Un desastre narrativo, insalvable. Curiosamente no es una mala película, pero jamás encuentra el foco, ni parece conocer el camino hacia el lugar, a donde desea dirigirnos.

Me ha gustado la banda sonora que la acompaña, potenciando sin interferir en la narración, como elemento gratamente potenciador, sin que por si mismo consiga, como es evidente, añadir más a la propia historia.

Se adentra en una época, donde la homosexualidad era vivida como algo doloroso, insultante, vergonzoso. La película aunque interesante no consigue transmitir la complejidad interna de los personajes; tampoco se centra en su vulnerabilidad.

Beppe Fiorello, su director, permite que Giorgio y Toni, a lo largo de las dos horas, atraviesen instantes donde respiren. La historia está bien focalizada; la atmósfera creada, en ningún momento es asfixiante. Un apunte destacable: la personalidad de las madres, se ofrecen, dolorosamente reales.

Eché en falta, una mayor introspección en el desarrollo narrativo de sus jóvenes protagonistas.

Una especie de biopic, no demasiado ajustado a los acontecimientos, pero creo que las partes que muestra se resuelven con integridad.

Se gestiona desde la nostalgia, y durante los 4 episodios, jamás se aleja de ella... La infancia difícil, el abandono emocional, la lucha y la casualidad para encajar en el cine, convirtiéndose en uno de los más brillantes actores en la etapa más aristocrática de Hollywood.

Un personaje honesto consigo mismo y fiel a sus principios. Era un hombre positivo, ecuánime, trabajador, serio y responsable; partiendo de una infancia desastrosa, donde otros hubieran fracasado en la parte vital.

Tal vez un 7 le venga grande, pero un 6 se queda corto.

Es entretenida por la química entre Sigourney Weaver y Jennifer Love Hewitt, ambas madre e hija en una interpretación bien trazada, como timadoras con una alta capacidad de seducción...

Contiene algunas secuencias muy divertidas, y aunque se ensamblan con cierta obviedad, no dejan de funcionar en conjunto. Los engaños, trampas y estafas siempre me han gustado, aunque su gestión en estas SEDUCTORAS, resulta en conjunto un poco simple aunque divertida.

Una historia de contención contada haciendo de los silencios, esos gestos mínimos. Enmarca lo fugaz y a la vez explícito de una mirada, algo que en esta película forma parte de su auténtica materia prima...

Espléndido cine de Marco Berger, donde la obviedad queda al margen, para que el espectador descubra todo lo implícito y le de sentido.