Cocoon de Ron Howard, es una fantástica cinta de ciencia ficción. Dirigida a buen ritmo, no se hace pesada en absoluto y entretiene de principio a fin, ya que contiene los ingredientes necesarios para llamar la atención de un público amante del cine familiar.
Contiene eso sí, una música ochentera que sobre con el pasar de los años y la relega a un pasado evidente, y más aún con los vestuarios y caracterizaciones de época. Aunque en ciertos momentos tiene sonidos enigmáticos y armoniosos que si llegan a estimular al espectador.
Los efectos visuales, que en su momento fueron sorprendentes y espectaculares, hoy día pasan más desapercibidos aunque se mantienen aceptables y competentes. Y la fotografía, ayuda a evocar tanto el momento como la zona en cuestión, siendo bella, luminosa y rica en matices.
El guión, original en su momento, y el argumento, consiguen mantener el entretenimiento gracias a los toques de humor en los diálogos del conocido Steve Guttenberg (loca academia de policía) y el carisma de las interpretaciones de Don Ameche, Hume Cronyn y Wilford Brimley en sus papeles de abuelos marchosos.
En conclusión, aunque no sea una cinta imprescindible, es encantadora y entretendrá a toda la familia, no pasará desapercibida, y será un referente inolvidable de ciencia ficción y fantasía digna de ver, ya que se ve con gusto y entretiene.

La costilla de Adán de George Cukor es una entretenida y espléndida comedia romántica. Con una gran dirección impecable y un ritmo vigoroso consigue atrapar al público, gracias también a una trama original e hilarante que gustará ver.
Musicalmente es bella y estimulante, acompañando la acción en los momentos oportunos. Y las actuaciones, como no podían ser menos son inigualables, gracias al dúo Tracy-Hepburn, dotado en todo momento de un magnetismo especial, y clavando un papel de guerra de sexos que no dejará a nadie indiferente.
También cabe mencionar los diálogos de los protagonistas, ingeniosos, agudos y ocurrentes, tanto en el juicio como en la intimidad, gracias a peleas matrimoniales y de competencia profesional. Y algunos movimientos de cámara y planos trabajados al detalle, simulando algunos momentos puntuales.
Y por último, mencionar unas caracterizaciones competentes y aceptables, y unos vestuarios acertados y elegantes de la inconfundible Katherine Hepburn. Por lo que, en líneas generales, la considero un clásico imprescindible e inolvidable, recomendable para los amantes del buen cine y por supuesto de las grandes interpretaciones.

Al rojo vivo de Raoul Walsh es una gran cinta de cine negro estadounidense. Magistralmente dirigida de forma impecable, hila un gran guión que entretiene de principio a fin, gracias a unas interpretaciones deslumbrantes como las que realizan James Cagney que marca una gran diferencia con el resto, y remarcable también la actuación de Edmond O´Brien.
La música de Max Steiner es, como no podía ser menos bella y evocadora, como ha demostrado en otros films, y la película está bien montada y definida por el director. También contiene unos movimientos de cámara trabajados al detalle de forma personal y admirablemente utilizados en los momentos oportunos.
El argumento, atrapa al espectador desde que empieza hasta que acaba, gracias a una historia tratada sin aspavientos, que contiene unos diálogos típicos pero convincentes al igual que unos efectos competentes en algún momento del film.
Por lo que, en líneas generales es totalmente recomendable para los amantes del buen cine clásico, y lo considero imprescindible y emocionante para todo aquel que busque un cine puro, oscuro, bien dirigido e inteligente en su definición.

Al final de la escapada de Jean-Luc Godard es una competente y diferente cinta, perteneciente a la Nouvelle Vague, primer largometraje que el cineasta rodó. Destaca unas técnicas de rodaje innovadoras para la época como son los movimientos de cámara y los planos que dan gran realismo al film.
El guión está bien hilado, escrito entre Godard y Truffaut, y el argumento va mejorando a medida que avanza la trama. Contiene elementos personales del director como meter el sonido de fondo de una ambulancia o la policía cuando los protagonistas dicen algo importante, detalle que repetirá en posteriores películas.
Las actuaciones son naturales y auténticas, en especial la de Jean-Paul Belmondo que marca una interpretación con acierto y personalidad, siendo destacable, al igual que la música que es estimulante y acompaña magistralmente la acción.
También contiene unos detalles de filmación originales como cortes inesperados y miradas fijas a la cámara que llamarán la atención del espectador, y unos diálogos ambiguos e inoportunos que marcan claramente la personalidad de los personajes.
En conclusión, la considero un clásico imprescindible de la nouvelle vague francesa, especialmente dirigida a los que buscan un cine fresco, original y distinto al resto.

El halcón maltés de John Huston es una emocionante cinta de cine negro. Magistralmente dirigida, imprime un ritmo vigoroso al film, e hila una gran trama confeccionada de forma brillante.
Las actuaciones son acertadas y auténticas, en especial la de Humphrey Bogart, Sydney Greenstreet y Peter Lorre, los cuales volverán a coincidir en Casablanca tan solo un año después.
También contiene en su interior una música y sonidos inquietantes que ayudan a mantener la intriga y mantiene al espectador pegado al asiento, además de unos diálogos agudos y ocurrentes de los protagonistas que no pasarán desapercibido.
Y por último, un guión interesante basado en la novela de Dashiell Hammett, y un argumento absorbente y bien trabajado, que entretendrán al público desde que empieza hasta que acaba.
Por lo que, en líneas generales, es recomendable para todos los amantes del buen cine clásico, que busquen esplendidos films de cine negro estadounidense, capaces de no dejar a nadie indiferente.