Foster, la casa de los amigos imaginarios es una serie que dejó una huella muy profunda en mi corazón como creador y amante de la animación, me gustaría tomar un momento para expresar mi profunda admiración por la serie y su creador, la imaginación desbordante y la creatividad que impregnan cada episodio son un testimonio del genio de Craig McCracken, un maestro de la animación que también nos dió las icónicas Supernenas.

Esta serie no solo fue una fuente inagotable de diversión en mi infancia, sino que también me enseñó la importancia de la amistad, la imaginación desenfrenada y la creatividad que emanaban de cada episodio eran simplemente asombrosas, desde Bloo, hasta Wilt y Eduardo, cada amigo imaginario tenía su propio carisma y profundidad que los convertía en personajes entrañables.

McCracken logró crear un mundo mágico lleno de emociones y lecciones valiosas para niños y adultos por igual, lo que más me sorprendió fue la capacidad de la serie para abordar temas importantes de una manera sutil y conmovedora, los episodios trataban temas como la amistad, la aceptación y la importancia de ser uno mismo y lo hacían de una manera que resonaba con personas de todas las edades, además mi mejor amigo y yo éramos grandes fanáticos de la serie y cada episodio compartido se convirtió en un recuerdo especial de nuestra infancia, no solo nos entretenía sino que también nos unía y fortalecía nuestra amistad.

Es una serie que siempre perdurará en mi memoria y la aprecio profundamente por su capacidad para inspirar y conectar a las personas a través de la imaginación y la creatividad. ¡Gracias Craig McCracken, por regalarnos esta obra maestra!

Esta porquería de película me dejó una sensación de asco nauseabundo debido a su tristeza, crudeza sensible y su enfoque tortuoso de los temas que aborda como el cáncer, la muerte y la enfermedad que son experiencias que he presenciado en muchas familias, incluyendo la mía propia, aunque la película se basa en una historia real relacionada con el Opus Dei su enfoque y estilo me resultaron vomitivos.

A diferencia de las películas anteriores de Fesser como El milagro de P. Tinto o La gran aventura de Mortadelo y Filemón, "Camino" carece de cualquier disfrute cinematográfico, la forma en que se abordan estos temas delicados parece insensible y carente de empatía, en lugar de ofrecer una exploración profunda y respetuosa de estos temas la película parece explotarlos con fines sensacionalistas, además de los problemas fundamentales que encuentro en las películas de Javier Fesser, también es notable otra obsesión recurrente con la religión, la iglesia y referencias a La Cenicienta que paso a contar en spoiler.

También me desconcierta profundamente cómo logró llevarse tantos premios en los Goya incluyendo el de mejor película, esto solo parece reforzar la tendencia en el cine español de premiar películas que abordan los mismos temas de siempre de manera repetitiva, es lamentable que una película que carece de sensibilidad y empatía en su tratamiento de temas tan delicados como el cáncer y la enfermedad haya sido celebrada de esta manera, esto plantea interrogantes sobre la dirección que está tomando el cine español y la necesidad de reconocer y premiar películas que se esfuerzan por abordar otros temas.

Es sin duda la peor película de Javier Fesser y una experiencia desagradable, después de verla he decidido no ver ninguna peli más de este director, no solo me pareció insensible en su tratamiento de temas delicados, sino que también me hizo cuestionar la elección de películas que elijo ver en el futuro, fue una experiencia tan desagradable que no tengo interés en volver a exponerme a obras cinematográficas de este estilo.

Si hay una película que demuestra que el cine de serie B también tiene niveles inferiores, esa es Arachnid. Esta producción española que intentó colarse en el género del terror con arañas, fracasa estrepitosamente en todos los aspectos imaginables, en historia, personajes, efectos especiales y hasta en su propio concepto. El guión es una auténtica mierda, la premisa de por sí, ya es absurda, un equipo de científicos y militares viaja a una isla para investigar una supuesta nueva cepa de virus, pero resulta que lo que encuentran es una araña alienígena que por algún motivo, se dedica a cazar humanos. La película no se molesta en desarrollar su trama con lógica o coherencia, y solo se limita a repetir los clichés más desgastados del cine de terror, mezclándolos sin sentido con ideas robadas de Alien, como si con eso fuera a ganarse el respeto de los fans del género. Los personajes son lo peor de lo peor, estereotipos andantes sin carisma ni desarrollo. No hay nadie con quien empatizar, sus diálogos son artificiales y forzados, y sus reacciones a los eventos son ridículas, en vez de enfrentarse a un monstruo alienígena letal, se comportan como si estuvieran en una excursión aburrida. Luis Lorenzo es de los pocos actores españoles del elenco, y su personaje tiene la desgracia de protagonizar la escena más asquerosa y desagradable de la película.


El mayor crimen de Arachnid, aparte del guión, es su apartado técnico. La araña "terrorífica" se nota que es un animatrónico, lo cual podría haber funcionado si estuviera bien hecha. Pero cuando la criatura persigue a los protagonistas, parece sacada de un videojuego de PlayStation 1, con animaciones torpes, movimientos poco fluidos y falta de fotogramas. Es imposible tomársela en serio, y en lugar de miedo provoca vergüenza ajena. Si la intención de Arachnid era convertirse en un clásico del cine de terror con insectos gigantes, el resultado fue un desastre de proporciones cósmicas. Ni es entretenida, ni es aterradora, ni siquiera es buena en su ridiculez. Es simplemente aburrida, absursa, patética, asquerosa, mal hecha, desagradable y sin sentido.

Mira que el cine español tiene películas malas, como El espinazo del diablo, Diario de una ninfómana o Tres metros sobre el cielo, pero pocas alcanzan el nivel de incompetencia como Arachnid. Si buscas una película de arañas aceptable, por mucho que las odies tanto como yo, te recomiendo Aracnofobia (1990), y deja este mojón en el olvido.

Como fiel admirador de Craig McCracken y sus trabajos anteriores como Las Supernenas y Foster, la casa de los amigos imaginarios, estaba emocionado por ver su nueva serie animada, Galaxia Wander, pero al verla, me decepcionó al descubrir que carecía del encanto y carisma que esperaba. Los personajes resultan poco memorables y la tramas no logran enganchar al espectador de la misma manera que lo hicieron sus creaciones anteriores, y después de ver unos pocos episodios decidí abandonarla. El cambio de red de Cartoon Network a Disney XD, podría haber influido en la dirección y calidad de la serie, dejando a algunos con la sensación de que el serie fue producida por encargo más que por una genuina pasión creativa. Esta sensación de decadencia se hizo aún más evidente para mí con su serie actual, Kid Cosmic, que también dejé de ver por sentir lo mismo.

A pesar de estas decepciones, sigo admirando y apreciando el trabajo anterior de Craig McCracken, y continuaré disfrutando de sus primeras obras que dejaron una marca duradera en la animación y en la infancia de muchos de nosotros.

La Maldición 2 logra expandir la saga de manera magistral introduciendo el fascinante concepto de la maldición manifestándose en una mujer embarazada, este giro macabro agrega capas de terror psicológico manteniendo a la audiencia al borde de sus asientos.

La inclusión del género cine dentro del cine aporta una nueva dimensión a la narrativa llevándonos más allá de la mera maldición familiar, la trama se desarrolla con intriga, explorando cómo el fantasma de Kayako busca una nueva vida en el momento más vulnerable: el nacimiento del hijo de Kyoko, este enfoque novedoso agrega profundidad al mito manteniendo la esencia que hizo memorable a la primera película.

La película destaca por su creatividad visual, aquí el director Takashi Shimizu despliega una imaginación impactante, generando momentos visualmente impactantes que perduran en la memoria del espectador, la atmósfera siniestra se mantiene fuerte, contribuyendo a la sensación de horror constante, la tensión se acumula de manera efectiva y las secuencias de terror son ejecutadas con maestría, la película logra equilibrar el suspenso psicológico con impactantes escenas sobrenaturales entregando una experiencia inmersiva.

Está segunda parte es una adición impactante a la saga, construyendo sobre los cimientos establecidos por la primera película, la elección de explorar nuevos territorios dentro del género de terror demuestra la versatilidad de la trama manteniendo la audiencia cautiva y ansiosa por más, junto con la original se destaca como una de las joyas del cine de terror japonés.