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7,3
15.040
9
19 de octubre de 2015
19 de octubre de 2015
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Beasts of no nation no es perfecta. La voz en off de Agu, aunque inicialmente acertada y proveedora de momentos maravillosos (ver cuando el protagonista pregunta a Dios si está viendo todas las atrocidades que comete la milicia, repleta de niños soldado), subraya demasiado los pensamientos del niño allí donde no hacían falta. La interpretación sobrecogedora de Abraham Atta se basta por sí sola para acercarnos al corazón y la aterradora experiencia de Agu en la guerrilla. Quizás tampoco le hacía falta durar más de dos horas. Es posible que diez o quince minutos menos de horror le hubieran venido bien.
Pero Beasts of no nation es una de las mejores películas del año. Y por varias razones.
La primera es la maravillosa realización de Cary Fukunaga. El director de Jane Eyre es un virtuoso. Así de claro. La dirección de actores, el dominio que tiene del plano, la pasión que desprenden las imágenes, la crudeza que transmite su cámara... es el trabajo de un maestro, o de un futuro maestro. Sin duda uno de los realizadores más interesantes de la actualidad.
La segunda es su reparto. Desde el pequeño y excelente Attah a un monumental y aterrador Idris Elba pasando por el resto de chavales desconocidos, todos los intérpretes rezuman realismo (escalofriante) y entrega.
Y la tercera y más importante es que no le hace falta ser especialmente explícita en su descripción del horror (y se agradece) para ser desoladora y emotiva hasta el extremo. Es una película para ser misántropo, para avergonzarse de pertenecer a la misma raza humana que gente tan mala, pero también para regocijarse porque exista una esperanza de recuperación para esos niños que son las primeras víctimas de tanta violencia obligada. Y sobre todo es una película para los que vivimos en el primer mundo y/o nunca hemos sido tocados por la guerra ni por horrores como estos. Al menos que se nos revuelva el estómago porque algo tan espantoso signifique solo para nosotros un número más o una imagen de guerra más en el telediario. Al menos que nos demos cuenta de la suerte que tenemos donde otros solo encuentran muerte.
Lo mejor: Su crudeza, su esperanza y la poderosísima realización.
Lo peor: La voz en off llega a cansar.
Pero Beasts of no nation es una de las mejores películas del año. Y por varias razones.
La primera es la maravillosa realización de Cary Fukunaga. El director de Jane Eyre es un virtuoso. Así de claro. La dirección de actores, el dominio que tiene del plano, la pasión que desprenden las imágenes, la crudeza que transmite su cámara... es el trabajo de un maestro, o de un futuro maestro. Sin duda uno de los realizadores más interesantes de la actualidad.
La segunda es su reparto. Desde el pequeño y excelente Attah a un monumental y aterrador Idris Elba pasando por el resto de chavales desconocidos, todos los intérpretes rezuman realismo (escalofriante) y entrega.
Y la tercera y más importante es que no le hace falta ser especialmente explícita en su descripción del horror (y se agradece) para ser desoladora y emotiva hasta el extremo. Es una película para ser misántropo, para avergonzarse de pertenecer a la misma raza humana que gente tan mala, pero también para regocijarse porque exista una esperanza de recuperación para esos niños que son las primeras víctimas de tanta violencia obligada. Y sobre todo es una película para los que vivimos en el primer mundo y/o nunca hemos sido tocados por la guerra ni por horrores como estos. Al menos que se nos revuelva el estómago porque algo tan espantoso signifique solo para nosotros un número más o una imagen de guerra más en el telediario. Al menos que nos demos cuenta de la suerte que tenemos donde otros solo encuentran muerte.
Lo mejor: Su crudeza, su esperanza y la poderosísima realización.
Lo peor: La voz en off llega a cansar.

5,8
56.137
8
13 de junio de 2015
13 de junio de 2015
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vuelven los dinosaurios a la gran pantalla, y vuelven a lo grande.
Jurassic World es una película de aventuras 100% pura. Es entretenimiento desde el primer minuto, es acción, es tensión, es sangre y muerte (aunque es menos contundente que sus dos primeras predecesoras, esperen a ver las apariciones del mosasaurio y por supuesto la espiral de matanza del Indominus Rex) y es un divertimento de primera. En pocas palabras, es mil veces mejor que Parque Jurásico III y es la perfecta película de verano. El espectador no se acuerda de mirar el reloj ni una sola vez. No hay tiempo. Hay demasiado que ver, demasiado que disfrutar una vez la acción se traslada al parque. Hacen falta más ojos para percibir todos los detalles, los efectos visuales son absolutamente espectaculares, la isla luce más bella y peligrosa que nunca y el mundo jurásico que es ya parte de la historia del cine nunca había parecido tan real y tan vivo. Además, la película es un no parar de escenas impactantes y momentos tensos llenos de acción. Es imposible listarlos todos y además estropearía la sorpresa, pero momentos como el del ataque de los dinosaurios alados, el primer encuentro entre Owen y el Indominus, los saltos del mosasaurus fuera del agua o la secuencia a bordo de la girosfera merecen ser destacadas como ejemplo de lo que la película tiene que ofrecer, que es entretenimiento sin freno con altas dosis de espectacularidad.
Además, Jurassic World es un regalo para los fans de la saga. Su espíritu es quizás el más cercano al de la original de las tres secuelas estrenadas hasta la fecha y el metraje entero está lleno de guiños a la primera película. No los detallaremos aquí para no estropearlos, pero los fans acérrimos sin duda los van a reconocer y seguro que se emocionan al verlos acompañados del maravilloso "Jurassic Park theme" que compuso John Williams.
No todo son buenas noticias. Los personajes son indudablemente más débiles que en la primera e incluso la segunda película de la saga (¡cómo se echa de menos a Alan, Malcolm, Ellie o Sarah! Por no mencionar al emblemático John Hammond) y son una suma de tópicos andantes (el héroe masculino y más listo que el hambre, la ejecutiva pija pero valerosa, los dos hermanos no muy bien avenidos que se unen ante el peligro, el desalmado y ambicioso empresario, etc), los diálogos no están demasiado cuidados y a veces dan vergüenza ajena, el romanticismo es un pegote absolutamente innecesario, algunas partes de la trama son simplemente absurdas (¿a qué viene la importancia que se da a las habilidades como piloto del propietario del parque?), el T-Rex vuelve a ser un poco invitado de honor y se hace esperar demasiado (aunque cuando aparece... cojan aire, si es que les queda) y el sentido del humor no siempre funciona (aunque en ocasiones es muy acertado... atención al personaje que interpreta Jake Johnson). En resumen, el guión no está ni de lejos cerca de tener la calidad del de Parque Jurásico, ni seguramente tampoco del de El mundo perdido. Sin embargo, apartando las inevitables comparaciones, hay que valorarla como lo que es, un entretenimiento de primera, y como tal el guión funciona perfectamente. También funciona perfectamente Chris Pratt como heroico guerrero (que le den ya a Indiana Jones...) y Bryce Dallas Howard, más acertada de lo previsto como jefa estricta y pija pero inteligente. En el otro extremo queda un Nick Robertson que tiene la misma cara cuando mira a las jóvenes visitantes del parque que cuando deambula perdido mientras lo acechan múltiples peligros.
Mención aparte merecen los velocirraptores, de los que tanto se ha hablado por la percepción de animales domesticados que de ellos se podía tener viendo el trailer. Si durante la película se sienten estafados por lo que efectivamente parecen unos depredadores que obedecen a un humano y son acariciados como perritos (arneses metálicos de sujeción mediante, eso sí), esperen un poco más... el cambio que tan poco gustó a los más fans de la saga no es tal cambio. O quizás sí. Es cada espectador el que debe decidirlo. Lo que está claro es que la profesión va por dentro. Ojo a las escenas nocturnas de los raptores. Y hasta ahí podemos leer.
Así pues, no esperen otra cosa que la más pura esencia de Jurassic Park: Dinosaurios como auténticos protagonistas, acción, aventuras y un enorme disfrute por volver a la isla Sorna y reencontrarnos con una fantasía que fascinó a muchos y sigue encandilando a todo el que la ve. Bienvenida sea de nuevo la visión de John Hammond.
Lo mejor: La vuelta de la esencia más pura de la saga,el entretenimiento absoluto que ofrece y lo espectacular que luce todo.
Lo peor: Los personajes son planos cual tabla de surf y algunos diálogos chirrían por su debilidad.
Jurassic World es una película de aventuras 100% pura. Es entretenimiento desde el primer minuto, es acción, es tensión, es sangre y muerte (aunque es menos contundente que sus dos primeras predecesoras, esperen a ver las apariciones del mosasaurio y por supuesto la espiral de matanza del Indominus Rex) y es un divertimento de primera. En pocas palabras, es mil veces mejor que Parque Jurásico III y es la perfecta película de verano. El espectador no se acuerda de mirar el reloj ni una sola vez. No hay tiempo. Hay demasiado que ver, demasiado que disfrutar una vez la acción se traslada al parque. Hacen falta más ojos para percibir todos los detalles, los efectos visuales son absolutamente espectaculares, la isla luce más bella y peligrosa que nunca y el mundo jurásico que es ya parte de la historia del cine nunca había parecido tan real y tan vivo. Además, la película es un no parar de escenas impactantes y momentos tensos llenos de acción. Es imposible listarlos todos y además estropearía la sorpresa, pero momentos como el del ataque de los dinosaurios alados, el primer encuentro entre Owen y el Indominus, los saltos del mosasaurus fuera del agua o la secuencia a bordo de la girosfera merecen ser destacadas como ejemplo de lo que la película tiene que ofrecer, que es entretenimiento sin freno con altas dosis de espectacularidad.
Además, Jurassic World es un regalo para los fans de la saga. Su espíritu es quizás el más cercano al de la original de las tres secuelas estrenadas hasta la fecha y el metraje entero está lleno de guiños a la primera película. No los detallaremos aquí para no estropearlos, pero los fans acérrimos sin duda los van a reconocer y seguro que se emocionan al verlos acompañados del maravilloso "Jurassic Park theme" que compuso John Williams.
No todo son buenas noticias. Los personajes son indudablemente más débiles que en la primera e incluso la segunda película de la saga (¡cómo se echa de menos a Alan, Malcolm, Ellie o Sarah! Por no mencionar al emblemático John Hammond) y son una suma de tópicos andantes (el héroe masculino y más listo que el hambre, la ejecutiva pija pero valerosa, los dos hermanos no muy bien avenidos que se unen ante el peligro, el desalmado y ambicioso empresario, etc), los diálogos no están demasiado cuidados y a veces dan vergüenza ajena, el romanticismo es un pegote absolutamente innecesario, algunas partes de la trama son simplemente absurdas (¿a qué viene la importancia que se da a las habilidades como piloto del propietario del parque?), el T-Rex vuelve a ser un poco invitado de honor y se hace esperar demasiado (aunque cuando aparece... cojan aire, si es que les queda) y el sentido del humor no siempre funciona (aunque en ocasiones es muy acertado... atención al personaje que interpreta Jake Johnson). En resumen, el guión no está ni de lejos cerca de tener la calidad del de Parque Jurásico, ni seguramente tampoco del de El mundo perdido. Sin embargo, apartando las inevitables comparaciones, hay que valorarla como lo que es, un entretenimiento de primera, y como tal el guión funciona perfectamente. También funciona perfectamente Chris Pratt como heroico guerrero (que le den ya a Indiana Jones...) y Bryce Dallas Howard, más acertada de lo previsto como jefa estricta y pija pero inteligente. En el otro extremo queda un Nick Robertson que tiene la misma cara cuando mira a las jóvenes visitantes del parque que cuando deambula perdido mientras lo acechan múltiples peligros.
Mención aparte merecen los velocirraptores, de los que tanto se ha hablado por la percepción de animales domesticados que de ellos se podía tener viendo el trailer. Si durante la película se sienten estafados por lo que efectivamente parecen unos depredadores que obedecen a un humano y son acariciados como perritos (arneses metálicos de sujeción mediante, eso sí), esperen un poco más... el cambio que tan poco gustó a los más fans de la saga no es tal cambio. O quizás sí. Es cada espectador el que debe decidirlo. Lo que está claro es que la profesión va por dentro. Ojo a las escenas nocturnas de los raptores. Y hasta ahí podemos leer.
Así pues, no esperen otra cosa que la más pura esencia de Jurassic Park: Dinosaurios como auténticos protagonistas, acción, aventuras y un enorme disfrute por volver a la isla Sorna y reencontrarnos con una fantasía que fascinó a muchos y sigue encandilando a todo el que la ve. Bienvenida sea de nuevo la visión de John Hammond.
Lo mejor: La vuelta de la esencia más pura de la saga,el entretenimiento absoluto que ofrece y lo espectacular que luce todo.
Lo peor: Los personajes son planos cual tabla de surf y algunos diálogos chirrían por su debilidad.
6
30 de marzo de 2015
30 de marzo de 2015
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que sí, que es Sergio Leone, que es mítico, que es un maestro, pero Hasta que llegó su hora no llega al nivelazo de la Trilogía de los Dólares. Simplemente no llega.
Ya no es que sea más larga que un día sin pan (le sobran fácil cuarenta minutos, si no más) y tenga un ritmo tremendamente lento, sino que en ningún momento la historia enancha como enganchaban y fascinaban las andanzas de el Manco, Joe o el maravilloso trío formado por Rubio, Tuco y Angel Eyes en la magistral trilogía protagonizada por Clint Eastwood. Aquí lo bueno está en la dirección de Leone, una vez más absolutamente magistral, y en ese toque suyo tan peculiar que aparece sobre todo en el excepcional comienzo de la cinta, casi sin palabras, haciendo uso de la música y de las miradas de los actores para provocar tensión o risa, según toque. Y qué música del maestro Ennio Morricone.
Recomendable, interesante, cinematográficamente espléndida pero lastrada por una duración del metraje imposible de defender y menos interesante en su trama que otras obras del director.
Lo mejor: El inconfundible toque Leone, las presencias de Fonda, Bronson y Cardeinale, y el comienzo.
Lo peor: Con dos horas de película o incluso menos hubiera sido suficiente.
Ya no es que sea más larga que un día sin pan (le sobran fácil cuarenta minutos, si no más) y tenga un ritmo tremendamente lento, sino que en ningún momento la historia enancha como enganchaban y fascinaban las andanzas de el Manco, Joe o el maravilloso trío formado por Rubio, Tuco y Angel Eyes en la magistral trilogía protagonizada por Clint Eastwood. Aquí lo bueno está en la dirección de Leone, una vez más absolutamente magistral, y en ese toque suyo tan peculiar que aparece sobre todo en el excepcional comienzo de la cinta, casi sin palabras, haciendo uso de la música y de las miradas de los actores para provocar tensión o risa, según toque. Y qué música del maestro Ennio Morricone.
Recomendable, interesante, cinematográficamente espléndida pero lastrada por una duración del metraje imposible de defender y menos interesante en su trama que otras obras del director.
Lo mejor: El inconfundible toque Leone, las presencias de Fonda, Bronson y Cardeinale, y el comienzo.
Lo peor: Con dos horas de película o incluso menos hubiera sido suficiente.

6,3
5.261
7
16 de diciembre de 2014
16 de diciembre de 2014
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mike Leigh consigue con Mr. Turner una película exactamente igual que el personaje cuya vida nos cuenta, William Turner. Es decir, logra una película de altibajos continuos, con tantas cosas interesantes como una absolutamente criticable, que es su duración. Casi dos horas y media. Demasiado para contar la historia del difícil carácter e infinitos contrastes de un artista genial.
La mano de Leigh con los actores y el plano es excelente, los diálogos rebosan inteligencia, la fotografía es absolutamente maravillosa (casi como un cuadro en sí misma... ver el uso de los colores y la luz que hace Dirk Pope), pero es eterna. Y lo que es peor, se hace eterna. Es una película en la que los ingredientes son excelsos y por eso se lleva el notable, pero el conjunto no acaba de funcionar de todo bien.
Y sobre todo se lleva el notable porque la interpretación de Timothy Spall no es una interpretación. Es Turner, sin más, igual que Daniel Day-Lewis fue Lincoln. Spall se ha sumergido en el pintor y se ha fundido con él de una forma extraordinaria, entre gruñidos y miradas, que merece todos los premios del universo fílmico.
Lo mejor: Timothy Spall, que vive dentro del personaje, y la asombrosa fotografía de Dick Pope
Lo peor: Su duración, indefendible e innecesaria
La mano de Leigh con los actores y el plano es excelente, los diálogos rebosan inteligencia, la fotografía es absolutamente maravillosa (casi como un cuadro en sí misma... ver el uso de los colores y la luz que hace Dirk Pope), pero es eterna. Y lo que es peor, se hace eterna. Es una película en la que los ingredientes son excelsos y por eso se lleva el notable, pero el conjunto no acaba de funcionar de todo bien.
Y sobre todo se lleva el notable porque la interpretación de Timothy Spall no es una interpretación. Es Turner, sin más, igual que Daniel Day-Lewis fue Lincoln. Spall se ha sumergido en el pintor y se ha fundido con él de una forma extraordinaria, entre gruñidos y miradas, que merece todos los premios del universo fílmico.
Lo mejor: Timothy Spall, que vive dentro del personaje, y la asombrosa fotografía de Dick Pope
Lo peor: Su duración, indefendible e innecesaria

7,3
6.097
8
30 de enero de 2024
30 de enero de 2024
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Monstruo es un lujo para el espectador. Así, sin más.
Hirokazu Koreeda dirige, con enorme sensibilidad e inteligencia, una historia de múltiples capas, donde nada es lo que parece, que hay que ver hasta el final con enorme atención para encajar todas las piezas, y que trata, por ello, al espectador como igualmente inteligente.
Una historia sobre madres e hijos, sobre bullying, sobre acoso, sobre homosexualidad, sobre el qué dirán, y, sobre todo, sobre las apariencias y el daño que pueden hacer la desinformación y las suposiciones cuando no conocemos una situación y a quienes la viven.
Una pena que el ritmo sea irregular y se alargue en demasía, porque es una cinta de lo más hermosa y, sobre todo, como decimos, inteligente y respetuosa con la inteligencia de los espectadores.
Excelente.
Hirokazu Koreeda dirige, con enorme sensibilidad e inteligencia, una historia de múltiples capas, donde nada es lo que parece, que hay que ver hasta el final con enorme atención para encajar todas las piezas, y que trata, por ello, al espectador como igualmente inteligente.
Una historia sobre madres e hijos, sobre bullying, sobre acoso, sobre homosexualidad, sobre el qué dirán, y, sobre todo, sobre las apariencias y el daño que pueden hacer la desinformación y las suposiciones cuando no conocemos una situación y a quienes la viven.
Una pena que el ritmo sea irregular y se alargue en demasía, porque es una cinta de lo más hermosa y, sobre todo, como decimos, inteligente y respetuosa con la inteligencia de los espectadores.
Excelente.
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