He disfrutado. Y también una de mis sobrinas, que tiene 10 años, aunque ha pasado algo de miedo en algunas escenas. ¿Es una serie de niños con ambiente gótico o un cuento para adultos con personajes adolescentes? No lo sé, pero creo que la mezcla funciona. Me ha parecido una historia de Hogwarts con un bestiario y una ambientación diferente. Y con un humor negro divertido y sorprendente en un ambiente potteresco. El personaje protagonista es lo mejor de la serie. Bien escrito y fantásticamente interpretado. Algunas desarrollos de la trama podrían estar mejor llevados y algunos personajes más acabados. Pero esperaré con ganas la siguiente temporada.

Martin Short parece hecho para el papel; no podrías imaginar a otro. Y eso sucede con el talento puro. Steve Martin es entrañable. Y Selena Gómez, con su extraña voz nasal y aire distante, es un contrapunto físico y generacional fantástico frente a los otros dos. Y qué decir del Arconia, el edificio protagonista. La dirección artística ha mezclado interiores y exteriores de varios edificios y ha creado una joya. Así funciona el arte, fabricando belleza nueva a partir de lo anterior. Toda la serie es así. Una innovadora mezcla de géneros con un elenco absurdo y genial.

Es verdad que en algún momento la trama principal se desvanece un poco. Pero no me parece relevante. Pronto se recupera y el empaque del conjunto nunca pierde la clase.

Dejaré pasar un tiempo y veré con ganas la segunda temporada. No creo que vuelva a sorprenderme pero si mantienen el nivel de acabado será suficiente para que valga la pena verla.

Después de verla compruebo que no se estrenó en cine en EEUU y solo llegó a las salas en Italia, Emiratos, México y Bolivia. Y recaudó un millón de dólares en total. Al menos las distribuidoras que vieron el montaje final se dieron cuenta de que esto no era una película. Parece más bien una extraescolar de instituto en la que el profe motivado propone rodar una historia. Alguien dice: "¡Mi abuelo es Nick Cage! ¡Podría decirle que venga y haga algunas escenas!" Con la emoción, otro recuerda que tiene una prima guapa que podría actuar.
- Vale. Pues tu abuelo hace de poli y tu prima de agente de interpol.
- ¿Y por qué no del FBI?
- Porque a los de la clase de la tarde les han prestado unos uniformes y los quieren usar para una escena tipo guerra de Afganistán. Así que necesitamos una poli internacional.
- Entonces ¿va a ser una peli de guerra?
- No; empezará en la guerra pero luego será un atraco porque el padre de Tom dice que nos deja usar el banco del pueblo el domingo.
- ¡Genial!
Y así todo...

Qué difícil es hacer comedia y qué pocas veces se consigue de verdad. El punto de partida es absurdo e inverosímil, y absolutamente prometedor. Un entrenador de fútbol americano es contratado para dirigir un equipo de fútbol británico. Esto ya permite unas cuantas bromas divertidas sobre el deporte profesional y el tópico del yanqui en la corte del rey Arturo de los estirados inventores del fútbol. Pero esta serie tiene mucho más.
En el mundo desencantado de hoy, especialmente después de un año tan duro como 2020, parece increíble que alguien pueda presentar personajes adorables sin hacer una estupidez ñoña e infumable. Pero lo han conseguido. Ted Lasso conmueve, hace reír y da esperanza. Y siempre sin dejar de entretener. Y lo que es aún más difícil, en casi todos los capítulos sorprende.
Supongo que hay varias formas de hacer bien una serie. Y una de ellas es construir buenos personajes que puedan aguantar tantos capítulos. En Ted Lasso la plantilla es impresionante. No importa que un capítulo gire sobre unos o sobre otros porque acabas teniéndole cariño a todos.
Por el tono y los personajes me ha recordado algo del espíritu de "Doctor en Alaska".
No sé si podrán mantener el nivel en las próximas temporadas. Esperaré con impaciencia.

Estados Unidos en el presente. Guerra civil. Un trío de periodistas cubre el avance del bando que se acerca a la victoria. Son los secesionistas. El motivo de la guerra apenas se explica y apenas importa. El telón de fondo es un reflejo perverso de la guerra de Secesión de Lincoln. El Presidente y los fanáticos de la Unión que le rodean resisten en Washington. Un ejército occidental, con bandera de barras y dos estrellas (Tejas y California), avanza para desintegrar el país. Al menos eso dice el Presidente. Quizá ha desaparecido la identidad nacional y sus defensores son unos nazis racistas. O quizá los secesionistas son unos cabrones ricos y egoístas que no quieren compartir.

Nadie nos explica nada, aunque puedes intentar interpretar algunas piezas, escombros del guión o fondos de escenas.

La fotografía es realista y te molesta, pero piensas que eso no puede pasar. Un país occidental no podría autodestruirse en una guerra civil. No puede pasar en EEUU o en España. No se pueden hacer esas barbaridades. Pero va pasando el tiempo y te das cuenta de que ya ha pasado. Casi todo lo que se cuenta nos ha pasado. Y le ha pasado a gente que creía que era imposible.

Intentas verlo con el cinismo de los periodistas. Una chica joven, aspirante a fotógrafa, se ha colado en el grupo. Es nuestra mirada ingenua. Pero nosotros, como ella, nos vamos endureciendo. Si hubiera una guerra civil en occidente, probablemente se parecería a esto. Que no lo veamos.