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Serie

5,3
976
7
24 de agosto de 2020
24 de agosto de 2020
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Madres es una serie médica diferente, un relato de vida y emoción en el que ellas, madres y médicos, luchan por sacar adelante a sus hijos y a ellas mismas. No será un cambio fácil: no sólo se tendrán que enfrentar al día a día del hospital, sino también al mundo laboral, familiar y sentimental. Caerán y querrán dejarlo todo; se levantarán y sonreirán al mundo cuando apenas queden fuerzas.
Amazon Prime Video ha estrenado este viernes 8 de mayo la serie “Madres. Amor y vida” producida por Mediaset España que ya ha rodado su segunda temporada. Detrás de ella está Aitor Gabilondo creador de El Príncipe, Periodistas, La verdad, etc. Es una serie que respira realidad desde el primer momento por la particularidad que la envuelve. Según ha dicho su creador: “Está inspirada en hechos reales de mi infancia ya que, por un problema renal, estuve entrando y saliendo continuamente del hospital hasta los 18 años. El personaje de Belén Rueda es un homenaje a mi madre”.
Uno de los grandes problemas de Madres es el fallo de los códigos que la conduce. La larga duración de los capítulos cansa al espectador acostumbrado a los formatos que rigen las series actuales. A esto, hay que sumarle los 13 capítulos que conforman la serie haciéndose aún más cargante. Por estos motivos, la serie provoca en el espectador la sensación de un nulo avance audioviual y de antigüedad.
Todo lo contrario que el gran elenco encabezado por Belén Rueda. Los actores están a la altura de sus personajes con secundarios bastante llamativos que sorprenderán. Uno de los puntos fuertes son ellos, ya que como hemos dicho anteriormente respira realidad y en parte es gracias a la magnífica interpretación que desprenden.
Posiblemente Madres no sea la serie del año, ni una serie para maratonear pero si es una serie real que va mucho más allá de lo que pretende contar. Perfecta para ver en familia y concienciarnos de la superación diaria de gente de todas las clases sociales unidas por diferentes enfermedades. El humor y el dolor se entremezclan con la verdadera historia, el rol de la mujer en la sociedad. Es por eso que el equipo técnico está formado en gran mayoría por mujeres, que están a la espera de la confirmación de una tercera temporada.
CARLOS ANTOLÍN
TuCineCrítico
https://tucinecritico.blogspot.com/
Amazon Prime Video ha estrenado este viernes 8 de mayo la serie “Madres. Amor y vida” producida por Mediaset España que ya ha rodado su segunda temporada. Detrás de ella está Aitor Gabilondo creador de El Príncipe, Periodistas, La verdad, etc. Es una serie que respira realidad desde el primer momento por la particularidad que la envuelve. Según ha dicho su creador: “Está inspirada en hechos reales de mi infancia ya que, por un problema renal, estuve entrando y saliendo continuamente del hospital hasta los 18 años. El personaje de Belén Rueda es un homenaje a mi madre”.
Uno de los grandes problemas de Madres es el fallo de los códigos que la conduce. La larga duración de los capítulos cansa al espectador acostumbrado a los formatos que rigen las series actuales. A esto, hay que sumarle los 13 capítulos que conforman la serie haciéndose aún más cargante. Por estos motivos, la serie provoca en el espectador la sensación de un nulo avance audioviual y de antigüedad.
Todo lo contrario que el gran elenco encabezado por Belén Rueda. Los actores están a la altura de sus personajes con secundarios bastante llamativos que sorprenderán. Uno de los puntos fuertes son ellos, ya que como hemos dicho anteriormente respira realidad y en parte es gracias a la magnífica interpretación que desprenden.
Posiblemente Madres no sea la serie del año, ni una serie para maratonear pero si es una serie real que va mucho más allá de lo que pretende contar. Perfecta para ver en familia y concienciarnos de la superación diaria de gente de todas las clases sociales unidas por diferentes enfermedades. El humor y el dolor se entremezclan con la verdadera historia, el rol de la mujer en la sociedad. Es por eso que el equipo técnico está formado en gran mayoría por mujeres, que están a la espera de la confirmación de una tercera temporada.
CARLOS ANTOLÍN
TuCineCrítico
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7
24 de agosto de 2020
24 de agosto de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Movistar+ vuelve ponerse el sello de calidad con su nueva serie La Unidad, un thriller policiaco basado en los testimonios inéditos de altos profesionales de la lucha antiterrorista. Sus creadores Dani de la Torre y Alberto Marini aciertan en el emocionante, creíble y realista thriller respaldado por el cuidado trabajo de documentación. Además, de su espectacular puesta en escena llena de numerosos planos aéreos, explosiones, persecuciones y un montón de figurantes.
Al igual que el coral elenco lleno de caras conocidas y premiadas en el que el protagonismo recae sobre Nathalie Poza, acompañada de Luis Zahera y Marian Álvarez. Todos ellos consiguen meterse en la piel de sus protagonistas de manera brillante aunque el público no consigue empatizar lo suficiente por la fluidez de la trama y de las situaciones. Los problemas personales se relevan a un minúsculo segundo plano quedando casi irreflexivos tanto para la historia como para el propio espectador.
A todo esto hay que sumarle la gran variedad de localizaciones en la que han rodado como son Madrid, Cataluña, Melilla, Málaga, Galicia, Toulouse o Lagos entre otras. Dani de la Torre ha podido demostrar la majestuosidad de la serie en cada uno de los planos de las diferentes ciudades. Lo más importante es que nos aferran a la realidad mostrándonos personas desesperados que luchan, que tienen fallos y que los resuelven de la mejor manera posible dejando de lado al típico héroe americano. Son personas normales con trabajos extraordinarios.
La unidad va ganando interés a medida que pasan los capítulos, es por eso que el equipo de la serie ya trabaja en la segunda temporada que contará con otra historia pero con la misma unidad y personajes como protagonistas. Ahora sólo nos queda esperar a la continuación de esta exacta y precisa serie repleta de grandes interpretaciones.
CARLOS ANTOLÍN
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Al igual que el coral elenco lleno de caras conocidas y premiadas en el que el protagonismo recae sobre Nathalie Poza, acompañada de Luis Zahera y Marian Álvarez. Todos ellos consiguen meterse en la piel de sus protagonistas de manera brillante aunque el público no consigue empatizar lo suficiente por la fluidez de la trama y de las situaciones. Los problemas personales se relevan a un minúsculo segundo plano quedando casi irreflexivos tanto para la historia como para el propio espectador.
A todo esto hay que sumarle la gran variedad de localizaciones en la que han rodado como son Madrid, Cataluña, Melilla, Málaga, Galicia, Toulouse o Lagos entre otras. Dani de la Torre ha podido demostrar la majestuosidad de la serie en cada uno de los planos de las diferentes ciudades. Lo más importante es que nos aferran a la realidad mostrándonos personas desesperados que luchan, que tienen fallos y que los resuelven de la mejor manera posible dejando de lado al típico héroe americano. Son personas normales con trabajos extraordinarios.
La unidad va ganando interés a medida que pasan los capítulos, es por eso que el equipo de la serie ya trabaja en la segunda temporada que contará con otra historia pero con la misma unidad y personajes como protagonistas. Ahora sólo nos queda esperar a la continuación de esta exacta y precisa serie repleta de grandes interpretaciones.
CARLOS ANTOLÍN
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Serie

5,3
464
8
24 de agosto de 2020
24 de agosto de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No te puedes esconder, la nueva serie de Netflix que ya se ha estrenado en Estados Unidos, está cosechando un enorme éxito. Esta semana ha llegado a nuestras pantallas con un reparto dividido entre España y Méjico. Protagonizada por grandes nombres de nuestro cine y rodada más del 80% de las escenas en nuestro país. Para ello, estuvieron trabajando año y medio para lograr un nexo muy fuerte entre ambos países.
Se trata de un de esos productos que va a dar mucho que hablar, contando con una coproducción entre Telemundo Internacional Studios e Isla Audiovisual. Dio la gran sorpresa en el pasado FesTVal de Vitoria 2019 donde las críticas fueron formidables. No te puedes esconder agrupa corrupción, asesinatos, terrorismo, trata de mujeres, amoríos, celos, traiciones,… La trama parece exagerada pero no desquiciante, por eso funciona tan bien.
No te puedes esconder, consta de diez episodios que siguen la vida de Mónica y de su hija después de su huida de Méjico. Instalada en Madrid como testigo protegido por ir contra su esposo abusador y líder de una red criminal. Pero el pasado la persigue y se ve obligada a convertirse en una mujer de acción, relacionándose con una serie de misteriosos personajes en Madrid que le ayudan a seguir adelante.
Nos encontramos ante una historia potente, que cuenta con muchos personajes e infinidad de tramas que engancharán al espectador. Diversifica los relatos de la mejor manera posible pero apostatando con un toque significativo de thriller. El piloto de 'No te puedes esconder' es complemente adictivo, coloca muy bien todas las piezas del tablero y consigue introducirnos en la trama de una forma muy rápida y efectiva. Telemundo no se la ha querido jugar en cuanto al reparto se refiere apostando por Blanca Soto como cabeza de la serie. A ella le acompañarán los actores Eduardo Noriega, Iván Sánchez y Maribel Verdú realizando un trabajo más que reseñable.
En resumen, la serie sabe unir muy bien la acción, el amor y la intriga. Es por eso, que nos encontramos ante un thriller policiaco que funciona y seguro que gusta mucho. No sólo por el éxito que ya ha cosechado sino porque es una historia jamás contada que emocionará a más de uno.
CARLOS ANTOLÍN
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Se trata de un de esos productos que va a dar mucho que hablar, contando con una coproducción entre Telemundo Internacional Studios e Isla Audiovisual. Dio la gran sorpresa en el pasado FesTVal de Vitoria 2019 donde las críticas fueron formidables. No te puedes esconder agrupa corrupción, asesinatos, terrorismo, trata de mujeres, amoríos, celos, traiciones,… La trama parece exagerada pero no desquiciante, por eso funciona tan bien.
No te puedes esconder, consta de diez episodios que siguen la vida de Mónica y de su hija después de su huida de Méjico. Instalada en Madrid como testigo protegido por ir contra su esposo abusador y líder de una red criminal. Pero el pasado la persigue y se ve obligada a convertirse en una mujer de acción, relacionándose con una serie de misteriosos personajes en Madrid que le ayudan a seguir adelante.
Nos encontramos ante una historia potente, que cuenta con muchos personajes e infinidad de tramas que engancharán al espectador. Diversifica los relatos de la mejor manera posible pero apostatando con un toque significativo de thriller. El piloto de 'No te puedes esconder' es complemente adictivo, coloca muy bien todas las piezas del tablero y consigue introducirnos en la trama de una forma muy rápida y efectiva. Telemundo no se la ha querido jugar en cuanto al reparto se refiere apostando por Blanca Soto como cabeza de la serie. A ella le acompañarán los actores Eduardo Noriega, Iván Sánchez y Maribel Verdú realizando un trabajo más que reseñable.
En resumen, la serie sabe unir muy bien la acción, el amor y la intriga. Es por eso, que nos encontramos ante un thriller policiaco que funciona y seguro que gusta mucho. No sólo por el éxito que ya ha cosechado sino porque es una historia jamás contada que emocionará a más de uno.
CARLOS ANTOLÍN
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24 de agosto de 2020
24 de agosto de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con su noveno largometraje, Tarantino se vuelve a posicionar como uno de los mejores directores llevando su película hacia prácticamente lo mejor de su carrera. Desde el primer momento ya observamos la majestuosidad de cada uno de los planos cortos combinados con una música que combina a la perfección a lo largo de todo el film. Conforme va pasando la película, si nos centramos más en la parte técnica y artística, todos los planos están medidos al milímetro cosa que pocas veces podemos apreciarlo en la gran pantalla. A todo esto, hay que sumarle la gran música que lo acompaña, la decoración de los paisajes y como no, el vestuario de finales de los 60.
Tarantino, tiene el arte de no contar nada, pero gracias al elenco hace que se sea más amena y que finalmente enganche al espectador. Dicaprio y Pritt se compenetran a la perfección tanto en las tramas que les toca juntos como en las individuales dando lo mejor de cada uno. Ambos llevan el peso de la película y no decepcionan en ninguna escena. Esto mismo, ocurre con todo el reparto, ninguno defrauda al espectador llenando la pantalla de verdad.
Lo peor de la película es la duración ya que son dos horas y tres cuartos contando sólo la vida de los protagonistas. Esto provoca que se haga un poco pesado aunque una película como esta merece tal duración. También, las historias paralelas, pueden llegar a confundir al espectador en algunas escenas o con la cantidad de flashbacks que, a todo aquel, que no tenga cultura cinematográfica se le puede hacer cargante. Sin lugar a dudas y si Tarantino cumple su palabra de retirarse del cine con su décimo largometraje, nos está dejando muy buen sabor de boca para cerrar su ciclo del séptimo arte.
CARLOS ANTOLÍN
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Tarantino, tiene el arte de no contar nada, pero gracias al elenco hace que se sea más amena y que finalmente enganche al espectador. Dicaprio y Pritt se compenetran a la perfección tanto en las tramas que les toca juntos como en las individuales dando lo mejor de cada uno. Ambos llevan el peso de la película y no decepcionan en ninguna escena. Esto mismo, ocurre con todo el reparto, ninguno defrauda al espectador llenando la pantalla de verdad.
Lo peor de la película es la duración ya que son dos horas y tres cuartos contando sólo la vida de los protagonistas. Esto provoca que se haga un poco pesado aunque una película como esta merece tal duración. También, las historias paralelas, pueden llegar a confundir al espectador en algunas escenas o con la cantidad de flashbacks que, a todo aquel, que no tenga cultura cinematográfica se le puede hacer cargante. Sin lugar a dudas y si Tarantino cumple su palabra de retirarse del cine con su décimo largometraje, nos está dejando muy buen sabor de boca para cerrar su ciclo del séptimo arte.
CARLOS ANTOLÍN
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3
23 de agosto de 2020
23 de agosto de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Netflix sigue intentando impresionar con el cine de terror pero, esta vez, se queda a las puertas con “Eli”. Es un intento de misterio y terror que pertenece a las películas perecederas de la plataforma, en parte, por el ritmo con el que las producen. En este caso Paramount adquirió inicialmente los derechos hasta que no supieron cómo venderla y finamente fue adquirida por Netflix. Hoy por hoy viendo lo que ofrece, Paramount no iba tan desencaminado. El film es anodino, denso e inexpresivo, aun cuando venga patrocinada por el productor de “La maldición de Hill House”.
La película sigue los cánones habituales de historias de terror sobre casas encantadas, apariciones fantasmales y experimentos médicos. Todo ello reforzado por un niño que no teme al peligro y con más iniciativa que sus propios padres. A pesar de su corta edad se las apaña perfectamente para transmitir el terror, la furia y la vulnerabilidad que sufre en los diferentes momentos. El resto del elenco excepto Haley que aporta el punto de intriga, son pesados y no creíbles. El interés va difuminándose por culpa de un grupo de personajes a medio construir y con una falta de química evidente entre los actores principales.
La fórmula acaba resultado distante y aburrida ya que no hay mucha más historia donde aferrase, sin subtextos que le den más profundidad a los diálogos de relleno. Avanza lentamente y de forma relativamente predecible, rara vez alcanza el nivel de impacto al que se aferra su liviana creación de suspense. Es por eso, que la película podría resumirse perfectamente en 30 minutos.
La mansión juega muy bien con los cristales ya que a la mínima fractura de uno podría acabar al instante con la vida del niño pero, a la vez, él los necesita. El giro inesperado del clímax proporciona un contexto tardío a ciertos momentos sin base aparente y encauza de forma notable una historia que de otra manera no tendría mucha razón de ser, jugando con lo paranormal y cerrando todas las tramas con la misteriosa Haley.
Posiblemente “Eli” funcionaría mucho mejor si ciertas revelaciones llegaran mucho antes y sin cambios constantes en la narración. Se queda en lo que pudo ser y no fue, tras una sugerente premisa que se hunde en todo su tramo central. No merece la pena verla sólo por el final tan llamativo e inusual, ya que el clímax no convierte la película en menos monótona.
CARLOS ANTOLÍN
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La película sigue los cánones habituales de historias de terror sobre casas encantadas, apariciones fantasmales y experimentos médicos. Todo ello reforzado por un niño que no teme al peligro y con más iniciativa que sus propios padres. A pesar de su corta edad se las apaña perfectamente para transmitir el terror, la furia y la vulnerabilidad que sufre en los diferentes momentos. El resto del elenco excepto Haley que aporta el punto de intriga, son pesados y no creíbles. El interés va difuminándose por culpa de un grupo de personajes a medio construir y con una falta de química evidente entre los actores principales.
La fórmula acaba resultado distante y aburrida ya que no hay mucha más historia donde aferrase, sin subtextos que le den más profundidad a los diálogos de relleno. Avanza lentamente y de forma relativamente predecible, rara vez alcanza el nivel de impacto al que se aferra su liviana creación de suspense. Es por eso, que la película podría resumirse perfectamente en 30 minutos.
La mansión juega muy bien con los cristales ya que a la mínima fractura de uno podría acabar al instante con la vida del niño pero, a la vez, él los necesita. El giro inesperado del clímax proporciona un contexto tardío a ciertos momentos sin base aparente y encauza de forma notable una historia que de otra manera no tendría mucha razón de ser, jugando con lo paranormal y cerrando todas las tramas con la misteriosa Haley.
Posiblemente “Eli” funcionaría mucho mejor si ciertas revelaciones llegaran mucho antes y sin cambios constantes en la narración. Se queda en lo que pudo ser y no fue, tras una sugerente premisa que se hunde en todo su tramo central. No merece la pena verla sólo por el final tan llamativo e inusual, ya que el clímax no convierte la película en menos monótona.
CARLOS ANTOLÍN
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