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Críticas ordenadas por utilidad
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5,3
2.361
6
11 de abril de 2011
11 de abril de 2011
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atípico film que mezcla las artes marciales con una reinterpretación oriental del cine del oeste, reinventado a través de imposibles paisajes 3D. Si bien el comienzo puede resultar un poco confuso y dejarnos un tanto descolocados, conforme el filme va avanzando, resulta fácil dejarse envolver por su atmósfera onírica y sus bien coreografíadas escenas de acción.
Si bien la épica de algunos personajes resulta demasiado impostada y la historia peca de un exceso de simplicidad que, si la desproveemos de todo el majestuoso envoltorio, produce un tufillo a "deja vu", lo cierto es que me entretuve bastante con la parsimonia de Dong-gun Jang mezclada con la locura del resto de personajes, los planos imposibles y las dinámicas coreografías.
Del mismo modo que en los años sesenta y setenta, el western vio como se reinterpretaba y dinamizaba gracias a la aportación del spaghetti western, sus polvorientos planos, con un toque de realismo y sordidez que hasta entonces Hollywood no había descubierto en un género que daba muestras más que evidentes de agotamiento, tal vez tenga que venir ahora desde un oriente colorista y excesivo un nuevo aire renovador que abra ventanas que eliminen el olorcillo a viejo. En ese sentido, The Warrior's way cumple con creces el objetivo de ofrecer un producto de evasión bien construido y atractivo para un gran público que, lamentablemente, se verá abocado a las salas únicamente si la película se promociona adecuadamente desde los estudios.
En su debe, tal vez que las excenas de acción resultan excesivas en su concepción; en mi opinión la espectacularidad de una escena no depende del número de extras que el protagonista se cargue para llegar al "malo", más bien al contrario, eso puede resultar (y de hecho creo que resulta) un poco cansino.
Si bien la épica de algunos personajes resulta demasiado impostada y la historia peca de un exceso de simplicidad que, si la desproveemos de todo el majestuoso envoltorio, produce un tufillo a "deja vu", lo cierto es que me entretuve bastante con la parsimonia de Dong-gun Jang mezclada con la locura del resto de personajes, los planos imposibles y las dinámicas coreografías.
Del mismo modo que en los años sesenta y setenta, el western vio como se reinterpretaba y dinamizaba gracias a la aportación del spaghetti western, sus polvorientos planos, con un toque de realismo y sordidez que hasta entonces Hollywood no había descubierto en un género que daba muestras más que evidentes de agotamiento, tal vez tenga que venir ahora desde un oriente colorista y excesivo un nuevo aire renovador que abra ventanas que eliminen el olorcillo a viejo. En ese sentido, The Warrior's way cumple con creces el objetivo de ofrecer un producto de evasión bien construido y atractivo para un gran público que, lamentablemente, se verá abocado a las salas únicamente si la película se promociona adecuadamente desde los estudios.
En su debe, tal vez que las excenas de acción resultan excesivas en su concepción; en mi opinión la espectacularidad de una escena no depende del número de extras que el protagonista se cargue para llegar al "malo", más bien al contrario, eso puede resultar (y de hecho creo que resulta) un poco cansino.
7
26 de septiembre de 2011
26 de septiembre de 2011
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es indudable que los avances tecnológicos han cambiado los modos narrativos. Al igual que el sonoro revolucionó la narrativa, el color cambió la atmósfera y la televisión el ritmo, el ordenador ha provocado una nueva vuelta de tuerca al concepto de séptimo arte originando un género más nuevo que novedoso que recurre al deslumbrante mundo del 3D y los entornos virtuales en el aspecto y que se socorre en el pastiche de géneros para su fondo.
Son películas a medio camino entre el concepto de western, la película de artes marciales y el filme de acción, aderezadas con escenarios imposibles y colores de tapiz oriental, impecables visualmente, con ciertas dosis de sentido del humor y empleando la memoria "consolera" del espectador como guiño cómplice.
El impacto lo tienen garantizado de antemano, pero el nivel final queda en manos de la pericia narrativa del director y de la potencia del guión y los personajes.
El "bunraku" es un teatro de marionetas tipicamente japonés que mezcla la marioneta, la música y la recitación de la historia. Con ese punto de partida, Moshe nos propone una trama cercana al western postapocalíptico, más cercana al comic o al videojuego que a la tradición japonesa. El filme logra construir una épica aceptable en sus personajes centrales e incluso unos malvados bastante aceptables, si bien, peca de simple en algunos de los duelos mortales y de excesiva en otros. Por momentos, el ritmo de la película es desigual, con algunos parones narrativos que pueden alargar inncesariamente el metraje. La resolución es, igualmente, algo precipitada y falla el tempo creciente que debe tener toda película de combates en pirámide.
Sin embargo, los personajes caen simpáticos y los efectos visuales y la música son lo suficientemente atractivos como para divertir sin más pretensiones.
Película, en definitiva, pensada para entretener dos horitas sin muchas complicaciones anticipándonos, eso sí, lo que pienso que será la estética narrativa de un buen número de películas en los próximos años.
Son películas a medio camino entre el concepto de western, la película de artes marciales y el filme de acción, aderezadas con escenarios imposibles y colores de tapiz oriental, impecables visualmente, con ciertas dosis de sentido del humor y empleando la memoria "consolera" del espectador como guiño cómplice.
El impacto lo tienen garantizado de antemano, pero el nivel final queda en manos de la pericia narrativa del director y de la potencia del guión y los personajes.
El "bunraku" es un teatro de marionetas tipicamente japonés que mezcla la marioneta, la música y la recitación de la historia. Con ese punto de partida, Moshe nos propone una trama cercana al western postapocalíptico, más cercana al comic o al videojuego que a la tradición japonesa. El filme logra construir una épica aceptable en sus personajes centrales e incluso unos malvados bastante aceptables, si bien, peca de simple en algunos de los duelos mortales y de excesiva en otros. Por momentos, el ritmo de la película es desigual, con algunos parones narrativos que pueden alargar inncesariamente el metraje. La resolución es, igualmente, algo precipitada y falla el tempo creciente que debe tener toda película de combates en pirámide.
Sin embargo, los personajes caen simpáticos y los efectos visuales y la música son lo suficientemente atractivos como para divertir sin más pretensiones.
Película, en definitiva, pensada para entretener dos horitas sin muchas complicaciones anticipándonos, eso sí, lo que pienso que será la estética narrativa de un buen número de películas en los próximos años.

4,0
1.078
7
23 de febrero de 2006
23 de febrero de 2006
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que me lo pasé muy bien viendo la película. También entendí porqué no había gustado en España, y es que voy notando una cierta dificultad en nosotros los españoles para reirnos de nosotros mismos. Y para enfrentarse a esta película hace falta mejorar ese aspecto personal. Alexis Valdés parte del tópico para desarrollar la crítica en los dos lados del Atlántico; no duda en retratar con saña a cierto tipo de habanero capaz de vender su alma al diablo por "el dolar", ni en describir los defectos que ha conocido del español desde que se encuentra entre nosotros. Los personajes españoles son pretenciosos, racistas, mentirosos, malhumorados, egoístas, poco solidarios.... claro que la acción se desarrolla dentro de un grupo mafioso.
Los chistes son de lo más variado, finos y gruesos, pero casi siempre efectivos. Sólo le puedo reprochar la endeblez de la trama "criminal", pero estamos ante una comedia y ya se sabe que esas tramas suelen ser sólo el desencadenante para el humor.
Los chistes son de lo más variado, finos y gruesos, pero casi siempre efectivos. Sólo le puedo reprochar la endeblez de la trama "criminal", pero estamos ante una comedia y ya se sabe que esas tramas suelen ser sólo el desencadenante para el humor.

5,6
48
6
13 de octubre de 2009
13 de octubre de 2009
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de corte judicial que denuncia unos hechos reales acaecidos en el año 2000 y que se desarrollaron en los siguientes años. Dee Roberts, joven madre afroamericana, separada y con cuatro niñas, vive en un barrio marginal trabajando como camarera, en pisos sociales y recibiendo ayudas para la manutención de sus niñas. Desde que era pequeña recuerda continuas redadas en el barrio a la búsqueda de narcotraficantes. En una de ellas, Dee es detenida y acusada de vender drogas en zona escolar, sin que ella tenga nada que ver con todo aquello. Comienza un calvario de presiones pues si quiere demostrar su inocencia se enfrenta a prisión preventiva y un entresijo de pruebas falsas que pueden acabar con una larga condena. La alternativa es llegar a un pacto, declararse culpable y tener una pena pequeña y rápida que no requiera prisión pero que la llevaría a perder todas las ayudas sociales. El temor al fiscal del distrito, un hombre racista que controla la zona hace que casi todos acepten el pacto sean o no culpables haciendo pasar el sistema por exitoso.
Emotiva película, con aspecto de telefilm, que narra la lucha de un individuo contra el sistema con el fin de lograr avances sociales que todos pensamos que ya hacía muchos años que estaban sobradamente alcanzados. Denuncia anti racista solvente y directa de endebleces del sistema judicial norteamericano y lo fácil que puede resultar ante tales debilidades que fobias personales acaben en injusticias sistematizadas.
Emotiva película, con aspecto de telefilm, que narra la lucha de un individuo contra el sistema con el fin de lograr avances sociales que todos pensamos que ya hacía muchos años que estaban sobradamente alcanzados. Denuncia anti racista solvente y directa de endebleces del sistema judicial norteamericano y lo fácil que puede resultar ante tales debilidades que fobias personales acaben en injusticias sistematizadas.
4
12 de enero de 2012
12 de enero de 2012
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi la película junto a mi pececito y él me pidió hacer la crítica de la película... así que les dejo con él.
Estamos ante un filme de un asesino en serie que decide dejar su vida entre los humanos para decidarse a matar truchas y demas seres de río. El psicópata tiene un modo de actuación peculiar: se dedica todo el día a perseguir a la presa, elegida al azar, y acaba con ella utilizando sofisticadas herramientas construidas por él para capturar a su víctima, acabando con ellas con un posterior golpe en la cabeza. Se trata de un joven con personalidad bipolar, pues mientras se pasa media película buscando la felicidad y diciendo cuánto ama a la naturaleza, la otra media se la pasa matando seres vivos. Mucha filosifía de manual de autoayuda, razonamientos simples hasta para un pez de pecera y personajes que intentan destilar autenticidad en su peculiaridad (al estilo de Local Hero o Doctor en Alaska) y que nunca logran su objetivo. No me quedó claro como un jovencito sin oficio ni beneficio puede marcharse de casa en un buen coche, instalarse en una estupenda casita cercana a un rio y vivir vendiendo anzuelos, pero la vida en Portlan es más sencilla, pues yo llevo años pidiendo que me cambien la pecera por un acuario.
Ah, eso si, la música es preciosa, las imágenes de la naturaleza muy bonitas y la rubia es todo un gold fish!
Estamos ante un filme de un asesino en serie que decide dejar su vida entre los humanos para decidarse a matar truchas y demas seres de río. El psicópata tiene un modo de actuación peculiar: se dedica todo el día a perseguir a la presa, elegida al azar, y acaba con ella utilizando sofisticadas herramientas construidas por él para capturar a su víctima, acabando con ellas con un posterior golpe en la cabeza. Se trata de un joven con personalidad bipolar, pues mientras se pasa media película buscando la felicidad y diciendo cuánto ama a la naturaleza, la otra media se la pasa matando seres vivos. Mucha filosifía de manual de autoayuda, razonamientos simples hasta para un pez de pecera y personajes que intentan destilar autenticidad en su peculiaridad (al estilo de Local Hero o Doctor en Alaska) y que nunca logran su objetivo. No me quedó claro como un jovencito sin oficio ni beneficio puede marcharse de casa en un buen coche, instalarse en una estupenda casita cercana a un rio y vivir vendiendo anzuelos, pero la vida en Portlan es más sencilla, pues yo llevo años pidiendo que me cambien la pecera por un acuario.
Ah, eso si, la música es preciosa, las imágenes de la naturaleza muy bonitas y la rubia es todo un gold fish!
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