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Críticas de Revista Contraste
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Críticas 1.476
Críticas ordenadas por utilidad
9
3 de octubre de 2019
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que nadie se llame a engaño: Joker no es una producción de superhéroes ni de villanos. Ni siquiera de acción. Es una exposición, desasosegante y brutal, a la par que brillante, de la maldad humana en algunas de sus formas más mezquinas y crueles.

Joker toma como protagonista a uno de los malvados preferidos de la saga de Batman, se ambienta en Gotham y la familia Wayne aparece de modo secundario. Sin embargo, como comentaba, este film no tiene nada que ver con los comics, ni con los largometrajes de Nolan, Schumacher o Burton. Por muy oscuros que estos resulten, sobre todo en contraposición a los héroes de Marvel, no alcanzan el nivel de iniquidad que refleja la propuesta de Todd Phillips.

Este director, que nos tenía acostumbrados a comedias gamberras de trazo grueso y escasa profundidad, da el salto al drama, ayudado en el guion por Scott Silver, algo más curtido en este género. Entre los dos trazan una hipnótica red viaria para que el espectador se desplace observando los mecanismos de envidias, abusos, mentiras y/o actos violentos de los que es capaz el ser humano. El trabajo de todo el equipo técnico y artístico es sobresaliente, de manera que durante las casi dos horas de metraje, y bastante tiempo después de salir de sala, el público queda totalmente atrapado en ese circuito de cotidiana atrocidad.

El panorama es subyugante y, a la vez, desolador. No se trata de justificar la furia del personaje de Joker, ni de contar el origen de su dedicación al delito, como se ha intentado últimamente con las malvadas de Disney (Maléfica o Blancanieves y la leyenda del cazador), ya que, según proponen Phillips y Silver, todo el mundo es malo: bien será por acción, omisión, vergüenza, cobardía, locura, riqueza o pobreza. Y toda la descripción de esta nefasta antropología se hace de un modo superficial, sin profundizar en ningún momento en las raíces del infierno que ha construido la humanidad y eludiendo la reflexión sobre él. Este planteamiento, legítimo pero desproporcionado, se desborda y hace que al terminar la película tropiece consigo misma. El discurso final del Joker, con un verbo ágil que no ha utilizado en las escenas anteriores y su desvinculación de los Wayne (no quiero desvelar nada del guion) parecen ser vías de escape para una historia que se ahoga en su propia oscuridad.

De todo este catálogo de infamias, sí que me parece muy interesante destacar las referencias a la costumbre extendida actualmente de que la risa y la diversión justifican cualquier crueldad. Acostumbrarnos a reírnos de las limitaciones de los demás, de sus humillaciones (aunque sean voluntarias) y debilidades, como pasa habitualmente, sobre todo en los platós de televisión, no dicen nada bueno de nosotros mismos, a pesar de que no lleven necesariamente a caer o provocar la violencia.

Sea como fuere, no hay suficientes palabras para elogiar la exhibición interpretativa de Joaquin Phoenix, sin la cual este título hubiera perdido casi toda su verosimilitud. Sin menospreciar, por supuesto, la actuación de un soberbio Robert De Niro bordando un papel que parece menor, pero al que él da una presencia llena de interesantes matices.

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4
18 de septiembre de 2020
24 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el éxito de su cortometraje Behind, que verá la luz como película próximamente, Ángel Gómez debuta en la dirección de su primer largometraje.

Si bien cabe destacar las virtudes de Voces a nivel de dirección de arte, de fotografía y del grupo coral, es también de justicia admitir que, en lo narrativo, el film no genera miedo y acaba por resultar tedioso.

Innovar en el género de terror –y en cualquier otro género, en realidad– es difícil, parece que ya todas las historias están contadas y que ser original, sin recurrir a los ya manidos tópicos, clichés y efectos, es imposible. En este caso, Voces recuerda demasiado a otros títulos de terror y, si a esto le sumamos la falta de un trasfondo y contexto relevante en cuanto al misterio y a sus personajes, la trama acaba careciendo de interés.

Esto queda del todo patente ante el giro argumental que Gómez se reserva para el final. Aunque este debería destilar una gran carga dramática (no mencionamos a qué otra producción recuerda este plot twist para no desvelar nada), no se ha conseguido que el espectador llegue a él con expectativas, sino más bien cansado.

En definitiva, esta película puede resultar buena para personas que busquen una propuesta light, pero la repetición de recursos ya vistos demasiadas veces, un arranque que presenta el misterio y el terror de manera forzada (sin motivaciones comprensibles) y, especialmente, la enumeración de “casualidades” y “capacidades” no creíbles que van sucediendo, hacen que se consuma con poca emoción.

Lo mejor: disfrutar de la honesta y convincente actuación de Rodolfo Sancho.

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7
5 de noviembre de 2021
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres es una de esas propuestas autorreflexivas, con una película dentro de la película, en la que Juanjo Giménez explora la importancia del audio en el cine. A partir de una premisa muy original –una joven se da cuenta de que percibe el ruido con retraso– se abren múltiples posibilidades a nivel narrativo y conceptual.

Formalmente, es un film con malabarismos rompedores, puesto que juega con el lenguaje cinematográfico, desvinculando la banda sonora de los fotogramas. Así, el público presencia una secuencia y la escucha posteriormente, o directamente oye ciertos sucesos sin cuerpos presentes en la pantalla.

La cinta plantea una fractura espacio-temporal novedosa, ya que damos por sentado que imagen y sonido van a la par y en Tres eso se pone en duda. La grieta que queda al separar ambos elementos deja un vacío sugerente que da pie a rozar lo siniestro. Asimismo, el origen de esa desincronización de la protagonista permite ahondar en su vida personal y enlaza una subtrama melodramática que cada vez tiene más peso.

Es quizá ese relato el que hace que el largometraje pierda un poco de fuelle, ya que fuerza algunos momentos para encajar las piezas del puzle del pasado. No obstante, las heridas del personaje enriquecen las metáforas que llenan el guion y, además, hacen brillar a Marta Nieto en su fascinante interpretación.

Por otro lado, este título de Juanjo Giménez muestra un contraste nostálgico entre lo analógico –los casetes, los móviles con tapa, generar un crujido a base de colocar hojas secas en el estudio y pisarlas– y lo digital –las aplicaciones recientes o modificar una onda sonora con un programa informático–. Todo esto realza la artesanía del séptimo arte sin dejar de mostrar interés por el futuro.

A pesar de que el excesivo control pueda hacer que el visionado resulte pesado, es clave para suscitar expectación y enganchar a la audiencia. Es cierto que la duración es mucha pero, seguramente, el público encontrará un producto sorprendente e inteligente.

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7
23 de julio de 2019
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un pequeño fracaso universitario de dos jóvenes los impulsa a decidir emprender un viaje durante el verano. Por casualidad, antes de salir, ambos se conocen y se convierten en compañeros de ruta. Este sencillo inicio, con el que se puede presentir una predecible y típica historia de amor, queda sorprendentemente superado en su desarrollo gracias al guión del propio director y Silke Eggert.

Durante más de dos horas, se van construyendo los personajes poco a poco, a través de evocadores diálogos, y, por supuesto, de un viaje por la carretera, que es metáfora de uno más espiritual. Este género cinematográfico de la road movie permite a su vez deleitar a la audiencia con atractivos paisajes, en una expedición de Berlín a Portugal, acompañado por una acertada banda sonora. Quizá, esto último añade un tinte pastel al relato, pero sin llegar a ser empalagoso.

Aunque puede intuirse el final de trayecto, el director dosifica apropiadamente la aproximación entre los protagonistas. De esta manera, no se fuerza la relación desde el principio, con un flechazo a primera vista, sino todo lo contrario. Cada uno empieza a conocerse a sí mismo y eso dará pie a derribar las barreras que los separan. La naturalidad en este proceso se consigue en gran parte gracias al excelente trabajo de Mala Emde y Anton Spieker, sobre quienes recae la mayoría del peso de la película. Su actuación espontánea atrapa al público y ameniza la larga duración del film.

El itinerario en caravana y la poca acción dan pie a interesantes conversaciones que revelan la manera de pensar de Jule y Jan, su pasado y sus aspiraciones. Hablando de capitalismo, la diferencia entre la cooperación y la competición, genética, fidelidad o sexo, ambos empiezan a crear un mundo compartido, a la vez que incitan al espectador a reflexionar él mismo sobre esos temas. Este aspecto, junto con algún punto trágico, contribuyen a distanciar la cinta de las conocidas comedias románticas.

303 es simultáneamente un recorrido por Europa y uno interior, que funciona gracias a sus actores principales y a la fotografía. Esta road movie en una Mercedes 303 conducida por dos millenials probablemente no aporte nada, pero es un tiro seguro para distraer, complacer, divertir y enternecer.

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8
9 de agosto de 2024
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la Patellière y Delaporte, pareja creativa de moda en Francia que ya adaptaron "Los tres mosqueteros", estrenan una nueva versión del clásico de Dumas, acometiendo también el reto de dirigirla.

No se ha escatimado en nada en esta superproducción rodada en espectaculares localizaciones, con un diseño de producción de alta calidad y un buen reparto para recrear el mundo y la época del carismático conde.

La película resume por capítulos –formato que rompe un poco el ritmo, pero mantiene la atención durante las tres horas– la compleja historia original con algunas licencias creativas. Un bien caracterizado Pierre Niney logra una interpretación lo suficientemente oscura y poliédrica, a la altura de la imaginación del espectador que tenga el placer de conocer la novela.

Un drama de aventuras, venganza, redención y amor imposible, para un público joven y adulto, que vale la pena ver en pantalla grande (idealmente tras haber leído el libro).

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