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Críticas ordenadas por utilidad
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7
7 de febrero de 2012
7 de febrero de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película de cine independiente americano me ha gustado. Normalmente me acerco a este Cine con cautela, he visto muchas de ellas protagonizadas por actores jóvenes en las que se repiten una serie de patrones que me descolocan bastante. A saber un aroma mezcla de nihilismo, sinceridad desdramatizada, desesperanza, sentido del humor catastrófico-onanista, vestimentas deprimidas, etc. Vamos que estoy hecho un carca paleto y el caso es que frente a esto me siento como si aún no hubiera llegado al último eslabón evolutivo pos homo sapiens ni creo que llegue nunca.
El caso es que durante la primera media hora de metraje siento, el últimamente y ya preocupante por su frecuencia, impulso de mandar la película a freir puñetas y a otra cosa mariposa. Pero por ser paciente al final he tenido mi recompensa.
De repente la película empieza a evolucionar a algo que yo entiendo como cine de verdad. Los extraterrestres empiezan a acercárseme y me siento más identificado con esa nueva especie de homínidos. Empiezo a ver a Godard y a Antonioni (¿o estoy alucinando?), no tanto a Woody Allen. Empiezo a ver que el director no es alguien que vaya de güay ni paridas, creo que el tío sabe lo que hace y quiere hacer cine. Y te das cuenta que con un guión que tampoco es un tesoro, con unos actores que ni son genios ni lo pretenden, sin efectos especiales de ningún tipo y sin mucho presupuesto, se consigue elaborar una bella historia de personas de carne y hueso, algo para nada pretencioso ni moralista, una historia humilde y sencilla.
El poso que me deja es agridulce. Me encanta el final, es poético, respetuoso con lo frágil, como si al manosearlo se fuera a romper. Y también me deja la sensación de que hoy en día las personas sensibles cada vez están más apartadas de la cabina de pilotaje, en los vagones de cola donde solo se puede esperar ver hacia donde va un tren que no conducen. Esta vez Cenicienta no se deja el zapato, pero aún así también hay un poco de esperanza.
Y una chorrada, la acabo de ver pero hay una cosa que no recuerdo, ¿la película es en blanco y negro?
El caso es que durante la primera media hora de metraje siento, el últimamente y ya preocupante por su frecuencia, impulso de mandar la película a freir puñetas y a otra cosa mariposa. Pero por ser paciente al final he tenido mi recompensa.
De repente la película empieza a evolucionar a algo que yo entiendo como cine de verdad. Los extraterrestres empiezan a acercárseme y me siento más identificado con esa nueva especie de homínidos. Empiezo a ver a Godard y a Antonioni (¿o estoy alucinando?), no tanto a Woody Allen. Empiezo a ver que el director no es alguien que vaya de güay ni paridas, creo que el tío sabe lo que hace y quiere hacer cine. Y te das cuenta que con un guión que tampoco es un tesoro, con unos actores que ni son genios ni lo pretenden, sin efectos especiales de ningún tipo y sin mucho presupuesto, se consigue elaborar una bella historia de personas de carne y hueso, algo para nada pretencioso ni moralista, una historia humilde y sencilla.
El poso que me deja es agridulce. Me encanta el final, es poético, respetuoso con lo frágil, como si al manosearlo se fuera a romper. Y también me deja la sensación de que hoy en día las personas sensibles cada vez están más apartadas de la cabina de pilotaje, en los vagones de cola donde solo se puede esperar ver hacia donde va un tren que no conducen. Esta vez Cenicienta no se deja el zapato, pero aún así también hay un poco de esperanza.
Y una chorrada, la acabo de ver pero hay una cosa que no recuerdo, ¿la película es en blanco y negro?
6
20 de octubre de 2013
20 de octubre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminó por gustarme aunque no alcanzo a entender muy bien por qué.
No acabo de pillar muy bien el "mensaje" que presumía a alguien como Alfonso Cuarón. Pero puede que ése sea el problema. Según Michael Haneke lo ideal es enfrentarse a cualquier obra con la cantidad mínima de conocimiento respecto a ella. Pero eso es muy difícil.
El caso es que todo va transcurriendo sin que suceda nada de lo que presumía podía suceder. Aunque no se qué presumía. Pero todo va adquiriendo un tono y una narrativa que hacen que con cada minuto la película me vaya agradando más.
La película no me revela nada sobre la soledad, la impotencia, el desamparo, la habitabilidad, la fragilidad etc que no haya visto ya más veces. Así que no me cuenta nada nuevo de nada, pero eso que no me cuenta me lo cuenta bastante bien. Digamos que no me siento tangado.
Y será que con eso me vale cuando voy al cine. Y no sé si esto es conformismo o que cada vez tengo que bajar más el listón. Si algo a conseguido la película quizás sea que tengo que pensar más en esto.
No acabo de pillar muy bien el "mensaje" que presumía a alguien como Alfonso Cuarón. Pero puede que ése sea el problema. Según Michael Haneke lo ideal es enfrentarse a cualquier obra con la cantidad mínima de conocimiento respecto a ella. Pero eso es muy difícil.
El caso es que todo va transcurriendo sin que suceda nada de lo que presumía podía suceder. Aunque no se qué presumía. Pero todo va adquiriendo un tono y una narrativa que hacen que con cada minuto la película me vaya agradando más.
La película no me revela nada sobre la soledad, la impotencia, el desamparo, la habitabilidad, la fragilidad etc que no haya visto ya más veces. Así que no me cuenta nada nuevo de nada, pero eso que no me cuenta me lo cuenta bastante bien. Digamos que no me siento tangado.
Y será que con eso me vale cuando voy al cine. Y no sé si esto es conformismo o que cada vez tengo que bajar más el listón. Si algo a conseguido la película quizás sea que tengo que pensar más en esto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final se me ocurrió pensar que podía haber sido una putada muy gorda aterrizar en algún lugar del Himalaya a 23 grados bajo cero y siete mil metros de altitud. O quizás en algún lugar donde la discriminación de la mujer sea notoria. Con esa camiseta y esas bragas deportivas. Acabar así hubiera sido un guión retorcido y cabrón, pero la película hubiera tenido un final demoledor. Algo así como descubrir la estatua de la libertad en el Planeta de los Simios cuando ya te crees liberado.
Pero me gusta donde aterriza y como toca la tierra y se levanta para caminar tambaleándose. Me pareció poético. Como el amanecer del hombre en el mundo o algo así.
Pero me gusta donde aterriza y como toca la tierra y se levanta para caminar tambaleándose. Me pareció poético. Como el amanecer del hombre en el mundo o algo así.

6,8
1.715
8
19 de octubre de 2013
19 de octubre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empieza con calma, calma, más calma, joder qué calma.
Despacito, tenemos que contar una historia donde la naturaleza dicta sus normas. El universo tiene 13000 millones de años (según Lawrence Krauss) y nosotros estamos aquí y ahora, así que despacio. En comparación con esos años y los que le quedan a eso, nosotros vamos a estar aquí apenas un lapso de tiempo así que prestemos atención que de aquí a nada se va la Especie a freir espárragos.
Y el tío Reygadas parece que siente vértigo ante estas magnitudes y quisiera parar el tiempo de los humanos para ver si se puede transcender a ese universo. Para ver si podemos hacer que ese cabronazo gigantesco deje de bostezar indolentemente y nos preste un mínimo de atención.
Así que vamos a aplicarnos y vamos a poner a Dios en el frente de nuestras miras. Vamos a centrarnos en él y ver si al final hay recompensa. Y al hacer esto el hombre pasa al segundo plano de nuestra atención con todo el riesgo que lleva eso, porque de nosotros mismos sí que necesitamos atención.
La idea para conectar con Dios conlleva una serie de sacrificios entre los que se incluyen callarse la boca lo más posible y no mostrar emociones, como hace él. Pero ese segundo plano de atención no la borra toda. No, hay cabida para una forma de empatía, aunque vencida y aplastada. Pero tiene que ser sutil y comedida hasta los tuétanos. La justa para sobrevivir en la más espartana austeridad visceral. ¡Para hablar con Dios no se puede levantar la voz! Y a ser posible ninguna otra cosa.
La luz, apagada o espléndida lo impregna todo y se trata de que repare en nosotros al mimetizarnos con esa naturaleza aemocional. Y al spoiler de cabeza.
Despacito, tenemos que contar una historia donde la naturaleza dicta sus normas. El universo tiene 13000 millones de años (según Lawrence Krauss) y nosotros estamos aquí y ahora, así que despacio. En comparación con esos años y los que le quedan a eso, nosotros vamos a estar aquí apenas un lapso de tiempo así que prestemos atención que de aquí a nada se va la Especie a freir espárragos.
Y el tío Reygadas parece que siente vértigo ante estas magnitudes y quisiera parar el tiempo de los humanos para ver si se puede transcender a ese universo. Para ver si podemos hacer que ese cabronazo gigantesco deje de bostezar indolentemente y nos preste un mínimo de atención.
Así que vamos a aplicarnos y vamos a poner a Dios en el frente de nuestras miras. Vamos a centrarnos en él y ver si al final hay recompensa. Y al hacer esto el hombre pasa al segundo plano de nuestra atención con todo el riesgo que lleva eso, porque de nosotros mismos sí que necesitamos atención.
La idea para conectar con Dios conlleva una serie de sacrificios entre los que se incluyen callarse la boca lo más posible y no mostrar emociones, como hace él. Pero ese segundo plano de atención no la borra toda. No, hay cabida para una forma de empatía, aunque vencida y aplastada. Pero tiene que ser sutil y comedida hasta los tuétanos. La justa para sobrevivir en la más espartana austeridad visceral. ¡Para hablar con Dios no se puede levantar la voz! Y a ser posible ninguna otra cosa.
La luz, apagada o espléndida lo impregna todo y se trata de que repare en nosotros al mimetizarnos con esa naturaleza aemocional. Y al spoiler de cabeza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y mira tú por donde, en medio de esa calma, resulta que hay un personaje que lo consigue. No solo la luz repara en él (ella en este caso) sino que encima le da su poder. Algo así como si la luz dijera: - Tanto tocar los cojones a conciencia ahí va eso, ahora te jodes y miras a ver si lo sabes hacer mejor que yo.
Y la chica utiliza ese poder y se sacrifica para dar vida. Da vida y desaparece. (Cosa que llevan haciendo muchas mujeres desde el inicio de los tiempos y ese sacrificio silencioso merece por mi parte el más absoluto de los reconocimientos y respetos. IGUALDAD YA.)
Lo gordo es que eso lo podía haber hecho perfectamente sin que la luz le diera ningún poder. Ella ya tenía antes la capacidad de desaparecer y dar vida a la otra antes de que muriera. Y el otro capullo ansía que todo vuelva a ser como antes, cosa que también estaba en su poder anteriormente.
Así que la luz se vuelve otra vez tenue y antes de desaparecer dice: - Iros todos a tomar por culo, pedís un poder que ya teníais y no os sale de la minga utilizarle porque sois unos mediocres, y de paraíso después de la vida nada, porque ya tenéis bastante regalo con vuestro tiempo, pedazo de roñosos. Así que me vuelvo a mi siesta infinita y mirad a ver si de una puta vez pasáis de mí y os centráis en vosotros, que ya va siendo hora.
Y la chica utiliza ese poder y se sacrifica para dar vida. Da vida y desaparece. (Cosa que llevan haciendo muchas mujeres desde el inicio de los tiempos y ese sacrificio silencioso merece por mi parte el más absoluto de los reconocimientos y respetos. IGUALDAD YA.)
Lo gordo es que eso lo podía haber hecho perfectamente sin que la luz le diera ningún poder. Ella ya tenía antes la capacidad de desaparecer y dar vida a la otra antes de que muriera. Y el otro capullo ansía que todo vuelva a ser como antes, cosa que también estaba en su poder anteriormente.
Así que la luz se vuelve otra vez tenue y antes de desaparecer dice: - Iros todos a tomar por culo, pedís un poder que ya teníais y no os sale de la minga utilizarle porque sois unos mediocres, y de paraíso después de la vida nada, porque ya tenéis bastante regalo con vuestro tiempo, pedazo de roñosos. Así que me vuelvo a mi siesta infinita y mirad a ver si de una puta vez pasáis de mí y os centráis en vosotros, que ya va siendo hora.

8,3
24.466
9
17 de septiembre de 2013
17 de septiembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi ayer por la noche y todavía ando deprimido. Joder, en el contexto actual con un país más perdido que un pulpo en un garaje, he sentido en esta peli todo el peso del acontecer presente.
Madre mía. Así somos. Lobos primero y buitres después. Cada cual a la suya y los de atrás que se jodan bien. Y lo peor que he sentido es que la esperanza final de la película me temo que se está quedando atrás. "Seguiremos viviendo porque somos el pueblo". Y una leche, el pueblo ya no pinta nada. El pueblo está vendido y encauzado. La economía se ha zampado la moral, que yo recuerde no era suya, pero ahora sí, ahora es bueno lo que es económicamente eficiente, y esa ecuación representa la totalidad del argumento, del juicio, y de la discusión. O sea, una victoria aplastante. ¿ Desde cuando cosas como EDUCACION y SANIDAD miden su nivel de eficacia en términos económicos? ¿Acaso su nivel de eficacia no se mide en términos de CALIDAD? ¿Pero se nos ha ido la pinza?. Resulta que ahora gastar dinero en calidad no es apropiado. Lo cual lleva a pensar que sí lo es en lo contrario, en gastarlo en cabronerías que produzcan más dinero para más cabronerías.
La maestría de John Ford, como siempre, refleja este horror sin estridencias. No necesita hacer cosas raras con las imágenes. Como siempre en su cine, va todo como la seda. Y nos relata un viaje de degradación humana abrumador y deprimente, donde los seres humanos son un medio. Según Kant hay que trata al resto de personas siempre como un fin, no como un medio. Esto sería bueno para todos. Pero esa ley ya no puede funcionar, porque los que manejan el mundo ya no son personas, son entidades financieras y corporativas no sentimentales, y para esas entidades el resto del mundo es un medio.
Donde yo trabajo (de momento) es del todo interesante ir viendo como ha evolucionado el nombre de un Departamento. En poco tiempo, de "Departamento de Personas" pasó a "Departamento de Personal", de ahí a "Capital Humano", de ese a "Recursos Humanos" y ahora le han vuelto a cambiar a "Gestión de... la verdad ya no me acuerdo". A este paso se va acabar llamando algo así como "Optimización de Unidades de Carbono".
Lo mejor y lo peor de la película es que siga siendo tan actual. Y para la siguiente crítica me prometo hablar de cine.
Madre mía. Así somos. Lobos primero y buitres después. Cada cual a la suya y los de atrás que se jodan bien. Y lo peor que he sentido es que la esperanza final de la película me temo que se está quedando atrás. "Seguiremos viviendo porque somos el pueblo". Y una leche, el pueblo ya no pinta nada. El pueblo está vendido y encauzado. La economía se ha zampado la moral, que yo recuerde no era suya, pero ahora sí, ahora es bueno lo que es económicamente eficiente, y esa ecuación representa la totalidad del argumento, del juicio, y de la discusión. O sea, una victoria aplastante. ¿ Desde cuando cosas como EDUCACION y SANIDAD miden su nivel de eficacia en términos económicos? ¿Acaso su nivel de eficacia no se mide en términos de CALIDAD? ¿Pero se nos ha ido la pinza?. Resulta que ahora gastar dinero en calidad no es apropiado. Lo cual lleva a pensar que sí lo es en lo contrario, en gastarlo en cabronerías que produzcan más dinero para más cabronerías.
La maestría de John Ford, como siempre, refleja este horror sin estridencias. No necesita hacer cosas raras con las imágenes. Como siempre en su cine, va todo como la seda. Y nos relata un viaje de degradación humana abrumador y deprimente, donde los seres humanos son un medio. Según Kant hay que trata al resto de personas siempre como un fin, no como un medio. Esto sería bueno para todos. Pero esa ley ya no puede funcionar, porque los que manejan el mundo ya no son personas, son entidades financieras y corporativas no sentimentales, y para esas entidades el resto del mundo es un medio.
Donde yo trabajo (de momento) es del todo interesante ir viendo como ha evolucionado el nombre de un Departamento. En poco tiempo, de "Departamento de Personas" pasó a "Departamento de Personal", de ahí a "Capital Humano", de ese a "Recursos Humanos" y ahora le han vuelto a cambiar a "Gestión de... la verdad ya no me acuerdo". A este paso se va acabar llamando algo así como "Optimización de Unidades de Carbono".
Lo mejor y lo peor de la película es que siga siendo tan actual. Y para la siguiente crítica me prometo hablar de cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Los guardianes con chupas tipo bomber y porras están de miedo. El paisano del "Departamento de Agricultura" con su barriguita y los pantalones blancos parece de Ciencia Ficción, como si la normalidad fuera algo extraterrestre. Lo dicho, un maestro.

6,8
2.016
7
5 de octubre de 2012
5 de octubre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me pregunto por qué en este momento de empezar a escribir sobre esta peli se me vienen a la cabeza otras obras como "Titanic" o "Avatar", también me pregunto por qué si se diera el improbable caso de entrar en un bar y ver allí a James Cameron, saldría corriendo en cualquier dirección y seguramente me atropellara algún vehículo. La respuesta la encontraré cuando me decida a escribir sobre "Avatar", lo que pasa es que empiezo a entender que hacer una crítica poniendo a parir una película es algo tan fácil que no sé si merece la pena. Mi padre, amante del cine antiguo, decía al referirse a los actores: - no te equivoques, hacer de malo es muy, muy fácil. Siempre pienso en esa afirmación, y no solo en relación al cine.
También me pregunto (hoy me he levantado en plan filósofo, así soy de chulo) por qué antes de escribir esto pongo a sonar el arte de la fuga de Bach. Voy a decir algo. Puede ser porque al igual que Bach, Hirokazu Koreeada pretenda recoger lo universal en algo pequeño. Bach en unas notas musicales, Koreeada en las sonrisas, en los dibujos de colores, en las mochilas con los cuadernos de clase y puede que un impermeable, en los pastelitos incoloros e insípidos del abuelo.
Es angustioso pensar la cantidad de cosas que nos dejamos por el camino. Cosas que estaban ahí, al alcance de la mano, hermosas, gratis y útiles. Añado lo de útiles porque en esta era tecnológica los usuarios privilegiados estamos empezando a utilizar ciertas cosas ( o aplicaciones) no porque son útiles sino porque son gratis. Como comer mierda, que también es gratis, y todos diremos -hombre no es lo mismo, pero si lo pienso solo unos segundos me parece que sí, que es lo mismo. Con el añadido de que luego, con el hábito creado, también nos cobrarán esa mierda, y diremos -vale, pero es muy barata. Y si todo esto no es triste no sé que otra cosa puede serlo.
Así que ya sé por qué me gusta esta película, porque habla de lo útil y gratis, no de lo solamente gratis. Porque nos invita a pararnos un momento y reflexionar sobre si utilizamos las cosas adecuadas para andar la vida. Nos cuestiona el significado del verbo triunfar, llegar, alcanzar. Nos cuenta sobre todas esas metas que rechazamos porque no nos paramos a verlas, en pos de otra quimérica y estúpida y que creemos mas grande. Nuestra meta final no es otra que morir, mira que nos cuesta aceptar esto, así que quizás haya que prestar atención a todas las etapas anteriores, a las pequeñas metas del camino, y una puede ser esta humilde peliculita.
También me pregunto (hoy me he levantado en plan filósofo, así soy de chulo) por qué antes de escribir esto pongo a sonar el arte de la fuga de Bach. Voy a decir algo. Puede ser porque al igual que Bach, Hirokazu Koreeada pretenda recoger lo universal en algo pequeño. Bach en unas notas musicales, Koreeada en las sonrisas, en los dibujos de colores, en las mochilas con los cuadernos de clase y puede que un impermeable, en los pastelitos incoloros e insípidos del abuelo.
Es angustioso pensar la cantidad de cosas que nos dejamos por el camino. Cosas que estaban ahí, al alcance de la mano, hermosas, gratis y útiles. Añado lo de útiles porque en esta era tecnológica los usuarios privilegiados estamos empezando a utilizar ciertas cosas ( o aplicaciones) no porque son útiles sino porque son gratis. Como comer mierda, que también es gratis, y todos diremos -hombre no es lo mismo, pero si lo pienso solo unos segundos me parece que sí, que es lo mismo. Con el añadido de que luego, con el hábito creado, también nos cobrarán esa mierda, y diremos -vale, pero es muy barata. Y si todo esto no es triste no sé que otra cosa puede serlo.
Así que ya sé por qué me gusta esta película, porque habla de lo útil y gratis, no de lo solamente gratis. Porque nos invita a pararnos un momento y reflexionar sobre si utilizamos las cosas adecuadas para andar la vida. Nos cuestiona el significado del verbo triunfar, llegar, alcanzar. Nos cuenta sobre todas esas metas que rechazamos porque no nos paramos a verlas, en pos de otra quimérica y estúpida y que creemos mas grande. Nuestra meta final no es otra que morir, mira que nos cuesta aceptar esto, así que quizás haya que prestar atención a todas las etapas anteriores, a las pequeñas metas del camino, y una puede ser esta humilde peliculita.
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