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5
20 de julio de 2023
20 de julio de 2023
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La soledad de las redes sociales es un tema candente, recurrente en multitud de películas y series desde el 'boom' de los autodenominados 'influencers', según una encuesta, la profesión más popular entre las nuevas generaciones en este nuestro país, España (y algunos países de Latinoamérica). No voy a entrar a valorar como un oficio inédito y en vísperas de ser regulado ha llegado a ser el trabajo soñado por la mayoría de jóvenes españoles. Al fin y al cabo, un 'influencer' no es más que un comerciante, un vendedor ambulante que ha sustituido la calle por otra red social más personal e invasora.
Cuando un 'influencer' decide mercadear con contenido propio y de carácter pornográfico pasa a rebautizarse como 'sex-influencer’, probablemente, la segunda profesión más popular entre las nuevas generaciones en este nuestro país, España (y algunos países de Latinoamérica). Hacerse fotos desnudo y grabarse en vídeo manteniendo relaciones sexuales con terceros para subirlo a las redes a cambio de una retribución económica es, según las malas lenguas, la nueva prostitución. Para algunos supone la última alternativa en caso de no encontrar oficio ni beneficio y para otros, simplemente, convertir su hobby en un trabajo.
El protagonista de ‘Pornomelancolía’ es un pobre asalariado que exhibe su desnudez en redes a tiempo parcial por puro entretenimiento y en busca de aprobación. Su coqueteo con las cámaras deja de ser superficial cuando decide probar suerte en la industria del porno y sacarse un dinero extra. Desengañado con los métodos de la industria, emprenderá su propio negocio y se convertirá en 'sex-influencer’, creando él mismo contenido de forma casera para seguir lucrándose. Lo que en España se conoce comúnmente como ser autónomo pero sin darse de alta en ningún organismo salvo abrirse una cuenta en Onlyfans.
Pero basta de abrir melones, de eso ya se encarga Manuel Abramovich quien dirige este drama con apariencia de documental con más atino para lo artístico que para lo narrativo. Abramovich esboza un proyecto de crítica social que no profundiza en ninguno de los temas sobre los que busca reflexionar. Desde la precariedad laboral pasando por la responsabilidad de ser seropositivo, la autocosificación sexual y en especial, la soledad. Lalo, el protagonista, logra con perseverancia y de forma paulatina hacerse un hueco en el mercado y afianzarse millares de seguidores que le desean y halagan, sin embargo, no se le conocen amistades ni mantiene una relación cercana con su familia, por lo que le invade un sentimiento constante de soledad y de tristeza que es incapaz de afrontar. Lo que Lalo necesita no es “cogerse” a nadie sino más bien, cogerse una baja por depresión, otra de las cuestiones que plantea el largometraje: la salud mental y la falta de apoyo.
Protagonizada por Lalo Santos, un 'sex-influencer' en la vida real que se interpreta a sí mismo o por lo menos, una interpretación melancólica de sí mismo, ‘Pornomelancolía’ arranca con una secuencia reveladora que a priori no comprendemos hasta que enlaza con el tramo final. Vemos a un tipo roto y vulnerable que no se corresponde con el personaje que más adelante concibe para las redes y sus adeptos.
‘Pleasure’ (2021) podría ser la versión heterosexual y menos amateur de la misma historia.
Cuando un 'influencer' decide mercadear con contenido propio y de carácter pornográfico pasa a rebautizarse como 'sex-influencer’, probablemente, la segunda profesión más popular entre las nuevas generaciones en este nuestro país, España (y algunos países de Latinoamérica). Hacerse fotos desnudo y grabarse en vídeo manteniendo relaciones sexuales con terceros para subirlo a las redes a cambio de una retribución económica es, según las malas lenguas, la nueva prostitución. Para algunos supone la última alternativa en caso de no encontrar oficio ni beneficio y para otros, simplemente, convertir su hobby en un trabajo.
El protagonista de ‘Pornomelancolía’ es un pobre asalariado que exhibe su desnudez en redes a tiempo parcial por puro entretenimiento y en busca de aprobación. Su coqueteo con las cámaras deja de ser superficial cuando decide probar suerte en la industria del porno y sacarse un dinero extra. Desengañado con los métodos de la industria, emprenderá su propio negocio y se convertirá en 'sex-influencer’, creando él mismo contenido de forma casera para seguir lucrándose. Lo que en España se conoce comúnmente como ser autónomo pero sin darse de alta en ningún organismo salvo abrirse una cuenta en Onlyfans.
Pero basta de abrir melones, de eso ya se encarga Manuel Abramovich quien dirige este drama con apariencia de documental con más atino para lo artístico que para lo narrativo. Abramovich esboza un proyecto de crítica social que no profundiza en ninguno de los temas sobre los que busca reflexionar. Desde la precariedad laboral pasando por la responsabilidad de ser seropositivo, la autocosificación sexual y en especial, la soledad. Lalo, el protagonista, logra con perseverancia y de forma paulatina hacerse un hueco en el mercado y afianzarse millares de seguidores que le desean y halagan, sin embargo, no se le conocen amistades ni mantiene una relación cercana con su familia, por lo que le invade un sentimiento constante de soledad y de tristeza que es incapaz de afrontar. Lo que Lalo necesita no es “cogerse” a nadie sino más bien, cogerse una baja por depresión, otra de las cuestiones que plantea el largometraje: la salud mental y la falta de apoyo.
Protagonizada por Lalo Santos, un 'sex-influencer' en la vida real que se interpreta a sí mismo o por lo menos, una interpretación melancólica de sí mismo, ‘Pornomelancolía’ arranca con una secuencia reveladora que a priori no comprendemos hasta que enlaza con el tramo final. Vemos a un tipo roto y vulnerable que no se corresponde con el personaje que más adelante concibe para las redes y sus adeptos.
‘Pleasure’ (2021) podría ser la versión heterosexual y menos amateur de la misma historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Finalmente, Lalo acude a la consulta del médico pensando que el origen de sus males, su desaliento y desanimo por la vida, tiene que ver con el hecho de ser seropositivo. La médica le confirma que todas las pruebas son correctas y que su condición no está influyendo en su estado anímico, la causa de su malestar no es la enfermedad y lo que realmente necesita es hablar con alguien (un profesional o allegado) acerca de cómo se siente, de sus sentimientos.
Es una persona insatisfecha con su trabajo y en lo personal. No tiene amigos ni mantiene una relación estrecha con su familia, no tiene a quien recurrir en busca de consejo ni consuelo. Quizás Lalo nunca haya adquirido habilidades para las relaciones personales y necesite suplir esa carencia por medio del sexo. Basa su autoestima en la opinión que tienen sobre él en las redes, pero ni siquiera es él sino un personaje que ha creado buscando la aprobación de los demás a base de fotos desnudo y vídeos sexuales que no reflejan quién es en realidad ni lo que siente o padece.
Lalo está solo, por muchos seguidores que tenga.
Es una persona insatisfecha con su trabajo y en lo personal. No tiene amigos ni mantiene una relación estrecha con su familia, no tiene a quien recurrir en busca de consejo ni consuelo. Quizás Lalo nunca haya adquirido habilidades para las relaciones personales y necesite suplir esa carencia por medio del sexo. Basa su autoestima en la opinión que tienen sobre él en las redes, pero ni siquiera es él sino un personaje que ha creado buscando la aprobación de los demás a base de fotos desnudo y vídeos sexuales que no reflejan quién es en realidad ni lo que siente o padece.
Lalo está solo, por muchos seguidores que tenga.
15 de abril de 2021
15 de abril de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos nos hemos zambullido en esta producción de origen polaco, que ha pasado injustamente desapercibida. No es la primera en mostrar la erótica masculina de los cuerpos en bañador ni la última en apoderarse de la simbología del recurso más preciado. Bajo del agua sientes que despareces y que el tiempo se detiene, dejas de percibir el peso de tus actos y de escuchar tus pensamientos.
Kuba, el protagonista de esta historia, es como un pez sin agallas, sin la capacidad de respirar en el medio acuático. Irónicamente, fuera del agua sigue siendo un pez sin agallas, sin la capacidad de enfrentarse a la vida con valentía. Alguien que siente que a medida que se va descubriendo a sí mismo pierde lo que ya conoce sobre sí mismo. Michel es el detonante de una liberación, quien intentará sacar a Kuba a la superficie de su realidad. Una realidad en la que vive reprimiendo y ocultando sus sentimientos pero que ha asumido como su hábitat. Los dos se encuentran en etapas distintas, el primero ha aceptado su condición sexual incluso abiertamente con su familia y el segundo sin embargo, ni siquiera se lo plantea.
El temor a sacrificar la estabilidad de una vida fingida les conduce a un desenlace descorazonador que destapa los prejuicios y miedos de una sociedad polaca todavía incapaz y cobarde en la que el protagonista actúa con resignación frente a su destino, a costa de su libertad y felicidad. Y aquellos que, como Michel, osen cambiar las cosas serán sometidos y condenados.
Un relato en apariencia corriente que se torna enriquecido y seductor. El dominio del director tras la cámara, descubre la crudeza de los lugares comunes y tanto las imágenes como los protagonistas desprenden un magnetismo poco común. Rodada en escenarios opresivos y angustiosos, con escasa iluminación o durante la noche, refuerza esa clandestinidad de las relaciones homosexuales y nos hace cuestionar si dónde realmente le falta el aire al protagonista no es dentro del agua sino fuera de esta. Las secuencias en el parking a través del parabrisas del coche, tienen un aire Lynchiano y compartir el humo de un cigarro se vuelve inevitable.
A veces confusa y extraña, tiene la virtud de relatar solo con imágenes lo que las palabras son incapaces de describir. Los personajes difícilmente expresan lo que sienten salvo por las miradas que sirven para silenciar sus pensamientos. La última escena, con los créditos apareciendo, es tan simple y a la vez tan reveladora.
Kuba, el protagonista de esta historia, es como un pez sin agallas, sin la capacidad de respirar en el medio acuático. Irónicamente, fuera del agua sigue siendo un pez sin agallas, sin la capacidad de enfrentarse a la vida con valentía. Alguien que siente que a medida que se va descubriendo a sí mismo pierde lo que ya conoce sobre sí mismo. Michel es el detonante de una liberación, quien intentará sacar a Kuba a la superficie de su realidad. Una realidad en la que vive reprimiendo y ocultando sus sentimientos pero que ha asumido como su hábitat. Los dos se encuentran en etapas distintas, el primero ha aceptado su condición sexual incluso abiertamente con su familia y el segundo sin embargo, ni siquiera se lo plantea.
El temor a sacrificar la estabilidad de una vida fingida les conduce a un desenlace descorazonador que destapa los prejuicios y miedos de una sociedad polaca todavía incapaz y cobarde en la que el protagonista actúa con resignación frente a su destino, a costa de su libertad y felicidad. Y aquellos que, como Michel, osen cambiar las cosas serán sometidos y condenados.
Un relato en apariencia corriente que se torna enriquecido y seductor. El dominio del director tras la cámara, descubre la crudeza de los lugares comunes y tanto las imágenes como los protagonistas desprenden un magnetismo poco común. Rodada en escenarios opresivos y angustiosos, con escasa iluminación o durante la noche, refuerza esa clandestinidad de las relaciones homosexuales y nos hace cuestionar si dónde realmente le falta el aire al protagonista no es dentro del agua sino fuera de esta. Las secuencias en el parking a través del parabrisas del coche, tienen un aire Lynchiano y compartir el humo de un cigarro se vuelve inevitable.
A veces confusa y extraña, tiene la virtud de relatar solo con imágenes lo que las palabras son incapaces de describir. Los personajes difícilmente expresan lo que sienten salvo por las miradas que sirven para silenciar sus pensamientos. La última escena, con los créditos apareciendo, es tan simple y a la vez tan reveladora.

6,2
74
4
30 de junio de 2024
30 de junio de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las comparaciones son odiosas, por eso voy a comenzar con una. 'Lonesome' es la versión descafeinada de 'Sauvage' (2018). Si en esta última era un joven francés el que se prostituía a cambio de dinero y afecto, en 'Lonesome' es un joven y solitario cowboy el que intercambia sexo por 'bed and breakfast', es decir, cama y alojamiento. Algunas apps de citas tienen la opción de ofrecer este servicio, una alternativa muy útil para los viajeros que quieren ahorrarse el hospedaje allí donde van y beneficioso para aquellos usuarios que tienen una habitación libre barra sofá cama y necesidades que cubrir sin ánimo de lucro.
Siguiendo con las comparaciones, el protagonista de 'Lonesome' también tiene un perfil autodestructivo y propenso a la bebida/drogas, conflictos interiores, huye de sus problemas y camina en busca de sí mismo. Solo dispone de su físico y su juventud como moneda de cambio. La diferencia con el actor que interpreta al personaje principal es que este no tiene las mismas tablas que Félix Maritaud, protagonista de 'Sauvage'. Lo cierto es que el guión tampoco le exige demasiado a Josh Lavery, por lo que su inexpresividad resulta provechosa en su papel de chico de campo ingenuo y con actitud indiferente. No dudo de sus dotes dentro del cine para adultos, como demuestran las múltiples escenas de sexo y desnudos, así como, sus redes sociales.
Otra diferencia con el film francés, es su la falta de crudeza y realismo. En su momento, 'Sauvage' fue muy polémica debido a la multitud de escenas de sexo gráfico que contenía. En 'Lonesome', solo existe una escena similar que podría levantar cierta controversia. No quiero decir con esto que ambas producciones deban seguir la misma senda, salvo que en el film australiano ni siquiera existe un conflicto y la relación entre los dos protagonistas apenas tiene interés. Por este motivo, el conflicto se crea de manera absurda en mitad del metraje para ser resuelto de manera conveniente en el desenlace. La película de Craig Boreham, se vuelve interesante solo cuando explora las interacciones entre los diferentes caseros y el joven visitante que va en busca de hospedaje eventual. Podría dar para una serie de episodios.
Siguiendo con las comparaciones, el protagonista de 'Lonesome' también tiene un perfil autodestructivo y propenso a la bebida/drogas, conflictos interiores, huye de sus problemas y camina en busca de sí mismo. Solo dispone de su físico y su juventud como moneda de cambio. La diferencia con el actor que interpreta al personaje principal es que este no tiene las mismas tablas que Félix Maritaud, protagonista de 'Sauvage'. Lo cierto es que el guión tampoco le exige demasiado a Josh Lavery, por lo que su inexpresividad resulta provechosa en su papel de chico de campo ingenuo y con actitud indiferente. No dudo de sus dotes dentro del cine para adultos, como demuestran las múltiples escenas de sexo y desnudos, así como, sus redes sociales.
Otra diferencia con el film francés, es su la falta de crudeza y realismo. En su momento, 'Sauvage' fue muy polémica debido a la multitud de escenas de sexo gráfico que contenía. En 'Lonesome', solo existe una escena similar que podría levantar cierta controversia. No quiero decir con esto que ambas producciones deban seguir la misma senda, salvo que en el film australiano ni siquiera existe un conflicto y la relación entre los dos protagonistas apenas tiene interés. Por este motivo, el conflicto se crea de manera absurda en mitad del metraje para ser resuelto de manera conveniente en el desenlace. La película de Craig Boreham, se vuelve interesante solo cuando explora las interacciones entre los diferentes caseros y el joven visitante que va en busca de hospedaje eventual. Podría dar para una serie de episodios.
MiniserieDocumental

6,0
1.840
Documental
4
10 de junio de 2023
10 de junio de 2023
18 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Netflix tiene buenos documentales y este no es uno de ellos.
Primero: recoger una serie de datos e información que ya se conoce sobre un caso, exponerlo y dejar que el espectador haga el trabajo sucio sacando sus propias conclusiones, es un poco traicionero. Salvo los testigos de las víctimas, no aporta nada nuevo. El único pretexto que han encontrado para realizar este proyecto es que el "supuesto" asesino será puesto en libertad en 2028 después de 25 años en prisión (aunque fuese condenado a 142 años). Una vez vistos los tres episodios que conforman este insuficiente trabajo me cuesta creer que este sea el "asesino en serie más famoso en la historia de España". Sin ánimo de ofender a las víctimas ni de banalizar el asunto, en nuestro país, por suerte, acostumbramos a destacar más en casos de corrupción y evasión fiscal.
Segundo: el motivo de este documental no es otro que ridiculizar el trabajo de la policía nacional -abanderados de la incompetencia-, menospreciar el papel de los medios de comunicación -de todo hacen su particular circo- y lo verdaderamente importante, dejar en evidencia la falta de compromiso del Estado español para con las víctimas -se libraron de indemnizarlas (ni un miserable céntimo) a pesar de que el procesado era militar y se trajo a España de 'extranjis' la que sería el arma homicida de una misión destinado en Bosnia-.
Tercero: ¿son elucubraciones mías o este documental se empeña sobremanera en nombrar y relacionar 'extrema derecha' con ultras y neonazis en lugar de averiguar, por ejemplo, cuál era el motivo de que "El asesino de la baraja" dejase cartas de la baraja española en algunas escenas del crimen y en otras no. También se deja caer que el PP volvió a ganar las elecciones a la Asamblea de Madrid en 2003, ese mismo año, gracias a que se aprovecharon del miedo para conseguir votos y a que atraparon al primero que pasaba por ahí (y que más tarde soltarían) para obtener rédito político. No se comenta nada acerca del famoso 'Tamayazo' y de como se acabarían repitiendo las elecciones (de eso ya se ha encargado La Sexta la misma semana del estreno de este documental). Militar de ultra derecha, xenófobo y psicótico. Les ha faltado decir militante de Vox si no fuera porque entonces todavía no existía el partido de Abascal. Todo ello a cuarenta días de las elecciones generales del 23J.
Llámenlo "periodismo de investigación" si prefieren.
Primero: recoger una serie de datos e información que ya se conoce sobre un caso, exponerlo y dejar que el espectador haga el trabajo sucio sacando sus propias conclusiones, es un poco traicionero. Salvo los testigos de las víctimas, no aporta nada nuevo. El único pretexto que han encontrado para realizar este proyecto es que el "supuesto" asesino será puesto en libertad en 2028 después de 25 años en prisión (aunque fuese condenado a 142 años). Una vez vistos los tres episodios que conforman este insuficiente trabajo me cuesta creer que este sea el "asesino en serie más famoso en la historia de España". Sin ánimo de ofender a las víctimas ni de banalizar el asunto, en nuestro país, por suerte, acostumbramos a destacar más en casos de corrupción y evasión fiscal.
Segundo: el motivo de este documental no es otro que ridiculizar el trabajo de la policía nacional -abanderados de la incompetencia-, menospreciar el papel de los medios de comunicación -de todo hacen su particular circo- y lo verdaderamente importante, dejar en evidencia la falta de compromiso del Estado español para con las víctimas -se libraron de indemnizarlas (ni un miserable céntimo) a pesar de que el procesado era militar y se trajo a España de 'extranjis' la que sería el arma homicida de una misión destinado en Bosnia-.
Tercero: ¿son elucubraciones mías o este documental se empeña sobremanera en nombrar y relacionar 'extrema derecha' con ultras y neonazis en lugar de averiguar, por ejemplo, cuál era el motivo de que "El asesino de la baraja" dejase cartas de la baraja española en algunas escenas del crimen y en otras no. También se deja caer que el PP volvió a ganar las elecciones a la Asamblea de Madrid en 2003, ese mismo año, gracias a que se aprovecharon del miedo para conseguir votos y a que atraparon al primero que pasaba por ahí (y que más tarde soltarían) para obtener rédito político. No se comenta nada acerca del famoso 'Tamayazo' y de como se acabarían repitiendo las elecciones (de eso ya se ha encargado La Sexta la misma semana del estreno de este documental). Militar de ultra derecha, xenófobo y psicótico. Les ha faltado decir militante de Vox si no fuera porque entonces todavía no existía el partido de Abascal. Todo ello a cuarenta días de las elecciones generales del 23J.
Llámenlo "periodismo de investigación" si prefieren.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como dato curioso, en 2016 mientras todavía sigue en la carcel y tras cambiarse de nombre, el 'Asesino de la baraja' publicaría una novela sobre un adolescente homosexual que sufre acoso escolar, de título: 'Acoso escolar en el siglo XXI'.

5,1
2.393
6
25 de octubre de 2020
25 de octubre de 2020
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con temor a meterme en algún berenjenal religioso, ’The Vigil’ es una historia de terror al uso que se alimenta de una tradición judía, de la que, obviamente, el público mayoritario desconoce prácticamente todo. La película, sin embargo, se encarga mediante una breve introducción y definición /literal/, de adentrarnos y ponernos en situación para que podamos disfrutar de esta inquietante velada sin necesidad de una Wikipedia judía.
’The Vigil’ pertenece a la familia del género de terror ‘a fuego lento’, que junto a otras producciones como ‘Insidious’ (2010) o la gran ‘Hereditary’ (2018) alternan la fórmula del terror silencioso y sutil con los golpes de efecto y subidas de volumen. Todas comparten la misma temática que, como el negro y la muerte, nunca pasan de moda. En este caso, estamos ante una especie de ‘exorcismo post mortem’ que resucita un poco de la esencia de ‘El Exorcista’ (1973).
Para ser un primer filme, resulta más que apañado. A elogiar el apartado técnico, que con un reducido presupuesto logra maravillas. El dominio de luces y sombras en espacios pequeños para crear una atmósfera subyugante y aterradora. El contraste entre tradición y modernidad que en parte ejemplifica la huída del protagonista de su pasado; llama la atención el sonido synthwave de la BSO y la incursión de las nuevas tecnologías para beneficio de las ‘fuerzas demoníacas’ (los demonios siempre buscando formas creativas de asustar a las nuevas generaciones).
El debut de Keith Thomas, parece más una demostración de que con pocos recursos se puede obtener un gran resultado y lo del ritual judío no es más que una excusa. En mi opinión peca en seguir la mecánica de siempre de problema, búsqueda de una solución y moraleja. Cuando la víctima es conocedora de lo que ocurre, se le facilita una salida y posteriormente aprende una lección de superación personal.
BSO: Trevor Something - Girlfriend
’The Vigil’ pertenece a la familia del género de terror ‘a fuego lento’, que junto a otras producciones como ‘Insidious’ (2010) o la gran ‘Hereditary’ (2018) alternan la fórmula del terror silencioso y sutil con los golpes de efecto y subidas de volumen. Todas comparten la misma temática que, como el negro y la muerte, nunca pasan de moda. En este caso, estamos ante una especie de ‘exorcismo post mortem’ que resucita un poco de la esencia de ‘El Exorcista’ (1973).
Para ser un primer filme, resulta más que apañado. A elogiar el apartado técnico, que con un reducido presupuesto logra maravillas. El dominio de luces y sombras en espacios pequeños para crear una atmósfera subyugante y aterradora. El contraste entre tradición y modernidad que en parte ejemplifica la huída del protagonista de su pasado; llama la atención el sonido synthwave de la BSO y la incursión de las nuevas tecnologías para beneficio de las ‘fuerzas demoníacas’ (los demonios siempre buscando formas creativas de asustar a las nuevas generaciones).
El debut de Keith Thomas, parece más una demostración de que con pocos recursos se puede obtener un gran resultado y lo del ritual judío no es más que una excusa. En mi opinión peca en seguir la mecánica de siempre de problema, búsqueda de una solución y moraleja. Cuando la víctima es conocedora de lo que ocurre, se le facilita una salida y posteriormente aprende una lección de superación personal.
BSO: Trevor Something - Girlfriend
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En resumidas cuentas, un error del pasado se convierte en un demonio que te persigue sin cesar durante toda tu vida. Es la culpa y el remordimiento lo que acecha al protagonista que lucha para superar ese trauma de su pasado que no le deja avanzar. “No son pesadillas, son recuerdos”, que toman forma en el demonio ‘Mazzik’, que primero se presenta con el rostro de la víctima, lo que nos dice que somos nosotros nuestros propios males.
Finalmente no logra vencer en esa lucha sin descanso contra sí mismo, por lo que el espectador puede ver al final de la película, como el derrotado que cree haber superado su tormento, sale de la casa seguido de una sombra que nadie más ve. Esa sombra es la pesadilla, el recuerdo o el demonio que le perseguirá sin descanso hasta el fin de sus días.
Quizás es que nunca nos llegamos a liberar de nuestros demonios.
PD: la personificación del demonio ‘Mazzik’ me ha recordado a aquellos seres que atormentaban a los habitantes de ‘El Bosque’ de M. Night Shyamalan.
Finalmente no logra vencer en esa lucha sin descanso contra sí mismo, por lo que el espectador puede ver al final de la película, como el derrotado que cree haber superado su tormento, sale de la casa seguido de una sombra que nadie más ve. Esa sombra es la pesadilla, el recuerdo o el demonio que le perseguirá sin descanso hasta el fin de sus días.
Quizás es que nunca nos llegamos a liberar de nuestros demonios.
PD: la personificación del demonio ‘Mazzik’ me ha recordado a aquellos seres que atormentaban a los habitantes de ‘El Bosque’ de M. Night Shyamalan.
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