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Críticas ordenadas por utilidad
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6
6 de diciembre de 2006
6 de diciembre de 2006
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta historia, tal y como la adapta Kurosawa, humaniza al héroe al tiempo que exalta los conceptos de valentía y bondad. Asistimos al proceso de aprendizaje de un joven judoka con talento pero sin ideas claras, descentrado. El amor y un buen maestro le ayudarán mucho.
Lo mejor: una historia de amor preciosa; la edición del duelo final.
Lo peor: combates poco realistas en los que Sugata pone en órbita –"literalmente"– a sus contrincantes.
Algunos críticos la tachan de nacionalista, pero la única metáfora que se ve al respecto es la de un malo con traje y bombín –¡buah, menudo panfleto descarado, no sé si podré soportarlo!–. No se engañen, Kurosawa nunca fue un vendido. Él tenía muy clarito lo que quería, lo que sabía hacer y lo que le gustaba, y eso le trajo problemas con una censura antioccidental.
Lo mejor: una historia de amor preciosa; la edición del duelo final.
Lo peor: combates poco realistas en los que Sugata pone en órbita –"literalmente"– a sus contrincantes.
Algunos críticos la tachan de nacionalista, pero la única metáfora que se ve al respecto es la de un malo con traje y bombín –¡buah, menudo panfleto descarado, no sé si podré soportarlo!–. No se engañen, Kurosawa nunca fue un vendido. Él tenía muy clarito lo que quería, lo que sabía hacer y lo que le gustaba, y eso le trajo problemas con una censura antioccidental.
7
26 de julio de 2009
26 de julio de 2009
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue Sudáfrica, no hace mucho, un país como tantos otros han sido. Un país donde una facción minoritaria pero poderosa (los afrikáners o bóers) impuso su ideología racista durante muchos años, donde hasta los blancos menos segregacionistas se escudaban en el "algo habrán hecho" para no hacer frente a sus remordimientos, para apartar la mirada de los acontecimientos que estaban llegando a conocimiento de todo el mundo. El país del «apartheid».
Esta película, cuyo rodaje se inició en el año 89 cuando aún existían todas las leyes que respaldaban esa segregación (unos meses antes del estreno tuvo lugar el golpe de De Klerk, que supuso el inicio del fin de las mismas), tuvo que rodarse entre Inglaterra y Zimbabwe, y surgió como un grito más que quería unirse a la enorme presión internacional que reclamaba el fin de las discriminaciones en el país. Contó inmediatamente con el apoyo de actores muy comprometidos con la causa, entre ellos Donald Sutherland, Susan Sarandon y Marlon Brando, quien, aun con todos los defectos que pudieran achacársele como persona, siempre estuvo dispuesto a echar una mano en estas labores, dando lo máximo de su descomunal talento aunque sus 160 kilos le permitieran poco menos que arrastrarse por los platós.
Adapta la novela homónima de André Brink, un reputado profesor que decidió enfrentarse al gobierno sudafricano con muchas de sus novelas. La historia toma como punto de partida el levantamiento estudiantil en el gueto de Soweto de 1976, en el que una manifestación en contra de la sustitución del inglés por el afrikáans en las escuelas fue reprimida con una fuerza desmedida que acabó con las vidas de 23 personas, para centrarse luego en el caso de un profesor blanco que comienza a abrir los ojos e intenta hacer algo para ayudar a la familia de su jardinero, cuyos hijos desaparecieron en esa masacre sin ninguna explicación por parte del gobierno.
Con este tipo de películas suelen olvidárseme los aspectos técnicos. Es cierto que aquí el director no puede alardear de haber establecido un punto de inflexión en la historia de la narración cinematográfica, pero ¿es eso un problema? Los recursos empleados se limitan a un par de flashbacks, a un par de juegos con el zoom para reforzar el clímax… Nada demasiado elegante ni sofisticado, pero suficiente. Sinceramente, creo que en este caso no ha sido mala opción dejarse llevar por los actores. Yo, por lo menos, no me aburrí ni un instante.
---------------------------------------
Tras el juicio.
Ben: Hemos perdido.
Makhaya: ¿Usted cree? Esto es como un baile, sabe. Unas veces se retrocede, otras se avanza. Lento, lento, rápido, lento. Pero siempre hay que seguir bailando.
Esta película, cuyo rodaje se inició en el año 89 cuando aún existían todas las leyes que respaldaban esa segregación (unos meses antes del estreno tuvo lugar el golpe de De Klerk, que supuso el inicio del fin de las mismas), tuvo que rodarse entre Inglaterra y Zimbabwe, y surgió como un grito más que quería unirse a la enorme presión internacional que reclamaba el fin de las discriminaciones en el país. Contó inmediatamente con el apoyo de actores muy comprometidos con la causa, entre ellos Donald Sutherland, Susan Sarandon y Marlon Brando, quien, aun con todos los defectos que pudieran achacársele como persona, siempre estuvo dispuesto a echar una mano en estas labores, dando lo máximo de su descomunal talento aunque sus 160 kilos le permitieran poco menos que arrastrarse por los platós.
Adapta la novela homónima de André Brink, un reputado profesor que decidió enfrentarse al gobierno sudafricano con muchas de sus novelas. La historia toma como punto de partida el levantamiento estudiantil en el gueto de Soweto de 1976, en el que una manifestación en contra de la sustitución del inglés por el afrikáans en las escuelas fue reprimida con una fuerza desmedida que acabó con las vidas de 23 personas, para centrarse luego en el caso de un profesor blanco que comienza a abrir los ojos e intenta hacer algo para ayudar a la familia de su jardinero, cuyos hijos desaparecieron en esa masacre sin ninguna explicación por parte del gobierno.
Con este tipo de películas suelen olvidárseme los aspectos técnicos. Es cierto que aquí el director no puede alardear de haber establecido un punto de inflexión en la historia de la narración cinematográfica, pero ¿es eso un problema? Los recursos empleados se limitan a un par de flashbacks, a un par de juegos con el zoom para reforzar el clímax… Nada demasiado elegante ni sofisticado, pero suficiente. Sinceramente, creo que en este caso no ha sido mala opción dejarse llevar por los actores. Yo, por lo menos, no me aburrí ni un instante.
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Tras el juicio.
Ben: Hemos perdido.
Makhaya: ¿Usted cree? Esto es como un baile, sabe. Unas veces se retrocede, otras se avanza. Lento, lento, rápido, lento. Pero siempre hay que seguir bailando.

6,4
13.942
6
17 de abril de 2006
17 de abril de 2006
37 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muestra perfecta del Woody Allen que siempre me ha parecido sobrevalorado. El título hacía presagiar una ácida crítica del "star system", pero eso sólo se trata de refilón y el director opta por centrarse mucho más en las frivolidades del mundillo esnob. Amoríos van y amoríos vienen, pero esta vez sin la comicidad que aporta el físico de Allen y sin la chispa de otros guiones suyos.
Branagh no consigue arrancarme ninguna sonrisa por sí mismo; aunque también es cierto que el director le exigió esa imitación, y que eso les enfrentó.
Yo destacaría a una lasciva Charlize Theron y algún chistecillo suelto, como el caos que se forma cuando accidentalmente se juntan en los estudios unos skinheads, unos miembros del Ku Klux y un rabino. El resto me parece discreto. Me llegó a aburrir hacia el final.
Branagh no consigue arrancarme ninguna sonrisa por sí mismo; aunque también es cierto que el director le exigió esa imitación, y que eso les enfrentó.
Yo destacaría a una lasciva Charlize Theron y algún chistecillo suelto, como el caos que se forma cuando accidentalmente se juntan en los estudios unos skinheads, unos miembros del Ku Klux y un rabino. El resto me parece discreto. Me llegó a aburrir hacia el final.
6
27 de noviembre de 2005
27 de noviembre de 2005
35 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedo decir que sea mala película, pues me gustan los actores, la fotografía y la propuesta. Pero creo que se ha alabado tanto al director que repercutirá en su contra; no se dará cuenta de sus gravísimos fallos en la narración.
Prácticamente dos tercios del metraje transcurren a cámara lenta mientras se muestran, en muchas ocasiones, detalles insustanciales. Se hacen muuuyyyy, muuuyyyy largas muchas de las escenas.
Sentí exactamente lo mismo que cuando vi "Deseando amar", así que ya sabes, si te gustó, no dudes en ver ésta, pero, si no, no dudes en dejarla de lado, pues hay un 95% de probabilidades de que te decepcione.
Yo caí en la trampa, me he vuelto a dejar engañar por la avalancha de críticas positivas. No entiendo lo que está pasando con el cine oriental, parece que por ser China ya se le regala un 10 a una película.
El único mérito que le reconozco a las películas chinas, en general, es la perfección visual. Pero la mayoría de sus directores se están dejando llevar por las modas que impone la crítica occidental. Es lamentable el bajo nivel de los festivales; se premia a auténticas basuras. Por eso, aunque esta que nos ocupa no me parece de las peores, no me convence de nada el hecho de que ganen tantos premios.
De esos lugares más allá del meridiano 40 yo me quedo con mis admirados Yimou, Takahata, Miyazaki, Majidi, Makhmalbaf, Barmak o Panahi. Puede que algunos de ellos no tengan tanto presupuesto a la hora de impactarnos visualmente, pero sus guiones tardan más de dos días en ser escritos y las sensaciones que me producen me hacen reflexionar profundamente, mucho más que las excesivas pretensiones de Wong Kar-Wai, un director de gran potencial pero que se quedará en eso si no le exigimos que nos cuente algo más y que lo haga de forma más amena.
Prácticamente dos tercios del metraje transcurren a cámara lenta mientras se muestran, en muchas ocasiones, detalles insustanciales. Se hacen muuuyyyy, muuuyyyy largas muchas de las escenas.
Sentí exactamente lo mismo que cuando vi "Deseando amar", así que ya sabes, si te gustó, no dudes en ver ésta, pero, si no, no dudes en dejarla de lado, pues hay un 95% de probabilidades de que te decepcione.
Yo caí en la trampa, me he vuelto a dejar engañar por la avalancha de críticas positivas. No entiendo lo que está pasando con el cine oriental, parece que por ser China ya se le regala un 10 a una película.
El único mérito que le reconozco a las películas chinas, en general, es la perfección visual. Pero la mayoría de sus directores se están dejando llevar por las modas que impone la crítica occidental. Es lamentable el bajo nivel de los festivales; se premia a auténticas basuras. Por eso, aunque esta que nos ocupa no me parece de las peores, no me convence de nada el hecho de que ganen tantos premios.
De esos lugares más allá del meridiano 40 yo me quedo con mis admirados Yimou, Takahata, Miyazaki, Majidi, Makhmalbaf, Barmak o Panahi. Puede que algunos de ellos no tengan tanto presupuesto a la hora de impactarnos visualmente, pero sus guiones tardan más de dos días en ser escritos y las sensaciones que me producen me hacen reflexionar profundamente, mucho más que las excesivas pretensiones de Wong Kar-Wai, un director de gran potencial pero que se quedará en eso si no le exigimos que nos cuente algo más y que lo haga de forma más amena.

4,9
34.655
4
21 de noviembre de 2005
21 de noviembre de 2005
34 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aprovechar el tirón de mala manera, rebañar hasta el último céntimo de euro de los espectadores más despistados... Eso es esta flojísima película que, después del fiasco que supuso la segunda parte, no podía aportar nada nuevo aparte de criaturas no vistas en anteriores entregas.
Las situaciones son las más inverosímiles de toda la trilogía. Sólo me hizo gracia lo del crío que contesta a la llamada de Grant, el "señor de los dinosaurios".
Parece mentira que guiones así los escriban adultos.
Se me ocurre uno para la cuarta parte: los niños de la primera entrega, ya mayores, reciben una oferta irrechazable para visitar otra nueva isla abandonada en la que, cómo no, conviven dinosaurios manipulados genéticamente que son más inteligentes que los propios humanos.
Es muy original, ¿no?
Las situaciones son las más inverosímiles de toda la trilogía. Sólo me hizo gracia lo del crío que contesta a la llamada de Grant, el "señor de los dinosaurios".
Parece mentira que guiones así los escriban adultos.
Se me ocurre uno para la cuarta parte: los niños de la primera entrega, ya mayores, reciben una oferta irrechazable para visitar otra nueva isla abandonada en la que, cómo no, conviven dinosaurios manipulados genéticamente que son más inteligentes que los propios humanos.
Es muy original, ¿no?
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