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3
19 de marzo de 2020
19 de marzo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera película de Pokémon (llamada sencillamente Pokémon La Película y subtitulada, según el lugar, Mew vs Mewtwo o Mewtwo Contraataca) es quizá la que partía de la idea con más potencial de toda la saga, porque explora en profundidad el trasfondo de uno de los Pokémon más enigmáticos e interesantes de todos, cuya historia en los juegos apenas quedaba sugerida en forma de varios textos de lectura no necesaria para completar la aventura. Mewtwo es un Pokémon artificial, una creación humana nacida del ADN del Pokémon legendario/singular Mew (por aquel tiempo, el más misterioso de todos), y por ello intentará encontrar su lugar en el mundo más allá de la sombra de Mew. El resultado es una trama que combina elementos de Frankenstein, Jurassic Park y La Isla del Doctor Moreau.
Por si esto fuera poco, dicha película plantea además otras dos cuestiones dignas de mención. La primera es el asunto de si los Pokémon son o no esclavos de los humanos (algo inédito en la franquicia hasta Negro y Blanco), puesto que son criaturas salvajes capturadas y obligadas a desempeñar distintas tareas, siendo la más reconocida la de combatir. Y la segunda, relacionada con la anterior, es el propio tema de las peleas; y aquí, Pokémon La Película responde a las críticas que acusaban a los videojuegos de promover la violencia con una crítica explícita precisamente a la violencia. Sin embargo, en ninguno de estos dos asuntos el resultado es completamente satisfactorio.
El principal problema con el que nos topamos es que no se puede plantear una especie de deconstrucción de Pokémon desde dentro de la franquicia y pretender que siga siendo, bueno, Pokémon. Porque una cosa es darle la vuelta a todo y otra es esbozar una suerte de autocrítica para intentar justificar lo criticado y terminar volviendo a lo de antes, lo que además no sólo no deja una respuesta rotunda sino que puede resultar contradictorio. Es decir, ¿tiene algún sentido criticar las peleas desde una franquicia cuya base son precisamente las peleas entre bichos mágicos? Pues la verdad es que incluso mi yo de 11 años entendió perfectamente que una cosa es un enfrentamiento pactado y con reglas (algo así como un deporte de combate), y otra una pelea sucia a muerte. Creo que eso es algo que tanto la película original como este remake logran diferenciar; pero es innegable que, así por encima, esta moralina parece chocar con la premisa básica de la franquicia.
Pues sí, si estoy dedicando tanto espacio a divagar sobre la película original en lugar de centrarme en la crítica a este remake es porque dicho remake es un calco de la original. La historia es exactamente la misma, mismas situaciones, personajes, escenarios... Los únicos cambios son un par de correcciones menores, unos movimientos de cámara nuevos bastante locos que no aportan mucho y que distraen excesivamente y, claro está, el CGI.
Hay también un asunto curioso que debo comentar en lo referente a las diferencias entre este remake y la película original y que sí afecta algo a la historia (y a la narración de la misma). Es sobradamente conocido que la versión que llegó a occidente de Pokémon la Película es diferente de la japonesa, pues antes pasó por las maléficas manos de 4Kids (una compañía que licenciaba, censuraba y distribuía anime), por lo que se eliminó toda una subtrama que aparecía al principio (formando una especie de corto de 10 minutos) relacionada con la creación de Mewtwo por considerarla demasiado macabra para los niños: el científico que estaba clonando a Mew (y por lo tanto el creador de Mewtwo) pretendía clonar a su difunta hija. Bien, pues aquí toda esta parte directamente ha sido omitida por completo. Se mantiene la expedición a Sudamérica en busca de fósiles de Mew y la secuencia del laboratorio, pero de la hija y de su conversación con Mewtwo (que le da más sentido al desenlace de la película) ni rastro.
Un cambio que tuvo la versión occidental que fue (al menos un poco) para mejor es la banda sonora. Se compusieron temas nuevos, más reconocibles, para Mew y para Mewtwo, y además se añadió alguna canción que ambientaba bien ciertos momentos (extradiégetica, que no es un musical), pero todo eso también está ausente de este remake y en su lugar encontramos una música incidental mucho más anodina durante todo el metraje.
Algo que es imprescindible comentar, ya que es la diferencia más evidente respecto a la película original, es el CGI. La verdad es que no está nada mal, de hecho, muchas veces es bastante bueno. Por ejemplo, las olas del mar rompiendo en Isla Nueva son casi fotorrealistas; los efectos de humo, fuego y explosiones están muy bien también (mejor que en, por ejemplo, Enredados que, si bien es cierto que es 10 años anterior a esta, sigue siendo con diferencia la película de animación más cara de la historia). Además, Los escenarios presentan una gran cantidad de detalles, la textura de la ropa está muy lograda y los movimientos son bastante naturales (casi siempre).
Los Pokémon tridimensionales son geniales, en general más agradables que lo visto en Detective Pikachu. Sin embargo, no puede decirse lo mismo de los humanos. Ya ha pasado otras veces, como con Doraemon, y es que los diseños bidimensionales de los personajes de anime rara vez queda bien en 3D. El cabello (que sí son pelos individuales y con algo de movimiento) queda rarísimo en las formas típicas del anime, las facciones son espeluznantes y las expresiones de pesadilla. Brock CG es especialmente inquietante, con sus ojos eternamente cerrados.
Otro aspecto en el que el CGI perjudica al resultado son los zooms y paneos locos que se utilizan a lo largo de toda la película y que estaban ausentes de la original. Kunihiko Yuyama (director tanto de ambas versiones) se divierte con su nuevo juguete y se excede con los movimientos de cámara absurdos y exagerados en los momentos más inoportunos.
(Continúa abajo por falta de espacio, con algún pequeño spoiler porque, bueno, es un remake)
Por si esto fuera poco, dicha película plantea además otras dos cuestiones dignas de mención. La primera es el asunto de si los Pokémon son o no esclavos de los humanos (algo inédito en la franquicia hasta Negro y Blanco), puesto que son criaturas salvajes capturadas y obligadas a desempeñar distintas tareas, siendo la más reconocida la de combatir. Y la segunda, relacionada con la anterior, es el propio tema de las peleas; y aquí, Pokémon La Película responde a las críticas que acusaban a los videojuegos de promover la violencia con una crítica explícita precisamente a la violencia. Sin embargo, en ninguno de estos dos asuntos el resultado es completamente satisfactorio.
El principal problema con el que nos topamos es que no se puede plantear una especie de deconstrucción de Pokémon desde dentro de la franquicia y pretender que siga siendo, bueno, Pokémon. Porque una cosa es darle la vuelta a todo y otra es esbozar una suerte de autocrítica para intentar justificar lo criticado y terminar volviendo a lo de antes, lo que además no sólo no deja una respuesta rotunda sino que puede resultar contradictorio. Es decir, ¿tiene algún sentido criticar las peleas desde una franquicia cuya base son precisamente las peleas entre bichos mágicos? Pues la verdad es que incluso mi yo de 11 años entendió perfectamente que una cosa es un enfrentamiento pactado y con reglas (algo así como un deporte de combate), y otra una pelea sucia a muerte. Creo que eso es algo que tanto la película original como este remake logran diferenciar; pero es innegable que, así por encima, esta moralina parece chocar con la premisa básica de la franquicia.
Pues sí, si estoy dedicando tanto espacio a divagar sobre la película original en lugar de centrarme en la crítica a este remake es porque dicho remake es un calco de la original. La historia es exactamente la misma, mismas situaciones, personajes, escenarios... Los únicos cambios son un par de correcciones menores, unos movimientos de cámara nuevos bastante locos que no aportan mucho y que distraen excesivamente y, claro está, el CGI.
Hay también un asunto curioso que debo comentar en lo referente a las diferencias entre este remake y la película original y que sí afecta algo a la historia (y a la narración de la misma). Es sobradamente conocido que la versión que llegó a occidente de Pokémon la Película es diferente de la japonesa, pues antes pasó por las maléficas manos de 4Kids (una compañía que licenciaba, censuraba y distribuía anime), por lo que se eliminó toda una subtrama que aparecía al principio (formando una especie de corto de 10 minutos) relacionada con la creación de Mewtwo por considerarla demasiado macabra para los niños: el científico que estaba clonando a Mew (y por lo tanto el creador de Mewtwo) pretendía clonar a su difunta hija. Bien, pues aquí toda esta parte directamente ha sido omitida por completo. Se mantiene la expedición a Sudamérica en busca de fósiles de Mew y la secuencia del laboratorio, pero de la hija y de su conversación con Mewtwo (que le da más sentido al desenlace de la película) ni rastro.
Un cambio que tuvo la versión occidental que fue (al menos un poco) para mejor es la banda sonora. Se compusieron temas nuevos, más reconocibles, para Mew y para Mewtwo, y además se añadió alguna canción que ambientaba bien ciertos momentos (extradiégetica, que no es un musical), pero todo eso también está ausente de este remake y en su lugar encontramos una música incidental mucho más anodina durante todo el metraje.
Algo que es imprescindible comentar, ya que es la diferencia más evidente respecto a la película original, es el CGI. La verdad es que no está nada mal, de hecho, muchas veces es bastante bueno. Por ejemplo, las olas del mar rompiendo en Isla Nueva son casi fotorrealistas; los efectos de humo, fuego y explosiones están muy bien también (mejor que en, por ejemplo, Enredados que, si bien es cierto que es 10 años anterior a esta, sigue siendo con diferencia la película de animación más cara de la historia). Además, Los escenarios presentan una gran cantidad de detalles, la textura de la ropa está muy lograda y los movimientos son bastante naturales (casi siempre).
Los Pokémon tridimensionales son geniales, en general más agradables que lo visto en Detective Pikachu. Sin embargo, no puede decirse lo mismo de los humanos. Ya ha pasado otras veces, como con Doraemon, y es que los diseños bidimensionales de los personajes de anime rara vez queda bien en 3D. El cabello (que sí son pelos individuales y con algo de movimiento) queda rarísimo en las formas típicas del anime, las facciones son espeluznantes y las expresiones de pesadilla. Brock CG es especialmente inquietante, con sus ojos eternamente cerrados.
Otro aspecto en el que el CGI perjudica al resultado son los zooms y paneos locos que se utilizan a lo largo de toda la película y que estaban ausentes de la original. Kunihiko Yuyama (director tanto de ambas versiones) se divierte con su nuevo juguete y se excede con los movimientos de cámara absurdos y exagerados en los momentos más inoportunos.
(Continúa abajo por falta de espacio, con algún pequeño spoiler porque, bueno, es un remake)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ya he comentado que el argumento es el mismo que el de la película original: unos científicos crean a Mewtwo, este se rebela y, tras una breve alianza con Giovanni, se siente traicionado y planea destruir a la humanidad y a los Pokémon que se han humillado (según su criterio) sirviéndolos, para dejar un mundo libre para los Pokémon clonados. La verdad es que es un arranque potente (en la versión original se desprendía cierto aire a Akira), pero a partir de aquí todo va cuesta abajo.
Por algún motivo random, Mewtwo reta a los entrenadores más poderosos en su palacio de Isla Nueva (lugar donde fue creado) mientras conjura una tormenta que arrasará el planeta. Aquí viene el primer sinsentido: ¿me estás diciendo que los "mejores entrenadores" (como Mewtwo los llama) son tres niños con Pokémon promedio, Ash que lleva casi todo su equipo sin evolucionar, y Brock y Misty que los invitan de casualidad? ¿Dónde está el Alto Mando? ¿No hay un Campeón? El plan de Mewtwo es también bastante endeble. Su intención es extinguir a los Pokémon (un poco extremo) para poblar el mundo con sus clones, pero sólo puede clonar a los Pokémon (una treintena) de los entrenadores que han llegado. Por otra parte, Mewtwo se opone a la humanidad por el trato que dan a los Pokémon, pero él se comporta igual. No sólo dice que es "el entrenador Pokémon más fuerte del mundo" sino que obliga a sus clones a pelear (y de una forma más cruel). También le recrimina a Ash que su Charizard "está mal entrenado". ¿En qué quedamos, Mewtwo? Además, ¿el Dragonite y el Fearow que trabajan para Mewtwo son también clones? ¿Por qué no vuelven a salir en la película después de su primera aparición? Es un desperdicio, sobre todo de Dragonite que es uno de los tres Pokémon con las estadísticas de combate más altas de su generación, igualando a Mew y sólo por detrás de Mewtwo.
En fin, al final pasa lo que tenía que pasar: Ash se viene arriba y se enfrenta a Mewtwo a lo Saitama de One Punch Man. También aparece Mew convenientemente aunque no tiene ni idea de lo que estaba pasando. Pokémon y clones pelean (escena mucho menos dura que la original), Ash sigue haciendo de héroe y se mantiene el desenlace loco de la original. También es verdad que en su momento no fue tan molesto porque era la primera vez que esto pasaba (luego Ash sería un héroe, elegido, mesías, Marty Stu o alguna otra fumada en varias decenas de películas más). Por lo menos han dejado intacta la reflexión final de Mewtwo que supone lo mejor de toda la película. Ah, sí, para terminar el narrador nos recuerda que "el viaje continuará durante mucho, mucho tiempo". Como si no lo supiéramos.
Por último debo mencionar un error curioso: en la primera generación Mewtwo era el Pokémon más poderoso, pero con las siguientes generaciones se han introducido otros con estadísticas similares y se ha expandido el lore del Mundo Pokémon incluyendo legendarios que se ocupan de proteger la Tierra o de mantener cierto equilibrio, por lo que si Mewtwo intentara provocar algún cataclismo a escala planetaria, Pokémon como Rayquaza o Arceus tendrían algo que decir. No obstante, al tratarse de un remake, puede pasarse por alto.
Lo dicho, este remake evolucionado es una simple copia de la original que no la mejora significativamente, por lo que queda como una película completamente innecesaria que sólo será vista por quienes teníamos curiosidad por ver cómo les había quedado el CGI.
Aspectos positivos: Pues prácticamente los mismos pueda presentar la película original. Los gráficos 3D y la animación están bastante bien.
Aspectos negativos: De nuevo, los mismos de la película original, como su guion lleno de agujeros y lo incompleta que queda su crítica a la violencia, pero elimina tanto el trasfondo de la creación de Mewtwo como la música de la edición occidental. Aunque visualmente es notable, muchos momentos pierden fuerza respecto a la otra película (algunos han sido deliberadamente suavizados).
Puntuación: 3
Por algún motivo random, Mewtwo reta a los entrenadores más poderosos en su palacio de Isla Nueva (lugar donde fue creado) mientras conjura una tormenta que arrasará el planeta. Aquí viene el primer sinsentido: ¿me estás diciendo que los "mejores entrenadores" (como Mewtwo los llama) son tres niños con Pokémon promedio, Ash que lleva casi todo su equipo sin evolucionar, y Brock y Misty que los invitan de casualidad? ¿Dónde está el Alto Mando? ¿No hay un Campeón? El plan de Mewtwo es también bastante endeble. Su intención es extinguir a los Pokémon (un poco extremo) para poblar el mundo con sus clones, pero sólo puede clonar a los Pokémon (una treintena) de los entrenadores que han llegado. Por otra parte, Mewtwo se opone a la humanidad por el trato que dan a los Pokémon, pero él se comporta igual. No sólo dice que es "el entrenador Pokémon más fuerte del mundo" sino que obliga a sus clones a pelear (y de una forma más cruel). También le recrimina a Ash que su Charizard "está mal entrenado". ¿En qué quedamos, Mewtwo? Además, ¿el Dragonite y el Fearow que trabajan para Mewtwo son también clones? ¿Por qué no vuelven a salir en la película después de su primera aparición? Es un desperdicio, sobre todo de Dragonite que es uno de los tres Pokémon con las estadísticas de combate más altas de su generación, igualando a Mew y sólo por detrás de Mewtwo.
En fin, al final pasa lo que tenía que pasar: Ash se viene arriba y se enfrenta a Mewtwo a lo Saitama de One Punch Man. También aparece Mew convenientemente aunque no tiene ni idea de lo que estaba pasando. Pokémon y clones pelean (escena mucho menos dura que la original), Ash sigue haciendo de héroe y se mantiene el desenlace loco de la original. También es verdad que en su momento no fue tan molesto porque era la primera vez que esto pasaba (luego Ash sería un héroe, elegido, mesías, Marty Stu o alguna otra fumada en varias decenas de películas más). Por lo menos han dejado intacta la reflexión final de Mewtwo que supone lo mejor de toda la película. Ah, sí, para terminar el narrador nos recuerda que "el viaje continuará durante mucho, mucho tiempo". Como si no lo supiéramos.
Por último debo mencionar un error curioso: en la primera generación Mewtwo era el Pokémon más poderoso, pero con las siguientes generaciones se han introducido otros con estadísticas similares y se ha expandido el lore del Mundo Pokémon incluyendo legendarios que se ocupan de proteger la Tierra o de mantener cierto equilibrio, por lo que si Mewtwo intentara provocar algún cataclismo a escala planetaria, Pokémon como Rayquaza o Arceus tendrían algo que decir. No obstante, al tratarse de un remake, puede pasarse por alto.
Lo dicho, este remake evolucionado es una simple copia de la original que no la mejora significativamente, por lo que queda como una película completamente innecesaria que sólo será vista por quienes teníamos curiosidad por ver cómo les había quedado el CGI.
Aspectos positivos: Pues prácticamente los mismos pueda presentar la película original. Los gráficos 3D y la animación están bastante bien.
Aspectos negativos: De nuevo, los mismos de la película original, como su guion lleno de agujeros y lo incompleta que queda su crítica a la violencia, pero elimina tanto el trasfondo de la creación de Mewtwo como la música de la edición occidental. Aunque visualmente es notable, muchos momentos pierden fuerza respecto a la otra película (algunos han sido deliberadamente suavizados).
Puntuación: 3

3,9
259
Animación
1
29 de febrero de 2020
29 de febrero de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Igual da. Vamos a terminar con esto que quiero pasar página y después de tres horas viendo películas de Barbie y de otra escribiendo las correspondientes reseñas (que deben estar disponibles para quien ose leerlas y no tenga nada mejor que hacer) empiezo a olvidar cómo demonios era mi vida antes de esta traumática experiencia. ¡Padres, madres, personas con menores a su cargo, no se les ocurra ponerle estas películas a ningún niño o niña! Las consecuencias pueden ser irreversibles.
Llegamos al fin a la tercera película (sí, la tercera, gerifaltes de Filmaffinity; la segunda es la de Mermadia), y por ende entrega final de esta aterradora trilogía, Barbie Fairytopia: La Magia del Arco Iris, otro espectáculo dantesco de rosa chillón y arcoíris mágicos en la utopía distópica de las hadas Barbie (y otros seres salidos de alguna sima abisal) maquinado por las mentes maestras de Mattel como parte de su plan de dominación mundial.
Como era de esperar, regresamos al delirante mundo feérico, espero que por última vez, para volver a encontrarnos con Elina y Bieber haciendo de las suyas por la Pradera (eso sí, tras otro resumen, esta vez de las dos películas anteriores), es decir, volando sin preocupaciones entre las inflorescencias, porque si hay hadas que trabajan o hacen algo con su vida, Elina no está entre ellas. Dandelion también anda por ahí, pero que nadie se haga ilusiones: desaparece después de este segmento y, a diferencia de lo ocurrido en las anteriores entregas, ni se molestan en dar un motivo (ella se ofrece a ayudar a Elina, pero esta se limita a reírse en su cara y se larga porque debe odiarla o algo).
Como detalle curioso, las niñas flor que bailaban desganadas han desaparecido (lo que podría haber dado para una subtrama más interesante que la trama principal) y Elina ha cambiado a sus diminutas bullies por un grupito de fangirls también diminutas (eh, ¿character development?) que se arremolinan molestamente en derredor de ella. En serio, ¿son hadas niñas (con proporciones de adulta)? ¿Son otra especie de menor tamaño? Da igual, porque ni van a tener importancia en ningún momento ni van a volver a aparecer. Lo importante es que todas ellas ignoran que uno de los hongos las observa cual pervertido tras un hierbajo. Porque, sí, Laverna sigue por ahí y en un ejercicio de continuidad sorprendente mantiene su forma de rana.
El caso es que viene Azura y se lleva a Elina y al bicho a comer cupcakes (¿Por qué hay una escena de comilona hiperazucarada gratuita en cada una de las películas de Fairytopia?), Bieber se rompe un diente con uno (a saber de qué estaría hecho el cupcake) y se ponen a hablar del Hada de los Dientes (otro asunto que no conduce a nada, porque dicha hada no va a aparecer). Después de unos quince minutos (que parecen una hora) de relleno, en los que lo más reseñable es la aparición de un segundo Bieber (como si uno no fuera suficiente), Elina llega al Palacio de Cristal para aprender "el vuelo de primavera", un ritual con el que las hadas crean el primer arcoíris de la primavera para que Fairytopia resista un año más sin irse al garete (si ya digo que este sitio siempre al borde del colapso de utópico no tiene nada). Resulta que si cometen un error, Fairytopia quedará condenada a 10 años de crudo invierno (tiembla, George R. R. Martin) y, digo yo, ¿si normalmente no hay invierno cómo puede ser el primer arcoíris de primavera? ¿Cada año se pasa del otoño a la primavera? Porque en las tres películas parece que siempre es primavera, con tanto floripondio por todas partes... ¿Pero por qué pierdo el tiempo con preguntas sin respuesta? Ante la aplastante trama y la insondable lógica interna de Barbie Fairytopia, lo único que puede hacerse es apagar el neocórtex y proseguir sin cuestionarse nada.
Total, aquí empieza un tramo muy largo en el que Barbie asiste al Hogwarts este para aprender magia. Por algún motivo todas sus compañeras de clase son unas gilipollas integrales, excepto una que es bastante maja con Elina y, para no perder la tradición, todas las interacciones entre ellas vienen cargadas de un fuerte subtexto homorromántico que se va a quedar precisamente en el subtexto (la verdad es que creo que es involuntario, porque en tres películas no han conseguido mostrar una relación de amistad que funcione, y si no que se lo digan a Dandelion, la marginada). Varias clases después, Elina mete la pata, Laverna regresa y bla, bla, bla. A la media hora de película por fin puede empezar la aventura. Ah, no, espera, que aún quedan otros 10 minutos de relleno en los que los otros personajes no creen que Laverna haya vuelto, luego culpan a Elina por ello y yo qué sé.
Bueno, pues eso. Cuando la película va por la mitad empieza lo que en otras circunstancias diría que es "lo interesante", porque hasta ahí literalmente sólo aparecen personajes hablando de trivialidades y haciendo cosas aún más triviales. En adelante, Laverna desempeña su rol de villana envenenando a los guardianes y eso (qué pesada con los venenos, debo decir), y Elina tiene que detenerla porque el resto de hadas son inútiles (incluyendo a la Hechicera, gobernante de Fairytopia, que se supone que es bastante poderosa, pero nunca lo demuestra). Ni que decir tiene que el tercer acto es bastante copia del de la primera película de la trilogía.
(Continúa abajo por falta de espacio, sin spoliers)
Llegamos al fin a la tercera película (sí, la tercera, gerifaltes de Filmaffinity; la segunda es la de Mermadia), y por ende entrega final de esta aterradora trilogía, Barbie Fairytopia: La Magia del Arco Iris, otro espectáculo dantesco de rosa chillón y arcoíris mágicos en la utopía distópica de las hadas Barbie (y otros seres salidos de alguna sima abisal) maquinado por las mentes maestras de Mattel como parte de su plan de dominación mundial.
Como era de esperar, regresamos al delirante mundo feérico, espero que por última vez, para volver a encontrarnos con Elina y Bieber haciendo de las suyas por la Pradera (eso sí, tras otro resumen, esta vez de las dos películas anteriores), es decir, volando sin preocupaciones entre las inflorescencias, porque si hay hadas que trabajan o hacen algo con su vida, Elina no está entre ellas. Dandelion también anda por ahí, pero que nadie se haga ilusiones: desaparece después de este segmento y, a diferencia de lo ocurrido en las anteriores entregas, ni se molestan en dar un motivo (ella se ofrece a ayudar a Elina, pero esta se limita a reírse en su cara y se larga porque debe odiarla o algo).
Como detalle curioso, las niñas flor que bailaban desganadas han desaparecido (lo que podría haber dado para una subtrama más interesante que la trama principal) y Elina ha cambiado a sus diminutas bullies por un grupito de fangirls también diminutas (eh, ¿character development?) que se arremolinan molestamente en derredor de ella. En serio, ¿son hadas niñas (con proporciones de adulta)? ¿Son otra especie de menor tamaño? Da igual, porque ni van a tener importancia en ningún momento ni van a volver a aparecer. Lo importante es que todas ellas ignoran que uno de los hongos las observa cual pervertido tras un hierbajo. Porque, sí, Laverna sigue por ahí y en un ejercicio de continuidad sorprendente mantiene su forma de rana.
El caso es que viene Azura y se lleva a Elina y al bicho a comer cupcakes (¿Por qué hay una escena de comilona hiperazucarada gratuita en cada una de las películas de Fairytopia?), Bieber se rompe un diente con uno (a saber de qué estaría hecho el cupcake) y se ponen a hablar del Hada de los Dientes (otro asunto que no conduce a nada, porque dicha hada no va a aparecer). Después de unos quince minutos (que parecen una hora) de relleno, en los que lo más reseñable es la aparición de un segundo Bieber (como si uno no fuera suficiente), Elina llega al Palacio de Cristal para aprender "el vuelo de primavera", un ritual con el que las hadas crean el primer arcoíris de la primavera para que Fairytopia resista un año más sin irse al garete (si ya digo que este sitio siempre al borde del colapso de utópico no tiene nada). Resulta que si cometen un error, Fairytopia quedará condenada a 10 años de crudo invierno (tiembla, George R. R. Martin) y, digo yo, ¿si normalmente no hay invierno cómo puede ser el primer arcoíris de primavera? ¿Cada año se pasa del otoño a la primavera? Porque en las tres películas parece que siempre es primavera, con tanto floripondio por todas partes... ¿Pero por qué pierdo el tiempo con preguntas sin respuesta? Ante la aplastante trama y la insondable lógica interna de Barbie Fairytopia, lo único que puede hacerse es apagar el neocórtex y proseguir sin cuestionarse nada.
Total, aquí empieza un tramo muy largo en el que Barbie asiste al Hogwarts este para aprender magia. Por algún motivo todas sus compañeras de clase son unas gilipollas integrales, excepto una que es bastante maja con Elina y, para no perder la tradición, todas las interacciones entre ellas vienen cargadas de un fuerte subtexto homorromántico que se va a quedar precisamente en el subtexto (la verdad es que creo que es involuntario, porque en tres películas no han conseguido mostrar una relación de amistad que funcione, y si no que se lo digan a Dandelion, la marginada). Varias clases después, Elina mete la pata, Laverna regresa y bla, bla, bla. A la media hora de película por fin puede empezar la aventura. Ah, no, espera, que aún quedan otros 10 minutos de relleno en los que los otros personajes no creen que Laverna haya vuelto, luego culpan a Elina por ello y yo qué sé.
Bueno, pues eso. Cuando la película va por la mitad empieza lo que en otras circunstancias diría que es "lo interesante", porque hasta ahí literalmente sólo aparecen personajes hablando de trivialidades y haciendo cosas aún más triviales. En adelante, Laverna desempeña su rol de villana envenenando a los guardianes y eso (qué pesada con los venenos, debo decir), y Elina tiene que detenerla porque el resto de hadas son inútiles (incluyendo a la Hechicera, gobernante de Fairytopia, que se supone que es bastante poderosa, pero nunca lo demuestra). Ni que decir tiene que el tercer acto es bastante copia del de la primera película de la trilogía.
(Continúa abajo por falta de espacio, sin spoliers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Debo confesar que, por el título, creía que la película exploraría aquello de "tienes el arcoíris en los ojos", que además sería algo que habían anticipado (supongo que esperar algo de foreshadowing en una saga de películas de Barbie era pedir demasiado) y que, como no habían desarrollado, podía funcionar como línea argumental para esta entrega, algo así como que Elina descubriera en ella un poder oculto y aprendiera a controlarlo (una colorida magia relacionada con el susodicho arcoíris, quizá una especie de dōjutsu loco, ya que estaba en sus ojos), o al menos podía servir para algún giro de guion al final que tuviera algo de sentido. Pues no. Aquello también queda en nada y Elina es especial pues porque es la prota y es una perfectísima Mary Sue a la que le sale siempre todo bien aunque no lo pretenda (que Laverna sea más tonta en cada película también ayuda).
Sobre lo demás no hay mucho que añadir. La animación es ligerísimamente mejor que la de la anterior (y por ello apreciablemente superior a la de la primera parte), aunque sigue pareciendo un videojuego de finales de los 90; y la música incidental vuelve a ser lo menos cutre de toda la película .
Recapitulando, Barbie Fairytopia: La Magia del Arco Iris es la película más lenta de las tres, pues no hay una aventura como tal y durante más de media hora no se sabe por dónde va a ir la historia. No es más incoherente y absurda que las anteriores, pero definitivamente es más aburrida. A pesar de todo, ninguna de las entregas de Barbie Fairytopia entraría en mi top de horrores animados. Ese honor lo reservo para creaciones tan inenarrables que escapan al entendimiento humano, como las grotescas creaciones de Dingo Pictures, el pseudoanime Bolívar el Héroe y mockbusters digitales de la talla de Ratatoing.
En fin, la mejor película de Barbie (y Kent) sigue siendo Toy Story 3. Por lo menos aquí concluye esta infame saga de Fairytopia y... espera, ¿cómo que Barbie Mariposa? ¿Hay dos más?
Aspectos positivos: Iba a poner que por lo menos es la última parte de la serie pero según escribía la crítica me he enterado de que salieron dos entregas más, que no son secuelas directas de estas o yo qué sé, llamadas Barbie Mariposa (las dejaré para el siguiente 29 de Febrero).
Aspectos negativos: Hay dos más... dos más... dos más...
Puntuación: ERROR
Sobre lo demás no hay mucho que añadir. La animación es ligerísimamente mejor que la de la anterior (y por ello apreciablemente superior a la de la primera parte), aunque sigue pareciendo un videojuego de finales de los 90; y la música incidental vuelve a ser lo menos cutre de toda la película .
Recapitulando, Barbie Fairytopia: La Magia del Arco Iris es la película más lenta de las tres, pues no hay una aventura como tal y durante más de media hora no se sabe por dónde va a ir la historia. No es más incoherente y absurda que las anteriores, pero definitivamente es más aburrida. A pesar de todo, ninguna de las entregas de Barbie Fairytopia entraría en mi top de horrores animados. Ese honor lo reservo para creaciones tan inenarrables que escapan al entendimiento humano, como las grotescas creaciones de Dingo Pictures, el pseudoanime Bolívar el Héroe y mockbusters digitales de la talla de Ratatoing.
En fin, la mejor película de Barbie (y Kent) sigue siendo Toy Story 3. Por lo menos aquí concluye esta infame saga de Fairytopia y... espera, ¿cómo que Barbie Mariposa? ¿Hay dos más?
Aspectos positivos: Iba a poner que por lo menos es la última parte de la serie pero según escribía la crítica me he enterado de que salieron dos entregas más, que no son secuelas directas de estas o yo qué sé, llamadas Barbie Mariposa (las dejaré para el siguiente 29 de Febrero).
Aspectos negativos: Hay dos más... dos más... dos más...
Puntuación: ERROR
12 de julio de 2019
12 de julio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Olvidada e infravalorada, porque para mucha gente no fue más que una copia de la primera parte y lo cierto es que repite la estructura (cosa que Rowling también hace en la novela), los sets, vestuario y diseño del castillo (lo que es positivo en términos de continuidad) y la banda sonora (excepto por tres o cuatro temas nuevos y, de nuevo, esto ayuda a mantener la coherencia y la cohesión entre películas). Harry Potter y la Cámara Secreta se parece demasiado a Harry Potter y la Piedra Filosofal, pero corrige varios de los fallos de la anterior entrega (dirección, efectos visuales, actuación de Radcliffe)... y comete alguno nuevo.
Kloves realiza una adaptación decente del trabajo de Rowling, con un guion bastante fiel en la línea de la Piedra Filosofal (en ambas ocasiones, a su favor juega el hecho de que no son libros muy extensos comparados con los posteriores), pero una vez más le atribuye a Harry un papel más activo y "heroico" hacia el desenlace, lo que no termina de encajar con el personaje de Rowling, ni resulta muy creíble (lo digo porque el personaje aquí sigue siendo un preadolescente).
Claro que las aventuras de Harry Potter acostumbran a caer muchas veces en lo inverosímil, incluso para ser una historia de fantasía. Es decir, podemos aceptar que haya magia en ese mundo (de lo contrario no tendríamos historia), pero cuesta creer que no cierren esa maldita escuela en la que no dejan de ocurrir desgracias. Harry Potter y la Cámara Secreta establece que la escuela se cierra sólo cuando muere algún alumno (un poco extremo, ¿no?). Y Rowling puede intentar justificarlo como quiera, pero siempre quedará mal que Dumbledore o MacGonagall no intervengan cuando Harry está en serio peligro.
Obviando ese detalle, tenemos otra entretenida aventura del joven mago: tras un encuentro con un misterioso elfo que le advierte que no debe volver a Hogwarts, Harry regresa a la escuela de magia y hechicería donde comienzan a producirse una serie de extraños sucesos. En esta ocasión, la Cámara de los Secretos ha sido abierta liberando al monstruo que contiene, una criatura dejada allí hace mil años por uno de los fundadores de Hogwarts, Salazar Slytheryn, para expulsar de la escuela a aquellos alumnos que no consideraba dignos, es decir, a los que no provenían de familias mágicas. De este modo, esta entrega es la primera en tocar el asunto del racismo y la limpieza de sangre en el mundo mágico, uno de los temas principales de la saga y la principal motivación de sus grandes villanos (Voldemort, por un lado, y Grindelwald, por otro).
Por lo demás, no hay nada importante en la novela que no esté en la película salvo el brevísimo adelanto del armario evanescente que jugará un papel determinante en la 6ª entrega (porque a Rowling le encanta el foreshadowing y sabe utilizarlo bastante bien), que fue rodado pero quedó fuera de la película por cuestiones de tiempo y ritmo. La escena en cuestión ocurre al principio, cuando Harry termina por error en el Callejón Knokturn y puede verse en las escenas eliminadas de la película y en la versión extendida, aunque el diseño de dicho armario es radicalmente diferente del que aparece más adelante (cosas de los cambios de dirección entre películas).
Por supuesto, tenemos nuevos personajes. Dobby el elfo doméstico es una recreación muy acertada de lo que describe Rowling, aunque su CGI, correcto en su día, ha envejecido bastante (compárese con su aparición en la 7ª película). Por otra parte, Jason Isaacs es un perfecto Lucius Malfoy. Participó activamente en la caracterización de su personaje y le dio una apariencia distintiva que funciona muy bien, pues en las novelas nunca se da una descripción precisa. Aunque también se le ocurrió que su personaje intentara usar una maldición imperdonable en cierto momento, lo que es un completo disparate (también es verdad que es algo que pasa bastante desapercibido, entre otras cosas, porque la explicación sobre esa maldición llega en la 4ª parte). Y, por supuesto, Kenneth Branagh es el inigualable Gilderoy Lockhart. Puede que no sea físicamente idéntico al de la novela (que es descrito como alguien más joven y guapo) y por ello fue criticada su elección, pero Branagh con su interpretación construye un Lockhart carismático y fanfarrón, al que se le nota desde el principio que es un farsante y funciona muy bien en su lado más cute y cómico.
Por lo demás, como he adelantado, sorprende en parecido con la anterior entrega. Columbus calca la estructura de la anterior película: Harry pasa el verano con los Dursley, escapa de forma precipitada con ayuda, pasa por el Callejón Diagón, llega a Hogwarts, aparece un misterio, Quidditch, Navidad... Incluso se repiten algunos recursos y se usan planos casi idénticos para las escenas similares. Que se reutilicen algunos temas de John Williams de la anterior entrega sin variación alguna tampoco ayuda. Como en la adaptación de La Piedra Filosofal, también tenemos otros prescindibles 8 minutos de Quidditch, aunque como llegan algo antes no estancan tanto el ritmo de la película y las mejoras en el CGI hacen que no resulte una escena tan ridícula.
Sin embargo, se hace un mayor uso de los exteriores y los planos generales del castillo (por primera vez, la cámara panea por encima y entre las torres de Hogwarts), lo que ayuda mucho a hacer creíble este mundo y a que ubiquemos cada lugar en su sitio (y también pone en evidencia los cambios entre películas). De nuevo, es una pena que se cayera del montaje final un plano general del lago con el castillo al fondo que fue recuperado para la versión extendida y que también aparece en las escenas eliminadas.
Además, la mejora del CGI es significativa. Por ejemplo, las acromántulas están bastante bien y al compararlas con Firenze (personaje digital de la entrega previa que aparece por la misma zona y con una iluminación similar) esa mejoría es aún más evidente.
(Sigue sin spoilers)
Kloves realiza una adaptación decente del trabajo de Rowling, con un guion bastante fiel en la línea de la Piedra Filosofal (en ambas ocasiones, a su favor juega el hecho de que no son libros muy extensos comparados con los posteriores), pero una vez más le atribuye a Harry un papel más activo y "heroico" hacia el desenlace, lo que no termina de encajar con el personaje de Rowling, ni resulta muy creíble (lo digo porque el personaje aquí sigue siendo un preadolescente).
Claro que las aventuras de Harry Potter acostumbran a caer muchas veces en lo inverosímil, incluso para ser una historia de fantasía. Es decir, podemos aceptar que haya magia en ese mundo (de lo contrario no tendríamos historia), pero cuesta creer que no cierren esa maldita escuela en la que no dejan de ocurrir desgracias. Harry Potter y la Cámara Secreta establece que la escuela se cierra sólo cuando muere algún alumno (un poco extremo, ¿no?). Y Rowling puede intentar justificarlo como quiera, pero siempre quedará mal que Dumbledore o MacGonagall no intervengan cuando Harry está en serio peligro.
Obviando ese detalle, tenemos otra entretenida aventura del joven mago: tras un encuentro con un misterioso elfo que le advierte que no debe volver a Hogwarts, Harry regresa a la escuela de magia y hechicería donde comienzan a producirse una serie de extraños sucesos. En esta ocasión, la Cámara de los Secretos ha sido abierta liberando al monstruo que contiene, una criatura dejada allí hace mil años por uno de los fundadores de Hogwarts, Salazar Slytheryn, para expulsar de la escuela a aquellos alumnos que no consideraba dignos, es decir, a los que no provenían de familias mágicas. De este modo, esta entrega es la primera en tocar el asunto del racismo y la limpieza de sangre en el mundo mágico, uno de los temas principales de la saga y la principal motivación de sus grandes villanos (Voldemort, por un lado, y Grindelwald, por otro).
Por lo demás, no hay nada importante en la novela que no esté en la película salvo el brevísimo adelanto del armario evanescente que jugará un papel determinante en la 6ª entrega (porque a Rowling le encanta el foreshadowing y sabe utilizarlo bastante bien), que fue rodado pero quedó fuera de la película por cuestiones de tiempo y ritmo. La escena en cuestión ocurre al principio, cuando Harry termina por error en el Callejón Knokturn y puede verse en las escenas eliminadas de la película y en la versión extendida, aunque el diseño de dicho armario es radicalmente diferente del que aparece más adelante (cosas de los cambios de dirección entre películas).
Por supuesto, tenemos nuevos personajes. Dobby el elfo doméstico es una recreación muy acertada de lo que describe Rowling, aunque su CGI, correcto en su día, ha envejecido bastante (compárese con su aparición en la 7ª película). Por otra parte, Jason Isaacs es un perfecto Lucius Malfoy. Participó activamente en la caracterización de su personaje y le dio una apariencia distintiva que funciona muy bien, pues en las novelas nunca se da una descripción precisa. Aunque también se le ocurrió que su personaje intentara usar una maldición imperdonable en cierto momento, lo que es un completo disparate (también es verdad que es algo que pasa bastante desapercibido, entre otras cosas, porque la explicación sobre esa maldición llega en la 4ª parte). Y, por supuesto, Kenneth Branagh es el inigualable Gilderoy Lockhart. Puede que no sea físicamente idéntico al de la novela (que es descrito como alguien más joven y guapo) y por ello fue criticada su elección, pero Branagh con su interpretación construye un Lockhart carismático y fanfarrón, al que se le nota desde el principio que es un farsante y funciona muy bien en su lado más cute y cómico.
Por lo demás, como he adelantado, sorprende en parecido con la anterior entrega. Columbus calca la estructura de la anterior película: Harry pasa el verano con los Dursley, escapa de forma precipitada con ayuda, pasa por el Callejón Diagón, llega a Hogwarts, aparece un misterio, Quidditch, Navidad... Incluso se repiten algunos recursos y se usan planos casi idénticos para las escenas similares. Que se reutilicen algunos temas de John Williams de la anterior entrega sin variación alguna tampoco ayuda. Como en la adaptación de La Piedra Filosofal, también tenemos otros prescindibles 8 minutos de Quidditch, aunque como llegan algo antes no estancan tanto el ritmo de la película y las mejoras en el CGI hacen que no resulte una escena tan ridícula.
Sin embargo, se hace un mayor uso de los exteriores y los planos generales del castillo (por primera vez, la cámara panea por encima y entre las torres de Hogwarts), lo que ayuda mucho a hacer creíble este mundo y a que ubiquemos cada lugar en su sitio (y también pone en evidencia los cambios entre películas). De nuevo, es una pena que se cayera del montaje final un plano general del lago con el castillo al fondo que fue recuperado para la versión extendida y que también aparece en las escenas eliminadas.
Además, la mejora del CGI es significativa. Por ejemplo, las acromántulas están bastante bien y al compararlas con Firenze (personaje digital de la entrega previa que aparece por la misma zona y con una iluminación similar) esa mejoría es aún más evidente.
(Sigue sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las miniaturas y otros efectos prácticos ayudan a que la película esté aguantando visualmente el paso del tiempo mejor que sus secuelas, El Prisionero de Azkaban y de El Cáliz de Fuego, cuyo CGI es mejor, pero se abusa más de él (por ejemplo, cierto perro negro, la escena del Sauce Boxeador, las sirenas).
Como en la anterior película, se intenta hacer que el clímax sea más espectacular que el de la novela. En este caso, se incrementa el tamaño del monstruo de la cámara (del que no diré más por los spoilers), hasta un extremo que es absurdo que se haya podido mover por el castillo sin ser visto. En la novela, dicha criatura no es mucho mayor que algunos animales reales similares, pero en la película han multiplicado su longitud por 3 y su volumen por 30. Por ello, la forma en la que es vencido es aún más inverosímil, puesto que hay poca magia en esa escena y mucha suerte y esgrima inventada. Y como he adelantado, la actitud excesivamente heroica de Harry no ayuda a que resulte creíble, o quizá sea Radcliffe que es incapaz de expresar terror, aunque, por lo demás, su actuación mejora.
Por lo menos no es un cambio tan radical como el del desenlace de la anterior entrega: en la novela Quirrel moría cuando Voldemort salía de su cuerpo, pero en la película es Harry quien lo mata, lo que va completamente contra el tono y el mensaje del resto de la película y, por supuesto, de la novela. Afortunadamente, la adaptación de la Cámara Secreta se ajusta más a lo que Rowling transmite.
Repite como compositor John Williams y con él vuelven muchos de los temas de la primera parte. Sin embargo, los conflictos de agenda le llevaron a meter música "de relleno" sacada de otras de sus bandas sonoras para escenas con música de acción genérica, y en general toda la banda sonora se percibe como menos compleja que la de la Piedra Filosofal. Otro detalle extraño es la reutilización del tema de la Piedra Filosofal para la Cámara, cuando ya hay uno nuevo. Aún así, la banda sonora es bastante buena, incluyendo los nuevos leitmotivs (a destacar el precioso tema de Fawkes).
Obviamente, lo de Williams es otro problema de tiempos, y es que las prisas dañaron de una forma u otra todas las películas de la saga, aunque es comprensible por el crecimiento de los intérpretes principales (por ejemplo, el inicio de El Prisionero de Azkaban, cronológicamente, se ubica sólo un mes después del final de esta película, pero Radcliffe, Grint y Watson están bastante más crecidos).
Por último sólo me resta recordar que esta es una de las dos películas de Harry Potter que poseen versión extendida, pero, a diferencia de La Piedra Filosofal, los añadidos (casi siempre sacados de la novela) merecen la pena. 13 minutos extra que pueden hacerse pesados para parte del público en la que ya es la entrega más larga de la saga, pero que serán agradecidos por la fanbase. Además es la única con escena postcréditos (una simple broma).
Resumiendo, estamos ante una de las películas más entretenidas y la más ajustada a su correspondiente libro de toda la saga. Su parecido con la anterior entrega me lleva a describirla lacónicamente como "más de lo mismo, pero un poco mejor". Por último un pequeño reproche a Rowling: las serpientes no tienen oído externo, así que el pársel...
Aspectos positivos: Es la película de Harry Potter más fiel a la novela que adapta, y también es la película de la saga más coherente respecto a su inmediata predecesora. Visualmente mejora mucho a la anterior entrega, tanto los efectos visuales (sobre todo el CGI) como la fotografía. Pese a que incluye sin modificación alguna varios de los temas de la primera parte y hay algo de música foránea, la banda sonora es bastante buena en general.
Aspectos negativos: En un intento de hacerlo más espectacular, el clímax resulta completamente inverosímil. Repite demasiado la estructura de Harry Potter y la Piedra Filosofal, lo que deja cierta sensación de déjà vu.
Puntuación: 6.75
Como en la anterior película, se intenta hacer que el clímax sea más espectacular que el de la novela. En este caso, se incrementa el tamaño del monstruo de la cámara (del que no diré más por los spoilers), hasta un extremo que es absurdo que se haya podido mover por el castillo sin ser visto. En la novela, dicha criatura no es mucho mayor que algunos animales reales similares, pero en la película han multiplicado su longitud por 3 y su volumen por 30. Por ello, la forma en la que es vencido es aún más inverosímil, puesto que hay poca magia en esa escena y mucha suerte y esgrima inventada. Y como he adelantado, la actitud excesivamente heroica de Harry no ayuda a que resulte creíble, o quizá sea Radcliffe que es incapaz de expresar terror, aunque, por lo demás, su actuación mejora.
Por lo menos no es un cambio tan radical como el del desenlace de la anterior entrega: en la novela Quirrel moría cuando Voldemort salía de su cuerpo, pero en la película es Harry quien lo mata, lo que va completamente contra el tono y el mensaje del resto de la película y, por supuesto, de la novela. Afortunadamente, la adaptación de la Cámara Secreta se ajusta más a lo que Rowling transmite.
Repite como compositor John Williams y con él vuelven muchos de los temas de la primera parte. Sin embargo, los conflictos de agenda le llevaron a meter música "de relleno" sacada de otras de sus bandas sonoras para escenas con música de acción genérica, y en general toda la banda sonora se percibe como menos compleja que la de la Piedra Filosofal. Otro detalle extraño es la reutilización del tema de la Piedra Filosofal para la Cámara, cuando ya hay uno nuevo. Aún así, la banda sonora es bastante buena, incluyendo los nuevos leitmotivs (a destacar el precioso tema de Fawkes).
Obviamente, lo de Williams es otro problema de tiempos, y es que las prisas dañaron de una forma u otra todas las películas de la saga, aunque es comprensible por el crecimiento de los intérpretes principales (por ejemplo, el inicio de El Prisionero de Azkaban, cronológicamente, se ubica sólo un mes después del final de esta película, pero Radcliffe, Grint y Watson están bastante más crecidos).
Por último sólo me resta recordar que esta es una de las dos películas de Harry Potter que poseen versión extendida, pero, a diferencia de La Piedra Filosofal, los añadidos (casi siempre sacados de la novela) merecen la pena. 13 minutos extra que pueden hacerse pesados para parte del público en la que ya es la entrega más larga de la saga, pero que serán agradecidos por la fanbase. Además es la única con escena postcréditos (una simple broma).
Resumiendo, estamos ante una de las películas más entretenidas y la más ajustada a su correspondiente libro de toda la saga. Su parecido con la anterior entrega me lleva a describirla lacónicamente como "más de lo mismo, pero un poco mejor". Por último un pequeño reproche a Rowling: las serpientes no tienen oído externo, así que el pársel...
Aspectos positivos: Es la película de Harry Potter más fiel a la novela que adapta, y también es la película de la saga más coherente respecto a su inmediata predecesora. Visualmente mejora mucho a la anterior entrega, tanto los efectos visuales (sobre todo el CGI) como la fotografía. Pese a que incluye sin modificación alguna varios de los temas de la primera parte y hay algo de música foránea, la banda sonora es bastante buena en general.
Aspectos negativos: En un intento de hacerlo más espectacular, el clímax resulta completamente inverosímil. Repite demasiado la estructura de Harry Potter y la Piedra Filosofal, lo que deja cierta sensación de déjà vu.
Puntuación: 6.75

5,8
56.167
6
12 de diciembre de 2015
12 de diciembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Muchos tendrían otro aspecto, pero usted no pidió realismo. Usted pidió más dientes". Esta frase pronunciada por uno de los personajes es perfecta para hacernos una idea de lo que es Jurassic World. Porque no parece una película de dinosaurios.
Colin Trevorrow toma el relevo de Joe Johnston en la saga y firma la que muchos consideran la mejor secuela de Jurassic Park, lo que tampoco es decir mucho. Y lo hace teniendo muy claros sus objetivos, porque en ningún momento tenía en mente hacer una película diferente y original, profunda y compleja. Nada de eso. Ni siquiera intenta alcanzar esa película que en 1993 planteara por primera vez, en el cine, la posibilidad de crear un parque zoológico de especies extintas, traídas de vueltas gracias a la clonación, con todo lo que ello conlleva.
Jurassic World retoma la idea de la entrega original y la desarrolla hacia el momento en el que el parque está completamente operativo y abierto al público, pero en general recuerda demasiado a la primera parte, sin igualarla. Es una secuela, no un remake, aunque se parece mucho. Demasiado. El nuevo parque se levanta sobre el viejo, así como la nueva entrega se desarrolla sobre la antigua, por lo que nunca consigue separarse de ella: Jurassic World vive a la sombra de Jurassic Park; y es en efecto una pobre sombra de la película de Spielberg. Trevorrow lo sabe y así lo deja claro en boca de uno de los personajes: "Aquel primer parque era auténtico. Yo le tengo un respeto enorme".
Sobre los animales hay mucho que decir, pero puede resumirse en que el dinosaurio mejor representado es ese pequeño terópodo negro que aparece dando saltitos sobre un coche, antes de emprender el vuelo, al principio de la película (sí, me refiero al pájaro). El resto tienen, precisamente, "otro aspecto", incluyendo la ausencia total de plumas, protoplumas y pelo (las picnofibras de las que carece uno de los géneros de pterosaurios, que, por cierto, no son dinosaurios), posturas erróneas y tamaños exagerados (como ese mosasaurio traga-tiburones, que tampoco es un dinoasurio). Nada nuevo, por otra parte, en la saga, pues conviene recordar que los famosos velociraptores ya sufrieron importantes cambios en la primera película y así se han mantenido: como criaturas sanguinarias, inteligentes y extremadamente veloces, muy alejados del pequeño animal emplumado de no más de 50 kg, cuyas garras eran menores a las de algunas águilas actuales.
Entonces, tenemos unos dinosaurios superlativos y desactualizados, parecidos a las reconstrucciones de finales del siglo veinte, que se comportan como auténticos monstruos de película, persiguiendo insistentemente a todo lo que se mueva, o luchando violentamente como si fueran kaijū. No es de extrañar puesto que Trevorrow ni siquiera distingue entre dinosaurios, pterosaurios y mosasaurios (estos últimos parientes cercanos de los actuales lagartos y serpientes). Aunque eso no es lo peor, no. El argumento es simple: el parque está abierto. Pero se le añade un elemento disonante y es ese híbrido genético al que llaman por el efectista nombre de Indominus rex. Un batiburrillo de especies (desde dinosaurios y otros reptiles a ranas y sepias) que se hace odiar. Por si fuera poco, hay varias incoherencias en la propia trama. Así, se nos dice y reitera que el nuevo dinosaurio que se han inventado es un animal que ha crecido aislado y es incapaz de relacionarse con otros animales, pero cuando se encuentra con la manada de velociraptores puede comunicarse con ellos por ser "en parte raptor". Por si fuera poco, el bicho también es en parte Tyrannosaurus, pero no puede o no quiere comunicarse con este. Como tampoco tiene sentido que dos especies de pterosaurios, que conviven pacíficamente, se abalancen a por cualquier cosa que se mueva, como si estuvieran muertos de hambre, en cuanto escapan del aviario.
Así, durante una buena parte de la película, una parte del cerebro nos dice que algo no funciona. Algo no tiene sentido en esa sucesión de carreras y persecuciones, ataques y peleas de monstruos. Pero, desconectando esa parte más crítica, puede llegar a disfrutarse. Dejando la lógica y la razón un poco al margen, la película puede ser divertida; y ese es el objetivo.
Colin Trevorrow no engaña a nadie: nunca ha ocultado que su intención no iba más allá del de crear una película estúpida y entretenida. Es más, asegura que intentó rodarla desde el punto de vista de un niño, que incorporó deliberadamente diversos clichés y estereotipos del género y que incluso se inspiró en videojuegos para varias tomas. Y eso es Jurassic World: simple y directa, y muy predecible, excepto por un par de situaciones tan absurdas que superan cualquier expectativa (ver spoiler al final).
A la trama simple hay que añadirle unos personajes arquetípicos, incluyendo los irritantes niños (que no han faltado en ninguna entrega de la saga), al tipejo belicista sin escrúpulos, al millonario excéntrico, al nerd fanático de los dinosaurios y al científico al que le entusiasma jugar con la naturaleza (personaje recuperado de la primera entrega). También está Bryce Dallas Howard corriendo por ahí... En tacones. Eso sí, Chris Pratt cumple sobradamente en su papel, gracias a su presencia y carisma en pantalla. Pero a decir verdad poco interesan, porque la película consigue que nos importe más la vida de un Apatosaurus que la de cualquier humano. Y, por supuesto, no podemos olvidar el inverosímil y forzado romance que se desarrolla como cabía esperar, mientras muere gente alrededor.
Es cierto que se plantea, una vez más...
(Sigue en el "spoiler" pero sin spoilers, hasta que se indique lo contrario)
Colin Trevorrow toma el relevo de Joe Johnston en la saga y firma la que muchos consideran la mejor secuela de Jurassic Park, lo que tampoco es decir mucho. Y lo hace teniendo muy claros sus objetivos, porque en ningún momento tenía en mente hacer una película diferente y original, profunda y compleja. Nada de eso. Ni siquiera intenta alcanzar esa película que en 1993 planteara por primera vez, en el cine, la posibilidad de crear un parque zoológico de especies extintas, traídas de vueltas gracias a la clonación, con todo lo que ello conlleva.
Jurassic World retoma la idea de la entrega original y la desarrolla hacia el momento en el que el parque está completamente operativo y abierto al público, pero en general recuerda demasiado a la primera parte, sin igualarla. Es una secuela, no un remake, aunque se parece mucho. Demasiado. El nuevo parque se levanta sobre el viejo, así como la nueva entrega se desarrolla sobre la antigua, por lo que nunca consigue separarse de ella: Jurassic World vive a la sombra de Jurassic Park; y es en efecto una pobre sombra de la película de Spielberg. Trevorrow lo sabe y así lo deja claro en boca de uno de los personajes: "Aquel primer parque era auténtico. Yo le tengo un respeto enorme".
Sobre los animales hay mucho que decir, pero puede resumirse en que el dinosaurio mejor representado es ese pequeño terópodo negro que aparece dando saltitos sobre un coche, antes de emprender el vuelo, al principio de la película (sí, me refiero al pájaro). El resto tienen, precisamente, "otro aspecto", incluyendo la ausencia total de plumas, protoplumas y pelo (las picnofibras de las que carece uno de los géneros de pterosaurios, que, por cierto, no son dinosaurios), posturas erróneas y tamaños exagerados (como ese mosasaurio traga-tiburones, que tampoco es un dinoasurio). Nada nuevo, por otra parte, en la saga, pues conviene recordar que los famosos velociraptores ya sufrieron importantes cambios en la primera película y así se han mantenido: como criaturas sanguinarias, inteligentes y extremadamente veloces, muy alejados del pequeño animal emplumado de no más de 50 kg, cuyas garras eran menores a las de algunas águilas actuales.
Entonces, tenemos unos dinosaurios superlativos y desactualizados, parecidos a las reconstrucciones de finales del siglo veinte, que se comportan como auténticos monstruos de película, persiguiendo insistentemente a todo lo que se mueva, o luchando violentamente como si fueran kaijū. No es de extrañar puesto que Trevorrow ni siquiera distingue entre dinosaurios, pterosaurios y mosasaurios (estos últimos parientes cercanos de los actuales lagartos y serpientes). Aunque eso no es lo peor, no. El argumento es simple: el parque está abierto. Pero se le añade un elemento disonante y es ese híbrido genético al que llaman por el efectista nombre de Indominus rex. Un batiburrillo de especies (desde dinosaurios y otros reptiles a ranas y sepias) que se hace odiar. Por si fuera poco, hay varias incoherencias en la propia trama. Así, se nos dice y reitera que el nuevo dinosaurio que se han inventado es un animal que ha crecido aislado y es incapaz de relacionarse con otros animales, pero cuando se encuentra con la manada de velociraptores puede comunicarse con ellos por ser "en parte raptor". Por si fuera poco, el bicho también es en parte Tyrannosaurus, pero no puede o no quiere comunicarse con este. Como tampoco tiene sentido que dos especies de pterosaurios, que conviven pacíficamente, se abalancen a por cualquier cosa que se mueva, como si estuvieran muertos de hambre, en cuanto escapan del aviario.
Así, durante una buena parte de la película, una parte del cerebro nos dice que algo no funciona. Algo no tiene sentido en esa sucesión de carreras y persecuciones, ataques y peleas de monstruos. Pero, desconectando esa parte más crítica, puede llegar a disfrutarse. Dejando la lógica y la razón un poco al margen, la película puede ser divertida; y ese es el objetivo.
Colin Trevorrow no engaña a nadie: nunca ha ocultado que su intención no iba más allá del de crear una película estúpida y entretenida. Es más, asegura que intentó rodarla desde el punto de vista de un niño, que incorporó deliberadamente diversos clichés y estereotipos del género y que incluso se inspiró en videojuegos para varias tomas. Y eso es Jurassic World: simple y directa, y muy predecible, excepto por un par de situaciones tan absurdas que superan cualquier expectativa (ver spoiler al final).
A la trama simple hay que añadirle unos personajes arquetípicos, incluyendo los irritantes niños (que no han faltado en ninguna entrega de la saga), al tipejo belicista sin escrúpulos, al millonario excéntrico, al nerd fanático de los dinosaurios y al científico al que le entusiasma jugar con la naturaleza (personaje recuperado de la primera entrega). También está Bryce Dallas Howard corriendo por ahí... En tacones. Eso sí, Chris Pratt cumple sobradamente en su papel, gracias a su presencia y carisma en pantalla. Pero a decir verdad poco interesan, porque la película consigue que nos importe más la vida de un Apatosaurus que la de cualquier humano. Y, por supuesto, no podemos olvidar el inverosímil y forzado romance que se desarrolla como cabía esperar, mientras muere gente alrededor.
Es cierto que se plantea, una vez más...
(Sigue en el "spoiler" pero sin spoilers, hasta que se indique lo contrario)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... el asunto de la manipulación de la naturaleza, si resulta ético traer de vuelta a una especie extinta y cuál sería el lugar de dicha especie en el mundo actual. Pero eso es algo que ya se hacía con más acierto en la primera Jurassic Park. Aquí, tratado por encima, es sólo un recurso para que exista algún descanso entre las secuencias de acción; y a la vez sirve de excusa para poder seguir con la historia (en esta película y las anunciadas secuelas) y poder seguir añadiendo carreras y muertes, y más monstruos cada vez más artificiales.
Hay que destacar la BSO de Michael Giacchino que nos deja un par de temas memorables, aunque, al igual que ocurre con el conjunto de la película, en todo momento es consciente de su inferioridad frente a la original: la partitura que compusiera John Williams para Jurassic Park. De esta forma, se recuperan varios de los leitmotivs de la primera película, incluso alguna melodía de The Lost World, para varios momentos, si bien, en alguno, la inclusión de estos temas queda un poco forzada.
Mucho CGI, aunque eso no es necesariamente malo, sobre todo si se utiliza para lo que tiene que utilizarse, en este caso, la recreación de criaturas que no existen; y objetivamente no es peor que el de las anteriores entregas de la saga, por mucho que haya quien se empeñe en creerlo. Es cierto que podría haberse recurrido a los clásicos animatrónicos, pero es que también hay alguno (el Apatosaurus moribundo). En cualquier caso da igual siempre que las imágenes que vemos en pantalla estén a la altura de lo que se espera en una superproducción como esta, y creo que en este sentido lo están. Ya digo, y repito, que lo ridículamente desactualizado es la apariencia de los animales. Es decir, parecen reales, pero eso no son dinosaurios, pterosaurios ni mosasaurios. Y eso sería un problema si nos tomásemos la película en serio.
Aspectos positivos: Cumple su cometido de entretener. Hay escenas muy logradas. Buena banda sonora.
Aspectos negativos: Se echa en falta una mejor historia y personajes. La apariencia de los animales, demasiado alejada de las reconstrucciones actuales.
Puntuación: 6
SPOILER
Me refiero obviamente al desenlace. Desde los trailers y spots era evidente que se estaban guardando al Tyrannosaurus. Que le estaban reservando un gran momento al final de la película, y que sería, de nuevo, el héroe sin pretenderlo de la historia: haciendo una aparición triunfal para matar al sanguinario monstruo de ingeniería genética, y acallar las quejas de los fans por Jurassic Park III.
Pues sí, eso ocurre más o menos, pero una tripe alianza entre animales de especies distintas contra el Indominus es tan absurdo que difícilmente podía preverse (puede que hablar de "alianza" sea un poco exagerado, pero en todo momento todos sabían a quién tenían que atacar). Absurdo hasta lo ridículo, pero la secuencia es espectacular, que es lo que se pretendía; y logra el aplauso de un buen sector del público. Y parece que ese sector es bien amplio, pues, con más de 1660 millones de dólares recaudados, Jurassic World es una de las películas más taquilleras de todos los tiempos (aun ajustando los precios la recaudación sigue siendo impresionante). Y repito que, aunque esta es una película de entretenimiento sin más pretensiones, es una pena que no hayan sido más exactos en la recreación de los dinosaurios y demás paleofauna.
Cada vez más cineastas reconocen a la gran responsabilidad que tienen. Las películas llegan a un gran público, así que tienen que cuidar lo que ponen en pantalla. De la misma forma, la imagen que tiene el público general de los dinosaurios procede principalmente de estas películas, no de los documentales (que muchas veces también son poco rigurosos). Deberían tener en cuenta este detalle a la hora de reconstruir estas especies extintas para evitar perpetuar la imagen tan errónea que se tiene de estos animales, que sigue ahí enquistada en la cultura popular.
Hay que destacar la BSO de Michael Giacchino que nos deja un par de temas memorables, aunque, al igual que ocurre con el conjunto de la película, en todo momento es consciente de su inferioridad frente a la original: la partitura que compusiera John Williams para Jurassic Park. De esta forma, se recuperan varios de los leitmotivs de la primera película, incluso alguna melodía de The Lost World, para varios momentos, si bien, en alguno, la inclusión de estos temas queda un poco forzada.
Mucho CGI, aunque eso no es necesariamente malo, sobre todo si se utiliza para lo que tiene que utilizarse, en este caso, la recreación de criaturas que no existen; y objetivamente no es peor que el de las anteriores entregas de la saga, por mucho que haya quien se empeñe en creerlo. Es cierto que podría haberse recurrido a los clásicos animatrónicos, pero es que también hay alguno (el Apatosaurus moribundo). En cualquier caso da igual siempre que las imágenes que vemos en pantalla estén a la altura de lo que se espera en una superproducción como esta, y creo que en este sentido lo están. Ya digo, y repito, que lo ridículamente desactualizado es la apariencia de los animales. Es decir, parecen reales, pero eso no son dinosaurios, pterosaurios ni mosasaurios. Y eso sería un problema si nos tomásemos la película en serio.
Aspectos positivos: Cumple su cometido de entretener. Hay escenas muy logradas. Buena banda sonora.
Aspectos negativos: Se echa en falta una mejor historia y personajes. La apariencia de los animales, demasiado alejada de las reconstrucciones actuales.
Puntuación: 6
SPOILER
Me refiero obviamente al desenlace. Desde los trailers y spots era evidente que se estaban guardando al Tyrannosaurus. Que le estaban reservando un gran momento al final de la película, y que sería, de nuevo, el héroe sin pretenderlo de la historia: haciendo una aparición triunfal para matar al sanguinario monstruo de ingeniería genética, y acallar las quejas de los fans por Jurassic Park III.
Pues sí, eso ocurre más o menos, pero una tripe alianza entre animales de especies distintas contra el Indominus es tan absurdo que difícilmente podía preverse (puede que hablar de "alianza" sea un poco exagerado, pero en todo momento todos sabían a quién tenían que atacar). Absurdo hasta lo ridículo, pero la secuencia es espectacular, que es lo que se pretendía; y logra el aplauso de un buen sector del público. Y parece que ese sector es bien amplio, pues, con más de 1660 millones de dólares recaudados, Jurassic World es una de las películas más taquilleras de todos los tiempos (aun ajustando los precios la recaudación sigue siendo impresionante). Y repito que, aunque esta es una película de entretenimiento sin más pretensiones, es una pena que no hayan sido más exactos en la recreación de los dinosaurios y demás paleofauna.
Cada vez más cineastas reconocen a la gran responsabilidad que tienen. Las películas llegan a un gran público, así que tienen que cuidar lo que ponen en pantalla. De la misma forma, la imagen que tiene el público general de los dinosaurios procede principalmente de estas películas, no de los documentales (que muchas veces también son poco rigurosos). Deberían tener en cuenta este detalle a la hora de reconstruir estas especies extintas para evitar perpetuar la imagen tan errónea que se tiene de estos animales, que sigue ahí enquistada en la cultura popular.
17 de marzo de 2019
17 de marzo de 2019
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La impresión general que me causa esta película es similar a la que me produjo Mortal Engines: es espectacular (una vez más, Weta demuestra de qué es capaz) y resulta hasta entretenida, pese a un argumento poco original y predecible, cargado de clichés y personajes estereotípicos e insuficientemente desarrollados.
En cierto sentido, Alita: Ángel de Combate parece una versión adolescente de Ghost in the Shell (me refiero a la adaptación live action de Rupert Sanders), al mezclar la trama de una cyborg (perdone señora RAE, pero no me convence eso escribirlo con "i") que de humana sólo conserva el cerebro e intenta averiguar quién es (o, más bien, fue) con una historia de amor tonta y superficial muy al estilo de Crepúsculo, y añadir un deporte ficticio que, a pesar de su escaso peso en la trama principal, va a ocupar buena parte del metraje.
Adaptación de GUNNM (manga de Yukito Kishiro que comenzó a publicarse a principios de los 90), la historia de Alita tiene lugar en un mundo distópico entre postapocalíptico y cyberpunk en el que, tras una guerra contra Marte, las ciudades flotantes de la Tierra caen, salvo una: Salem (nombre tomado de Jerusalem). Por debajo de Salem y alrededor del vertedero de piezas y chatarra que han sido desechadas desde la ciudad flotante, se ha formado un gran asentamiento, la Ciudad de Hierro (el inconfundible suburbio peligroso en el que la vida vale muy poco). Los cazadores-guerreros mantienen el orden en las calles a cambio de dinero, mientras los jóvenes de la ciudad, crecidos a la sombra de Salem, juegan al Motorball con la esperanza de convertirse en campeones y subir a dicha ciudad flotante.
En medio de ese ecosistema de violencia, óxido y miseria, el doctor Dyson Ido (Daisuke, en el manga) encuentra el torso y la cabeza de una cyborg entre los deshechos de Salem y, tras repararla, le da el nombre de su hija muerta: Alita (Gally, en el manga, que no era el nombre de ninguna hija sino de un gato). No es una mala premisa, pero, como hiciera Sanders con su Ghost in the Shell, Cameron y Rodriguez toman el que posiblemente sea el rumbo más cobarde y perezoso de entre todos los posibles: copian alguna escena o imagen del material original, pero reducen la trama a una historia de orígenes y autodescubrimiento sumamente complaciente. Cada vez que se empieza a complicar la trama, se simplifica de golpe; y cada vez que parece perfilarse algún conflicto o dilema interesante, este se desvanece rápidamente.
Después de las típicas escenas en las que descubre el mundo que la rodea, Alita empieza a preguntarse quién es, descubre el principal conflicto de la historia, se alista en los cazadores-guerreros y comienza a jugar al Motorball, que en adelante llamaré Quidditch sobre ruedas. Fueron Los Simpson quienes explicaron con gran acierto en su episodio "The Book Job" que toda saga adolescente necesita un absurdo deporte inventado. El Quidditch sobre ruedas de Alita procede del propio manga, cierto, pero no hace su aparición hasta mucho más adelante y está más justificado. En cambio, Cameron quería incluirlo forzosamente en la película y, a pesar del tiempo que se le dedica, no tiene una relevancia real más allá de mostrar unas escenas CGI muy espectaculares con carreras y peleas a toda velocidad (como he dicho, quien triunfe en esto podrá subir a Salem... por algún motivo difuso, lo que termina quedando como una excusa muy pobre).
No sé si el éxito ha hecho que Cameron se relaje en exceso o es que no está muy inspirado. Ya en Avatar escribió una trama simple e igual de predecible, pero al menos el mundo estaba bien construido y era rico, coherente y dejaba pocos cabos sueltos (salvo el rollo de Eywa que era algo ambiguo). Aquí, las leyes de Ciudad de Hierro parecen contradecirse varias veces; y digo que "parecen contradecirse" porque en realidad no hay explicaciones sobre casi nada de esto: el funcionamiento del cuerpo de cazadores, las leyes que se cumplen según el contexto y las patrullas de tanques-araña estilo tachikoma de Ghost in the Shell, que pasan gran parte del tiempo no haciendo nada. Y así podemos entrar en decenas de headscratchers (lo típico). Podrían haber dedicado más tiempo a explicar todo eso en detalle en lugar de meter el romance adolescente forzado o el Quidditch sobre ruedas, pero, claro, Cameron y Rodiguez han preferido ir a lo fácil y de paso desperdician completamente el extenso lore del manga.
Por supuesto, resulta tremendamente frustrante que no lleguemos a ver nada de Salem (salvo lo que se ve desde abajo), no se explique casi nada sobre la guerra ni sobre el pasado de Alita, y el final sea tan abierto. El propósito debe ser el de hacer una o varias secuelas. En ese sentido, esta película puede funcionar como primera entrega de una saga, pero como filme individual no es 100% satisfactorio porque deja demasiados cabos sueltos de cara a esas posibles secuelas. Una estrategia atrevida que dejará esta película completamente coja hasta que llegue una continuación (si es que algún día llega).
Dejando a un lado el rollo más cyberpunk, Alita es una película de acción y aventuras de Hollywood bastante promedio y como tal tiene su historia romántica obligada entre la prota y el macarra guaperas aunque sensible del barrio, repleta de diálogos y situaciones ridículas dignas de una de esas estúpidas series juveniles de Netflix (la escena del corazón es lo más cursi que he visto en años), clichés vistos mil veces (ese beso bajo la lluvia) y redundantes paseos en moto salidos de una película de los 80 (eso sí, la moto tiene sólo una rueda para que se note que es el futuro y eso).
Ojo, que no digo que meter una historia romántica (o, ya que estamos, un juego ficticio) sea en sí un error (más aún cuando procede del manga). Sólo digo que tal y como lo han hecho, su única función parece la de estirar la historia para que dé para varias películas, pero el resultado es que entorpece el avance de la trama principal.
(Sigue sin spoilers)
En cierto sentido, Alita: Ángel de Combate parece una versión adolescente de Ghost in the Shell (me refiero a la adaptación live action de Rupert Sanders), al mezclar la trama de una cyborg (perdone señora RAE, pero no me convence eso escribirlo con "i") que de humana sólo conserva el cerebro e intenta averiguar quién es (o, más bien, fue) con una historia de amor tonta y superficial muy al estilo de Crepúsculo, y añadir un deporte ficticio que, a pesar de su escaso peso en la trama principal, va a ocupar buena parte del metraje.
Adaptación de GUNNM (manga de Yukito Kishiro que comenzó a publicarse a principios de los 90), la historia de Alita tiene lugar en un mundo distópico entre postapocalíptico y cyberpunk en el que, tras una guerra contra Marte, las ciudades flotantes de la Tierra caen, salvo una: Salem (nombre tomado de Jerusalem). Por debajo de Salem y alrededor del vertedero de piezas y chatarra que han sido desechadas desde la ciudad flotante, se ha formado un gran asentamiento, la Ciudad de Hierro (el inconfundible suburbio peligroso en el que la vida vale muy poco). Los cazadores-guerreros mantienen el orden en las calles a cambio de dinero, mientras los jóvenes de la ciudad, crecidos a la sombra de Salem, juegan al Motorball con la esperanza de convertirse en campeones y subir a dicha ciudad flotante.
En medio de ese ecosistema de violencia, óxido y miseria, el doctor Dyson Ido (Daisuke, en el manga) encuentra el torso y la cabeza de una cyborg entre los deshechos de Salem y, tras repararla, le da el nombre de su hija muerta: Alita (Gally, en el manga, que no era el nombre de ninguna hija sino de un gato). No es una mala premisa, pero, como hiciera Sanders con su Ghost in the Shell, Cameron y Rodriguez toman el que posiblemente sea el rumbo más cobarde y perezoso de entre todos los posibles: copian alguna escena o imagen del material original, pero reducen la trama a una historia de orígenes y autodescubrimiento sumamente complaciente. Cada vez que se empieza a complicar la trama, se simplifica de golpe; y cada vez que parece perfilarse algún conflicto o dilema interesante, este se desvanece rápidamente.
Después de las típicas escenas en las que descubre el mundo que la rodea, Alita empieza a preguntarse quién es, descubre el principal conflicto de la historia, se alista en los cazadores-guerreros y comienza a jugar al Motorball, que en adelante llamaré Quidditch sobre ruedas. Fueron Los Simpson quienes explicaron con gran acierto en su episodio "The Book Job" que toda saga adolescente necesita un absurdo deporte inventado. El Quidditch sobre ruedas de Alita procede del propio manga, cierto, pero no hace su aparición hasta mucho más adelante y está más justificado. En cambio, Cameron quería incluirlo forzosamente en la película y, a pesar del tiempo que se le dedica, no tiene una relevancia real más allá de mostrar unas escenas CGI muy espectaculares con carreras y peleas a toda velocidad (como he dicho, quien triunfe en esto podrá subir a Salem... por algún motivo difuso, lo que termina quedando como una excusa muy pobre).
No sé si el éxito ha hecho que Cameron se relaje en exceso o es que no está muy inspirado. Ya en Avatar escribió una trama simple e igual de predecible, pero al menos el mundo estaba bien construido y era rico, coherente y dejaba pocos cabos sueltos (salvo el rollo de Eywa que era algo ambiguo). Aquí, las leyes de Ciudad de Hierro parecen contradecirse varias veces; y digo que "parecen contradecirse" porque en realidad no hay explicaciones sobre casi nada de esto: el funcionamiento del cuerpo de cazadores, las leyes que se cumplen según el contexto y las patrullas de tanques-araña estilo tachikoma de Ghost in the Shell, que pasan gran parte del tiempo no haciendo nada. Y así podemos entrar en decenas de headscratchers (lo típico). Podrían haber dedicado más tiempo a explicar todo eso en detalle en lugar de meter el romance adolescente forzado o el Quidditch sobre ruedas, pero, claro, Cameron y Rodiguez han preferido ir a lo fácil y de paso desperdician completamente el extenso lore del manga.
Por supuesto, resulta tremendamente frustrante que no lleguemos a ver nada de Salem (salvo lo que se ve desde abajo), no se explique casi nada sobre la guerra ni sobre el pasado de Alita, y el final sea tan abierto. El propósito debe ser el de hacer una o varias secuelas. En ese sentido, esta película puede funcionar como primera entrega de una saga, pero como filme individual no es 100% satisfactorio porque deja demasiados cabos sueltos de cara a esas posibles secuelas. Una estrategia atrevida que dejará esta película completamente coja hasta que llegue una continuación (si es que algún día llega).
Dejando a un lado el rollo más cyberpunk, Alita es una película de acción y aventuras de Hollywood bastante promedio y como tal tiene su historia romántica obligada entre la prota y el macarra guaperas aunque sensible del barrio, repleta de diálogos y situaciones ridículas dignas de una de esas estúpidas series juveniles de Netflix (la escena del corazón es lo más cursi que he visto en años), clichés vistos mil veces (ese beso bajo la lluvia) y redundantes paseos en moto salidos de una película de los 80 (eso sí, la moto tiene sólo una rueda para que se note que es el futuro y eso).
Ojo, que no digo que meter una historia romántica (o, ya que estamos, un juego ficticio) sea en sí un error (más aún cuando procede del manga). Sólo digo que tal y como lo han hecho, su única función parece la de estirar la historia para que dé para varias películas, pero el resultado es que entorpece el avance de la trama principal.
(Sigue sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cambiando de tema, a diferencia de lo ocurrido con Ghost in the Shell, parece que ahora no toca hablar de whitewashing, algo que me importa tirando a poco aunque me sorprende que le dieran tanto palos a Ghost in the Shell con eso y ahora nadie saque el tema (Robert Rodriguez comentó brevemente en la que quizá sea la peor excusa de la historia, que el manga no especifica que los personajes sean japoneses, aunque tengan nombres como Daisuke). Quizá sea porque el asunto de los ojos ha eclipsado todo lo demás: en un pobre intento de referenciar, evocar y homenajear al manga del que procede, Alita exhibe unos globos oculares hipertrofiados que la hacen caer de lleno en el uncanny valley.
Si acaso, en algunos momentos (sobre todo al principio), los ojos enormes junto a la apariencia general de Alita (parece diseñada por un lolicon), sus movimientos y su inocencia (ya digo, al principio) le dan un aire un tanto moe que en un personaje fotorrealista y queda jodidamente raro. Por no decir lo injustificable que resulta una cara tan aniñada en un cyborg creado para el combate.
Aún así, podría pasar por alto todo eso si Alita cumpliera con lo que se espera de ella, empezando por que sea un personaje creíble y con el que se pueda empatizar en algún sentido. Como era de esperar, han intentado construir una protagonista fuerte con la que compensar algo (o corregir) la hegemonía masculina en el cine de fantasía y ciencia ficción más mainstream, lo que me parece perfecto. El problema es que no es un personaje bien escrito (y por ello no puede ser una buena heroína, como han proclamado por ahí). Alita salta con brusquedad de la ingenuidad más absoluta a la guerrera más aguerrida, compaginándolo con el rollo de adolescente ñoña enamorada e hija rebelde, con muchos de esos momentos en los que todo le sale bien de casualidad y también un par en lo que algo le sale mal por conveniencia del guion. Pero lo peor es que, por mucho que ser una cyborg lo justifique al menos parcialmente, el ser tan perfecta la acerca demasiado al arquetipo Mary Sue (pasado trágico absolutamente irrelevante, característica física distintiva igual de irrelevante, talento innato para todo, cualidades que son destacadas continuamente por el resto de personajes... y centro aparente de absolutamente todo). Parece mentira que el guión sea obra del mismo James Cameron que hace años creó el personaje de Sarah Connor.
Indudablemente, el principal atractivo de la película es todo su apartado visual (bien acompañado por la música de Junkie XL). Tanto el CGI como los efectos prácticos encajan bien y dejan unas peleas estilo shōnen muy espectaculares, si bien debo resaltar que un par de momentos son sospechosamente similares a escenas vistas en las películas de Hellboy de Guillermo del Toro (lo de la trituradora está calcado) cuyas escenas de acción bebían más del anime que de los cómics de Mignola.
En fin, como tantas otras veces, Alita: Ángel de Combate parece un primer episodio, algo largo, de una serie. Muchos de esos casos no fructificaron en más entregas. Sin embargo, en esta ocasión parece que la historia continuará en la gran pantalla. Veremos si se corrigen los errores de esta y se logra reconducir la saga. Potencial tiene, pero necesita un guión que sorprenda y unos personajes mejor escritos, y eso pasa por desarrollar bien a la protagonista, centrarse en lo importante y dejar un poco a un lado los deportes ficticios y los romances trillados. Y si se aprovecha el lore de GUNNM, mejor.
Aspectos positivos: El diseño de producción y los efectos visuales. La espectacularidad de las escenas de acción. Pese a todo, es entretenida.
Aspectos negativos: Lo previsible de la trama y lo escasamente interesantes que son casi todos los personajes. La poca química que hay entre Hugo (ejem, Yūgo) y Alita, y cómo está planteada esa relación. No se respetan los nombres originales del manga en casi ningún caso, incluyendo a la protagonista.
Puntuación: 5
Si acaso, en algunos momentos (sobre todo al principio), los ojos enormes junto a la apariencia general de Alita (parece diseñada por un lolicon), sus movimientos y su inocencia (ya digo, al principio) le dan un aire un tanto moe que en un personaje fotorrealista y queda jodidamente raro. Por no decir lo injustificable que resulta una cara tan aniñada en un cyborg creado para el combate.
Aún así, podría pasar por alto todo eso si Alita cumpliera con lo que se espera de ella, empezando por que sea un personaje creíble y con el que se pueda empatizar en algún sentido. Como era de esperar, han intentado construir una protagonista fuerte con la que compensar algo (o corregir) la hegemonía masculina en el cine de fantasía y ciencia ficción más mainstream, lo que me parece perfecto. El problema es que no es un personaje bien escrito (y por ello no puede ser una buena heroína, como han proclamado por ahí). Alita salta con brusquedad de la ingenuidad más absoluta a la guerrera más aguerrida, compaginándolo con el rollo de adolescente ñoña enamorada e hija rebelde, con muchos de esos momentos en los que todo le sale bien de casualidad y también un par en lo que algo le sale mal por conveniencia del guion. Pero lo peor es que, por mucho que ser una cyborg lo justifique al menos parcialmente, el ser tan perfecta la acerca demasiado al arquetipo Mary Sue (pasado trágico absolutamente irrelevante, característica física distintiva igual de irrelevante, talento innato para todo, cualidades que son destacadas continuamente por el resto de personajes... y centro aparente de absolutamente todo). Parece mentira que el guión sea obra del mismo James Cameron que hace años creó el personaje de Sarah Connor.
Indudablemente, el principal atractivo de la película es todo su apartado visual (bien acompañado por la música de Junkie XL). Tanto el CGI como los efectos prácticos encajan bien y dejan unas peleas estilo shōnen muy espectaculares, si bien debo resaltar que un par de momentos son sospechosamente similares a escenas vistas en las películas de Hellboy de Guillermo del Toro (lo de la trituradora está calcado) cuyas escenas de acción bebían más del anime que de los cómics de Mignola.
En fin, como tantas otras veces, Alita: Ángel de Combate parece un primer episodio, algo largo, de una serie. Muchos de esos casos no fructificaron en más entregas. Sin embargo, en esta ocasión parece que la historia continuará en la gran pantalla. Veremos si se corrigen los errores de esta y se logra reconducir la saga. Potencial tiene, pero necesita un guión que sorprenda y unos personajes mejor escritos, y eso pasa por desarrollar bien a la protagonista, centrarse en lo importante y dejar un poco a un lado los deportes ficticios y los romances trillados. Y si se aprovecha el lore de GUNNM, mejor.
Aspectos positivos: El diseño de producción y los efectos visuales. La espectacularidad de las escenas de acción. Pese a todo, es entretenida.
Aspectos negativos: Lo previsible de la trama y lo escasamente interesantes que son casi todos los personajes. La poca química que hay entre Hugo (ejem, Yūgo) y Alita, y cómo está planteada esa relación. No se respetan los nombres originales del manga en casi ningún caso, incluyendo a la protagonista.
Puntuación: 5
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