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Críticas ordenadas por utilidad
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4
11 de septiembre de 2020
11 de septiembre de 2020
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No os voy a engañar: le pongo un 4, porque no me gusta su mensaje. No quiero destriparos nada, pero me parece que el mensaje que da acerca de los cristeros no es el correcto; es más, que los culpa de la guerra en México.
Al principio esta bien, porque plantea un poco los prolegómenos del enfrentamiento: nos muestra la vida familiar en el campo mexicano, la vida de fe, etcétera. Pero, poco a poco, se va polarizando la historia entre buenos y malos. Esto es una tónica habitual en este tipo de cine, por lo que no hay problema en eso.
El problema viene después, cuando parece que la cinta toma partido por el Gobierno y en contra de los defensores de la fe. Yo no sé mucho de la historia cristera, pero me temo que no es del todo como la narra la cinta. Si se levantaron contra el Gobierno de Elías Calles fue porque este los estaba pisoteando, no por gusto.
Sea como fuere, me quedo con la descripción de la vida rural y de las costumbres mexicanas de la época. También me quedo con la descripción que hace de la vida de los cristeros y sus motivaciones, que están muy bien. Pero no me gusta esa deriva progubernamental que tiene. Es una manía personal, lo sé, pero no soy capaz de desprenderme de ella.
Al principio esta bien, porque plantea un poco los prolegómenos del enfrentamiento: nos muestra la vida familiar en el campo mexicano, la vida de fe, etcétera. Pero, poco a poco, se va polarizando la historia entre buenos y malos. Esto es una tónica habitual en este tipo de cine, por lo que no hay problema en eso.
El problema viene después, cuando parece que la cinta toma partido por el Gobierno y en contra de los defensores de la fe. Yo no sé mucho de la historia cristera, pero me temo que no es del todo como la narra la cinta. Si se levantaron contra el Gobierno de Elías Calles fue porque este los estaba pisoteando, no por gusto.
Sea como fuere, me quedo con la descripción de la vida rural y de las costumbres mexicanas de la época. También me quedo con la descripción que hace de la vida de los cristeros y sus motivaciones, que están muy bien. Pero no me gusta esa deriva progubernamental que tiene. Es una manía personal, lo sé, pero no soy capaz de desprenderme de ella.

6,8
404
6
3 de enero de 2019
3 de enero de 2019
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece una película muy bonita sobre santa Teresita del Niño Jesús, porque explica muy bien su vida en el convento, así como su deseo previo de ser monja, un sentimiento que la impelía desde que era muy pequeña. Pero, sobre todo, me gusta la manera que tiene de afrontar el relato, porque no se trata de una hagiografía sobre la joven, sino una historia verdadera sobre la posibilidad de ser santos en la vida ordinaria: es por ello que no aparecen milagros ni discursos grandilocuentes sobre el amor a Dios y cosas así, sino que vemos la humildad de la santa en el día a día, animándonos por ello a su imitación.
Me resulta muy curioso que la cinta sea minimalista, porque, a medida que avanza el relato, vamos viendo cómo los escenarios van desapareciendo. De este modo, mientras que empezamos viendo la casa donde ella vive con su familia, termina con un plano sin decorados, sino solo con la cama donde yace: es reflejo de la humildad de la santa, así como de su propia profundización en la fe.
En España es prácticamente desconocida, porque en su momento tuvieron más fama otras producciones similares, pero esta es la mejor, porque, como he dicho, muestra muy bien el alma de una niña que, desde muy joven, sintió la llamada de Dios.
Me resulta muy curioso que la cinta sea minimalista, porque, a medida que avanza el relato, vamos viendo cómo los escenarios van desapareciendo. De este modo, mientras que empezamos viendo la casa donde ella vive con su familia, termina con un plano sin decorados, sino solo con la cama donde yace: es reflejo de la humildad de la santa, así como de su propia profundización en la fe.
En España es prácticamente desconocida, porque en su momento tuvieron más fama otras producciones similares, pero esta es la mejor, porque, como he dicho, muestra muy bien el alma de una niña que, desde muy joven, sintió la llamada de Dios.
6
8 de junio de 2018
8 de junio de 2018
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una estupenda película para conocer la obra del padre Manjón en la Granada de principios del siglo XX. Muchas veces desconocemos nuestra propia historia, o alabamos la de otros pueblos (como ocurre con el famoso padre Flanagan de "Forja de hombres"), pero olvidamos que aquí tenemos granees joyas (como esta) y grandes héroes (como este también).
Reconozco que siento debilidad por el cine costumbrista español, así que aquí no he quedado defraudado, puesto que vemos cómo se vivía en la citada ciudad andaluza entre los siglos XIX y XX, así como el cante hondo de las cuevas, la situación de los colegios, de la Iglesia y etcétera.
Tal vez se les vaya la mano mostrando el flamenco, pareciendo más un film propagandístico que un relato histórico, pero es lo que había en el cine de la época y a mí no me molesta del todo.
Reconozco que siento debilidad por el cine costumbrista español, así que aquí no he quedado defraudado, puesto que vemos cómo se vivía en la citada ciudad andaluza entre los siglos XIX y XX, así como el cante hondo de las cuevas, la situación de los colegios, de la Iglesia y etcétera.
Tal vez se les vaya la mano mostrando el flamenco, pareciendo más un film propagandístico que un relato histórico, pero es lo que había en el cine de la época y a mí no me molesta del todo.
7
5 de noviembre de 2022
5 de noviembre de 2022
18 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo admito: desde que vi “Enola Holmes”, he esperado ansiosamente esta su secuela, pues aquella me gustó tanto que me quedé con ganas de más. Anoche, por fin, llegó el momento de hacerlo, y debo deciros que no me defraudó: me gustó tanto o más que la primera. Me acuerdo que la cinta original me emocionó, me hizo reír, me intrigó y me entusiasmó a partes iguales; pues bien, esta ha conseguido multiplicar por dos esos sentimientos, aunque, como no todo es perfecto en esta vida, creo que adolece de algún que otro pecadillo. Veamos el porqué.
En primer lugar: ¿por qué es tan buena como la primera? Porque, como os he dicho, sabe mantener el estilo que hizo grande a aquella, pues ofrece acción, intriga y romanticismo durante todo el metraje, amén de salpimentar este con su inconfundible sentido del humor (que encima es muy blanco, cosa que ya no se ve ni en las cintas familiares actuales); otra vez ofrece un estilo de montaje heredero de los Holmes de Guy Ritchie, que la emparenta directamente con estos y que le viene muy bien al conjunto, y repite la hazaña actoral de su protagonista: Millie Bobby Brown, que vuelve a demostrarnos que está dotada para la comedia —atención a todos esos momentos en los que habla directamente al espectador— y que se siente muy cómoda en este papel.
¿Y por qué es mejor que la primera? Porque el guion es más enrevesado (que no confuso) y adulto, para hacernos ver que aquella Enola Holmes infantil ha crecido y que ahora se debe enfrentar a casos más difíciles, que requieren de ella un esfuerzo intelectual mayor. También por su enjundia, es decir, su mensaje: ¿recordáis cuál era el de la primera? Seguramente no…, porque no tenía: simplemente era una trama divertida sobre la hermana del detective más famoso de la historia; aquí, en cambio, se nos habla sobre el trabajo en equipo, el valor de la familia y etcétera (cosas —ya lo sé— que hemos visto mil veces en pantalla, pero que nos pirran a los cinéfilos de toda la vida). Y por último, porque tienes escenas para el recuerdo, algo de lo que carecía la primera: en concreto, rememoro ahora la del baile en el baño —el que quiera entender, que entienda—, cuya emoción contenida entre ambos implicados es sencillamente magistral.
Pero como no todo es perfecto en esta vida, hemos dicho que tiene un pequeño pecadillo: la segunda mitad del último tercio (es decir, los últimos veinte minutos aproximadamente). Y es que, en efecto, como si de una agonía se tratase, presenciamos un alargadísimo final metido con calzador que solo tiene un único (y plomizo) objetivo: el feminismo. Toda la cinta es feminista, y eso no es malo, pero, por si alguien se ha despistado o cree que el mensaje no es ya de por sí evidente, meten ese tramo insoportable de discursos para remacharlo. Es un horror innecesario. Pero más horror innecesario es… (ver "Zona Spoiler"). Y es una lástima, porque estropea el conjunto: si hubieran prescindido de ello, la película sería redonda (para que os percatéis de lo forzado que ese postrero toque feminista, enlazad la resolución del caso con el epílogo: veréis que cierra perfectamente la trama).
A pesar de ello, y como queda dicho, creo que se trata de un gran largometraje, que es digno de las mejores cintas de Holmes (que me perdonen los puristas de Peter Cushing o los admiradores de "Asesinato por decreto", entre los que me encuentro). Espero que haya una tercera parte, y que mantenga el estilo y el interés de estas dos. ¡Ah! Y que no se baje del carro Millie, pues le da una frescura incomparable al guion. A esta chica, le auguro una gran carrera cinematográfica, sobre todo en la comedia, donde se mueve como pez en el agua (a mi parecer, podría ser perfectamente la Cameron Díaz de esta década).
En primer lugar: ¿por qué es tan buena como la primera? Porque, como os he dicho, sabe mantener el estilo que hizo grande a aquella, pues ofrece acción, intriga y romanticismo durante todo el metraje, amén de salpimentar este con su inconfundible sentido del humor (que encima es muy blanco, cosa que ya no se ve ni en las cintas familiares actuales); otra vez ofrece un estilo de montaje heredero de los Holmes de Guy Ritchie, que la emparenta directamente con estos y que le viene muy bien al conjunto, y repite la hazaña actoral de su protagonista: Millie Bobby Brown, que vuelve a demostrarnos que está dotada para la comedia —atención a todos esos momentos en los que habla directamente al espectador— y que se siente muy cómoda en este papel.
¿Y por qué es mejor que la primera? Porque el guion es más enrevesado (que no confuso) y adulto, para hacernos ver que aquella Enola Holmes infantil ha crecido y que ahora se debe enfrentar a casos más difíciles, que requieren de ella un esfuerzo intelectual mayor. También por su enjundia, es decir, su mensaje: ¿recordáis cuál era el de la primera? Seguramente no…, porque no tenía: simplemente era una trama divertida sobre la hermana del detective más famoso de la historia; aquí, en cambio, se nos habla sobre el trabajo en equipo, el valor de la familia y etcétera (cosas —ya lo sé— que hemos visto mil veces en pantalla, pero que nos pirran a los cinéfilos de toda la vida). Y por último, porque tienes escenas para el recuerdo, algo de lo que carecía la primera: en concreto, rememoro ahora la del baile en el baño —el que quiera entender, que entienda—, cuya emoción contenida entre ambos implicados es sencillamente magistral.
Pero como no todo es perfecto en esta vida, hemos dicho que tiene un pequeño pecadillo: la segunda mitad del último tercio (es decir, los últimos veinte minutos aproximadamente). Y es que, en efecto, como si de una agonía se tratase, presenciamos un alargadísimo final metido con calzador que solo tiene un único (y plomizo) objetivo: el feminismo. Toda la cinta es feminista, y eso no es malo, pero, por si alguien se ha despistado o cree que el mensaje no es ya de por sí evidente, meten ese tramo insoportable de discursos para remacharlo. Es un horror innecesario. Pero más horror innecesario es… (ver "Zona Spoiler"). Y es una lástima, porque estropea el conjunto: si hubieran prescindido de ello, la película sería redonda (para que os percatéis de lo forzado que ese postrero toque feminista, enlazad la resolución del caso con el epílogo: veréis que cierra perfectamente la trama).
A pesar de ello, y como queda dicho, creo que se trata de un gran largometraje, que es digno de las mejores cintas de Holmes (que me perdonen los puristas de Peter Cushing o los admiradores de "Asesinato por decreto", entre los que me encuentro). Espero que haya una tercera parte, y que mantenga el estilo y el interés de estas dos. ¡Ah! Y que no se baje del carro Millie, pues le da una frescura incomparable al guion. A esta chica, le auguro una gran carrera cinematográfica, sobre todo en la comedia, donde se mueve como pez en el agua (a mi parecer, podría ser perfectamente la Cameron Díaz de esta década).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... que Moriarty sea una mujer, y encima negra: es rizar el rizo del feminismo woke de nuestro tiempo. Por supuesto, no se puede desaprovechar la oportunidad de que lance su perorata sobre el patriarcado y la opresión de los de su raza (por cierto, no sé a qué opresión racial se refiere, pues, según la película, los negros conviven sin problemas con los blancos, pues van a sus mismas convenciones, les hablan de igual a igual y etcétera; más aún, la tal Moriarty vive de puta madre como secretaria del ministro del Tesoro, así que no se le ve muy oprimida). Claro está, todos los protagonistas asienten a las palabras inspiradas de ella, pues, aunque no pueden hacer nada, "comprenden su dolor" (por favor, acercadme el cubo para vomitar hasta la explosión, como en "El sentido de la vida").
Pero como el wokismo invade todo, no se podían quedar tranquilos con poner a una mujer negra que da lecciones de moral a los blancos, sino que ahora Watson también es negro. De verdad, que inventen nuevas historias, pero que no tergiversen las que ya existen.
Pero como el wokismo invade todo, no se podían quedar tranquilos con poner a una mujer negra que da lecciones de moral a los blancos, sino que ahora Watson también es negro. De verdad, que inventen nuevas historias, pero que no tergiversen las que ya existen.
8
1 de febrero de 2023
1 de febrero de 2023
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Pero qué mierda de nota le habéis dado! Esta película es una jodida obra maestra, de lo mejor que ha producido en décadas el séptimo arte. Tiene acción, risas, terror... ¡y a Dee Wallace! ¿Qué más queréis? Se merece el 8 que le he endilgado, y aun más. ¿Y qué me decís del título español?, ¿no os parece francamente poético? Como ahora todo el mundo sabe inglés, se ofende cuando este idioma de pérfidos es adulterado por nuestra egregia lengua patria: ¡pandilla de acomplejados! No me digáis que “Caimán 2. La mutación” es mejor que “La bestia bajo el asfalto”: ¡qué maravilla!, ¡ni Cervantes habría ideado un título así!
Pero vamos al lío. Lo primero, no es propiamente una secuela de “La bestia bajo el asfalto” —aun habiendo sido concebida en su génesis como tal—, sino una especie de nueva versión o de reinicio, pues lo único que la vincula a aquella es el argumento: un caimán gigante; lo demás, nada: ni personajes, ni menciones al aligátor anterior ni nada de nada (hay algún cameo insignificante de actores que participaron en la primera, pero ni siquiera repiten papeles). Lo segundo: ¿por qué los críticos os tomáis con tanta seriedad lo que no es serio? Pero ¿qué queríais ver?, ¿un drama lacrimógeno protagonizado por Orson Welles martirizándose por la afinidad que siente hacia un lagartito incomprendido por las autoridades americanas? El título (español) lo dice todo: es un monstruo que vive bajo la ciudad (y dispuesta a devorar lo que se le antoje, añade un servidor de ustedes). Y lo tercero es que tenemos a la reina del terror ochentero: Dee Wallace. “Critters”, “Cujo”, “Aullidos”... ¿Qué más se puede pedir?
En cuanto a las acusaciones de plagio que leo por aquí, me temo que os debo llevar la contraria: no se parece ni por asomo a “Tiburón”. Ciertamente, nace a su sombra —el animal salvaje gigante que aterroriza una comunidad humana—, pero, más allá de eso, es buscarle tres pies al gato; concedo que la cinta original bebía a espuertas de la de Spielberg, pero esta brilla con luz propia en el panorama de las películas de monstruos. Es más, la veo más remotamente parecida a “Aliens, el regreso” —toda esa (impresionante) escena de los cazacaimanes bajo las alcantarillas— que al filme de Spielberg (aunque, pensándolo bien, ¿quién sabe si el clímax del largometraje homenajea de algún modo a “Tiburón 2”?). Y ya que hemos hablado de los cazacaimanes, ¡qué maravilla! Parecen salidos directamente de una película de John Carpenter: ¿“Vampiros”?, ¿”Fantasmas de Marte”? Sea como fuere, se han convertido en mis malotes favoritos de la historia del cine.
En mi opinión, la peli solo tiene un inconveniente: que Dee Wallace no actúa ni como secundaria; su papel es meramente anecdótico. Es verdad que esta es una “peli de machos”, como un estertor de los años 80 —ese trío protagonista casi al final del relato (in love)—, y que, por ende, las mujeres deben aparecer solamente como acompañantes chillonas (era otra época); mas su sola presencia debería eclipsar a la de los demás, así que podrían haberle dado algo de protagonismo. Pero en fin, “peccata minuta”. Vedla, insensatos, no os lo penséis dos veces: estáis a un fotograma de disfrutar por entero del séptimo arte
.
Pero vamos al lío. Lo primero, no es propiamente una secuela de “La bestia bajo el asfalto” —aun habiendo sido concebida en su génesis como tal—, sino una especie de nueva versión o de reinicio, pues lo único que la vincula a aquella es el argumento: un caimán gigante; lo demás, nada: ni personajes, ni menciones al aligátor anterior ni nada de nada (hay algún cameo insignificante de actores que participaron en la primera, pero ni siquiera repiten papeles). Lo segundo: ¿por qué los críticos os tomáis con tanta seriedad lo que no es serio? Pero ¿qué queríais ver?, ¿un drama lacrimógeno protagonizado por Orson Welles martirizándose por la afinidad que siente hacia un lagartito incomprendido por las autoridades americanas? El título (español) lo dice todo: es un monstruo que vive bajo la ciudad (y dispuesta a devorar lo que se le antoje, añade un servidor de ustedes). Y lo tercero es que tenemos a la reina del terror ochentero: Dee Wallace. “Critters”, “Cujo”, “Aullidos”... ¿Qué más se puede pedir?
En cuanto a las acusaciones de plagio que leo por aquí, me temo que os debo llevar la contraria: no se parece ni por asomo a “Tiburón”. Ciertamente, nace a su sombra —el animal salvaje gigante que aterroriza una comunidad humana—, pero, más allá de eso, es buscarle tres pies al gato; concedo que la cinta original bebía a espuertas de la de Spielberg, pero esta brilla con luz propia en el panorama de las películas de monstruos. Es más, la veo más remotamente parecida a “Aliens, el regreso” —toda esa (impresionante) escena de los cazacaimanes bajo las alcantarillas— que al filme de Spielberg (aunque, pensándolo bien, ¿quién sabe si el clímax del largometraje homenajea de algún modo a “Tiburón 2”?). Y ya que hemos hablado de los cazacaimanes, ¡qué maravilla! Parecen salidos directamente de una película de John Carpenter: ¿“Vampiros”?, ¿”Fantasmas de Marte”? Sea como fuere, se han convertido en mis malotes favoritos de la historia del cine.
En mi opinión, la peli solo tiene un inconveniente: que Dee Wallace no actúa ni como secundaria; su papel es meramente anecdótico. Es verdad que esta es una “peli de machos”, como un estertor de los años 80 —ese trío protagonista casi al final del relato (in love)—, y que, por ende, las mujeres deben aparecer solamente como acompañantes chillonas (era otra época); mas su sola presencia debería eclipsar a la de los demás, así que podrían haberle dado algo de protagonismo. Pero en fin, “peccata minuta”. Vedla, insensatos, no os lo penséis dos veces: estáis a un fotograma de disfrutar por entero del séptimo arte
.
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