental, una realización precaria y un montaje en ocasiones acelerado o inapropiado, con especial mención a toda la parte de Buenafuente y la cabra.
En definitiva una película deficiente pero que subsiste gracias al desparpajo de Berto y a lo breve de un metraje liviano que ayuda a ser eficiente: Distraída y de retención limitada en la memoria.
Lo mejor: Berto Romero y Jorge Sanz. El montaje musical inicial ochentero francamente divertido.
Lo peor: El guión. El montaje. EL horrible póster de la película.
VALORACIÓN:
Banda sonora: 5
Fotografía: 4
Interpretaciones: 5,5
Guión: 3
Dirección: 4
Satisfacción: 6
NOTA FINAL: 4,6
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