La película es larguísima para lo que quiere contar.

Se termina haciendo muy aburrida, larguísimos planos secuencia que sobran.

La película también es muy tramposa, si conoces la historia real, la película miente tanto como aburre.

La protagonista es una actriz fenomenal, pero la chica joven lo hace horrible.

Tiene eso si, sus 5’ de orgasmo revolucionario socialista comunista subvencionado con los impuestos de todos que harán las delicias del progre más descafeinado. La gran valoración de la crítica profesional tal vez venga por ahí.

Para poner de fondo mientras planchas.

Los universos paralelos son como un queso de roquefort. Lo dice la película. Y la que tiene más agujeros en el guión es la propia película. Acaba siendo un sinsentido con aires de comedia juvenil infantiloide.

La motivación de los personajes para hacer lo que hacen con lo que tienen delante es un absurdo tras otro.

Película engañosa tras un inicio prometedor, se queda en nada.

Para los que busquen una película de ciencia ficción, por aquí no es.

Para los que les gusten universos paralelos y viajes en el tiempo, una gran decepción.

Para los que vienen a ver la enésima historia woke, relación interracial forzada y lo malo malísimo que es el hombre blanco, esta es la puerta.

Actualmente todas las puertas conducen al mismo universo.

La cinta es tan alucinantemente absurda que resulta imposible seguir el sentido de la trama con el más mínimo atisbo de seriedad. La sucesión de chichés y las continuas situaciones inverosímiles para mayor gloria del empoderamiento del quinteto protagonista como mucho podrán sacarte una sonrisa de incredulidad y asombro.

Todas las películas y series del 2020 en adelante abusan del feminismo, empoderamiento, LGTB, interracial, etc que impone la agenda progre. Y el hartazgo en el espectador con un par de neuronas propias está haciendo que estos productos terminen siendo un fracaso absoluto.

Es lo que ocurre cuando el director de turno, al servicio de las exigencias de la plataforma, ponen como eje central de la película la inclusión forzada y los mantras obligatorios del nuevo pensamiento único.

Con el cartel y la sinopsis ya tienes información suficiente para poner tus neuronas a salvo.

El que se decida a entrar, le esperan 124 minutos de tedio y lavado de cerebro.

No hay nada en la película que salvar, solo puedes salvar tu tiempo.

Unos que si el director no sé qué.

Otros que si la banda sonora no sé cuanto.

Los de más allá que si la metáfora de no sé qué cuento.

Aquí el que no se hace el pagafantas entendido se compra una gafas de pasta gruesa sin cristales para parecer entendido.

La película en realidad es un coñazo. Es corta se hace eterna .

Al alien lo enseñan a las 5’ y a los 10’ se acabó la trama. El resto es relleno del malo, del que te estropea el pastel. Relleno repetitivo encima.

A la media hora ya estaba deseando que acabase.

No pierdas el tiempo con esto.

Se repite el axioma: buena valoración de la crítica, truño asegurado.

Buenas críticas “profesionales”, truño asegurado, no falla. Y los pagafantas detrás.

Con el larguísimo piloto me sobra. Yo también me encontraba entre los enamorados de Al Pacino, pero hay que reconocer que está mayor, y no, no todo lo que toca se convierte en oro.

Hunters, además de truño, es otra vuelta de tuerca al maniqueísmo simplista de malos malísimos y víctimas buenas buenísimas.

Y tratándose de Hollywood ya sabemos todos quién es quién.