Kaitlyn Dever, encarnando a Bell, transmite maldad y desorden, con una desconcertante autenticidad. Su personaje no soporta no ser el centro de atención. Organiza su vida en torno a sus propios intereses... el resto no le preocupa.

La serie muestra a un personaje sumido en una inmoralidad despótica; pudiera pensarse que todo se asocia a un trastorno de conducta. Presenta en algunos momentos secuencias que no terminas de entender porque no encajan, debido a su estructura confusa.

La he valorado con un 5 muy justito.

Resulta complicado valorarla, pero es buena... Extremadamente rara, pero buena. Netflix ha creado un producto novedoso por lo extraño, y al parecer, basado en hechos reales.

Semeja pura ficción, nadie hubiese considerado que lo que ahí se cuenta no hubiera salido de la perturbada mente de un guionista. Pasan muchas cosas y en apariencia se abren varios frentes. Maneja con autoridad un material que en principio pudiera pensarse, es una ruina. Y no, por supuesto que no lo es.

Serie brutal y habilidosa. Recomendable... un éxito de Netflix.

Si yo fuera guionista y tuviera que presentar este guión, me sentiría profundamente avergonzado. Creo que estamos llegando (Tal vez lo hemos superado) al centro del hoyo en la creatividad, o desarrollo de proyectos que carecen de objetivos y se gestionan desde la epidermis.

Ya no basta con tener un buen elenco de actrices para atraer a un público que cada día más, se aleja de la superficialidad en el tratamiento de las historias. La comedia es uno de los géneros más complicados, y aquí se recurre a ella continuamente creyendo que el público conectará con mayor facilidad. Pues ya veis las puntuaciones generales.

Nada de lo que aquí se cuenta interesa, ni siquiera las escenas pretendidamente mas sutiles consiguen impactar. Tal vez no se merezca el uno que le he dado, podría llegar a un dos... jamás a un tres, pero tenemos que comenzar a castigar la escasez de talento.

Podría decirse que se divide en dos partes. La de la seducción, y la de la moralina, donde todo son buenas razones para ser buenos, dentro de la bondad infinita, aceptando lo que cada uno es... En fin.

Una labor de casting nefasta, no creo que ninguno encaje en el papel asignado. Carece de profundidad, escasamente solvente y larga. Y con bastantes escenas que podrían insertarse en cualquier telenovela industrial, si la temática no fuese tan marcadamente gay.

Un desastre narrativo, insalvable. Curiosamente no es una mala película, pero jamás encuentra el foco, ni parece conocer el camino hacia el lugar, a donde desea dirigirnos.

Me ha gustado la banda sonora que la acompaña, potenciando sin interferir en la narración, como elemento gratamente potenciador, sin que por si mismo consiga, como es evidente, añadir más a la propia historia.