Jajajajaja, Dios bendiga al surrealismo fresco.

Genial y entrañable pódium del cine para Fesser, que con esta simpática historia conquistó corancitos y carcajadas a partes iguales.

Simplemente déjate llevar y disfruta como lo que es: un cuento de lo más entrañable y burtoniano, llevado a callejones sin salida en los que tampoco incomoda mucho estar.

Cine del que siempre es un placer.

Destaca muy por encima de muchas bazofias "del grito pelao"; pues cuando se usa con soltura la tensión, la intriga y la asfixia para provocar el miedo, uno deja de estar enfadado momentáneamente con el panorama que nos ofrece el género del terror hoy en día y vislumbra algo de luz al final del túnel.

Clint vuelve a demostrar que es el maestro de la sencillez bien hecha, dejando que este simple relato fluya sin complicaciones innecesarias, y que nos envuelva con su emotivo mensaje, en esta película sin aditivos edulcorados llena de técnica sutil.

Y mientras, tenemos tiempo de emocionarnos con los "Springbrooks", alabamos la interpretación "Ghandiesca" de un Morgan Freeman sublime, y aplaudimos los planos acertadísimos de Eastwood detrás de la cámara.

Touché otra vez, Clint.

Si fuéramos franceses seguramente nos haría mucha más gracia, pero aún así no deja de emanar un profundo aire de entrañabilidad y simpatía que se contagia como la risa tonta, en esta cinta llena de buenas intenciones para pasar un rato de lo más entretenido.

Correcta.