Lo peor que puede tener una película lo tiene ésta: Aburre.
Aprovechando la línea que muestra la enseñanza de cualquier materia a gente joven y su influencia para salir del pozo en que las condiciones sociales los ha colocado, "El profesor de violín" se enfanga en un relato carente de todo interés.
Los dramas de los chavales, no interesan porque no llegamos a conocerlos, solamente los enuncia.
Las amenazas de los mafiosos dejan frío al espectador aunque haya tragedias de por medio; algo pasa para que sea así: están filmadas sin fuerza, anodinamente, con unos interpretes planos que no pueden sacar adelante un guión pobre, carente de intensidad dramática.
El aprendizaje musical es una muestra más de la falta de calidad de la película: no te explicas cómo y por qué aprenden.
La historia del profesor no sale de esa falta de calidad y de interés.
La muestra de la favela es meramente una continuidad de tomas sin ingenio, originalidad o compromiso social. Hasta en eso es un metraje vacío.
No vayas a verla, te vas a aburrir seguro; ni siquiera si lo que esperas es disfrutar de la música: escasa, a ráfagas y cortada cuando parece que puede tomar intensidad.

Parece imposible lograr a través de una circunstancia que forma parte de la tradición en la vida de unas gentes, la distribución de la invitación de boda de una hija y hermana, construir una trama sumamente interesante ligada al conocimiento de los personajes, ambientes y costumbres que nos pone delante.
Dilemas que han marcado la vida, éticas que aparentemente se distancian...
La narración a pesar de su aparente, sólo aparente, sencillez lleva en sí una carga enorme de tomas de posturas en la vida de cualquiera, en lo cotidiano.
Haz por verla, no te arrepentirás.

Una película bélica más que quiere tener apariencia de relato épico y que no consigue lo que pretende.
Durante gran parte de su metraje, aviones, disparos, más aviones y más disparos; no es exageración. Bien hecha como todas las películas de acción en el momento presente.
En el tramo final intenta que las emociones nos hagan ser benévolos con nuestro juicio y algo logra.
Las historias colaterales que aparecen, solamente narradas, son aburridas, faltas de ningún interés.
No es antibélica, nos presenta la guerra como una forma de heroísmo, de solidaridad, de entrega y claro que eso puede suceder en el comportamiento de algunas personas en esa circunstancia, pero no es porque esa salvajada propicie el comportamiento humano. Me parece que a estas alturas hacer gloria de la guerra es algo fuera de lugar. La guerra es cruel, bárbara y en ella siempre acaban perdiendo más los más débiles. Y todo lo antedicho no es óbice para entender que hay guerras justas por lo que tienen de inevitables en defensa de la libertad de las personas, de la justicia.
Prescindible.

Una historia contada a trazos gruesos que para nada entra en el fondo de los sentimientos, solamente los expone, los deja ahí, cuando realmente está poniendo delante de los ojos de los espectadores a personajes llenos de inquietudes, vacíos, plenitudes.
Es una película interesante, que adolece con el material de que dispone de levantar la emoción de quien la ve excepto en el tramo final en el que utiliza algo esperado a lo largo de todo el metraje.
No emociona, no aburre, no despierta la conciencia de la realidad entre explotados y explotadores; ves una película agradable y punto.

Dos excelentes interpretaciones llevan a este guión, nada fácil, a mostrar la humanidad de la locura y también el de la cordura. Algún personaje que forma parte de "los normales" en seña la peor cara de una sociedad que a veces es descarnada con los problemas de los más débiles.
Alejada completamente de la simpleza y del paternalismo se desliza desde una agitada locura hasta dimensiones llenas de sentimiento, humanidad y pelea por uno mismo y por los demás.
Una buena película