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Críticas 762
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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11 de enero de 2021
17 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si no le pongo menos nota es por su brillante argumento, su original y currada ambientación y por un Robert de Niro que se esfuerza hasta lo indecible (en él) para que el circo no se venga abajo. Spoiler: no lo consigue.

Me reí leyendo su sinopsis, pero viéndola, ni una carcajada. "La última gran estafa" es un desastre de proporciones bíblicas, por lo que es y, sobre todo, por lo fácil que lo tenía, porque que no haga gracia como De Niro intenta matar, una y otra vez y sin éxito alguno, al protagonista de la película que produce para así cobrar el pastón del seguro es que algo se ha hecho muy mal. Pero muy mal. Ni los momentos "slapstick" producen gracia, al sucederse a cuentagotas y de forma muy artificiosa. Más simpleza y menos rollos, George Gallo.

A todo esto, a la película le cuesta horrores arrancar, tanto que durante la primera mitad no ocurre nada, y eso siendo una comedia, cuya base fundamental debe ser la ligereza. A Tommy Lee Jones le clavan un pestiño de personaje, Morgan Freeman aparece de uvas a peras, y para nada, y luego intentan colarnos que, en los años setenta, una chica joven, rubia, guapa y sin experiencia podía dirigir westerns... Por no hablar de un final que es de una dejadez extrema. Imagino que vieron cómo les estaba quedando todo y dijeron: pues de perdidos al río.
29 de diciembre de 2018
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El regreso de Mary Poppins" no está, ni de lejos, a la altura de su predecesora. En nada. La película de 1964 era magia. Y escenas gloriosas, una tras otra. Ésta sólo vive de las rentas...

El argumento principal no tiene gancho, siendo los momentos de Mary Poppins lo único mínimamente destacable de la cinta. Su carácter vanidoso y seco es gratamente apropiado. Algunas escenas, como las de la bañera, por ejemplo, sí sorprenden, pero casi todo está reusado. Las canciones son un error, otro más. Aburridas, pesadas, sin gracia...

Los personajes tampoco ayudan. El padre y la tía no tienen ninguna presencia, ningún carisma (y no hablo de Emily Mortimer, de la que me consta su talento, si no de su personaje), el farolero no puede ser más tostón e innecesario, y el director del banco, un personaje chapucero como pocos, es absolutamente plano y ridículo. El almirante, su ayudante y sus cañonazos ya están más que vistos, y ni siquiera la asistenta, personaje que siempre es fácilmente cómico, logra sacarme una sonrisa.

Por contra, Emily Blunt está perfecta. La primera vez que la vi en una película me desagradó, la segunda me convenció y aquí ha terminado de enamorarme. Su Mary Poppins es luz en esta película llena de polvo, como también lo son Meryl Streep y Angela Lansbury. La primera es completamente innecesaria, tanto que ni aparece en la escena final (creo que es la única que no lo hace), pero aún así, su personaje, el talento de Streep y su escena son de lo mejor de la película, y la segunda es un regalo verla, tan mayor y tan tierna, con esos mofletes y esos ojos azules tan característicos.

Resumiendo, una versión creo que necesaria, ya que de otras películas mucho más recientes y bobas se hacen versiones como churros (véase, "Spider-man", por poner un ejemplo), así que creo que Mary Poppins tiene la suficiente potencia como para que se le hiciese una nueva película, pero el resultado tiene demasiados errores como para ni siquiera compararla con la anterior.

PD: señores y señoras del cine, ¿una película de dos horas y diez? ¿En serio? Un poquito de por favor...
8 de noviembre de 2019
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acudí a "The Politician" por Ryan Murphy, del que veo casi todo lo que hace, y por Jessica Lange, que últimamente se prodiga tan poco que quiero aprovechar cada uno de sus trabajos. Lo cierto es que la trama no me llamaba y a los actores principales no les conocía, pero con el factor Murphy creía que sería solventado.

Si algo caracteriza a las series de Murphy es la irregularidad, entre otras muchas cosas. Esa irregularidad provoca que sus productos no sean redondos, algunas veces por exceso y otras por descarrilamiento argumental. De hecho, excepto la segunda temporada de "American Horror Story" y la excelente "Feud", todo lo que he visto suyo, que no es poco, cumple con este patrón. Contaba con ello al comenzar "The Politician", pero también contaba con las cosas buenas que tienen sus productos: grandes actores, personajes icónicos, historias interesantes, giros sorprendentes y, sobre todo, esa estética y esa forma de contar las cosas tan propia que le hacen único. "The Politician" falla en casi todo.

La mayoría de los actores son deficientes. Esa Gwyneth Paltrow que no hace otra cosa que posar, o la Schlaepfer y la Dreyfuss, que no pueden actuar peor. Y de los gemelos mejor corro un tupido velo. Ben Platt se salva, muy a pesar de su personaje, y David Corenswet también, pero si hablamos de brillar, las únicas que lo logran son Zoey Deutch, Lucy Boynton y Jessica Lange. Maravillosas. La última ya puede cobrar bien, porque eleva cada capítulo en el que sale, aunque sea tan poco como, desgraciadamente, es. Mención de honor a Bette Midler, aunque su participación no sea demasiado relevante en la trama.

Los personajes. Son el mayor error de la serie, e incluyo también sus comportamientos y sus motivaciones. Planos, absurdos, ridículos, muchos de ellos completamente memos. El protagonista se lleva la palma. Es odioso, irritante, absurdo, superficial y todavía lo es más cuando sus satélites se comportan de la manera que se comportan. ¿Cómo pretenden, ya no digo que empaticemos, si no que nos interesemos por la vida de semejante ser?

La estética sí están conseguida, así como algunas escenas cómicas realmente delirantes (todas protagonizadas por el personaje de Jessica Lange), pero, en este caso, no son suficientes para salvar este producto tan llamativo como vacío, que llega a ser aburrido en ciertos momentos.

Los defensores de la serie aluden a que se trata de una sátira. No lo compro, porque no sirve como tal. Una serie, por muy satírica que sea, no puede tener momentos absurdos y otros de enorme sensibilidad. No casan. Hay escenas de la trama de Jessica Lange que parecen una serie y otras de Ben Platt que parecen otra. No están en el mismo plano, y eso deriva en un conjunto terriblemente descompensado.
1 de abril de 2025
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya tenemos aquí a la digna sucesora de "Mi reno de peluche", otra miniserie británica que aparece de la nada en primavera para arrasar entre crítica y público con litros y litros de pretenciosidad, incluso toneladas, con un argumento que, visto con perspectiva, no da ni para chiste. Para empezar, lo del plano secuencia no me aporta nada. De hecho, distrae más que otra cosa. La historia no lo necesita, por lo tanto, sólo puede responder a una bravuconería obscena por parte de sus creadores.

Eso no significa que no valore el esfuerzo técnico que debió suponer rodarla, más aún con adolescentes de por medio, pero al final eso es lo único que acabo viendo de "Adolescencia": el esfuerzo detrás de cámaras. Me sorprendía a mí mismo intentando descubrir algún fallo técnico o elucubrando cómo tuvo que ser la producción en vez de centrarme en la trama, una que queda relegada a un segundo plano entre tanta pomposidad visual y cuya intriga es más bien escasa.

Se sabe lo que sucedió desde el principio y los pocos avances en la investigación no descubren gran cosa. Por tanto, justitos en ese aspecto. Luego, asisto con una mezcla de estupor y rubor al delirante comportamiento de los personajes, esos alumnos que, ante el cruel asesinato de uno de ellos y con dos policías delante, se atreven a bromear sobre el tema. Da la sensación de que los crímenes se suceden todas las semanas en ese colegio.

Más allá de eso, no hay por dónde coger su conducta: niños que mienten descaradamente, mandan callar a sus profesores y hasta chulean a la policía. No sé en qué barrio se inspira la serie o quizás será que fui a un colegio conservador de familias de clase media-alta, pues jamás presencié comportamientos semejantes, lo que me lleva a sospechar que, igual que con lo anterior, todo se debe a una muestra de músculo, a elevar el asunto porque sí, a darle pompa e inflar un globo que no llamaría la atención de otra forma.

No obstante, vistas las críticas y lo que oigo por aquí y por allí, con la honrosa excepción de mi madre, que la vio antes de yo y me la sentenció acertadamente a través de WhatsApp con un "muy sobrevalorada", parece que les ha funcionado, pues todo quisqui anda babeando con "Adolescencia". Esta unanimidad me dejó perplejo un tiempo, luego recordé que la opinión de las masas no es significado de calidad, pues si así fuese, "McDonald's" tendría siete estrellas Michelin.
26 de noviembre de 2018
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Big Little Lies" es un cuento que lo engloba todo: la hipocresía, la mentira piadosa, la mentira a secas, el matrimonio, la infidelidad, la maternidad, la paternidad, el divorcio, la envidia, la violencia machista, la violación, el dinero, la felicidad, también la infelicidad, la amistad, la muerte y, por encima de todo, la sororidad. De entrada, la serie nos presenta a tres mujeres:

- Madeline Mackenzie (Reese Witherspoon): el nexo de unión. Da la impresión de ser la típica pija superficial que no se relaciona con nadie que esté por debajo de su estatus. Por suerte, es todo lo contrario. Bajo esa apariencia de mujer altiva, cotilla y traicionera, hay una persona generosa, amable, progresista, alérgica a las injusticias, bastante incomprendida, implicada en la cultura, con mucho carácter y realmente divertida, con una relación complicada con su hija mayor y su ex marido. Personalmente, me enamoré de ese personaje.

- Celeste Wright (Nicole Kidman): el contrapunto de su amiga. Más reservada, seria y sencilla. Es una mujer con buen carácter, sin ganas de tener más problemas que los que ya tiene en su casa. Envidiada por muchos, Celeste es la discreción hecha persona. Pese a todo lo que le ocurre, lucha por salvar su matrimonio para que así sus hijos sean felices. Kidman no es de mis actrices favoritas, pero su actuación es conmovedora.

- Jane Chapman (Shailene Woodley): la recién llegada. Es un animal herido que lucha para seguir adelante, probablemente sólo por su hijo. Representa a la madre-amiga, ya que tiene que serlo todo para su hijo. Tiene una economía muy por debajo de Celeste y Madeline, pero tampoco muestra demasiada ambición. Es el personaje menos interesante -o más normal- de los tres. La actriz no me fascina.

Ellas son las protagonistas, pero en cualquier buena historia siempre hay grandes secundarios. Y es aquí donde nos encontramos con Laura Dern, la típica madre psicótica que encuentra cualquier excusa para ser el centro de las miradas; Zöe Kravitz, la mujer del ex marido de Madeline, una hippie pacifista pero con más ovarios que todas juntas; y los maridos que, a excepción de Skarsgard por motivos obvios, se muestran como meras comparsas de las neuras de estas cinco féminas.

Un logro de la serie es que, pese a que todos parezcan clichés andantes, de entrada, el paso de los capítulos los humaniza, van creciendo y alcanzan una complejidad bestial. La relación entre Celeste y Perry es la columna vertebral de "Big Little Lies". Esa manera de narrarlo, esa sutileza, esos cambios de Perry de ángel a demonio y viceversa, esa violencia in crescendo tan bien expuesta. Realmente aterrador. Yo aprendí lo que era la violencia de género, en su más amplio contexto, gracias a esta serie, porque sí, "Big Little Lies" es de esas producciones que cambian el mundo.

Otro de los grandes aciertos, la verdad es que no consigo encontrar ningún error, de esta miniserie son los interrogatorios al resto de padres y madres del colegio. Es un formato que me encanta, porque observamos cómo hablan sin tener ni puñetera idea, pensando mal de entrada, suponiendo barbaridades, demostrando que el ser humano prefiere hacerse el importante antes de reconocer su ignorancia. Echan pestes de todas, haciendo cierta esa frase que dice "Lo que Pedro dice de Juan dice más de Pedro que de Juan".

El reparto infantil está muy bien escogido, todos parecen hijos de sus madres, además de actuar de una manera muy acertada. Y, por supuesto, la banda sonora, el montaje, la fotografía, el vestuario y las localizaciones son increíbles. Un gusto para los sentidos. El último capítulo, y en concreto el último cuarto de hora, termina rompiéndonos un poco más. Es amargamente dulce, entrelazando imágenes de la noche de autos con las de la playa, días después, siempre con el mar como el otro gran protagonista. Un final magistral para una serie extraordinaria.

PD: la segunda temporada es un engendro crematístico. Pasad de ella.
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