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6,5
4.714
8
13 de noviembre de 2017
13 de noviembre de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cómo me entusiasma el cine cuando éste logra tocarme el alma, cuando mi emoción y mi inteligencia son recompensadas con tanta delicadeza, verdad, agudeza, rigurosidad, complejidad, matices... Con filmes como estos siento que mi consciencia crece, se eleva, mi sentido crítico, mi capacidad introspectiva, mi empatía... mi corazón late más presente, aquí y ahora.
La mayoría de personajes en esta cinta son pura autenticidad, tan de la vida misma que es abrumador, con emociones latentes, con circunstancias reales, que ves y sientes en ellos aunque no las manifiesten a las claras, en una sola mirada de reojo, en un sólo movimiento de hombros..., en ellos no percibes notas en falso que los hagan ver distantes, ni ''peliculeros'', ni bobos, ni sabiondos, ni pedantes, ni falsos con diálogos imposibles y acciones tramposas y efectistas, sino a personas con vidas que pesan, con diálogos que conoces y reconoces, con desesperanzas, con esperanzas, que sobreviven, que sacan su sarcasmo, que se defienden, que hieren, que mienten, que aman... y a los que yo amo, AMO a los personajes de esta cinta, los amo con todo mi corazón.
Amo enormemente a Becca, el personaje de Nicole Kidman (¡por favor!, esta mujer es una de las mejores actrices de la historia, y ésta una de las mejores interpretaciones del cine en su historia, sobran las palabras, es absolutamente prodigiosa, 100% cuerpo y alma a cada segundo de metraje), amo al personaje de Aaron Eckhart (qué gran actor, qué interpretación tan maravillosa, cuánta honestidad y entrega, cuánta verdad me ha transmitido), amo al personaje de Miles Teller (qué matices, qué peso y frescura al mismo tiempo), al personaje de Dianne Wiest (protagoniza un par de momentos en la cinta que a nivel interpretativos me parecen antológicos), los amo, los reconozco, me han emocionado, mi alma les ha creído y acogido, cuánta ternura me han despertado, y no porque sean perfectos, sino porque son imperfectos, son como yo, como tú, y ¡hacen lo que pueden con lo que tienen! Su dolor me conmueve, y por supuesto también su luz, que hace que cuando conectan con ella sus ojos brillen y hagan brillar el espacio entero.
La película mantiene un ritmo estupendo, coherente, sin desinfles, con sentido, con un cierto rumbo pero sin el, pues no se marca un final concreto, aquí no hay nada que cerrar, es sencillamente un pedazo de vida filmada, ni más ni menos que para hacernos conscientes, para hacernos sentir y pensar, más allá de las mentiras, y vaya si lo consigue. La película es dura en general, tiene una tragedia como núcleo muy fuerte, pero esa dureza está desde lo realista, no desde la sensiblería de postín, y el hecho de poner la acción ocho meses después de la tragedia le da una cierta perspectiva interesante en el desarrollo de la acción y los personajes. Hay inteligencia narrativa y de dirección, hay sensibilidad, habrá que seguir los pasos de director y guionista (John Cameron Mitchell y David Lindsay-Abaire).Y a Nicole Kidman me gustaría seguir viéndola toda la vida en pantalla porque es una artista insólita (en personajes a su altura, eso sí).
¡Viva el cine!
La mayoría de personajes en esta cinta son pura autenticidad, tan de la vida misma que es abrumador, con emociones latentes, con circunstancias reales, que ves y sientes en ellos aunque no las manifiesten a las claras, en una sola mirada de reojo, en un sólo movimiento de hombros..., en ellos no percibes notas en falso que los hagan ver distantes, ni ''peliculeros'', ni bobos, ni sabiondos, ni pedantes, ni falsos con diálogos imposibles y acciones tramposas y efectistas, sino a personas con vidas que pesan, con diálogos que conoces y reconoces, con desesperanzas, con esperanzas, que sobreviven, que sacan su sarcasmo, que se defienden, que hieren, que mienten, que aman... y a los que yo amo, AMO a los personajes de esta cinta, los amo con todo mi corazón.
Amo enormemente a Becca, el personaje de Nicole Kidman (¡por favor!, esta mujer es una de las mejores actrices de la historia, y ésta una de las mejores interpretaciones del cine en su historia, sobran las palabras, es absolutamente prodigiosa, 100% cuerpo y alma a cada segundo de metraje), amo al personaje de Aaron Eckhart (qué gran actor, qué interpretación tan maravillosa, cuánta honestidad y entrega, cuánta verdad me ha transmitido), amo al personaje de Miles Teller (qué matices, qué peso y frescura al mismo tiempo), al personaje de Dianne Wiest (protagoniza un par de momentos en la cinta que a nivel interpretativos me parecen antológicos), los amo, los reconozco, me han emocionado, mi alma les ha creído y acogido, cuánta ternura me han despertado, y no porque sean perfectos, sino porque son imperfectos, son como yo, como tú, y ¡hacen lo que pueden con lo que tienen! Su dolor me conmueve, y por supuesto también su luz, que hace que cuando conectan con ella sus ojos brillen y hagan brillar el espacio entero.
La película mantiene un ritmo estupendo, coherente, sin desinfles, con sentido, con un cierto rumbo pero sin el, pues no se marca un final concreto, aquí no hay nada que cerrar, es sencillamente un pedazo de vida filmada, ni más ni menos que para hacernos conscientes, para hacernos sentir y pensar, más allá de las mentiras, y vaya si lo consigue. La película es dura en general, tiene una tragedia como núcleo muy fuerte, pero esa dureza está desde lo realista, no desde la sensiblería de postín, y el hecho de poner la acción ocho meses después de la tragedia le da una cierta perspectiva interesante en el desarrollo de la acción y los personajes. Hay inteligencia narrativa y de dirección, hay sensibilidad, habrá que seguir los pasos de director y guionista (John Cameron Mitchell y David Lindsay-Abaire).Y a Nicole Kidman me gustaría seguir viéndola toda la vida en pantalla porque es una artista insólita (en personajes a su altura, eso sí).
¡Viva el cine!
13 de marzo de 2016
13 de marzo de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si Richard Linklater quería transmitir naturalidad y realismo bajo mi punto de vista ha fracasado en su intento, porque en la vida de cualquier persona, hasta la más aburrida, hay mucha más complejidad e intensidad. Ya simplemente porque las personas somos complejas de por sí. Una vida al azar de cualquier individuo sería más interesante dramáticamente hablando que la vida de este niño-adolescente.
Cualquier suceso que vivimos en la infancia, por nimio que sea, nos marca y nos hace ser las personas que seremos en un futuro.
Si en todo caso el director hubiera apostado por retratar la vida sencilla y afectiva de una familia donde no ocurre ninguna situación dramática y todo pasa con normalidad y afecto, no estaría del todo de acuerdo porque hasta en esa vida tranquila pasan cosas enrevesadas, pero por lo menos lo entendería como una exploración de la más absoluta levedad llevada al cine (aunque el cine sin conflicto no es cine), pero es que en esta película se nos plantean un par de situaciones bastante dramáticas y para más inri vividas por un niño (que todo lo magnifican). Para no desvelar su contenido lo explico en spoiler.
Cualquier suceso que vivimos en la infancia, por nimio que sea, nos marca y nos hace ser las personas que seremos en un futuro.
Si en todo caso el director hubiera apostado por retratar la vida sencilla y afectiva de una familia donde no ocurre ninguna situación dramática y todo pasa con normalidad y afecto, no estaría del todo de acuerdo porque hasta en esa vida tranquila pasan cosas enrevesadas, pero por lo menos lo entendería como una exploración de la más absoluta levedad llevada al cine (aunque el cine sin conflicto no es cine), pero es que en esta película se nos plantean un par de situaciones bastante dramáticas y para más inri vividas por un niño (que todo lo magnifican). Para no desvelar su contenido lo explico en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me estoy refiriendo al maltrato físico y psicológico que sufre la madre por parte de su pareja, el niño lo presencia, y posteriormente tienen que huir de la casa dejando atrás todas sus pertenencias. Bien, pues este suceso pasa por la película casi sin pena ni gloria, ¿no se supone que la película es un recorrido por los momentos de la vida de un chiquillo? Pues ese niño no queda marcado ante nada de lo que le va ocurriendo,que no son precisamente nimiedades Si no querían situaciones dramáticas que no las hubieran puesto, pero ponerlas y no profundizar nada en ellas ni en los personajes viviendo tales experiencias me parece muy irreal y anodino.
Su actor protagonista Ellar Coltrane no me transmitió en ninguno de los acontecimientos del metraje, excesivamente inexpresivo, no logré conectar con él ni con su personaje.
A destacar de la cinta:
-La actuación de Patricia Arquette es lo mejor de Boyhood sin lugar a dudas, está espléndida en su autenticidad. Te la crees desde el principio hasta el final, aunque la historia no me la pude tragar contada tan superficialmente, en Patricia sí había mucha verdad y por ello su personaje sí tenía cierta magnitud. Ella es lo más verdadero de toda la película, por no decir lo único junto con Ethan Hawke que aunque no tan brillante como ella sí está correcto y creíble en su personaje.
- El esfuerzo y fe del director en un proyecto rodado durante doce años, haciendo al espectador cómplice del crecimiento de sus personajes (sobre todo de los niños donde se muestra su desarrollo físico). Es evidente que supone un hallazgo dentro del cine que yo valoro por que cuanto menos me resulta admirable y curioso. Pero al mismo tiempo he de decir que de una idea y esfuerzo tan grande es decepcionante después ver el resultado final. Me hubiera maravillado que dentro de este concepto tan sumamente interesante se hubiese hecho una película verdaderamente poderosa y compleja, le estaría poniendo un 10 ahora mismo, pero lamentablemente Boyhood no llega a ningún resquicio de mi corazón, ni de mi cuerpo, ni de mi intelecto, ni mucho menos de mi alma.
La nota media me parece completamente exagerada para una película tan insípida, pero yo no soy quien para criticar la opinión de nadie. Yo le hubiera puesto un 3 (un punto más por haberla rodado durante tantos años haciéndonos testigos durante el film del crecimiento del niño) pero ante una nota tan desproporcionada le bajo al 2.
Su actor protagonista Ellar Coltrane no me transmitió en ninguno de los acontecimientos del metraje, excesivamente inexpresivo, no logré conectar con él ni con su personaje.
A destacar de la cinta:
-La actuación de Patricia Arquette es lo mejor de Boyhood sin lugar a dudas, está espléndida en su autenticidad. Te la crees desde el principio hasta el final, aunque la historia no me la pude tragar contada tan superficialmente, en Patricia sí había mucha verdad y por ello su personaje sí tenía cierta magnitud. Ella es lo más verdadero de toda la película, por no decir lo único junto con Ethan Hawke que aunque no tan brillante como ella sí está correcto y creíble en su personaje.
- El esfuerzo y fe del director en un proyecto rodado durante doce años, haciendo al espectador cómplice del crecimiento de sus personajes (sobre todo de los niños donde se muestra su desarrollo físico). Es evidente que supone un hallazgo dentro del cine que yo valoro por que cuanto menos me resulta admirable y curioso. Pero al mismo tiempo he de decir que de una idea y esfuerzo tan grande es decepcionante después ver el resultado final. Me hubiera maravillado que dentro de este concepto tan sumamente interesante se hubiese hecho una película verdaderamente poderosa y compleja, le estaría poniendo un 10 ahora mismo, pero lamentablemente Boyhood no llega a ningún resquicio de mi corazón, ni de mi cuerpo, ni de mi intelecto, ni mucho menos de mi alma.
La nota media me parece completamente exagerada para una película tan insípida, pero yo no soy quien para criticar la opinión de nadie. Yo le hubiera puesto un 3 (un punto más por haberla rodado durante tantos años haciéndonos testigos durante el film del crecimiento del niño) pero ante una nota tan desproporcionada le bajo al 2.

6,8
39.658
8
25 de febrero de 2016
25 de febrero de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hard Candy es una película con la que tengo sentimientos muy encontrados. Por un lado tiene cualidades insuperables que la hacen magnífica y por otro lado comete errores catastróficos y trampas que lastran un film que podría haber sido una obra maestra en manos de un director y guionista más implacable y menos efectista. Se me viene a la cabeza sin ninguna duda Michael Haneke por ser uno de los directores que mejor sabe tratar la violencia en el cine. Frío y directo, sin trampas (aunque Funny Games no sería un buen ejemplo de esto, ya que comete algunas trampitas, más bien por otras más penetrantes como La Pianista). Me imagino esta historia dirigida por él (e interpretada por Ellen Page) y tiemblo.
Empecemos por lo bueno, lo más grande que posee esta cinta sin duda alguna es la interpretación de Ellen Page, ella es lo mejor de Hard Candy, de sobra.
Esta actriz tan pequeña y bonita, que se come la cámara con su dulce e infantil rostro, realiza una actuación prodigiosa. Muestra dos registros interpretativos radicalmente opuestos, por un lado un encanto, candor e inocencia increíbles al comienzo de la cinta (aparte de por su aspecto, por una interpretación totalmente candorosa y zalamera que encandila no solo a su partenaire en la ficción sino al espectador) para más tarde transformarse de manera completamente creíble hacia un registro absolutamente diabólico, frío e implacable. ¡Insólita la transición que realiza esta chavala en el film! Lo contrario a la caricatura (a lo que sería tan fácil caer con un personaje tan joven, extremo y difícil) sino desde una perversidad muy verdadera, muy profunda.
Ellen es una actriz que me gusta mucho precisamente por eso, es muy difícil encontrar una intérprete que por un lado logre transmitir pureza y vulnerabilidad, y por otro, auténtica perversidad. Nunca antes vi aspectos tan opuestos fundiéndose de manera tan genuina como en esta actriz.
Cuando vi el filme ''An American Crime'' no daba crédito de que fuera la misma chavala que protagonizó Hard Candy tiempo antes, pues en ésta era tal su fragilidad y sumisión... O la misma de Juno, donde se mostraba radicalmente opuesta, absolutamente macarra, mordaz y divertida. En definitiva una actriz portentosa, que se maneja en personajes muy contrarios rezumando siempre verdad.
Y por otro lado tenemos a su compañero de reparto Patrick Wilson, que está sensacional y muy creíble en todo el film, humaniza a un personaje difícil de humanizar, y es que en la vida real los tipos peligrosos (en general, no siempre) no lo parecen, y eso es lo interesante de su interpretación, que el actor no juzga ni etiqueta al personaje. Resulta bastante realista su composición, pues ves lo depredador que es, pero de manera sutil, no desde el arquetipo, no resulta un personaje obvio. Ni siquiera físicamente, pues es un tipo atractivo de 32 años, no el típico pedófilo viejo y feo que casi siempre nos dibujan de manera estereotipada.
En la escena cumbre (la que duele...) está soberbio, transmite una agonía que traspasa la pantalla y nos hace a todos y todas partícipes de su tortura. Grandísimo actor.
Dejando de lado a sus brillantes actores, otro de los puntos fuertes de esta película es su arranque, de los comienzos que más me han intrigado, sugerido y atraído. El comportamiento de ambos personajes, la química, la seducción, lo incorrecto y deplorable moralmente de la situación, la fotografía vanguardista, el uso de la cámara... Se vaticina algo inquietante en ese arranque.
Pero después de relatar lo bueno, lamentablemente viene lo malo (spoiler)...
Empecemos por lo bueno, lo más grande que posee esta cinta sin duda alguna es la interpretación de Ellen Page, ella es lo mejor de Hard Candy, de sobra.
Esta actriz tan pequeña y bonita, que se come la cámara con su dulce e infantil rostro, realiza una actuación prodigiosa. Muestra dos registros interpretativos radicalmente opuestos, por un lado un encanto, candor e inocencia increíbles al comienzo de la cinta (aparte de por su aspecto, por una interpretación totalmente candorosa y zalamera que encandila no solo a su partenaire en la ficción sino al espectador) para más tarde transformarse de manera completamente creíble hacia un registro absolutamente diabólico, frío e implacable. ¡Insólita la transición que realiza esta chavala en el film! Lo contrario a la caricatura (a lo que sería tan fácil caer con un personaje tan joven, extremo y difícil) sino desde una perversidad muy verdadera, muy profunda.
Ellen es una actriz que me gusta mucho precisamente por eso, es muy difícil encontrar una intérprete que por un lado logre transmitir pureza y vulnerabilidad, y por otro, auténtica perversidad. Nunca antes vi aspectos tan opuestos fundiéndose de manera tan genuina como en esta actriz.
Cuando vi el filme ''An American Crime'' no daba crédito de que fuera la misma chavala que protagonizó Hard Candy tiempo antes, pues en ésta era tal su fragilidad y sumisión... O la misma de Juno, donde se mostraba radicalmente opuesta, absolutamente macarra, mordaz y divertida. En definitiva una actriz portentosa, que se maneja en personajes muy contrarios rezumando siempre verdad.
Y por otro lado tenemos a su compañero de reparto Patrick Wilson, que está sensacional y muy creíble en todo el film, humaniza a un personaje difícil de humanizar, y es que en la vida real los tipos peligrosos (en general, no siempre) no lo parecen, y eso es lo interesante de su interpretación, que el actor no juzga ni etiqueta al personaje. Resulta bastante realista su composición, pues ves lo depredador que es, pero de manera sutil, no desde el arquetipo, no resulta un personaje obvio. Ni siquiera físicamente, pues es un tipo atractivo de 32 años, no el típico pedófilo viejo y feo que casi siempre nos dibujan de manera estereotipada.
En la escena cumbre (la que duele...) está soberbio, transmite una agonía que traspasa la pantalla y nos hace a todos y todas partícipes de su tortura. Grandísimo actor.
Dejando de lado a sus brillantes actores, otro de los puntos fuertes de esta película es su arranque, de los comienzos que más me han intrigado, sugerido y atraído. El comportamiento de ambos personajes, la química, la seducción, lo incorrecto y deplorable moralmente de la situación, la fotografía vanguardista, el uso de la cámara... Se vaticina algo inquietante en ese arranque.
Pero después de relatar lo bueno, lamentablemente viene lo malo (spoiler)...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cuando la película muestra sus verdaderas cartas, es decir, cuando Jeff aparece atado y Hayley hace su declaración de intenciones cae estrepitosamente (qué lástima, con lo que podía haber sido). De repente lo que se suponía, al menos para mí, iba a ser un film crudo, frío, incisivo y sin compasión, se convierte en un combate de acusaciones y defensas: ''Eres pederasta'' ''No lo soy'' ''Sí lo eres '' ''No lo soy''... ¿Qué demonios importa eso? Una Hayley más directa al grano hubiera resultado algo más verosímil y poderoso.
Hubiera sido en mi opinión más interesante que Hayley se dedicase a torturarlo física y psicológicamente pero sin tanto juego de niños de por medio que atonta un poco el film (es decir, siguiendo el tono espeluznante que sí consigue la escena de la castración).
Es evidente que la niña está loca, y es una psicópata en potencia, por eso yo les hubiese pedido a guionista y director (Brian Nelson y David Slade) que no la justificasen. La pederastia y la venganza pueden tener un enorme significado para ella y pueden incentivarla más para matar, pero a la niña le gusta torturar, sino cogería pruebas y lo acusaría de pederastia para que fuese a la cárcel, o lo mataría directamente. Si los creadores de esta película no van a fondo con la propuesta, es decir que la chiquilla disfruta torturando (y no charlando y jugando al gato y al ratón como hace en media película) entonces la propuesta defrauda. Además tenían a una a actriz con un talento y arrojo bestiales que se hubiera atrevido a ir más lejos con ese personaje, al verdadero nivel macabro que merecía durante todo el film y no sólo en una escena.
En efecto, la escena de la castración, ahí sí el director consigue perturbar de verdad con esa atmósfera, Ellen transmite tal enajenación que se hace difícil digerirlo, Patrick sufre y agoniza de manera sumamente auténtica, el inteligente uso de la cámara al no mostrar nada explícito pero rezumar horror... La escena es insuperable a varios niveles, ¿por qué no apostar por ese tono valiente y honesto en todo el metraje?
Y yo sí que me puedo creer un personaje como Hayley, a diferencia de muchos que critican la película y les parece inverosímil que una niña de 14 años sea tan mala y tan inteligente como para torturar a un hombre adulto. ¿Es que acaso no hay niños superdotados? ¿Es que acaso no hay niños psicópatas? Pues sí señores, los hay. El problema está en que algunas acciones del personaje en la película son inverosímiles y lo lastran (por ejemplo, que una cría de 45 kilos manipule el cuerpo de un hombre que le duplica en peso y altura, esto es ciencia ficción y aquí David Slade nos toma por idiotas). Pero la base psicópata e intelectual de la chiquilla es totalmente verosímil, aunque improbable.
Lo demás son juegos, trampas y distracciones que quieren provocar giros de guión y sorpresas en vez de centrarse en la verosimilitud e ir a fondo con lo macabro y dramático de la propuesta.
En conclusión, magnífica y tramposa a partes iguales.
Hubiera sido en mi opinión más interesante que Hayley se dedicase a torturarlo física y psicológicamente pero sin tanto juego de niños de por medio que atonta un poco el film (es decir, siguiendo el tono espeluznante que sí consigue la escena de la castración).
Es evidente que la niña está loca, y es una psicópata en potencia, por eso yo les hubiese pedido a guionista y director (Brian Nelson y David Slade) que no la justificasen. La pederastia y la venganza pueden tener un enorme significado para ella y pueden incentivarla más para matar, pero a la niña le gusta torturar, sino cogería pruebas y lo acusaría de pederastia para que fuese a la cárcel, o lo mataría directamente. Si los creadores de esta película no van a fondo con la propuesta, es decir que la chiquilla disfruta torturando (y no charlando y jugando al gato y al ratón como hace en media película) entonces la propuesta defrauda. Además tenían a una a actriz con un talento y arrojo bestiales que se hubiera atrevido a ir más lejos con ese personaje, al verdadero nivel macabro que merecía durante todo el film y no sólo en una escena.
En efecto, la escena de la castración, ahí sí el director consigue perturbar de verdad con esa atmósfera, Ellen transmite tal enajenación que se hace difícil digerirlo, Patrick sufre y agoniza de manera sumamente auténtica, el inteligente uso de la cámara al no mostrar nada explícito pero rezumar horror... La escena es insuperable a varios niveles, ¿por qué no apostar por ese tono valiente y honesto en todo el metraje?
Y yo sí que me puedo creer un personaje como Hayley, a diferencia de muchos que critican la película y les parece inverosímil que una niña de 14 años sea tan mala y tan inteligente como para torturar a un hombre adulto. ¿Es que acaso no hay niños superdotados? ¿Es que acaso no hay niños psicópatas? Pues sí señores, los hay. El problema está en que algunas acciones del personaje en la película son inverosímiles y lo lastran (por ejemplo, que una cría de 45 kilos manipule el cuerpo de un hombre que le duplica en peso y altura, esto es ciencia ficción y aquí David Slade nos toma por idiotas). Pero la base psicópata e intelectual de la chiquilla es totalmente verosímil, aunque improbable.
Lo demás son juegos, trampas y distracciones que quieren provocar giros de guión y sorpresas en vez de centrarse en la verosimilitud e ir a fondo con lo macabro y dramático de la propuesta.
En conclusión, magnífica y tramposa a partes iguales.

6,3
27.207
6
4 de diciembre de 2015
4 de diciembre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí
Funny Games consiguió turbarme enormemente durante su primera parte. Con un arranque de altísimo vuelo, Haneke crea una atmósfera terroríficamente limpia (inmenso el trabajo de fotografía) donde lo perfecto, blanco y luminoso presagia lo malsano.
Los personajes principales (los dos psicópatas) son dibujados y presentados de manera majestuosa, y en consecuencia se fragua desde el principio una incomodidad en el espectador indescriptible. La aparente inocencia se convierte en sutil impertinencia, la sutil impertinencia en correcta mala educación, la correcta mala educación en amable violencia y la amable violencia en condescendiente malignidad. Dos personajes que repelen en grado sumo y que martirizan tanto por su violencia como por su aparente cortesía.
La escena de los huevos (hasta donde uno de los chicos agrede físicamente) es APABULLANTE.
Momentos como el del mando a distancia o el del psicópata hablando directamente al espectador son enormemente interesantes dentro del concepto que el film propone.
Hasta aquí la película alcanza cotas inconmensurables. Pero entonces viene lo inverosímil o lo tramposo y la película cae de manera estrepitosa
El no en spoiler:
Funny Games consiguió turbarme enormemente durante su primera parte. Con un arranque de altísimo vuelo, Haneke crea una atmósfera terroríficamente limpia (inmenso el trabajo de fotografía) donde lo perfecto, blanco y luminoso presagia lo malsano.
Los personajes principales (los dos psicópatas) son dibujados y presentados de manera majestuosa, y en consecuencia se fragua desde el principio una incomodidad en el espectador indescriptible. La aparente inocencia se convierte en sutil impertinencia, la sutil impertinencia en correcta mala educación, la correcta mala educación en amable violencia y la amable violencia en condescendiente malignidad. Dos personajes que repelen en grado sumo y que martirizan tanto por su violencia como por su aparente cortesía.
La escena de los huevos (hasta donde uno de los chicos agrede físicamente) es APABULLANTE.
Momentos como el del mando a distancia o el del psicópata hablando directamente al espectador son enormemente interesantes dentro del concepto que el film propone.
Hasta aquí la película alcanza cotas inconmensurables. Pero entonces viene lo inverosímil o lo tramposo y la película cae de manera estrepitosa
El no en spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No me creo ciertas situaciones mostradas de manera irreal y que se alejan de la enjundia que prometía el film en un primer momento.
Uno de los psicópatas agrede al padre de familia en la pierna con un palo de golf dejándolo incapacitado durante toda la cinta, y cuando digo incapacitado lo digo en toda acepción posible. Ya ni siente ni padece emoción alguna en todo el metraje (hablo del personaje, no del actor que cumple como puede con lo que el director quiere de él en cada secuencia). Da igual lo que ocurra: que no pueda moverse, que dos tíos les estén jodiendo la existencia, que su hijo muera... Todo da igual. Hieratismo total. Los dos psicópatas les están sometiendo no hipnotizando ¡un poco de verosimilitud!
Lo mismo con la mujer y el hijo, parecen robots incapaces de sentir emociones verdaderas más allá de un tímido miedo de postín con lágrima estudiada (repito, no son los actores los que fallan sino las acciones que marca el director y que les lleva a una antinatural contención que queda muy frívola aquí). Me faltan sentimientos crudos que los seres humanos de carne y hueso y no de metal sentirían en una situación rocambolesca e inaudita como esta. Poco pude empatizar con ellos debido a ésto, y es que apenas me los creí.
En la vida real las cosas son diferentes, y esto debería saberlo el maestro Haneke, al que precisamente admiro por plasmar con rigor las situaciones más adversas y a sus personajes. Y si bien la película acierta en mostrar con complejidad a dos psicópatas fríos y aparentemente educados que disfrutan jugando con sus víctimas, falla en no mostrar a éstas últimas con verosimilitud. Y no es justo, porque profundiza en la psicología de sus dos psicópatas pero no hace lo mismo con sus víctimas.
En la escena que comento, la de la agresión con el palo del golf, de verdad que una familia REACCIONARÍA de manera distinta. Habría gritos o intentos desesperados por defenderse de alguna manera de dos chicos que además no van armados, no se quedarían desde el principio a su merced como pasmarotes. Y en caso de bloqueo (lógico y humano) habría una acción en los personajes que indicase al espectador que están bloqueados, donde su silencio o su pasividad rezumase terror, impotencia. Pero aquí veo una artificiosa contención que ni funciona dentro de estas circunstancias , ni es verosímil, ni dramáticamente es interesante.
Creo que hubiese sido más atractivo el contaste, es decir, que ante ese primer ataque violento se confrontaran los sentimientos naturales e intensos propios de los seres humanos (representados en este caso por esa familia) contra la frialdad e ironía macabra empleada por estos dos psicópatas. Porque entre la parsimonia de unos y la hipnosis de los otros esto no hay quien se lo crea.
Y en cuanto a trampas, en Funny Games se gastan algunas. A destacar la que protagoniza Naomi Watts cuando logra escapar de la casa y la vuelven a atrapar, exactamente igual que cuando lo logra el niño, también cuando Watts está frente a sus vecinos y no hace nada por intentar salvarse. Son demasiadas oportunidades fallidas de sobrevivir las que se dan y eso es demasiado ilusorio, tramposo. Coloca los típicos clichés del cine de terror más manido, y precisamente a Michael Haneke no le hacía falta recurrir a ellos porque considero que tiene talento de sobra para poder evitarlos.
Y si las trampas son adrede para hacer crítica de las películas tramposas me resulta una idiotez descomunal, porque él está cayendo en el mismo efectismo barato que critica. ¿Quiere entonces que nos tomemos la peli en serio o a cachondeo? Le acepto las licencias del mando a distancia y el psicópata hablando a cámara porque resulta original e inteligente, y funciona porque mete el dedo en la llaga del espectador, pero las otras trampitas son baratas y tiran por tierra la contundencia de su historia.
Pero bueno, en general la película está bien (Un 6) pero tenía elementos y potencial de ser una obra magnífica.
Uno de los psicópatas agrede al padre de familia en la pierna con un palo de golf dejándolo incapacitado durante toda la cinta, y cuando digo incapacitado lo digo en toda acepción posible. Ya ni siente ni padece emoción alguna en todo el metraje (hablo del personaje, no del actor que cumple como puede con lo que el director quiere de él en cada secuencia). Da igual lo que ocurra: que no pueda moverse, que dos tíos les estén jodiendo la existencia, que su hijo muera... Todo da igual. Hieratismo total. Los dos psicópatas les están sometiendo no hipnotizando ¡un poco de verosimilitud!
Lo mismo con la mujer y el hijo, parecen robots incapaces de sentir emociones verdaderas más allá de un tímido miedo de postín con lágrima estudiada (repito, no son los actores los que fallan sino las acciones que marca el director y que les lleva a una antinatural contención que queda muy frívola aquí). Me faltan sentimientos crudos que los seres humanos de carne y hueso y no de metal sentirían en una situación rocambolesca e inaudita como esta. Poco pude empatizar con ellos debido a ésto, y es que apenas me los creí.
En la vida real las cosas son diferentes, y esto debería saberlo el maestro Haneke, al que precisamente admiro por plasmar con rigor las situaciones más adversas y a sus personajes. Y si bien la película acierta en mostrar con complejidad a dos psicópatas fríos y aparentemente educados que disfrutan jugando con sus víctimas, falla en no mostrar a éstas últimas con verosimilitud. Y no es justo, porque profundiza en la psicología de sus dos psicópatas pero no hace lo mismo con sus víctimas.
En la escena que comento, la de la agresión con el palo del golf, de verdad que una familia REACCIONARÍA de manera distinta. Habría gritos o intentos desesperados por defenderse de alguna manera de dos chicos que además no van armados, no se quedarían desde el principio a su merced como pasmarotes. Y en caso de bloqueo (lógico y humano) habría una acción en los personajes que indicase al espectador que están bloqueados, donde su silencio o su pasividad rezumase terror, impotencia. Pero aquí veo una artificiosa contención que ni funciona dentro de estas circunstancias , ni es verosímil, ni dramáticamente es interesante.
Creo que hubiese sido más atractivo el contaste, es decir, que ante ese primer ataque violento se confrontaran los sentimientos naturales e intensos propios de los seres humanos (representados en este caso por esa familia) contra la frialdad e ironía macabra empleada por estos dos psicópatas. Porque entre la parsimonia de unos y la hipnosis de los otros esto no hay quien se lo crea.
Y en cuanto a trampas, en Funny Games se gastan algunas. A destacar la que protagoniza Naomi Watts cuando logra escapar de la casa y la vuelven a atrapar, exactamente igual que cuando lo logra el niño, también cuando Watts está frente a sus vecinos y no hace nada por intentar salvarse. Son demasiadas oportunidades fallidas de sobrevivir las que se dan y eso es demasiado ilusorio, tramposo. Coloca los típicos clichés del cine de terror más manido, y precisamente a Michael Haneke no le hacía falta recurrir a ellos porque considero que tiene talento de sobra para poder evitarlos.
Y si las trampas son adrede para hacer crítica de las películas tramposas me resulta una idiotez descomunal, porque él está cayendo en el mismo efectismo barato que critica. ¿Quiere entonces que nos tomemos la peli en serio o a cachondeo? Le acepto las licencias del mando a distancia y el psicópata hablando a cámara porque resulta original e inteligente, y funciona porque mete el dedo en la llaga del espectador, pero las otras trampitas son baratas y tiran por tierra la contundencia de su historia.
Pero bueno, en general la película está bien (Un 6) pero tenía elementos y potencial de ser una obra magnífica.
30 de noviembre de 2015
30 de noviembre de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me gusta el tono de la película, a medio camino entre la comedia, el drama, la comedia romántica... No funciona.
El guión no se sostiene, los personajes no se sostienen, empieza como una pretenciosidad underground vacía y termina como una simplona comedia romántica como tantas otras. No pillo qué me quiere comunicar el director con toda esta tontuna, con todo este batiburrillo deslavazado.
Algunas interpretaciones como la de Jennifer Lawrance o Bradley Cooper son más o menos efectivas pero sus personajes no tienen ni pies ni cabeza. El más solvente de la función sin duda es Robert De Niro, con carisma y tablas para parar un tren aún en esta trama sin sentido.
He titulado mi crítica como ''Decepcionante'' porque cuando en su día fui a verla al cine lo hice atrapada por el título de la cinta y por la sinopsis, pensé que estaría ante ante un análisis, más o menos minucioso, pero un análisis en definitiva sobre la psique humana, sobre los desórdenes de las personas y sus consecuentes conductas impropias, y de cómo por algún extraordinario motivo es posible ver algo más allá del caos, ver ese lado bueno de la vida. Pero como veréis tuve una fe desproporcionada, pues es una comedia romántica vacua con ínfulas hipster, nada más.
Le pongo un 3 y no un 1 por algún que otro gag concreto que me hizo reír y por la gran presencia de Robert De Niro.
El guión no se sostiene, los personajes no se sostienen, empieza como una pretenciosidad underground vacía y termina como una simplona comedia romántica como tantas otras. No pillo qué me quiere comunicar el director con toda esta tontuna, con todo este batiburrillo deslavazado.
Algunas interpretaciones como la de Jennifer Lawrance o Bradley Cooper son más o menos efectivas pero sus personajes no tienen ni pies ni cabeza. El más solvente de la función sin duda es Robert De Niro, con carisma y tablas para parar un tren aún en esta trama sin sentido.
He titulado mi crítica como ''Decepcionante'' porque cuando en su día fui a verla al cine lo hice atrapada por el título de la cinta y por la sinopsis, pensé que estaría ante ante un análisis, más o menos minucioso, pero un análisis en definitiva sobre la psique humana, sobre los desórdenes de las personas y sus consecuentes conductas impropias, y de cómo por algún extraordinario motivo es posible ver algo más allá del caos, ver ese lado bueno de la vida. Pero como veréis tuve una fe desproporcionada, pues es una comedia romántica vacua con ínfulas hipster, nada más.
Le pongo un 3 y no un 1 por algún que otro gag concreto que me hizo reír y por la gran presencia de Robert De Niro.
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